H E R E J Í A S
Cuarta entrega
XIX
Incesto del Jacobo17, nauseosa poligamia:
incesto con hermanas, poligamia con criadas.
Estafa hacia Esaú por lentejas aguadas
y aquella bendición robada con infamia.
¿Podrá Dios bendecir a bribones con rabia?18
¿Podrá ÉL arrebatar las tierras ya labradas
y grandiosas ciudades con casas habitadas,
dándolas a gañanes sin una mente sabia?
En el nombre de Dios se han cometido crímenes;
se han violado doncellas rompiéndoles sus hímenes19;
se ha sometido a razas hasta volverlas siervas;
se atropellan países anulando culturas,
buscando los dorados, cavando sepulturas
en África, en América, saqueando sus reservas.
XX
Pan u hostias de católicos venían tras espada
a destruir religiones, creando santos morenos;
a derribar Estelas de los Mayas serenos
cuyas vidas en paz se trocaron en nada.
Esclavitud atroz pronto fue nominada
con mote de encomiendas para cristianos buenos.
Con ese subterfugio peninsulares llenos
de codicia y lujuria, con tez desenfrenada,
robaron teogonías y destruyeron templos
sagrados de nativos, quienes daban ejemplos
del respeto a esta Tierra, madre de gran Creación.
Desde ambas Californias, hasta Tierras del Fuego,
soldadesca inhumana, conducta de cabrón,
paseó injustos pendones, también su infernal ego.
Más al norte glorioso de nuestro continente:
─tierra de Grandes Lagos y Mississippi hermoso─,
llegaron los ingleses de apetito goloso
y enseñando una cruz mataron mucha gente.
En nombre de Jesús, de esa raza inclemente,
Pieles Roja sufrieron un oprobio espantoso;
asimismo el Apache tuvo fin ominoso
y muchas otras tribus del oriente al poniente.
Religiones han sido alcahuetas madrinas
de hordas imperialistas y actuales asesinas,
quienes buscaron oros, y hoy se roban petróleos.
Se ve claro por real rito acomodaticio
por más de treinta siglos causando vil suplicio.
Ellos se justifican marcando santos óleos.
XXII
Desde Jorge Viteri20, aquí, en El Salvador;
desde aquel narizón21, falso prócer, vendido
al imperio del Norte, poder recién nacido,
sufrimos cruel tragedia buscando al Redentor.
Soberbio Tamagás, diácono del terror,
─de vicentina diócesis, obispo malquerido─,
vendió al campesinado, ¡pobre pueblo oprimido!
Entonces Cristo Rey, fue dios del represor.
Con Vaticano Dos se abrió alguna esperanza;
Colombia, Medellín, aminoró el estrés;
mas, vino Tamagás a “bendecir” matanza.
Sacerdotes muy jóvenes, creyentes en el Credo
del Nuevo Vaticano de don Juan Veintitrés22,
derramaron su sangre, o huyeron por el miedo.
20VITERI Y UNGO: primer obispo de San Salvador, quien vino a echar por tierra las pretensiones del “prócer” 21JOSÉ MATÍAS DELGADO; pues éste, después de haber regresado de E. U. para ofrecernos como esclavos a un nuevo amo, quería auto imponerse, como obispo, en contra del papado. 22DON JUAN VEINTITRÉS: Ángel José Roncalli o Papa Juan XXIII.
XXIII
El Supremo Arzobispo, —década del setenta—,
llamado Oscar Arnulfo Romero y Galdámez,
fue sola golondrina luchando contra infames
hasta ofrendar su vida, —marzo del año ochenta—.
Es único Arzobispo de esa religión cruenta
llevado hasta el martirio por balas criminales
de bellacos ladrones con sucios capitales
quienes nombrando a un dios, provocaron tormenta.
Esos ladrones ricos, bien vistos por pastores;
por rabinos y curas; por brujos más imanes23,
estallaron petardos cuando el asesinato
de Don Oscar Arnulfo, buen hombre sin temores
a tanta ingratitud de curas y rufianes.
Pretenden para él, insulso anonimato.
XXIV
Pudiérase escribir millardos de sonetos
con poesía mayor o simples sonetillos;
con orquestas sinfónicas o canto de mil grillos,
para hacer de los tímidos mil personajes netos;
de los supersticiosos, construir hombres completos
y a tantos ignorantes, sacarles, de alma, brillos,
para así conducirles por caminos sencillos
hasta el Gran Mero-Mero, carente de secretos.
Creemos demostrar con estos pocos versos
la persistencia audaz de cristianos perversos
pensando en sus bolsillos. ¿Y Dios?: … Una mampara.
Igual de musulmanes y ortodoxos sionistas
buscando contrabandos y otras inmundas pistas…
¿¡Cuándo esta democracia controlará esa ‘mara’24!?
23 IMANES: sacerdotes del culto musulmán; 24MARA: pandilla de hombres malhechores jóvenes.
CONTINUARÁ