N O V E L A
LA CUERRILLERA JAGUAR
Por
Ramón F Chávez Cañas
Continuación del capítulo II
Debido a
tan descarada agresión contra clase obrera, dijo Comandancia General del FMLN:
“Abandonamos negociaciones y recrudeceremos
acciones bélicas”. En efecto, aquella Insurgencia no se presentó a la mesa
allá en un pueblito mexicano, empezando a organizarse con celeridad para llevar
a cabo gran ofensiva en Área Metropolitana de San Salvador a partir de 2da
semana del mes siguiente. 11de noviembre: relativa aparente calma reinante en periferia
metropolitana, en 10 ó 12 ciudades más importantes del país, incluyendo a Patriótica ciudad Tecoluca —por su
rebeldía contra opresión desde antes de aquellos tiempos del Prócer
Indio Aquino en 1833—, muy temprano se vio amenazada por afluencia y
confluencia de numerosas personas desconocidas en gran mayoría jóvenes bien armados
y uniformados portando alrededor del cuello pañuelos rojos con letras blancas
(FMLN). Esto fue más inquietante al oriente capitalino, en colonias de
Soyapango; pues entre 04:00pm y 05:00pm, desde riberas del río Las Cañas y
desde cerritos vecinos, empezaron a confluir contingentes rebeldes armados
desde coronilla hasta dedos gordos. Lo mismo sucedió en 4 u 8 puntos cardinales
del Área Metropolitana. Al sur: barrio San Jacinto, con múltiples colonias
pobres, —desnudadas 3 años atrás por terremoto del 10 de octubre en 1986—; al
norte: ciudad Mejicanos, Ayutuxtepeque, Cuscatancingo y Apopa, con hormigueros
humanos; al nororiente: villa o ciudad Delgado con colmenares de vivienda mínima;
al poniente y sur poniente: Ciudad Merliot, Antiguo Cuscatlán y Santa Tecla, con
sus habitantes de clase baja alta, y clase media baja en su mayoría, más cien
etcéteras.
A 09:00pm
de ese memorable 11de noviembre, desde vecina ciudad Santa Tecla se empezó a
escuchar aquel concierto infernal con enorme gama y gran frecuencia de
explosiones a distancia desde 6 hasta 15kms en dirección a rumbos dichos. El
concierto demoníaco era tan infernal que duró, sin mermar intensidad, hasta amanecer
y más allá del día 12. Era tan fabuloso el estruendo de tantas armas de guerra,
que muchas personas lo han comparado con celebración de 40 años nuevos juntos y
seguidos en toda el Área Metropolitana de San Salvador (AMSS).
*****
Enfoquemos
columna de nuestros personajes: señorita Úrsula siempre fue inamovible Comandante Guerrillera no guanaca.
Otro heroico varón quien no pudo ser identificado porque murió en primeras de
cambio, era subcomandante. Teniente Galán Burgos había sido
nombrado asistente de señorita Comandante, ya con grado de capitán. Soldado raso
Galán
Guerrero, quien por admirables méritos ostentaba grado de teniente,
era efectivo encargado logístico. Don Agapito
fue insustituible asistente de P r o s p e r i t o. A 06:00pm se
reagruparon bajo gigantescos conacastes cercanos a Unicentro soyapaneco. —Las
06:00pm salvadoreñas son oscuras en noviembre, diciembre y enero—; pero más
oscura desde hace 500 años, es conciencia de oligarcas con testaferros, más malinchistas-estomáquicos.
Nuevo
capitán Galán pasó lista a secciones componentes del contingente
comandado por Úrsula. Temprano en la tarde habían estudiado mapa actualizado
del municipio e incontables nuevas colonias, no habiendo sido necesario
deliberar más. Después de cenar esperaron órdenes de Comandancia General en exilio
para iniciar duros combates. Ésta llegó a 07:15pm en voz radioeléctrica inconfundible
y clara por varonil, del médico Doctor Miguel Ángel Sáenz Varela,
comunista desde adolescencia, negociador en diferentes rondas del diálogo en el
extranjero. Desalojaron a clientes y trabajadores del súper mercado Unicentro,
propiedad de familias opulentas, establecido en cercanías de hermosos
conacastes, —tal cual ya se dijo—. Ahí asentaron su cuartel general temporal.
