EL E G O Í S M O
Por Ramón F Chávez Cañas
Es tan antiguo o mayor que prehistoria humana: ¡de 100 mil, mínimo, a un millón de años existiendo!; desde cuando primates africanos en Rusinga, Kenia, poco a poco, durante miles o millones de años evolucionaron hasta llegar al Homo imbécilis presente. Nadie ha podido ubicar su edad aproximada. En mitologías: sumerias, egipcias, griegas, romanas, incas, aztecas y mayas, continuando hasta hoy con mitología judeocristiana, encontramos sinnúmero de casos de auténtico egoísmo divino y humano que, en múltiples ocasiones tales textos mitológicos respectivos, incluyendo al sionista-cristero, pretenden hacer ver, a tal aberración, como hechos heroicos de dioses, semidioses, titanes y humanos. Jerarcas o dirigentes de antiquísimas o antiguas, medievales y presentes sectas religiosas creyentes en viejo y nuevo testamentos, con palabrerío vano quisieran embaucar, —lográndolo en mediano porcentaje—, a mentes supersticiosas, miedosas hasta el terror, o ignorantes por falta de verdaderos estudios históricos sobre desarrollos científicos basados en razonamientos filosóficos pasados y actuales, desde Homo erectus hasta contemporáneo Homo imbécilis, quien dejó muy atrás, en negativo, al Homo sapiens.
Cronos griego, dios del tiempo, no pudo ocultar tremendos egoísmos al comerse a propios hijos cuando éstos apenas tenían minutos de nacidos. Los masticaba y tragaba por terrorismo a ser destronado por alguno de ellos. Hera, diosa griega esposa de Zeus, con veneno de serpientes vivas, —obsequiadas cuales juguetes al infante—, trató de asesinar a niño Hércules, semidiós hijo de Zeus engendrado en vientre terrenal de carne y hueso en mujer llamada Alcmena (María cristiana). Mítico Herodes bíblico, trató de asesinar a niño Jesús judío. Éste, mitológico engendro del dios Jehová en otra mujer, adolescente judía de carne y hueso (María): Hércules y Jesús, de acuerdo a respectivas mitológicas teogonías, fueron semidioses víctimas de egoísmos: divino el primero y humano el segundo.
Analizando la biblia o “carta magna” judeocristiana, mal obedecida por miles y miles de sectas cristeras actuales, en primeras páginas nos encontramos con egoísmo humano de Caín que lo llevó hasta asesinato de Abel… Sara, anciana esposa de Abraham, por egoísmo-celos expulsó a esclava Agar, madre de Ismael; éste, hijo del concubino Abraham y a la vez fundador de raza árabe… Jacobo, estafador y asesino “ungido por dios hebreo”—dios inventado ad hoc por judíos de aquella actualidad—, timó a su hermano primogénito: Esaú, ofreciéndole pozol de lentejas (frijoles). Más tarde robó, al mismo Esaú primogénito, la bendición paterna del padre común ya ciego (Isaac). Jacobo engañó al anciano inválido visual haciéndose pasar por el otro hermano, con anuencia malsana materna de ambos, al presentarse cubierto de pelajes ovinos en ambos brazos y antebrazos frente al cataratoso o pterigiónico padre Isaac. Años después, tal Jacobo, “bendecido” por mismo dios inventado por judíos, —tal cual ya fue dicho—, se volvió incestuoso al fornicar con 2 hermanas, y polígamo al practicar concubinato con 2 criadas-esclavas de ambas hermanas citadas. De estas 4 mujeres se originaron las “famosas” 12 tribus del Jacobo, quien después se cambió el nombre Jacobo para hacerse llamar Israel. En seguida, Jacobo o Israel, con su malsano egoísmo convertido en codicia, ordenó a Simeón y a Leví, hijos suyos, pasar a cuchillo a todo varón no israelita de entre 12 y 60 años de edad, circuncidados 48hrs antes. Con esta masacre, Jacobo o Israel vengó estupro de Dina, hija de Jacobo, quien había sido violada por Siquem, hijo mayor del señor anfitrión, no judío, llamado Hamor, pues tales 12 tribus judías eran nómadas, estando de posada en terrenos del joven Siquem, fornicador no judío. Patriarca Hamor e hijo violador, llegaron a tienda del “bendecido por Jehová” a pedir perdón y en matrimonio a joven violada. Dicho Jacobo estafador, codicioso, incestuoso y polígamo, para acceder a tal petición puso como única condición o sine qua non, la circuncisión de todo varón local que estuviese en, o próximo a edad reproductiva. Luego los asesinó. ¡Egoísmo y latrocinio van aparejados!, pues el malvado judío les robó tierras y ganado.
