N O V E L A
LA GUERRILLERA JAGUAR
Por Ramón F Chávez Cañas
Continuación del Capítulo IV
Aquella alta sociedad quezalteca toda
vestida de etiqueta, durante esa inmensa noche hasta 05:00am del día siguiente,
rindió honores y vítores a su nueva soberana; entre quienes estaban: don
Filadelfo Lucas López y doña Isabelita Vaquero de López; don José Antonio Quesada
López y doña Josefina Flores de Quesada; don Joaquín Alfaro Brizuela y doña Betty
Chamorro de Alfaro; don Napoleón Quezada y doña Ernestina Coto de Quezada; don
Juan Miguel Menéndez Bolaños y doña Teresita Avelar de Menéndez; don Ernesto
Granados y doña Isabelita López de Granados; don David Sabaleta y doña Teresa Ramírez
de Sabaleta; don Rosendo Menéndez y doña Victoria Bolaños de Menéndez; don
Pedro Alonso Argueta y doña Graciela Sabaleta de Argueta; don Enecón Leiva y
doña Victoria de Leiva, don Tancredo Hernández y señora, don Sinforiano
Cartagena y señora, don Agatón Quinteros y señora; más 10 docenas de
distinguidos invitados. También asistieron muchos solterones y viudos, entre
quienes sobresalían: don Ernesto Cheves, hombre muy querido y respetado; don
Silvestre Cornejo, viejo centenario padre y abuelo de cierta distinguida prole,
ambos ya difuntos.
*****
Pasada tal algarabía momentánea e ilusoria de fiesta medieval,
todo volvió a la calma; pero corazones del
joven Galán Burgos y señorita Guerrero Flores continuaron con su fiesta
interior. Cuatro meses después de aquel suceso festivo, joven Próspero se
atrevió a visitar residencia de reina pueblerina para pedir permiso a padres y
así poder visitarla como novio formal u oficial. Esto dio motivo a
murmuraciones del vulgo y de “alta alcurnia” pueblerinos, habiéndose quedado
estrellados por cordial acogida que tuvo el joven Próspero entre padres y hermano
mayor de la agraciada:, José María hijo, quien por ese entonces tenía grado de
capitán en ejército nacional.
Conviene hacer paréntesis para explicar cómo fue tan vertiginosa
carrera ascendente hacia riqueza millonaria de esposos Guerrero-Flores: don
José María padre era primo-hermano (hijos de dos hermanas) del general
Maximiliano Hernández Martínez. Su nombre completo era José María Guerrero
Martínez. Don Chema Guerrero Martínez sería 20 años menor que su primo-hermano:
el general. Ambos fueron originarios del municipio-villa San Matías, —8kms al
noroccidente de ciudad Quezaltepeque—. El General guardó profundo respeto y cariño por la madre de don
Chema padre quien, a la vez era tía materna del tal general. Don Chema padre
había nacido en 1910, de hogar humilde y pobre, pero honesto, inteligente en el
bien y trabajador. En 1932, general Hernández Martínez (brujo de aguas ashules),
ganó discutible notoriedad histórica al reprimir, con infernales fuegos de
metrallas, la subversión campesina en occidente de El Salvador, ocasionando en
pocas semanas genocidio de 30,000 ó más muertes de pipiles-izalcos explotados; liberando
de esa forma, hasta este momento (1995), al capital de grandes terratenientes o
latifundistas. Por ese hecho y por otros más en sus largos y despóticos 13 años
de mal gobierno, oligarquía no podía negarle favor alguno. Fue así como tal “brujo
de aguas ashules” recomendó con señores Vilanova Castro, dueños de hacienda
ganadera San Lorenzo en jurisdicción de villa-municipio San Matías, a su mencionado
primo-hermano. A raíz de esa recomendación, todo ganado bobino más productos lácteos
que dicha hacienda sacaba al mercado regional, era adjudicada con precios
preferenciales a don José María Guerrero Martínez. Don José María padre era también
primo lejano de don Rogelio Palacios, salvadoreño que en Guatemala servía cual
hombre de confianza al general Jorge Ubico, presidente y dictador de aquel país,
al grado de haberlo nombrado Director General de Policía Nacional chapina. Con tales
conectes tan claros, don Chema padre tenía expeditas tres fronteras de dos países
para poder meter o sacar ganado y otras mercaderías sin mayores trámites aduanales.
