MONÓLOGO CON
SAN ROMERO DE AMÉRICA
Por Anastasio Aquisí
Gemelo de ANASTASIO AQUINO
El
próximo veinticuatro/ de este marzo en dos mil doce
se va/ a conmemorar/ cuanto
el mundo ya conoce:
el trigésimo segundo/ año de
la martirial
muerte de epónimo* obispo: Óscar
Arnulfo Romero,
quien fuera martirizado/ por
el “mayor arenero”
de apellido “Dabuisón”:/ ¡lombrosiano
criminal!
No pudiendo yo entablar/
diálogo con ese Santo
por tantas razones obvias/
que llevan al desencanto,
preferí versificar/ monólogo
sobre Historia
de tan falsa democracia/ en Pulgarcito de América
quien por injusta desgracia/
vive en etapa quimérica
iniciada ha cinco siglos/ por
aquella hispana escoria.
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En verdad, tú, Monseñor,/
fuiste Prócer principal
de mi patria, El Salvador,/
en siglo veinte anormal;
pues tu sufrida nación ─vista
con lupa en el mapa─
necesitaba de ti/ con
urgencia en agonía,
y tú, con tan regio porte,/ condenabas la
sangría
que aquel infernal sujeto,/
lombrosiano1 de vil capa,
sabueso de tal jauría/ y al
mismo tiempo mayor
guanacoide2 criminal,/
causante de gran terror
en toda esta patria mía/
agotada por cruel chusma
remanente de los criollos/ de aquel siglo diecinueve,
te insultaba sin cesar./ Da
dolor y nos conmueve,
pues esos viejos escollos/ se
esconden aún en bruma.
Te
admiramos, Arzobispo/ y también te agradecemos
no porque fuiste un obispo/
católico; pues no vemos
en tus colegas presentes/ ni
tampoco en los pasados,
a hombres que a Jesucristo/
imiten en dos por ciento;
porque ellos están ausentes/
de aquel espiritual viento;
pues desde el papa, hombre
bizco,/ sólo interesan mercados.
Mercados espirituales/
impuestos con terrorismos
o miedos a fatuo infierno;/
así como oportunismos
a sillas del paraíso/ sin
haber hecho los méritos
ni en verano ni en invierno/
para merecer tal gracia
mitológica a la vez./ Católicos en desgracia
pretenden que ignoto juez/
les nombren seres eméritos.
Lo mismo está sucediendo/ con
cristianos protestantes,
quienes vienen ascendiendo/
desde Juan Huss3 mucho/ antes
de Lutero, el alemán,/ de
Enrique octavo, el inglés,
hasta llegar a vil Era/ del
pastorzuelo Beltrán4
quien pretende retornar/ con
verborrea de imán
a la tabernaculera/ biblia de
texto al revés.
Es cierto, Profeta Insigne,/
que al final de años setenta
del siglo veinte aberrante/ ─vísperas
de guerra cruenta5 ──
tus colegas, nunca insignes,/
se portaron cuales pérfidos;
asimismo “san” Juan Pablo/
segundo del Vaticano
fue mucho más repugnante/
cuando te negó la mano,
dejándote en un establo/ a
merced de los ejércitos
de cristianos aullantes/
contrarios a tu doctrina,
quienes con furia salvaje/
creían que una letrina
de la historia era tu fin;/
porque franco fusilero
traído de otro confín/ te
daría “Chicharrón”6
con un certero balazo/ en tu
propio corazón.
La prensa de los canallas/
mancillaría tu fuero.
Después de Anastasio Aquino7/en
el año treinta y tres
del siglo décimo nono8 /y primer Prócer, también,
en El Salvador mezquino,/ ─botín
de criollada insana─,
nacieron otros valientes/
luchando contra ladrones
de Realengos9 y de
Ejidos/ robados por los cabrones
bisnietos de aquella gente/
firmante de la malsana
acta/ independentista/ en
Ciudad de Guatemala.
Nombres de aquellos Pretéritos/
sería lista de gala
en tan cívicos altares/ y en Historia
no oficial.
Con nuestra altiva
insistencia/ buscaremos tales nombres
de tantos ignotos Próceres:/
hembras y valientes hombres.
En cualesquiera lugares/
buscar es nuestro ideal.
En primer tercio del veinte/
─un siglo después de Aquino─
nuevo oleaje de Patriotas/ de
repente se nos vino:
fue cuando miles de ilotas10
/ ex propietarios de Ejidos
quisieron recuperar/ sus
tierras muy ancestrales,
con rudimentarias armas;/ y
con razones cabales.
Metralletas de Martínez11
/ acalló aquellos quejidos.
Fueron más de treinta mil/
cadáveres sepultados:
pocos en fosas comunes/ el
resto, por todos lados:
barrigas de zopilotes/ y de
perros callejeros.
Tales criollos canallescos/
con nuevo dios: Tío Sam,
lanzó petardos alados,/
brindó con rubio champán.
Celebró tantas masacres/ como
perfectos cristeros.
Este/ otro viacrucis/ del
pueblo salvadoreño
arrojó nueva camada/ de
Próceres con ensueño
quienes dando nuevas luces/
vertieron sus sangres puras.
Las
mayorías están/ aún en anonimato.
La tiranía de moda/ o llamada
“martinato”12,
ignoró en forma legal/ tantas
fosas-sepulturas.
Sólo nos quedan recuerdos/ de
Don Feliciano/ Ama:
aquel cacique izalqueño/
quien colgado en una rama
con sus piecitos descalzos/ y
vestimenta de manta
colgaba ya/ ahorcado/ desde
árbol de ceiba indígena
para escarmentar al Pueblo/
con macabra y alienígena
figura de aquel cacique:/
otro Prócer que aún espanta
a criollitos puñeteros/ que
ahora están más mezclados
con idiotas extranjeros/
venidos de todos lados.