David, ¡oh, rey David!: otro “bendito del Jehová” a pesar de haber asesinado a traición y con alevosía al mejor de sus soldados: General Urías. Lo mandó asesinar sólo para quedarse con Betsabé, esposa del General Urías. También persiguió a muerte a su hijo Absalón, porque Absalón dio muerte a Amnón, pues Amnón había violado o estuprado a doncella Tamara, hermana paterna del estuprador y del vengador Absalón, los 3, hijos del David. Tal doncella violada ya se había quejado con rey David, padre común; pero egoísta David había prestado oídos sordos (se había hecho el loco, según caló salvadoreño)… ¡Salomón, egoísta “sabio Salomón”! ¿Podrá llamarse SABIO a quien mandó asesinar a su hermano mayor, ADONÍAS, sólo para robarle la corona dejada por difunto anciano rey David?... ¿Podrá llamarse SABIO SALOMÓN al asesino de su hermano mayor, ADONÍAS, desarmado y refugiado al interior de un templo dedicado al dios Jehová? ¿Podrá llamarse SABIO a un Salomón cuando el mismo Salomón lo asesino sólo porque Adonías pidió por esposa a jovencita esclava sunamita llamada Abisag, última concubina del ya anciano rey David, padeciendo éste de disfunción eréctil, por cuya razón tal anciano decrépito no la había estuprado ni con dedos, conformándose sólo con calor adolescente? ¡Ah, egoísmo, negro rey de esta humanidad!
Muchacho Jesucristo, asesinado con clavos a tiernos 33 abriles vitales. Este muchacho, a 325 inviernos de su asesinato ordenado por egoístas sacerdotes del credo judío, fue ascendido a categoría divina por emperador romano-pagano llamado Constantino. Primitivos cristianos, después de sufrir persecución hasta muerte en garras y fauces de fieras africanas y asiáticas, cual espectáculo público en Coliseo Romano, poco a poco se contagiaron de egoísmo. En transcurso de 5 ó 6 centurias se habían organizado en poderosas mafias egoístas llamadas congregaciones. Tal maldito egoísmo desarrollado sobre todo en Europa sudoccidental, les hizo emprender nefastas cruzadas contra musulmanes de Tierra Santa (¿santa?). ¡Fracasaron! Al no poder subyugar a discípulos de Mahoma, la emprendieron contra millones de cristianos disidentes por ser sabios, dando lugar a fundación de diabólica “santa” inquisición. ¡Egoísmo siempre ha sido oscurantista!
Después de iniciada La Reforma (1517) de “san” Martín Lutero, iglesia católica, apostólica y romana quedó circunscrita en territorios de las ahora: Italia, España, Portugal y sur de Francia quienes, en espacial España y Portugal, la injertaron, con espadas, pólvoras, miedos y cruces, en nuestra América Latina. Pero varios siglos antes de La Reforma luterana, cristianos católicos habían empezado a fundar congregaciones religiosas egocéntricas, cuyas proliferaciones actuales son mucho más que niños felices (según el cantautor Ricardo Arjona). Templarios, Cartujos, Cruzados, Dominicos, Franciscanos, Jesuitas y más. Todos, obedientes a órdenes egoístas del papado. En últimos 2 siglos han aparecido centenares de agrupaciones católicas: Maristas, Salesianos, Combonianos, Claretianos, Opus Dei, y paremos de contar.