Su primo Palacios también le ayudaba a adquirir bienes raíces allá en
Guatemala. Por eso el anarquista francés Proudhon, en siglo XIX dijo: “Toda
propiedad privada exagerada es robada”.
En 1930 don Chema padre contrajo matrimonio con señorita
Filomena de la Paz Flores,
damita de la mejor sociedad suchitotense residente, con su hermano Leonardo, en
ciudad Quezaltepeque. Un año después, 1931, nació primer hijo quien fue
bautizado con mismo nombre paterno; llevado a pila bautismal por su tío, el
general Hernández Martínez. Luego nacieron otros dos varones. Por último, en 1942,
nació Esperanza de la Paz. Vocación militar de aquellos tres muchachos de entonces, con
alguna posibilidad fue heredada de su tío, el general genocida. Sus ingresos a escuela
militar nacional se vieron sin duda favorecido por su ancestro, aun cuando
entonces el gobierno de Hernández Martínez ya había caído con estrépito; mas, conectes
e influencias castrenses por muchos años se mantuvieron intactos, tal vez se
mantienen todavía, aunque muy diezmados por presiones continuas del pueblo y de
comunidades internacionales.
Después de este breve paréntesis continuaremos
conociendo desarrollo de aquel noviazgo nacido al calor de majestuosidad
fantástica en coronación recién pasada. Noviazgo que duró cuatro años, terminando en
paradisíaca boda en diciembre de 1966, similar a la descrita por poeta Roque
Dalton García en “Historias Prohibidas de
Pulgarcito” donde, “Verena Alejandrina” su boda y consorte, son descritos
en página social de uno de los principales diarios escritos de ese tiempo;
narrados por cronista de alta sociedad salvadoreña: Marquesa de Escalante. Se
recomienda leer esa parte de la obra parida por Dalton García para formarse criterio
más apegado a verdad burguesa y gran fantasía de la misma. —Hubiésemos querido
reproducirlo en este texto por respeto y admiración hacia escritor y poeta
Roque Dalton García; pero no se hace por carecer del permiso legal, pues se
debe respetar derechos de autor—. Famosa crónica de Dalton García fue escrita
en esos mismos meses cuando pareja Galán-Guerrero, pequeños oligarcas locales,
también contraían nupcias en iglesia central de Parroquia quezalteca, y
celebraban tal acontecimiento en casona colonial y lujosa del tío Leonardo.
*****
Boda Galán-Guerrero fue amenizada por seis famosas
orquestas nacionales del momento, interpretando música selecta sólo para centenar
de invitados especiales atendidos en tres inmensos
salones, corredores interiores techados y jardines privados de don Leonardo
Flores; por diez mariachis acomodados en traspatios y caballerizas, para
complacer a quienes no llegaban a figurar en primera categoría, pero eran
excelentes clientes en diversas
actividades comerciales de don Chema padre y señora; más sinfín de “combos” tocando sobre aceras exteriores
adyacentes a enorme mansión. Tocaban sobre tales aceras para complacer a toda
aquella plebe y a servidumbre doméstica, comercial y agrícola de familia Guerrero-Flores,
pues al interior sólo estaba gente “distinguida” o “desinfectada”; pero sólo en
aspectos económicos, pues gran mayoría eran burros cargados de “pisto”. Se
repartía diluvio de licores finos y ordinarios de acuerdo a escala social
preestablecida; comida en abundancia y más música de alegres tropicales combos
tocando más allá, en calles y aceras del vecindario. Fiesta de bodas duró más
de 48hrs. Orquestas se turnaron repartiéndose en diversos horarios; lo mismo
mariachis y combos. Empezó a 10:00hrs de ese 12 de diciembre para terminar al
anochecer del día 14, cuando toda la “crema” se había retirado, quedando
presente sólo la “majada”, servidumbre
y par de anfitriones; pues jóvenes
nuevos esposos, a 04:00pm del primer día de festividades abandonaron tan elegante
reunión para ser transportados hasta aeropuerto internacional de Ilopango, donde
tomarían vuelo de 06:00pm en avión de Pan American International Airlines con
destino a México DF. Ahí pernoctarían. Dos días después continuarían con su
deleite en playas de Acapulco; seis días más tarde volarían hasta Hawái,
terminando fabulosa luna de miel,
pasados 22 días, en Islas de Polinesia, en Tahití, para ser más específico. Afamada
agencia de viajes “Ibalaca Tours” se encargó de hacerles perfectas conexiones aéreas y hoteleras.
