ELEGÍA POR OSAMA BIN LADEN Versificó: Chichipate Cañaverales
Democracias, religiones,/ asimismo terrorismos
son hijos de mismos padres/ bien llamados fanatismos;
pues democracias existen/ en derechas e izquierdas
de acuerdo a ideologías/ por espurias ambiciones
y al cristal con que se mira/ según inquietudes cerdas.
Entonces los demagogos/ se portan cuales glotones.
Ladrones en las derechas/ acusan a izquierdistas
de ser perfectos maestros/ en las artes terroristas,
pues marxismo-leninismo/ ha quedado ya obsoleto;
también la masonería/ y otras doctrinas extrañas
ha tiempo están sepultadas/ y el descarnado esqueleto
se está descalcificando,/ de la Tierra, en sus entrañas.
Nosotros, gente de izquierda,/ decimos casi lo mismo
contra clase estafadora/ basada en capitalismo
por ser antidemocráticos:/ asesinos, usureros;
pues no se tientan los hígados/ para matar a Profetas
cuando el Prócer les acusa/ de serviles embusteros
hediondos hasta lo máximo/ similares a mofetas.
En misma categoría/ del asesino cobarde
cae el papa vaticano/ y su clero con alarde
de ser los representantes/ de Cristo sobre la Tierra;
más consuelo de afligidos:/ ambiciosos por el cielo,
y capellanes castrenses/ de los halcones en guerra
bendiciendo arma nuclear/ con cruel conciencia de hielo.
Lástima da el pobrecito,/ o llamado dios Alá
porque el judío ancianito/ apodado Jehová
junto al joven Jesucristo/ de los cristianos, un dios,
no hacen nada por la raza/ descendiente de Ismael
y, quizás estos dos dioses,/ al Alá, por ser menor,
ufanos lo discriminan/ pues no traga a Israel.
Hoy le damos bienvenida/ a nuevo mártir glorioso
llamado Osama Bin Laden/ con historial tan hermoso;
porque abandonó placeres/ de riquezas terrenales
en post de la Libertad/ de congéneres islámicos:
primero contra soviéticos,/ comunistas animales
y después contra de yanquis/ falsos héroes titánicos.
Osama Bin Laden es/ por obra de impune Obama,
nuevo huésped en el cielo/ —si no fuese falsa trama
la tramada por Barak,—/ pues Bush le había aniquilado
siete vidas como al gato/ sin síndrome de Marfán
que lo mató en dos mil uno/ antes de vil atentado.
Este síndrome destruye/ tejidos en general.
Osama ya está en el cielo/ del credo mahometano
espiando por los tapiales/ hacia el edén del cristiano.
El paraíso sionista/ le queda a mano derecha.
Vergeles confucionistas,/ budistas y del Osiris
los ubica a mano izquierda./ Su alma está satisfecha
brillando en el firmamento;/ porque es genuino Arcoíris.
Mahoma con Jesucristo,/ —éste elevado a la gloria
por sus mismos asesinos/ según relata la Historia—.
Y aquél muy perseguido/ por pérfidos cromañones
como actuales: Sarkozy,/ Berlusconi y Camerón,
más el “nobel de la guerra”/ con letales municiones
bombardean a Gadafi/ sin mínima compasión.
Estos enviados por Dios/ en lapso de dos mil años
—quienes araron desiertos/ sufriendo mil desengaños—,
están consolando a Osama/ por su derrota aparente;
mas, Osama, a borbotones,/ está naciendo en el mundo
no sólo en pueblos arábigos/ sino en cualquier continente
para dar su merecido/ al cruel gobernante inmundo.
Larga fila están haciendo/ para abrazar a Osama
o Rector de guerrilleros/ ¿abatido por Obama?:
Carlos Fonseca Amador,/ y el General de Hombres Libres
o Augusto César Sandino,/ con Francisco Morazán;
ellos, centroamericanos,/ trío de gruesos calibres,
junto con el Indio Aquino/ impacientes estarán.
Le han dado la bienvenida:/ el heroico Saladino
quien derrotó a los Cruzados/ de aquel Ricardo anodino;
Mahatma Gandhi e Indira/ junto con el Che Guevara;
Simón Bolívar, Martí,/ de Sucre, Antonio José;
Schafik, Monseñor Romero,/ Nasser y aquella cara
generación de filósofos/ desde el Nilo hasta el Yangtsé.
Doctor Salvador Allende/ con Don Patricio Lubumba;
asimismo Turcios Lima/ abandonarán su tumba
junto a Juancito Chacón/ para ir a rendir tributo
al Saladino Segundo,/ quien al Profeta Mahoma
le ha contado en cien detalles/ el proceder de aquel bruto
“premio nobel de la guerra”/ y de paz, negra paloma.
Don Jorge Eliecer Gaitán:/ dignísimo colombiano;
Don Francisco I Madero:/ estupendo mexicano;
Don Manuel Enrique Araujo:/ un mártir salvadoreño;
curita Camilo Torres/ con Marulanda, Manuel,
se han quitado su sombrero/ con reverencia de ensueño
para admitir a Bin Laden/ en democrático Edén.
¡Vivan líderes honestos/ en los trescientos sesenta
grados o circunferencia/ de nuestra Tierra aún cruenta;
aunque Osama Bin Laden/ es último, por ahora,
no perdemos la confianza/ pues en próximos quinquenios
hasta gringos engañados/ por una ficticia aurora,
tomándose su Bastilla/ se vuelvan futuros genios!
Mayo, 07, en 2011.-