H E
R E J
Í A S
Trigésima quinta entrega
Por Ramón F Chávez Cañas
CCXXXVI
En panfleto Apocalipsis,/
casi al final de ese texto,
san Juan, no importa quién
sea lanza severa sentencia
contra quiénes adulteren/
mítico impreso sin ciencia,
embaucador de sencillos/
terrícolas sin pretexto
para protestar siquiera/ con
profundo manifiesto
y libertad para siempre/ de
inmaculada conciencia
contra tantos frailecillos/
y pastores sin clemencia
quienes viven del sudor/ sin
importar aquel gesto
del descerebrado humano,/
con tantas y crueles técnicas
empleadas por tanto astuto/
o vividores obtusos
de vuestros mensos abuelos/
y también de vuestros
[ nietos.
En panfleto apocalíptico,/
abordando malas éticas
se condena a tantas sucias
sociedades en abusos
desde tatarabuelitos/ hasta
los tataranietos.
CCXXXVII
Tal violencia apocalíptica, —capítulo
veintidós,
versículos con epílogo/ del
dieciocho hasta el veintiuno—,
se amenaza a tinterillos/
que alteren tan solo/ uno
de conceptos, puntos, comas,/
con infernal maldición;
mas, Homo sapiens perverso,/ excelente estafador
altera cualquier escrito/ en
el momento oportuno
sin importarle castigo/ del
infierno, pues ninguno
ha visto tal llama eterna,/
desde Pedro Cromañón.
Tal biblia está acomodada/ a
cada necesidad
de/ hombres o de mujeres;/
de ricos, pobres, también
del manso samaritano/
obrando con caridad;
y de modernos sionistas/
quienes piensan hacer Bien
al despojarles de tierras,/
además de la ciudad
a tan mansos palestinos/
expulsados de su edén.
CCXXXVIII
No importa estar redundando/
en diferentes sonetos
sobre clara esclavitud/ de
Jesús y Jehová,
también de virgen María,/
diosa en catolicidad.
Perdonen nuestros lectores/
por volver a mismos guetos.
Tergiversando evangelios/ se
lucran tantos sujetos
recién salidos de cárceles/
por comprobada maldad.
Orondos con biblia en mano/
ellos van a predicar
fingiendo estar redimidos/ de
cien diablos indiscretos.
En libertad vigilada/ salen
“nuevitos pastores”
a cometer unas cuantas/
fechorías religiosas
al predicar diez conceptos/
que ellos mismos nunca crëen;
pues en la cárcel “Mariona”1,/ zánganos
depredadores
aprenden, para timar,/miles
y miles de cosas,
entre/ ellas engañar/ con
escritos que ni lëen.
CCXXXIX
Jesús junto con santones/
de la corte celestial
son esclavos de pastores/ y
de curitas católicos
más de creyentes afines/ con
pensamientos bucólicos
pidiendo caras primicias/
para no ir a trabajar.
Implorando al juez libere/ a
un torvo criminal.
Si Jesús no hace milagros/ estallan en fuertes cólicos.
Si Jehová no les escucha/
para continuar alcohólicos
buscan otro tabernáculo/
donde perora un Beltrán.
Este obeso pastor López,/
Beltrán por añadidura
esclaviza a Jesucristo/ con cierta labia barata
amenazando a imbéciles/ con
cercana sepultura.
Si milagros no se dan,/
López convence a la rata
diciéndole: ¡No has rezado/
con gran fe ni gran dulzura!
Da media vuelta y prosigue/
vomitando perorata.
CCXL
Tantos curitas católicos/
como curas protestantes
dicen haber estudiado/ entre
diez y doce/ años,
haber quemado pestañas/ para
alcanzar mil peldaños
a do casi nadie llega/ porque
no son aberrantes.
Unos dicen ser “doctores”/
en verdades vacilantes
sobre inciertas teologías
que han dejado muchos daños.
¡Ni una Ciencia jamás puede/
basarse en tantos engaños!
¡A Dios no puede estudiársele,/
pues son conceptos
[fluctuantes!
Porque miles de millones/
anteriores y presentes
a dios o a dioses han dado/
figuritas tan diversos
desde astros, hombres,
lagartos/ y otras figuras sin
[ numen.
Quienes afirman ser teólogos/ son soberbios impotentes.
Dios es conjunto de Ciencias/
anidado en universos
de Filósofos, Científicos,/
con verdadero cacumen.