Al regresar del soñado viaje de bodas, ya don Chema
padre tenía lista la dote mencionada en primera parte de esta narración. Se
establecieron. En corto periodo de seis años procrearon tres hijos con los cuales
Dios les bendijo. Enterraron a glotones padres de esposa; vieron partir hacia
el exilio al hermano mayor de ella, coronel Chemita hijo. Poco tiempo después de
partir Chemita hijo, sepultaron al otro hermano de doña Esperanza: Manuel de
Jesús, —muerto en simulado accidente de tránsito en carretera Troncal del Norte, jurisdicción La
Palma, departamento de Chalatenango, tal cual fue dicho en párrafos anteriores—.
Vieron morir a su tío, don Leonardo Flores, y muchos acontecimientos más, largo
de enumerar. También miraron crecer sus fortunas personales. Aceptaron
resignados desigual reparto de cuantiosa herencia paterna; quedándose con mayor
parte José Mauricio y huérfanos del difunto Manuel de Jesús. Estos últimos
vendieron a terceros y se marcharon a vivir a Guatemala con objetivo de administrar
bienes raíces de “Chapinlandia”. Coronel Chemita hijo también vino a vender su
herencia, pues estaba radicado en México DF, sin pensar volver a este nido de
víboras y ratas. Allá en México invirtió en ganadería, actividad conocida a
perfección por él, pues aquí la había aprendido cuando su padre transaba con hacienda
San Lorenzo. En esos años Próspero Galán Burgos se aficionó a bebidas alcohólicas
y tranquilizantes menores; lo mismo que
a faldas fáciles y a lujos desmedidos del turismo solitario, de joyas
exclusivas y del vestir fino. Mientras tanto, doña Esperanza se desilusionaba
cada día más. Quizás perdía el amor para con su esposo.
*****
Matrimonio Galán-Guerrero, 1978, 12 años
después de aquella su deslumbrante boda, fueron invitados-padrinos a presenciar
y participar en otra boda rimbombante; otra boda tipo realeza inglesa en
miniatura: se casaba último hijo legítimo del señor don Napoleón Quezada y doña
Ernestina Coto de Quezada, llamado don René Quezada Coto, con majestuosa señorita
Cecilia Saballos Munguía, hija del señor doctor Carlos Saballos y señora Doña
Gilma Munguía de Saballos. —Tan cultísimo doctor Saballos era químico farmacéutico
nicaragüense de renombre; y esposa, miembro de principales familias cafetaleras,
algodoneras y financieras del Oriente salvadoreño. Este ejemplar matrimonio
Saballos-Munguía había fincado su residencia en maravilloso pueblo o ciudad
Quezaltepeque—. Boda de esta “Verena Alejandrina Saballos” se realizó casi en
privado; pues sólo fueron invitadas 14 familias más prominentes de tal
localidad. Resto fue de la mejor sociedad de: San Salvador, Berlín, Santiago de
María, Usulután, San Miguel y Managua. Nupcias civiles y religiosas se
efectuaron en dos inmensas salas sociales del castillete y en capilla privada residencial
del novio, por orden respectivo; o sea, en mansión de finca Santa Cruz. Recepción
social se llevó a cabo en extensos jardines bajo frescos: cedros, conacastes,
bálsamos y copinoles de mencionada finca. Se sirvió el mejor whisky escocés e insuperable
ron centroamericano “Zacapa Centenario”, destilado y añejado en barriles de
roble blanco durante 23 años en la hermana república de Guatemala, —ron igual o
superior a escoceses de 12 ó más años—. Cocineros, traídos en exclusiva desde hotel
chapín “Cortijo de las Flores” en Antigua de Guatemala, adobaron carnes de:
faisanes, venados silvestres cazados por don Napoleón padre con su jauría de 80
sabuesos pura sangre; similar preparación les dieron a docena y media de
tepezcuintes que don Raúl Sarmiento Canizales había cazado de antemano para
regalar a incipiente pareja. Don Felipe García Salinas había ido a pescar hasta
río Bandera, Sonsonete, el cada día más escaso pescado “tepemechín”, ¡sabrosura palatina!, carente todo él de peligrosas
espinas. Hubo, además, carne de “pajuil”
traído de Nacaome, Honduras y de Somoto, Nicaragua. —Dícese de esta carne, lo
mismo del tepemechín y tepezcuinte: no hay en todo el mundo carnes más sabrosas;
por tanto, constituye ambrosias o “bocados de cardenal”.
