HISTORIAS
ESCONDIDAS
DE
TECOLUCA
TOMO II
ALGUNOS
TELEGRAFISTAS
EN MI PUEBLITO
Breve reseña histórica. Samuel Morse, norteamericano de EUNA1,
en 1837 inventó equipos eléctricos para transmisión telegráfica a distancias
largas. En ese mismo año, Carlos Whetstom con Guillermo F. Cooke, ingleses, sin
conocerse con el estadounidense inventaron lo mismo. Usando código ideado por
Morse transmitían mensajes mediante impulsos a través de único cable metálico.
Primer mensaje público transmitido en leguaje electromagnético u onomatopéyico
“tararán tara rica” del Alfabeto Morse, fue enviado en 1844. Este aparatito
rústico de acción manual o digital simple permitía, durante lapso determinado,
paso de corriente eléctrica, anulándose en seguida. Esos receptores Morse originales,
disponían de punteros electromagnéticos, los cuales dejaban claros trazos sobre
papeles colocados en cilindros giratorios. Impulsos electromagnéticos grabados
y representados por puntos y rayas múltiples, eran traducidos al idioma español
por empleados no académicos universitarios, quienes ahora pudiesen llamarse
“ingenieros tele-comunicadores” quienes, capacitados por telegrafistas
extranjeros venidos al caso o por otros nacionales entrenados por aquéllos,
estaban aptos para transmitir-recibir y descifrar mentado código Morse.
Inmensas mayorías de estos jóvenes adultos tele-comunicadores salvadoreños sólo
habían cursado hasta 6to año de educación primaria; mas, sus inteligencias natas
fueron capaces de asimilar hasta arme, desarme, reparación de complejas
máquinas o “TECNOLOGÍAS DE PUNTA” DECIMONÓNICAS;
asimismo, desempeñar altos por delicados cargos en administración de la después
llamada ANTEL, —zaqueada hasta hacerla desaparecer por ladrones neoliberales
criollos y foráneos enmascarados con bandera política electorera llamada
“alianza republicana nacionalista de El Salvador” o “arena”, a secas.
Alejandro Graham Bell y Elisha Gray NO fueron inventores del teléfono. Ellos
fueron impostores al patentarlo. Verdadero inventor fue ANTONIO MEUCCI, quien
le llamó “teletrófono”. MEUCCI lo inventó
alrededor de 1871, al sentirse obligado a comunicación constante en el mismo
hogar de Nueva York pero en diferente piso,
con esposa inválida por reumatismo severo. En 1871, por razones
burocráticas indefinidas, se le negó patente al señor MEUCCI.
Éste, decepcionado al carecer de dinero suficiente para cumplir requisitos
exigidos por ley, en mismas oficinas de patentes dejó abandonados tan valiosos
documentos sobre telefonía inventada. Alejandro Graham Bell los encontró y,
haciéndose pasar por inventor, en 1876 los patentó; pero, en año 2002 el
Congreso de EUNA, por unanimidad declaró inventor del teléfono a ANTONIO
MEUCCI e
impostor al otro.
Durante postrer
cuarto del siglo XIX tales inventos llegaron al “Salvador”2. Primer
mensaje oficial transmitido por telegrafía desde Puerto La Libertad hasta Casa
Presidencial del “Salvador”, más otras minucias históricas respectivas, deben
encontrarse en Archivo General de El Salvador localizado dentro del antiguo y
céntrico edificio o Palacio Nacional; pues en esta Reflexión no pretendemos ser
historiadores, sólo reflexionar cómo uno o dos aparentes simples inventos, por
sus respectivas utilidades ahora bien demostradas, influyeron, para bien o para
mal, en desarrollo de El Salvador. Para bien: rápidas transacciones
comerciales, comunicaciones familiares, sociales y oficiales desde uno a otro
confín. Para mal: satrapías oligárquicas, después castrenses, valiéndose de sus
muchos confidentes, incluyendo a sinfín de telegrafistas, estaban informados
sobre vidas y milagros de opositores en diversos confines nacionales, pudiendo
así detectar tempraneras rebeliones en cualquier punto cardinal; porque tales
telegrafistas-telefonistas eran obligados a reportar, a respectivas autoridades
políticas o militares inmediatas, conversaciones o telegramas sospechosos, bajo
amenaza de destitución o de más severos castigos. En cambio, a fin de estimular
egos telegrafísticos, tiranías militares pro oligárquicas recompensaban dichos
servicios confidenciales e ilegales, con salarios muy superiores al resto de
servidores públicos, sólo comparables al de militares graduados, —no a cabos,
sargentos ni a tenientes de “fila”—. Además, en honor al mismo telegrafista,
habíase declarado el 27 de abril de cada año, día festivo nacional con asueto
general; pues a éste se le consideraba tan importante como al militar. También
para mal: deforestación de nuestros bosques primigenios en: praderas, costas,
mesetas, cordilleras y volcanes al talar o podar miles o millones de árboles
rectos cuales altas coníferas, a fin de construir redes de postes sostenedoras
del alambrado telefónico y telegráfico; a grado de observarse por calles
citadinas, carreteras primarias, secundarias y terciarias, incontable número de
postes crucificados hasta con 03 ó más travesaños sosteniendo tendidos de
pesados alambres. A propósito: jocoso chascarrillo alusivo al respecto en esos
inolvidables tiempos decía, a manera de adivinanza: ¿En qué se parece la
tortilla de maíz con el poste telegráfico? Tal respuesta casi caía por su peso:
¡En que ambos sostienen al hambre!
