Por Ramón F Chávez Cañas
Hoy, veinticuatro de enero/ en el año dos mil seis
nuestro Prócer Schafik Hándal/ hacia lo eterno se fue.
Hoy se cumplen cinco eneros/ de aquella infausta noticia
sucedida en Comalapa,/ —aeropuerto oficial—.
Regresaba desde el Sur,/ desde ciudad de La Paz,
do abrazó a Evo Morales/ Presidente de Bolivia.
Han pasado cinco inviernos/ tan crudos como polares
o tal vez cinco veranos/ en desiertos tropicales
donde abundan espejismos/ en leguaje metafórico;
pues tu El Salvador querido/ aún no mira la suya,
porque neoliberales/ con capitales cabuya,
continúan estafándonos/ con entusiasmo eufórico.
Tu camada de polluelos/ o nietos de Farabundo
y bisnietos de Indio Aquino/ han quedado en este mundo
huérfanos de tu presencia/ y a merced de las piltrafas
del Erario nacional,/ llamadas capitalistas.
Ellas, usando otras máscaras/ y trazando nuevas pistas,
están saqueando a tu patria/ con mismas burdas estafas;
pues el gobernante Funes/ no puede aunque lo quisiera
parar tanta suciedad/ de sociedad bandolera
quien vive del narcotráfico/ y de la extorsión, también;
asimismo de la estafa/ y de falsificaciones;
de explotar a sus empleados/ y esquilmar a sus peones;
hasta ordenar a sicarios/ tiro de gracia en la sien.
Huérfanos Farabundistas/ hoy estamos a oscuras;
pues sin luces de Schafik/ muchos cometen locuras;
al mismo tiempo se infiltran/ camaleones sin vergüenza
o cazadores furtivos/ en vuestros cotos raquíticos:
humanoides sin cerebro/ como en tiempos paleolíticos
o pescadores pescando/ cuando el agua está revuelta.
La Maldad es poderosa:/ es la diosa del ladrón.
La Bondad, esclavizada/ en mi patria El Salvador
es la joven cenicienta/ de los cuentos infantiles;
pero, ¿cuándo, dios del Bien,/ vencerás a la Maldad?
¡Dos milenios esperando/ con once años de más
es crueldad del evangelio/ por mentiras tan sutiles!
Pero tú, Prócer Schafik,/ junto con Óscar Romero,
con Enrique Álvarez Córdova,/ Rutilio Grande, —el primero
de los Próceres modernos—/ más Juan Chacón y Humberto
Mendoza de San Vicente,/ Cosme, Marcial y Alirio;
Neto Barrera, Palacios:/ curitas de aquel Concilio
del Papa Juan Veintitrés,/ ¡aradores del desierto!
Junto con el Indio Aquino/ y Farabundo Martí;
junto a Feliciano Ama/ y a Héctor Oquelí;
a Ignacio Ellacuría/ con sus compañeros mártires,
más aquellas señoritas/ de la orden Maryknoll,
quienes eran lideradas/ por la monjita Ita Ford,
fueron, más ochenta mil,/ de nuestros barcos, los mástiles.
Estamos en la palestra/ luchando en desigualdades
contra la mafia sionista/ rectora de las maldades,
y sus caballos de Troya/ en los Estados Unidos
con sus títeres latinos:/ seglares y religiosos
más sus capitalistoides/ o guanacos más babosos.
Por eso, Prócer Schafik,/ crëen que estamos sumidos.
Así creía Batista;/ así pensaba Andrés Pérez,
Lucio Gutiérrez, Lozada,/ y más despreciables seres.
Hoy, al cumplir cinco eneros/ de estar en vergeles cívicos,
yo te prometo, Schafik, / ser fiel a tus postulados:
seguir cuales zapadores/ cavando por todos lados
hasta mirar derrotados/ a tantos sistemas cínicos.
24 de enero de 2011.-