Sólo se proveyeron de comestibles, agua potable, más ropa de abrigo. Ahí
quedaron: licores, tabacos y suntuarios. Una sub-columna partió buscando colonia
Guadalupe; otra, el centro del Viejo Soyapango y, la tercera, comandada por señorita
Úrsula, su asistente y P r o s p e r i t o con tío Agapito, se encaminaron para
abrir (no “aperturar”) frente de combate en colonias Santos I y II. En esas
colonias, a 10:00pm, sostuvieron primer encuentro victorioso en cercanías de pupusería
propiedad de Lucía Maravilla, —cuyo marido: Don Jesús Alfredo Chávez Muñoz,
9 años antes había sido asesinado por escuadrones de muerte extremistas pro
oligárquicos. Fue asesinado dentro de tal pupusería. Era buscado por predicar Teología
de Liberación allá en Tecoluca, su
pueblo natal, bajo sabia orientación del presbítero católico: joven Señor Don David
Rodríguez—. Numerosas bajas gubernamentales de ese primer
enfrentamiento fueron: 16 guardias nacionales y un subteniente comandante. Capitán
Galán Burgos, por medio de altavoces les había conminado a rendición,
pues estaban rodeados por todos lados; pero al reinar confusión entre guardias nacionales y
soldaditos, unos se rindieron, otros trataron de huir abandonando armamento; 17
presentaron combate hasta ser aniquilados en un 2x3 por efectivos insurgentes.
Prisioneros rendidos fueron 28, y capturados, tratando de huir desarmados, sumaban
33. 12 ó 14 guardias apresados quisieron incorporarse a filas guerrilleras. Capitán
Galán Burgos celebraba victoria militar y moral. En su desenfrenada
euforia, estaba aceptando a “beneméritos”
rendidos. Por poco les entrega respectivas armas requisadas con munición total.
De repente apareció señorita Comandante quien a eso de 01:00am del 12 de
noviembre, estaba en otros urgentes menesteres bélicos. Le dijo:
— ¡Capitán
Galán Burgos!: ¡Suspenda de inmediato su actuación! ¡No ve, Usted: estos
prisioneros pertenecen al cuerpo represivo más salvaje conocido en nuestra
patria! Si fuesen soldaditos campesinos de Morazán, Cabañas, La Paz o San Vicente y Tecoluca, yo les creería a pie
juntillas su confesión e intención; pero, tratándose de tan sarcástica
“benemérita o correyuda”, ¡Dios nos libre!... ¡Proceda al juicio sumario, pues
no tenemos mucho tiempo!
Revisaron
cartillas de servicio cargadas por tantos capturados en espaldares mochilas de
cuero. Encontraron esto: 6 aún eran alumnos; 22 no habían cumplido primer año de servicio en nefasta institución.
A estos 28 novatos se les dejó ir, pero sólo en calzoncillos o “tangas” —donadas
por cierto turco apellidado Saca—. Al resto se le hizo juicio sumarísimo, argumentando no ser posible
pertenecer por mucho tiempo a institución criminal sin haberse vuelto criminal;
a pesar de múltiples penurias alegadas por ellos para decidirse a ingresar en
tan desprestigiado cuerpo represivo. El tribunal, después de deliberar durante
media hora, a 03:00am, halló culpables a los enjuiciados. En ese mismo lugar,
donde fue asesinado a sangre fría Don Jesús Alfredo Chávez Muñoz, se aplicó
pena de muerte por fusilamiento. 2 guardias nacionales reconocieron a P r o
s p e r i t o como hijo menor de aquella señora quezalteca, quien por “huevos” debería abrir y recibir, cada medianoche,
al jefe local de tan asquerosa GN. Después de haber pasado por las armas a esbirritos,
avanzaron para tomar posiciones diurnas, llevándose como prisioneros de guerra
a 2 agentes “correyudos” cercanos conocedores del problema Galán-Guerrero. Ese
12 de noviembre, para comunicaciones y comprobación de planes bélicos
inmediatos, se refugiaron en barrancones de un afluente del río insalubre Acelhuate.
Grueso de ejércitos subversivos combatía con heroísmo en calles, esquinas y
plazas del área metropolitana. P r o s p e r i t o, picado por ancestral
curiosidad humana, en corto momento de cese al fuego preguntó a los dos
prisioneros:
— ¿Cómo es
eso señores, por qué dicen ustedes conocerme y conocer el terrible problema de
mi señora madre?