Para entonces, 1978, descontento social se estaba
acrecentando; pero no había explotado. Organizaciones campesinas desposeídas de
Ejidos y Realengos desde 1879-81, sobre todo FECCAS y UTC, también organizaciones
estudiantiles y obreras: MERS y UNTS, en orden respectivo, entre otras, estaban
combatiendo con ideologías democráticas al recién ascendido gobierno
fraudulento del milico Carlos Humberto Romero. Señor Arzobispo de San Salvador,
también recién nombrado por el Vaticano, combatía desde sagrada cátedra: injusticias,
asesinatos y represión contra clases más desposeídas y disidentes. Por ironía,
Arzobispo, —quien después fue martirizado al asesinarlo a bala mientras
oficiaba santa misa en capilla de un hospitalito para cancerosos pobres en El Salvador;
asesinato ordenado por un tal Dabuisón, creador y criador de fatídicos
escuadrones de la muerte—, llevaba mismo apellido del carnicero en turno.
Entonces, si alguien mencionaba apellido Romero, pregunta obligada era: ¿cuál
Romero: el malo o el bueno?
Don Napoleón Quezada, padre del desposado, previniendo cualquier intromisión
por delincuentes políticos, sociales o comunes, giró invitación especial al
director general de mal llamada “benemérita”
guardia nacional; pero éste no pudo hacer presencia, ordenando al comandante de
puesto local de “correyuda” desplegar diez parejas de guardias nacionales
alrededor de la tantas veces mencionada finca, para garantizar seguridad a selecta
concurrencia. Así se hizo. Teniente o subteniente comandante de puesto local
con su contingente, se hizo presente desde tempranas horas en la tarde, pues ceremonias
principiarían a 07:00pm (a lo inglés) prolongándose
tal fiesta hasta amanecer; pero, don Napoleón Quezada y doña Ernestina, padres
del novio y dueños de la mansión, —se repite—, invitaron “de boca” al susodicho teniente. Éste, ni lerdo ni perezoso aceptó
complacido. De prisa se fue hasta el local de comandancia situada en cercanías del
centro penal local, frente al taller mecánico-automotor propiedad de don Juan
Francisco Morán Pinto (don Nito), para camuflarse de persona humana con traje
azul negro o conocido por “el de reír y
llorar”. Así se presentó a 07:00pm en punto, cuando todavía ningún invitado
se había hecho presente. Ceremonia comenzó de acuerdo a tradicional
impuntualidad salvadoreña (08:00pm), no a la inglesa. Entonces, 75% de invitados estaban presentes,
incluyendo a flamantes esposos Galán-Guerrero, quienes eran parte de escasos
invitados locales. Notario Álvaro Marinero, —quien a posteriori fue protector
de señorita bachiller Lupita— en sala principal de tal mansión efectuó aquella
ceremonia civil; luego, en capilla barroca residencial, presbítero Juan Roberto
Trejo, cura párroco-vicario de Quezaltepeque, procedió a celebrar ceremonia
católica. No hubo coros, pues suegros y consuegros prefirieron gastar más en comer,
beber y bailar, que en pormenores baladíes religiosos, porque múltiples integrantes
corales serían plebeyos no gratos. Breve homilía pronunciada por “nueva-olero” presbítero
Juan Roberto Trejo estuvo encaminada de forma sutil a recalcar cumplimiento de futuras
obligaciones sociales cristianas de nueva pareja, y a disimulada crítica por despilfarro,
mientras a escasos 300 ó 400mts en callejón al cantón Platanillos, muchos
moradores en casuchas con primitivos techos de paja y paredes con varas de
jalacate, hojalatas herrumbrosas o simples cartones, estaban siendo maltratados
e interrogados por 10 ó 15 parejas de guardias nacionales garantes externos de exclusiva
boda.