También Don Francisco
Sánchez,/ Alfonso Luna, y Zapata,
son trío de Paladines/
ignorados por historias
que tantos “canarios tísicos”13
/ no incluyeron en memorias
para hartarse con maicillo/ o
mendigar sucia plata.
Tan falsos historiadores/
escribían y/ escriben
párrafos llenos de horrores/
que aquellos ases del crimen
ordenaban escribir/ para
ocultar mil desmanes
que castas militarzuelas,/
drogadas con regalías
eran prestas a matar/ por
bastardas canonjías,
al masón, y al comunista:/ detractores
de rufianes.
Otro excelso Paladín/
─después de nuestro Anastasio─
fue el Señor Don Agustín/
Farabundo Martí, reacio
a continuar enyugado/ a tan
criolla esclavitud.
Su padre, hombre adinerado,/
pagaba colegios caros;
dándole lujos y fiestas/ le
encendía falsos faros,
que ayer, ahora y mañana/
deslumbran a juventud.
Don Agustín Farabundo/ fue
pasado por las armas
cochinas de/ este mundo./
Murió cual mueren las almas
valientes y no mezquinas/
junto con Zapata y Luna.
Febrero del treinta y tres/
está marcado en su lápida.
Pero mentes adivinas/ no
pronosticaron rápida
resurrección de Martí/ desde
antier, en propia cuna.
Durante aquel martinato/ tan
largo, ¡de trece/ años!
seguido de cuartelazos/ más
lustros14 con desengaños
hasta llegar a octubre/ del
año setenta y nueve,
hubo Próceres y Mártires/
tachados de malhechores:
Francisco Chávez Galeano/
entre tantos luchadores,
en historieta oficial/ era
Doctor de la plebe.
Después de ti, Monseñor/ Óscar
Arnulfo Romero,
emergieron otros Próceres/
que no puedo aunque yo quiero
mencionártelos a todos:/
Álvarez Córdova, Enrique
puede ser Digno Rector/ de
esas pléyades inmensas
que Jesuitas de la UCA15
en aquellas horas tensas
rubricaron con su sangre/ y
con su gallarda sique.
Me despido, San
Romero/ de América. Tu valiente
odisea en esta Tierra/ nos
da/ ejemplo creciente
de ser nos, primeros siempre/
en salir a la palestra
para evitar toda guerra;/
pues toda guerra es injusta.
Codicia de tanto pícaro/
sabemos que te disgusta;
pues cuando ésta se comienza/
el hombre se vuelve bestia.
Además, hoy te reitero:/ no
te admiro por católico;
pues sionistas y cristeros/
miran en dios melancólico
a un sujeto, por entero,/
metido con mercaderes
quienes tributan el diezmo/
para aumentar sus codicias.
Éstas van aparejadas/ con
canallas avaricias.
Te admiro como a Guevara:/
¡nuevo dios de muchos seres!
Abraham Lincoln, Luther King/
no eran devotos romanos;
Mao, Ho Chi Ming, Mahatma,/
nunca fueron vaticanos,
ni de mil sectas cristeras./
Fidel Castro es fiel ateo,
según no “sagrada” biblia,/
por no doblar sus rodillas
para besar el anillo/ de
prelados pesadillas,
quienes en forma abusiva/
pretenden hacer cateo
de intimidades anímicas/ en
nombre de un Jesucristo.
Joven éste ilusionado/ cuando
pensaba que el “pisto”16
podría ser derrotado/ al
ofrecer vida eterna
a etnias aún no hermanas/
vecinas de los sionistas
y llegar a redimir/ a herejes
y a comunistas;
pero esa filosofía/ aún ronca
en la caverna.
*EPÓNIMO = Quien da renombre a un país, como Darío a Nicaragua, Fidel Castro
a Cuba y Mahatma Gandhi a la India; 1—LOMBROSIANO = Trípode de Lombroso:
atavismo, morbo, epilepsia; 2—GUANACOIDE = Despectivo de la ya despreciable
palabra Guanaco, palabreja aplicada al salvadoreño estúpido; 3—JUAN HUSS =
Teólogo católico de Praga, asesinado en la hoguera –1415--, 100 años antes de
aparecer Martín Lutero en Alemania; 4—PASTORZUELO BELTRÁN = Impostor religioso
salvadoreño quien, explotando ignorancias morbosas de carácter sexual en muchos
salvadoreños guanacos pertenecientes a clases económicas medias, hace
interpretaciones bíblicas soeces, hasta llegar a arrancar carcajadas
libidinosas a su recua de asnos y asnas: 5—GUERRA CRUENTA = Guerra civil
salvadoreña (1972-92); 6—CHICHIARRÓN =
Dar muerte; 7—ANASTASIO AQUINO = Único o auténtico Prócer Salvadoreño durante todo el siglo IX; 8—SIGLO DÉCIMO NONO = siglo XIX, 19 ó
diecinueve; 9—REALENGOS Y EJIDOS =
Extensas tierras nacionales y municipales robadas por los criollos a partir de
1879-82 hasta el presente; 10—ILOTAS = esclavos; 11—MARTÍNEZ = Maximiliano
Hernández Martínez = la cabeza más visible --- 1932-44--- de la tiranía
oligárquica-burguesa dominante todavía en El Salvador ; 12—MARTINATO = Período
cuando desgobernó Maximiliano Hernández Martínez; 13—CANARIOS TÍSICOS = Leer
poema “Patria Exacta” del poeta salvadoreño Oswaldo Escobar Velado; 14—LUSTRO =
Cinco años; 15—UCA = Universidad Católica Centro América; 16—PISTO = Dinero en
El Salvador.-
16 de marzo en 2012.-