Aun no diciéndolo en forma abierta, estas congregaciones religiosas católicas, además de 3 divinas personas y un solo dios verdadero, en forma tácita rinden culto a sus numerosos dioses menores, así: Franciscanos = San Francisco de Asís; Dominicos = Santo Domingo de Guzmán; Jesuitas = San Ignacio de Loyola; Maristas = San Marcelino Champagnat; Salesianos = San Juan Bosco; Combonianos = San Daniel Comboni; Claretianos = San Antonio María Clarete; Opus Dei = José María Escribá de Balaguer. Estos dioses menores o semidioses de segunda categoría, están entronizados en respectivas capillas o catedrales de cada congregación egocéntrica: ¡nunca en otra!; además, cada una de ellas posee diositos de 3era y hasta 4ta categoría, v.gr: san Francisco de Sales, Santo Domingo Savio, Santa María Goretti, beato Pier Giorgio Frazzatti, etcétera, pertenecientes a Salesianos; asimismo, congregación salesiana, en su mitología, tiene como diosa mayor a María Auxiliadora. Muy bien se ve: diabólico egoísmo continúa injertado en autollamados hijos de María Santísima y de Jesucristo, su divino parto.
“¿Quién es tu peor enemigo?... ¡El de tu mismo oficio!... Tal adagio popular es verdadero en 99% de casos. Jornaleros agrícolas o campesinos empobrecidos, carretoneros urbanos, limpiabotas, obreros de diversos oficios, pastores o curas de variadas y de mismas sectas; profesionales universitarios en cualquier rama; artistas, deportistas, músicos, poetas, prosistas, comerciantes y más, no pueden ver ojos bonitos en cara ajena: les consume el egoísmo; pues sólo ellos o ellas deben ser reyes en su oficio, especialidad, comercio, arte o deporte. Al reflexionar a profundidad sobre esta cuestión, se llega a conclusión: guerras, religiones con incontables sectas, colonialismo antiguo y moderno; capitalismo, neoliberalismo, servilismo de gleba, mendicidad infantil y adulta, etcétera, son engendros y partos del egoísmo humano.
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Párrafo aparte merece comentar y reflexionar sobre súper auto egolatría del soberbio dios sionista llamado Iahvé, Yavé o Jehová quien, abusando de su infinito poder mitológico, agredió sin piedad a los antiguos habitantes de la siempre mártir Palestina; —continuando dicha agresión hasta el presente—. Antigua Palestina estaba habitada, mucho antes de llegar sionistas asesinos, por las siguientes etnias: amorreos, sunamitas, cananeos, filisteos, samaritanos, hititas, macabeos y más. En su descomunal egoísmo soberbio, este supremo dios sionista condenó a muerte a todos los pueblos recién mencionados (hasta recién nacidos, embarazadas y ancianos), por único “pecado mortal” al no postrarse frente a él en señal de adoración profunda; y, sí, hacerlo, frente a sus otros respectivos ídolos; pues el Jehová era auténtico ídolo nacional del clan hebreo o judío: clan nómada recién liberado de esclavitud en Egipto. Además, a este dios mayor sionista o judío, le era más fácil y menos vergonzoso, haber asesinado sólo al Faraón, causante éste de esclavitud hebrea; pero, en su furia egoistica, Jehová arrasó con el pueblo egipcio al mandarles las también mitológicas siete plagas; culminando tal genocidio cuando Iahvé envió al ángel (¿Satanás?) para degollar a todo primogénito hijo del Río Nilo. Por tanto: Jehová era tan o más egoísta que Cronos: éste, mencionado en 2do párrafo de esta Reflexión.
22 de febrero de 2009.-