Terminadas tales ceremonias, aristocrática concurrencia bulliciosa se
repartió en múltiples mesas alrededor del zoológico privado; zoológico
desinfectado con aromas y jabones especiales comprados para el caso en tienda
veterinaria “Supervet” de San
Salvador. Por desgracia del destino, en mesa asignada a parejas Galán-Guerrero
y a Granados-López sobraba un asiento; en él, doña Ernestina de Quezada, anfitriona
principal, acomodó al comandante local de la ya empalagosa benemérita. El tal
teniente, al cabo de ¾ de hora estaba medio borracho, dándose lujo de dirigir
piropos vulgares a señoras jóvenes de tan
distinguida concurrencia, en especial a monumental señora Guerrero de Galán.
Esto obligó, a 11:30pm, al retiro para su domicilio del matrimonio
Galán-Guerrero. Don Napoleón Quezada, antiguo “prudista”, en esa actualidad
“pecenista” fanático, estaba mordido contra señor sacerdote Trejo por conceptos
vertidos por éste en homilía reciente. De inmediato, a primera oportunidad, 10:00pm,
lo increpó de la siguiente manera:
—
¡Óigame padre Trejo!: nunca he imaginado tenerle a usted como enemigo personal. Usted bien sabe todo lo profesado por
nosotros para con su persona y para con nuestra madre iglesia; pero Usted ahora
la “cagó” con ese su discursillo “nueva-olero” o mejor dicho: comunista. Usted
está permitiendo que nosotros, abnegados finqueros, ganaderos y macro
comerciantes locales, le retiremos apoyo y nos pasemos a testigos de Jehová.
Sacerdote Trejo sobrio, sonriente, aún vistiendo negra
sotana, contradijo:
—Cálmese
don Napoleón. Palabra divina es eterna; pero ha sido tergiversada a través de
los siglos en beneficio de minorías europeas y ahora americanas para tolerar explotación
de los más pobres y ofrecer a éstos sólo consuelo del paraíso celestial después
de muerte física; pues el…
Don Napoleón no dejó terminar la siguiente
frase del sacerdote, porque de inmediato se puso en pie, rompiendo fino vaso
cristal Murano conteniendo carísimo ron guatemalteco ya mencionado contra cuero
cabelludo del religioso. Teniente “correyudo” al instante se puso a órdenes del
anfitrión para arrestar, meter preso o hacer desaparecer al insolente cura;
pero inmediata y oportuna intervención de: don Miguelito Menéndez Bolaños, don
Toñito Quesada López y don Joaquín Alfaro Brizuela con don Próspero Galán
Burgos, impidieron que aquel penoso incidente se agravara más. En automotor
todo-terreno “cheerokee” de uno de tantos selectos concurrentes, fue evacuado
el sangrante abad Juan Roberto Trejo hasta puesto de primeros auxilios en inmediata
ciudad quezalteca o ciudad de “güegüechos”. Por fortuna, lesión
contusa-contundente no revestía alguna gravedad. Dicho religioso tampoco
presentó demanda judicial contra del agresor.