—Yo fui guardaespaldas
del subteniente fulano de tal, amante de tu madre, —respondió uno de dos cautivos, suplicando al mismo tiempo
le aflojaran amarras, pues pulgares estaban morados cuales berenjenas maduras.
Continuó relatando—: Yo estuve presente
cuando el subteniente mencionado murió acribillado. Se efectuaba velación de su
abuelita Domitila. Valientes muchachos de áreas rurales vecinas efectuaron fuerte ataque contra puestos militares
quezaltecos, tomándose y parapetándose en azoteas de edificios más altos:
alcaldía municipal, torre campanario o reloj de la iglesia parroquial, más
edificio “Metro Mila”. Entonces, el oficial fulano, en evidente estado
alcohólico, desesperado forzaba a doña Esperanza para sacarla a balcones
de 2da
planta del Bazar Lupita, y así exponerla al fuego guerrillero directo de
franco tiradores. Nosotros, 4 guardias nacionales guardaespaldas de ese tal por
cual, tratamos de hacerle ver el cobarde atentado cometido, al exponer a
inocente mujer cual carne de cañón en tales circunstancias; pero el hombre,
endemoniado, no atendía ninguna reflexión e insistía en sacar a doña Esperanza
hasta azotea desprotegida, quedando, repito, ahí expuesta al fuego directo. Yo
me indigné y perdí noción del tiempo, distancia, seguridad y lugar. De
inmediato acribillé al enajenado superior mío. Ayudado por 3 restantes compañeros
sacamos el cadáver hasta acera de enfrente. Allí amaneció. El Sol lo saludó.
Fue registrado como una víctima más de cruel guerrilla comunista. Medios
derechistas de comunicación masiva así vendieron ese acontecimiento.
*****
Entre combatientes comandados por despampanante
Úrsula estaba un pedazo de muchacho tal vez de 25 años vitales con
escasa estatura de 01,25mts; pero de facciones normales sin parecer enano
acromegálico, cabezón o mucho peor. Este diminuto joven, quien había confesado
ser hijo legítimo de don Pío Mejicanos† y de señora Rita Cunda, había nacido en
barrio El Calvario de ciudad Tecoluca,
en departamento San Vicente. Por desgracia o fortuna había heredado la figura
completa de su padre. Todos en el campamento rebelde con cariño le llamaban “Muñequito de Cera”, pues también era
morenito oscuro sin facciones transatlánticas subsaharianas; más bien era de etnia
pipil, subraza nonualca algo degenerada; pero no en lo intelectual ni moral.
Este “Muñequito
de Cera” había sido entrenado allá, en campamento “La Cayetana” del valiente
municipio Tecoluca, para inyectar a rústicas
tanquetas, llamadas con sarcasmo “doñas Leonor”, “fabricadas” en “maestranza
del ejército”, vitaminas de TNT
dosificadas a perfección, para así contrarrestar mortífero accionar contra población
civil indefensa. Dicho enigmático “Muñequito de Cera” comenzó accionar
a 04:00am, en proximidades de pupusería
de señora Lucía Maravilla, pues ahí aparecieron 4 tanquetas hechizas. “Piíto
Mejicanos”, —tal cual le
llamara Úrsula y compañía—, ni lerdo ni perezoso, vistiendo su
inseparable ropa negra, con sus patitas “chuñas” se encaramaba, cual duende de hermanos Grimm, sobre caperuzas de las “doñas
Leonor”. De inmediato depositaba, al interior de cabina genocida y en otros
compartimientos bélicos, sendas granadas hechizas. Esa madrugada, “Muñequito
de Cera”, sin sufrir rasguño, había puesto fuera de combate a más de
media docena de tanquetas hechizas. ─“Doña Leonor” fue canción popular que decía, en unos de sus
versos: “Caramba doña Leonor, todo se le
mira”.
