CONCEPTOS MODERNOS SOBRE LA FE
Por Ramón F. Chávez Cañas
Fe religiosa, antes casi infinita desde Medioevo hacia atrás hasta perderse en confines de la Historia, fue entelequia, —en palabras filosóficas no rebuscadas: dominada por creencias sobre fenómenos naturales atribuidos a deidades politeístas o monoteístas, quienes eran fuerzas divinas supra-naturales en razas pobladoras de hasta continentes ignorados por “sagrados” textos antiguos: egipcios, mesopotámicos, hindúes, griegos, hebreos, romanos y más; razas: aria, negra, amarilla, cobriza, mixtada, sin importar regiones donde tales razas se hubiesen desarrollado desde primate hasta homínido, o trasladado para continuar evolución de especies humanas, según sesudos estudios de Don Carlos Roberto Darwin—. Ahora, desde hace aproximados 200 años en forma creciente, estudios genéticos, geológicos, antropológicos, geográficos, históricos, filosóficos, etc., están reduciendo tal fe ciega, hasta ayer casi inconmensurable e instrumento poderoso para sumisión de nuestros remotos y próximos antepasados, a mínima expresión localizada sólo en espíritus de creyentes fanatizados en cualesquiera religiones, sectas o grupos afines en todo el mundo, manipulados por personas de buena o mala intención; pues no todo dirigente religioso actuaba o actúa con perversidad asolapada; pero sí obedeciendo, sin saber o meditar, a altas cúpulas en: Roma, Londres, Jerusalén, Nueva Delhi, Tíbet, Constantinopla y ahora Washington con: mormoneros, pentecostaleros, metodisteros, tabernaculeros y jehovaneros, donde están enquistados personajillos perversos, decrecientes dominadores de tímidos e iletrados en aspectos teosóficos, históricos y filosóficos. Muchos dirigentes no asolapados dieron la vida creyendo estar defendiendo palabras divinas manifestadas en textos mítico-religiosos, algunos de ellos mucho más antiguos que el libro judío y, otros, como el Corán y Nuevo Testamento, miles o centenares de años más jóvenes que escritos atribuidos al Moisés, al David y colaboradores.
Toda creencia divinizada ha cometido y continúa cometiendo crasos errores debido a soberbias al querer dominar, con dogmas ilógicos por irrazonables, muchos postulados científicos muy independientes de credos absurdas; pues tales doctrinas aún pretenden ser sabelotodo, sin esforzarse siquiera un minuto a manera de penetrar en macros y micros materiales del cosmos inexplorado aún, pues ellos sólo se atienen a textos contradictorios escritos tal cual les vino en gana a inventores o primeros dirigentes milenarios o centenarios ( Moisés y Mahoma); pero poco a poco, sobre todo desde inicios de Ilustración Europea en siglos XVI y XVII, muchos dogmas de fe han rodado por abismos, ejemplos: la Tierra plana “dogmática”, basada en teorías aristotélicas manipuladas en pro del cristianismo por Agustín de Hipona y Tomás de Aquino en siglos V y XIII medievales, de manera respectiva, descansan en simas desde cuando Nicolás Copérnico, Galileo Galilei y Fernando de Magallanes, en forma sucesiva concatenada, dieron al traste con la fe de Tierra plana y centro del sistema solar. Aquí bien cabe recordar la “pasadita” del pintor griego Apeles increpando a un zapatero criticón de sus pinturas expuestas al público viandante cuando éste, el zapatero, después de ver corregido la crítica hecha a un zapato pintado, criticó otras áreas del cuadro expuesto; entonces, saliendo Apeles de su escondite, con yugulares ingurgitadas lo espetó: ¡Zapatero, a tus zapatos! (¡”Ne supra crépidam sutor judicarem! o “El zapatero no debe juzgar más arriba de las sandalias”).
Creer con fe absoluta se está reduciendo a mínimas expresiones, reducida sobre todo a fe localizada en fenómenos intangibles al interior del cuerpo humano particular; como cuando alguien afirma haber sido sanado de cáncer terminal por determinado santo católico, musulmán, judío, hindú y maya, o por cualesquiera personajillos del mundo espiritual laico de cada quién, como cuando se invoca el alma del narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria, o la del héroe guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara de la Serna, o del Atila salvadoreño, azote del cantón El Mozote, llamado Domingo Monterrosa Barrios apodado “Trompita de Cuche”, o al mismo verdugo de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, fundador y mantenedor de fatídicos escuadrones de la muerte ultra derechistas: Roberto Dabuisón* Arrieta. Tales espíritus variopintos en religiones, doctrinas satánicas de exterminio, o conductas humanas de respeto a Derechos Fundamentales sin ser devotos de santorales místicos, con viva fe del suplicante afligido parecen hacer milagros fugaces o permanentes. Mismo fenómeno parasicológico sucede cuando cierta dama desesperada desea con vehemencia quedar embarazada estando en edad, condiciones fisiológicas y anatómicas para ello; asimismo, con potencia reproductiva sexual efectiva del consorte. Entonces, la fe individual es válida, aunque no pueda demostrarse lo contrario desde puntos de vista científicos.
Pero, fe en creaciones bíblicas tan simplistas durante siete días; geocentrismos aristotélicos y ptolemaicos; parada del Sol por un tal Josué: criminal bíblico, y más, sólo fueron sostenidas a fuerza de fuego en hogueras medievales armadas por “santas” inquisiciones cristeras quienes, valiéndose de poderes absolutos dados por “vicarios” de Cristo en nuestra Tierra, aprovechaban tétricas ocasiones para deshacerse de sus desenmascaradores científicos: Giordano Bruno, Miguel Servet, Jerónimo Sabonarola, etc.; de enemigos personales por motivos no sectarios, y de señoras o señoritas acusadas de brujas por ser renuentes a fornicar con ellos. Durante 1500 años, fanáticos dirigentes cristeros, en especial católicos, apostólicos y romanos, no nos permitieron ser alumbrados por Dios o Diosa Científico o Científica.
Avances académicos, tecnológicos, artísticos, y filosóficos, han desarmado tales creencias con fe miope. Ahora, diversas doctrinas mundiales poli o monoteístas tratan, a su ilógico modo, de acomodar sus incongruencias con verdades científico-filosóficas palpables, demostrables e inspiradas por Dios o Diosa Universal, Inconmensurable, Inimaginable por ser Eterno/a (sin nacer ni morir) quien, desde milenios anteriores conocidos por humanos, quiso iluminar a hombres y mujeres de Buena Voluntad; pero nuestro Dios o Diosa fue torpedeado/a durante más de 4mil años históricos, por dioses sacados de mangas religiosas primitivas y actuales, quienes hacen malabarismos ofreciendo bienes terrenales caros o lujosos a cambio del mezquino diezmo; no obstante, después de seis o más años de estar diezmando y orando de rodillas hasta haber echado callos en ambas tabas, ilusos cristeros reclaman al obeso estafador quien con sarcasmo inocultable responde: “No se te da mansión en tal colonia exclusiva ni automóvil lujoso deseado, porque tú no has orado con fe ciega, ni tributado tu diezmo con honradez. ¡Tú has hecho trampa al señor de los ejércitos!”.
*Dabuisón = corrupción de apellido francés.
15 de agosto de 2009.-