Pocos meses después de este penoso incidente, don René
Quezada Coto, recién casado, junto con cuatro
parejas de GN incursionaron en hacienda “Asunción”, jurisdicción municipal de
Suchitoto, propiedad de don Napoleón Quezada, su padre, para desalojar a pobres
colonos catalogados por él de ser comunistas y ladrones, habiéndose producido enfrentamiento
armado, con muerte de tres campesinos y de un guardia nacional. A raíz de agresión
contra el cura y estas últimas muertes, numeroso grupo de campesinos
organizados en UTC por otro sacerdote: Inocencio Alas, suchitotense, se hizo
presente en mansión quezalteca Finca Santa Cruz, para hacer justicia
revolucionaria; pero al no encontrar a varones, sólo a doña Ernestina, esposa y
madre respectiva de aquéllos, comunicaron a ésta el objetivo de esa visita,
prometiendo volver por la tarde o a la mañana siguiente. Para esa misma tarde, señores
Quezada Coto habían abandonado la ciudad, dejando en silencio tan lujosa
morada; sólo vigilada por tres mayordomos de confianza quienes, al tratar de hacer
frente a enfurecidos campesinos, encontraron la muerte en jardines y salones de
medieval estancia. El más conocido mayordomo occiso era don Marcos Chávez,
padre del jovencito Carlos Chávez (Calín), quien aún lo llora. Animales del zoológico
fueron liberados. Hambrientas turbas marginales, en pocos días desmantelaron
lujosa residencia, dejando erguidas sólo paredes. 80 sabuesos pura sangre constituyentes
de jauría mencionada en anteriores párrafos, fueron puestos en libertad por enfurecidos
sublevados de UTC. Estos perros eran vistos deambulando por mercados citadinos o hurgando en basureros
municipales; Además, disputándose con fiereza por hambre, extremidades, más
vísceras humanas diseminadas por callejones y veredas cantonales del alterado municipio;
pues cacería humana llevada a cabo por incipientes e insipientes escuadrones
de muerte pro oligárquicos, se iniciaba hasta prolongarse por infernales 14 años
o más.
Con caída del milico presidente Carlos Humberto Romero,
—15 de octubre en 1979—, último fraudulento milico impuesto por PCN o “partido
de manitas mañosas”, reino del terror acrecentó en 20,500kms2 nacionales. Esto
obligó a terratenientes, industriales y fuertes comerciantes quezaltecos con
sus adláteres, a emigrar presurosos. Total: a finales de 1981 sobraban dedos de
una sola mano para contar a quedados. Entre ellos estaban esposos
Galán-Guerrero. Unos emigraron hacia el extranjero; la mayoría buscó seguridad
en ciudades más grandes del país: San Salvador, Santa Ana, Santa Tecla y más.
*****
Desde aquella noche en la celebración de
elegante boda Quezada-Saballos, aquel comandante local “benemérito” quedó, con
malignidad, enamorado de guapa joven señora de Galán Burgos. Maligno tipo fue
trasladado a otras comandancias de pueblos distantes; pero, concupiscente acoso
sexual contra sensual doña Esperanza no disminuyó. Aprovechaba, pues conocía, infalibles
ausencias dominicales vespertinas del esposo infiel. Entonces hacía indiscretas
visitas al bazar o, al menos, llamadas telefónicas de larga distancia
continuando el acoso, amenazándola con atentar contra de cualquier ser querido,
si tal doña no prestaba debida atención. Al cometer el esposo grave error de encaramar en la “montero” a insospechada
Comandante guerrillera no guanaca, y aparecer ocho días después, acosador sexual
estaba, por su cargo, enterado de todos los pormenores del asunto.
Aprovechándose de esas sucias circunstancias, con mismas amenazas incrementó acoso.
Esperanza habló al respecto con su hermano José Mauricio quien, muy acobardado
le dijo:
—
¡Ay, mi hermanita!: Yo he vivido en entrañas de ese mismo monstruo. Al pedir la
baja del ejército no lo hice tanto por muerte de nuestro padre: lo hice por atrocidades presenciadas y cometidas por mí contra
de indefensos como tú. Creo: te será imposible liberarte de los ojos de uno
como ése. Si no deseas males mayores para ti, para tus 3 hijitos o para mí,
debes acceder (no accesar) a sus
requerimientos. Por otro lado: el tal Próspero ni buena vida te da.
Ella permaneció callada, pensativa. Abandonó la casa
del hermano con muchas contradictorias ideas bulléndole en su mente.
*****
La madrugada del domingo de resurrección
de 1982, mientras el pueblo católico se aprestaba a iniciar procesión del Ángel
del Farolito y su esposo infiel allá en quebrada “El Ujushte” esperaba 03:00am para ser llevado por compitas hasta pueblo
Aguilares, doña Esperanza sucumbía frente al insistente acoso desvergonzado,
habiendo abierto la puerta a 01:00hrs. La abrió para recibir en su morada a ese
tantas veces citado rufián GN. Al amanecer del mismo domingo de resurrección
(06:00am) al presentarse el infeliz esposo en la calle frente al altillo del
bazar Lupita para darle explicaciones respectivas no pedidas, se produjo tan agrio
intercambio de palabras ya conocido.