Al amanecer de ese día 12, era evidente dominio
rebelde en muchos suburbios del Gran San Salvador: residencia presidencial con Gato Félix Cristales Burdos en su
interior, nueva escuela militar en usurpada finca “Los Pericos” o “El Espino”,
cuartel de aviación en viejo aeropuerto Ilopango, se tambaleaban; además, 10 ó
12 ciudades de mayor importancia bélica en El Salvador, incluida ciudad Tecoluca;
pero, alto mando del ejército derechista represivo, asesorado por gringos
republicanos, argentinos de Leopoldo Galtieri, chilenos de Pinochet,
israelitas, taiwaneses y más, contando con el concurso de radiodifusora del
ejército y medios oligárquicos de comunicación social masiva, ya mencionados en
otros párrafos, desataron gran campaña de terror pidiendo, en especial, cabezas
de: Monseñor
Jerónimo Arturo Rivera y Damas, Monseñor Gregorio Rosa Chávez, del obispo
luterano Don Medardo Gómez, del sacerdote español, filósofo Don Ignacio
Ellacuría, del Eminente Médico Profesor Don Fabio Castillo Figueroa, del
Demócrata Doctor Don Guillermo Manuel Ungo, entre otros luchadores por
justicia social.
12, 13 y 14 de noviembre: pelotón insurgente de señorita
Comandante Úrsula se había agenciado múltiples victorias de infantería;
pero, ocurrió lo ya esperado: Gato Félix
Cristales Burdos y un tal general Renato
Poncil, sabedores de que fuerzas de infantería derechistas del gobierno genocida
eran 10 veces inferiores en efectividad que fuerzas en rebeldía; el día 13 soltaron
a perros de fuerza aérea. Entonces comenzó aquella carnicería contra de población
civil indefensa en colonias obreras situadas en toda la periferia del Gran San
Salvador, sobre todo en suburbios de Soyapango.
Teniente P r o s p e r i t o Galán Guerrero, con ak47 y algunas
granadas para misma arma derribó, desde día
13 hasta día 15, 5 aparatos aéreos armados, entre aeroplanos y helicópteros.
Mayores destrozos causados a población civil por bombardeos aéreos indiscriminados,
se localizaron en colonias de vivienda mínima al oriente y norte de Soyapango;
en colonia Zacamil de Mejicanos y en situadas en alrededores de Apopa, ciudad
Delgado y más.
*****
Al replegarse columnas comandadas por damita
Heroína o Guerrillera no guanaca, cumpliendo órdenes superiores, en
dirección a hondonada formada por río Las Cañas, hubo encuentro bélico
inesperado contra numerosa patrulla militar del gobierno genocida, constituida
por jóvenes analfabetos imberbes reclutados a fuerza. Pertenecían a cuartel
provinciano; por tanto: desconocían terreno beligerante soyapaneco. Sin
embargo, por factores sorpresa y numérico, capitán Galán Burgos optó por cubrir
retirada del resto de sus compañeros. Ese 15 de noviembre, entre 04:00pm y
05:00pm, parece haber librado su postrer combate después de haber resistido con
tenacidad por espacio de 40mins, causándole 28 bajas a soldaditos, más 14 del
tío Agapito, y muriendo, en apariencia, tal cual ya fue descrito.
A 07:00pm recibieron orden radiofónica de abandonar
esas vecindades para dirigirse al norte, siempre refugiándose en irregular
terreno de quebradas, hasta llegar a medianas laderas del volcán capitalino,
donde está asentada exclusiva colonia Escalón. Esta colonia era objetivo
militar inmediato de insurgentes; pues habían reconocido caro error cometido al parapetarse en colonias
periféricas más pobres, no merecedoras del respeto del ejército asesino, mucho
menos de la aviación. Durante madrugada del 16, mientras esos héroes buscaban
tomar posiciones para asalto a colonia de ladrones enriquecidos por
contrabandos, evasiones y más, ascendiendo por aquellas barranca o laderas, en recinto
de Universidad Católica Centroamericana “Doctor José Simeón Cañas” (UCA), —que
muy pronto debería llevar nombre de su Insigne Rector, Filósofo, Profeta y
Mártir: Don Ignacio Ellacuría—, se efectuaba, a sangre fría, con lujo
de barbarismo patológico, asesinato de 2 débiles mujeres y de 6 indefensos
sacerdotes jesuitas, incluyendo al Rector Ignacio Ellacuría. Quiérase o
no, este repugnante crimen (todo crimen es repugnante) viró en 180º el curso de
guerra civil salvadoreña, pues despertó en conciencia del orbe civilizado, repudio
en contra del salvajismo demostrado desde siempre por casta militar mafiosa
nuestra, y volcaron simpatías a favor de causas democráticas de insurgencia. Incluso en
Washington: Reagan, Bush, Helms,
Kirpartriks etcétera, estaban “ahuevados”
por canalladas cometidas acá por sus pupilos, viéndose presionados por
electores a suspender “ayuda letal” y apresurar futuras conversaciones de paz.