CCXLI
Durante esos tantos años/ estudiando
“teología”,
¿qué lëerán estos seres/
sobre tema no existente?;
¿sobre hechos adulterados/
por un papa prepotente
o por pastores innobles/ que
ni saben teosofía?
Estos sesudos
“doctores”,/ también en la teogonía
universal de milenios/
tienen en blanco su mente;
pues están empecinados/ en
mantener a su gente
emborrachada en mil mitos/
de miedo y algarabía.
Quien quiera estudiar a
Dios, no al cristiano ni al hebreo,
ni al Alá de musulmanes;/ ni
al Amón, ni al Ra, ni a Osiris,
debe sumergirse en Ciencias/
con humildad, gran deseo
y Filosofía Honrada,/
regalando un arcoíris
a toda esta especie humana,/
aunque alguno sea ateo,
para que todo viviente/ pueda
ver con claros iris.
CCXLII
Dioses no tienen milenios/
en edades terrenales,
pues cronómetros galácticos/
no rigen la rotación
de este mísero planeta/
siempre alrededor del Sol.
Los dioses nacen y mueren/
con sus etnias culturales.
Tampoco tienen pesebres/ ni
calvarios tan fatales,
ni inmaculada mamá/ terrenal
hija de Sión,
ni padre quien fornicara/
por mal mandato del dios
judío, ni de agrios viejos/
dioses en los bacanales.
Ni habitantes del planeta/
nunca se ha puesto de acuerdo
en medir con un rasero/
giros de Tierra o de Luna.
Cada civilización,/ usando
cerebro cuerdo,
ha mantenido hasta ahora,/
cierta cuenta, sólo/ una,
desde chinos e hindúes,/
hasta cerebro más lerdo,
miden el tiempo según/ su/
Era más oportuna.
CCXLIII
Desde/ año mil quinientos,/ lustros más o lustros menos,
hasta año mil ochocientos,/
cuando aquel corso francés
o Napoleón Bonaparte,/ en Roma puso al revés
mil archivos vaticanos/ que
hasta entonces eran buenos.
Ocaso de esos archivos/
continuó con tan serenos
quehaceres de Garibaldi2,/ cierto
ilustre piamontés
quien humilló al Pío Nono3,/ otro papa no
cortés,
quedando la Inquisición/
mutilada de sus senos.
Si este pöeta insolente/
hubiese existido entonces,
a las primeras estrofas/ de
estas claras Herejías,
pasaría por verdugos/ más
tañido de agrios bronces.
Un tumulto de cristeros/
cercanos y en lejanías
con voces desaforadas/ y
hasta rompiéndose gonces
la muerte de este abusivo/ con
rencor aplaudirían.
CCXLIV
Sin embargo, no debemos/
cantar victoria temprano;
pues crueles inquisidores/
todavía están presentes
en sociedades civiles,/
incluyendo a presidentes
como Pinochet chileno/ y
Uribe Vélez4, gusano;
el “gorilita”5 hondureño,/
capataz del falso hermano
que es Rodríguez Madariaga6,/ quien no
tiene Don de
[Gentes;
de Alan García7, ladrón,/
quien aún tiene pendientes
los genocidios sinfín/ en
territorio peruano.
Y decenas más decenas/ en
Europa y América
como Franco Baamonde/ y/ el general Martínez8;
Chema Aznar allá en Iberia/
y Somoza en Nicaragua,
fueron lacayos civiles/ de
la ya no benemérita
iglesia de las perfidias/
con ridículos maitines;
doctrina muerta de sed/ por
corromper fresca/ agua.
1—MARIONA = Principal penitenciaria de El
Salvador; 2—GARIBALDI, GIUSEPPE = Principal Prócer italiano en siglo XIX; 3—PÍO
NONO = papa Pío Noveno o IX; 4—URIBE VÉLEZ = Presidente colombiano,
narcotraficante y neoliberal, esclavizado por imperialismo yanqui; 5—GORILITA =
Un tal Micheletti hondureño, autor y director del cuartelazo que derrocó a Don
José Manuel Zelaya Rosales; 6—RODRÍGUEZ MARADIAGA = Cardenal hondureño
compinche del “Gorilita” golpista; 7—ALÁN GARCÍA = Ladrón neoliberal,
presidente de Perú; 8—MARTÍNEZ = Maximiliano Hernández, déspota presidente
salvadoreño (1932-44)
CONTINUARÁ