Con hospitalización del “sementalito” frustrado, más
su desesperada posterior marcha hacia el extranjero, mentado amante tomó más
fuerzas y más domino en voluntad de tan débil
y desamparada fémina; dominio acrecentado cinco años más tarde al regresar aquél de
EEUU y de inmediato incorporarse a filas insurgentes bajo órdenes de aquella
otra elegante y valerosa fémina, quien en un dos por tres le había anulado sus
pretensiones deshonestas a la entrada del ya empalagoso motel. Maldito
subteniente, —cuyo nombre no merece figurar escrito en este texto—, movió
palancas e influencias para conseguir de nuevo ser trasladado a comandancia
local quezalteca, lo cual fue logrado. Su cotidiana y aterradora presencia en
casa de doña Esperanza terminó al conmemorarse con rezos nocturnos el cabo de nueve
días de la muerte por asesinato de doña Domitila (asesinada por nazi-fascistas escuadrones
de muerte dirigidos por tan criminal subteniente). Éste fue ajusticiado por su
misma guardia de seguridad personal, al pretender engañar a astuta insurgencia,
sacando por fuerza hasta azotea residencial a tan desdichada mujer, para que ésta fuese
confundida con él y muriera acribillada a balazos disparados por numerosos
francotiradores acechando, apostados en terrazas altas de varios edificios
céntricos aledaños a casa de morena señora. Al ocurrir muerte violenta del
acosador, al instante doña Esperanza sufrió extraña transformación hacia la
alegría, a pesar de encontrarse en medio del infierno bélico, —contó al joven
hijo de la doña el guardia nacional cautivo, al reorganizarse aquella madrugada
de noviembre allá en riberas del río las
Cañas para marchar después a toma de colonia Escalón. El guardia prisionero
continuó hablando:
—Mis
padres fueron colonos de tus abuelos maternos: don José María padre y doña
Filomena. Tus abuelitos siempre fueron magnánimos con nosotros: niños
campesinos humildes. Yo logré ingresar a este cuerpo represivo por recomendaciones
directas de don Chemita hijo, tu tío, cuando él las podía con el gobierno del
coronel Julio A. Rivera; a grado de no requerir presentar, porque no lo había
estudiado, certificado de “Plan Básico”
pues apenas con ayuda de doña Filomena, quien me proporcionaba alojamiento y
alimentación gratis en su casa, pude terminar sexto grado. Yo recuerdo muy bien
a tu mamá cuando era jovencita: siempre llegaba a la hacienda “Estaquerías” donde
nosotros éramos unos de múltiples colonos; llegaba con regalos consistentes en:
ropita nueva, calzado también nuevo, dulces, golosinas y más; en Navidad y Año
Nuevo nos llegaba a obsequiar: cohetes, piñatas y juguetes; dándonos a creer
que tales donativos eran enviados por Santo Niño Dios. También recuerdo a tu padre,
don Prospero, quien a dichosa señorita siempre la acompañaba como novio y
después como esposo. Por tanto: mi cariño, respeto y fidelidad hacia ustedes nunca
murió, aunque en el cuartel central de GN siempre nos infundieron odio contra
del civil y obediencia ciega sólo al militar, pues el militar era símbolo
viviente de la patria. Por eso, —relató el prostituido campesino quien al parecer
estaba comprendiendo efectos del opio mental inculcado en su cerebro.
Prosiguió—: No me tenté los “hígados”
para acribillar a ese esbirro en la menor oportunidad. Lo volvería hacer mil
veces si el caso se presentare otras mil veces más. —Jadeante por emoción, con
lagrimones rodando por sus curtidas mejillas, tosco campesino GN continuó—: la ráfaga a quemarropa disparada por estas
manitas agradecidas, doblegaron al instante al malvado. Doña Esperanza, quien
temprano de la noche me había visto y a propósito me ignoraba, cayó en mis
brazos. Luego, poniéndose de rodillas con manos elevadas hacia el cielo me
dijo: “¡Gracias Julián Guardado, mil veces gracias colono del alma! Nuestro
Dios te ha mandado para mi liberación. Ahora soy libre y no temo ni a la
metralla vomitando fuego allá afuera”; pero antes, — prosiguió el
prisionero—: yo ya había narrado a mis
otros 3 compañeros tantas bondades de tu madre, de tus abuelos y de tu padre.