Teniente Prosperito Galán Guerrero, con “Muñequito de Cera” más otros 7 combatientes,
incluyendo a incierta señorita “pechita”, al parecer maestra de educación
primaria cuyo nombre se escapa, ascendieron desde profunda quebrada para tomar
posición en cierto tramo de entonces avenida República Federal de Alemania.
Otras células hicieron igual en diferentes tramos de misma avenida; en fin, en
toda esa enorme colonia opulenta. Requisaron, casa por casa, todo armamento civil
y militar encontrado. Si alguna de esas casas se negase a abrir puertas o
portones garajes, tenían orden, y así cumplían: derribar tales portones con TNT
dosificada a perfección para no causar mayores daños a la, o a propiedades
vecinas. Palancón teniente, enano Piíto y pechita combatiente con otros integrantes,
causaban, —confesó conocido abogado publicista de apellido Moreno Monge, cuya
casa fue cateada y habitada por mismos cateadores durante 3 largos días con noches—,
hilaridad, lástima, compasión, algo de amor y admiración. Hilaridad: porque le
recordaba aquella pareja de saltimbanquis de circos ( gigante y enano);
lástima: pues se les notaba extenuados y hambrientos, aun turnándose para
dormir mientras 2 hacían guardia durante 4hrs; admiración: porque a pesar de tener
ventajas por medio de armas gruesas, siempre fueron respetuosos con el abogado-publicista
y familia; amor: porque el publicista abogado es masón y masones deberían ser
todo amor; compasión: porque todo ser humano, sin excepción, debería
despertarnos compasión en circunstancias difíciles. Al retirarse, “honorables
huéspedes” y anfitriones rehenes, se dieron adelantado abrazo de paz. Doctor Pedro
Leonel Moreno Monge les regaló gustoso, 3 ó 4 paquetes de cigarrillos marca
extranjera, con 10 cajetillas de 20 cigarrillos cada una. P r o s p e r i t o no
fumaba; mas, aceptó para llevárselos a tantos camaradas tabaquistas. Este “Palo
de Coco” no estuvo presente en toma del hotel de 4 estrellas llamado Sheraton,
donde hicieron prisioneros de guerra a varios “marines” y al brasileño doctor Joao
Baena Soares, Secretario General de OEA. Por eso no se entrará en detalles al respecto.
Con moral en alto, entre 20 y 30, fechas de ese mismo
mes, tales insurrectos civiles regresaron a campamentos rurales. Guerra civil parecía
eternizarse, pues ni derechistas quienes
costaban a “areneros” gringos friolera diaria de ¢10,000.000ºº (colones); ni bravío ejército rebelde, mantenido sólo por
coraje de sus componentes e infinita ayuda del pueblo pobre de El Salvador, más
colaboración espontánea de algunos gobiernos del mundo, gobiernos también
pobres; no daban muestras de triunfo a corto o mediano plazo. Llegaron otra vez
las navidades y fiestas del fin de año, habiéndose celebrado en forma bastante
similar al año anterior; pero esta vez no hubo armisticio.
El 16 de enero de 1990, todas las comandancias
subversivas del país recibieron, desde Comandancia General radicada en México, orden
de reclutar entre todos los combatientes, al menos centenar de jóvenes entre 20
y 35 años de edad; de 1.80mts de altura mínima, de 180 hasta 210 libras libres.
Tal comunicado no especificaba cuál sería misión o misiones a cumplir por estos
hercúleos varones; pero hacía hincapié en urgencia de documentarlos con pasaportes
y visas mexicanas, dando plazo máximo de 4 semanas para viajar hasta Distrito
Federal. Deberían viajar por vía aérea en grupos disimulados no mayores de 6
por vuelo. Para 15 de febrero, rezaba el comunicado, es urgente que centenar o
más de muchachos haya llegado a capital mexicana, porque de lo contrario esa
gran oportunidad quizá jamás volvería a presentarse; pero, se repite, no daba
mayores explicaciones al respecto.
Señorita Úrsula convocó a 4 prospectos posibles candidatos según exigencias del
comunicado. Entre ellos estaban: Prosperito, Denis Gallardo, —quien
era entonces joven caballero de 25 años de edad, quien fue a recoger cadáveres
de su padre: Don Ovidio Gallardo Rubalcaba y de madrastra de nombre Mercedes
de Gallardo, a morgue del
cementerio en ciudad Ilobasco, 1984, cuando ellos habían regresado de su exilio
forzado en Costa Rica creyendo que jauría los había olvidado—. Tercer prospecto
se llamaba Santos Gálvez, de similares características étnicas, edades y
físicas. Al 4to gigante no se le identifica, por ahora. Señorita Comandante les
explicó el contenido del comunicado. Joven Gálvez, blanco-ladino-pecoso,
de la siguiente manera se refirió:
—Perdóneme
mi Señorita Comandante; pero ese comunicado no menciona objetivo de tan extraña convocatoria. Creemos
tener derecho a saber qué se planifica con nuestras vidas.
Intervino teniente Galán Guerrero
para replicar:
—Yo
estoy muy de acuerdo contigo, Santos Gálvez; sin embargo, deberemos comprender:
nuestra excelsa Comandancia General nunca, nunca, nos convocará para nada
indebido. Recuerda: hay interferencia nacional e internacional en todas
nuestras comunicaciones radiofónicas. Prudencia debe ser norma. Yo, con humildad
te digo: acepto a ojos cerrados los términos escuchados.
La guerrillera jefa apresurada terció en discusión,
después de haber hojeado un expediente. Dirigiéndose algo desconsolada al
teniente P r o s p e r i t o, dijo:
—Yo
te comprendo, muchacho; mas, tú no reúnes requisitos exigidos por comunicado en discusión. Sentiré mucho no
poder avalar tu candidatura…
— ¿Cuál es
ese obstáculo?, —preguntó, nervioso,
el atlético teniente.
—La edad, la
edad, —enfatizó ella.
— ¡Ése no es
ningún obstáculo, mi Señorita Comandante!, —respondió airado el Sansón. Continuó—: Sacerdote Mangana, al
procurarme documentos falsos para llegar hasta acá, agregó 2 años a mi edad
real. Ahoritita, —tal cual suele decir mi bendito padre—, yo tengo 20 cumplidos.
Del peso: ¡ni hablar!: ando por 195 libras. He aumentado 6cms en año y medio.
Mi estatura ronda en 1.90mts a mis 18 años reales recién cumplidos el pasado 6 de
enero. Al cumplir 21, espero medir 1.95mts o más.
Denis Gallardo, quien había permanecido callado en transcurso de tal sesión, quien a 25
abriles, con 210 libras libres o netas de peso, más 1.98mts de envergadura
dijo, algo desconsolado:
—Todo lo oído y discutido está muy bien;
pero a mí me preocupa esa elevada cantidad de jóvenes varones hercúleos pedidos
por nuestra Comandancia General. Todos sabemos: nuestra raza mestiza de
indígena con ibero casi nunca produce esas tallas. No quiero dudar más al
respecto.
En efecto,
no se logró reclutar centena de sansones. A puras cachas, con algunos
voluntarios mulatos nicaragüenses, cubanos y panameños, quienes sí inspiraban
magna confianza, se logró reunir 96 prospectos sólidos, más 40 dudosos
suplentes. Sin saber ni sospechar de qué se trataba, aquellos 96 robustos
varones, en grupos entre 4 y 6, comenzaron a viajar hasta capital azteca. Para 15
de febrero todo el lote escogido estaba frente a frente con Señores: Don Schafik
Jorge Hándal, Doctor Miguel Ángel Sáenz Varela, Doctor Guillermo Manuel Ungo,
entre muchos más, para recibir indispensables instrucciones y comunicaciones
verdaderas. Esas instrucciones ningún comandante en territorio salvadoreño las
conocía.
—Mañana viajarán rumbo a La Habana, —les dijo Don Schafik
Jorge Hándal, Comandante General del FMLN en exilio, acompañado del
Alto Mando Insurgente. Prosiguió—: de ahí
partirán vía Angola y Etiopía hasta Sudeste Asiático o, mejor dicho, hasta
ciudad Ho Chi Minh, capital del Vietnam heroico unificado. No se preocupen
tanto por el idioma, porque allá les esperan anfitriones e instructores quienes
han estado por más de 10 años en Cuba y en Angola; dominan a perfección idioma español y portugués. También está la
embajada cubana, bajo cuya bandera ustedes viajarán. Creemos no tener mayores
problemas. ¿Alguna pregunta?
CONTINUARÁ