Ellos me comprendieron al instante; luego sacamos sábana blanca cual bandera de
paz. El fuego guerrillero se suspendió. Ello nos permitió evacuar el cadáver
hasta acera opuesta: allí lo abandonamos. Ahora, joven Galán Guerrero, disponga
usted lo más conveniente para con este miserable.
Prosperito consultó con Úrsula, Guerrillera no guanaca, quien
esa noche del 15 de noviembre en 1989 había escuchado todo el relato. De común
acuerdo accedieron a dejarlo en libertad; pero el prisionero prefirió incorporarse
desarmado al contingente, sólo como auxiliar de servicios. Prosperito le
entregó un rifle G3 en señal de confianza. De más está narrar la fidelidad
demostrada en lo sucesivo por el campesino libertador de doña Esperanza. Ya
libre de ese embrujo diabólico, señora Esperanza trató de contactar con su
guerrillero esposo; pero fue imposible. Tampoco pudo comunicarse con su hijo,
pues ellos andaban muy atareados en montañas buscando libertad conculcada por
el opresor. Ante constante amenaza de fuerzas del mal, doña Esperanza optó por
exiliarse en Costa Rica, —donde estaba exiliado René Quezada Coto con su esposa
Cecilia—. Torcida doña Esperanza pronto vino a vender los pocos haberes aún
conservados, regresando a misma Costa Rica donde, don René y don Bernardo
Masferrer, —otro paisano exiliado—, ayudáronle a ingresar en convento de monjitas
caritativas a nivel internacional, a quienes no interesaba en absoluto tal
factor dinero. Al parecer, ahora se encuentra en calles de Calcuta al servicio
de los más pobres de los pobres, sin importarle: color de piel, ni de ojos, ni sexo,
ni edad, ni nacionalidad, ni cultura, ni religión profesada por el o los
sufrientes. Sólo le interesa servir al humano desvalido, hecho a imagen y
semejanza del Dios universal.
Don Próspero Galán Burgos pudo haber muerto combatiendo
e ignorando por completo tan sabia decisión tomada por su esposa. Ésta se
enteró de la posible muerte de aquél dos años después, al lograr comunicación con
sus hijos: Lupita y Prosperito, residentes en México DF en casa-hogar del tío
Chemita hijo e incorporados a vida profesional y estudiantil, en forma
respectiva, de esa hermana gran nación; la cual ahora empieza a ascender al
calvario (uno de enero en 1994) ya ascendido por nosotros; pero, con
inteligencia y sin derramamiento de sangre humana hermana, lo superará.
A última hora doña Esperanza ha sabido algo más
positivo y reciente de su querido hijito: Prosperito se había marchado hasta
Cuba por invitación expresa del comandante supremo de Gloriosa Revolución
Cubana, Señor Doctor Don Fidel Castro Ruz, para continuar en Facultad de
Medicina de Universidad de La
Habana, carrera ya empezada en UNAM. Esa Facultad cubana es
una de tres mejores Facultades a nivel mundial. ¡Léase bien!: ¡A nivel mundial!
(no del segundo, ni del tercero, ni del cuarto mundo; sino a nivel de todo el
planeta Tierra). Allí, por preclara inteligencia, por su profundo amor con
respeto a libertades patrias ahora conculcadas, por su acentuado respeto a Derechos
Humanos, por heroicidad demostrada en pasada guerra civil salvadoreña, por complexión
y rendimiento atlético coronará, Dios mediante, tan difícil y hermosa carrera
de Hipócrates e Imhotep.
—Algún
cercano día, madre mía, estaremos reunidos en nuestro querido país ya en
completa paz—, decía Prosperito en misiva reciente a su abnegada y sufrida
madre.
Esperamos que eso pronto sea así.
C O N T I N U A R Á