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A mi añorado Pueblito: TECOLUCA,
departamento San Vicente, El Salvador, C. A.,
—pueblito de alguna mayor importancia política o militar por ser
municipio más extenso del país y estar a medio camino entre dos ciudades
cabeceras departamentales (San Vicente y Zacatecoluca) —, esta “tecnología de
punta” del siglo XIX llegó allá por 1885-90.
Primer ó 2do
telegrafista registrado por memorias populares históricas fue el honorable
caballero DON JOSÉ MONTES ARGUETA quien,
además de ser competente alumno de Morse fue, en 1905-06, excelente profesor
privado, de entre otros parvulitos, del niño MONCHITO
CHÁVEZ HENRÍQUEZ, —padre de quien esto relata—. Don JOSÉ MONTES ARGUETA fue originario del pueblo
Santo Domingo, municipio en mismo departamento sanvicentino. Avecindado en
Tecoluca, allí esperó lo por todos esperado cuando estaba próximo a ser
centenario. Su viuda, Doña Concepción Saravia de Montes, hará 03 ó 04 años fue a reunirse con
él.
En 1920 llegó otro formidable telegrafista: DON JOSÉ RAFAEL CRUZ quien, con la viudita de 22
abriles: Doña María Josefa Chávez Henríquez v. de Avelar, —enviudada a edad de
18 años—, procreó al digno profesor normalista: Señor
Don José Ricardo Chávez Cruz y a señorita Marinita Victoria Chávez
Cruz†, muerta por mano de Dios en plena juventud. En 1928 apareció, para
quedarse hasta fenecer, DON JESÚS ORANTES VELA,
telegrafista profesor de tal oficio de los adolescentes: René Ortiz Molina,
Francisco Campos Martínez y Rafael Marenco Rochac. ORANTES
VELA contrajo matrimonio con señorita Juana
Francisca del Carmen Chávez Henríquez, encantadora damisela de la flor y
nata tecoluquense. Procrearon tres hijos, sólo dos sobrevivientes: Jesús Mauro
y Octavio Osvaldo. DON JESÚS ORANTES VELA sepultó
el alfabeto Morse al dedicarse a la agro-ganadería en propiedades heredadas por
su esposa; falleció en mayo de 1955 debido a un accidente ecuestre.
Hubo varios telegrafistas itinerantes,
—la mayoría pasada inadvertida por diversos historiadores pueblerinos de
Tecoluca—. Algunos de ellos dejaron huellas genéticas en honorables vientres
tecoluquenses: Mundito Garay, hijo de la
tecoluquense Doña Rosita Garay, es telegrafista jubilado residiendo en ciudad
San Vicente por estar casado con Doña Rita Cárcamo Palacios, honorable dama,
sobrina-heredera de la filántropa Señorita Guadalupe Cárcamo†; Ingeniero Arístides Roque, concebido en vientre virginal de
señorita Amelia Roque, fue alto funcionario en desaparecida o torpedeada ANTEL.
El telegrafista DON SALVADOR CASTRO DÍAZ llegó casado con Doña Coralita Alvarado.
Llegaron con cierta MARIMBITA de 05 ó 06 varoncitos. Nombres de tales niños y
adolescentes, ahora prósperos ciudadanos algunos ya jubilados, fueron: Efraín,
Salvador, Antonio, René, Orlando y Mario, todos Castro Alvarado. Uno o dos de
ellos nacidos en Tecoluca. Ahí, en vientre de Graciela Roque, engendró a única
hembrita cuyo nombre no recordamos.
REFLEXIÓN FINAL: todos nuestros
pueblitos, hasta antes de año1900, estaban constituidos por 04 ó 05 familias
dominantes desde puntos de vista genéticos y culturales pueblerinos, sin
tomarse en cuenta la casi nula Ilustración ahora llamada educación
formal o cultura general. A ellos se adosaba, desde inicios de mal llamada independencia
de España, cuatro o seis miembros de pro oligárquica Policía Montada, dedicada
ésta a satanizar, cuales vagos y maleantes a nuestros campesinos pobres,
desposeídos de tierras comunales llamadas Ejidos y Realengos (1879); con arribo
de dos primeros profesores llegados de otras latitudes patrias, pues apenas
funcionaba hasta 2do grado de educación primaria, seguidos de único
secretario municipal también fuereño, más el señor telegrafista. En albores del
siglo XX aparecieron fatídicos policías de Hacienda o “chicheros”, amaestrados,
cuales perros, para proteger monopolios “guareros” y cerveceros de familias
Meléndez Blanco y Meza Ayau; además, en 1913 aparecen tan sarcásticos
“beneméritos” guardias nacionales aleccionados, cuales antiguos policías
montados, a reprimir con balas verdaderas cualesquiera reclamos por justicia
laboral y social de masas salvadoreñas hambrientas de pan, salud y saber. Con
estos injertos sociales inadvertidos, genéticas pueblerinas poscoloniales
inmediatas hasta 1900, —recalcamos—, cambiaron en forma notable hasta el
presente. De antiguos humildes telegrafistas, secretarios municipales,
profesores de educación primaria, más de algunos guardias y policías de
Hacienda nacionales, ahora tenemos diversidad en profesionales universitarios
competentes, más uno que otro pícaro descendientes, hasta tercera generación,
de aquellos sencillos pero eficientes pioneros culturales.
1--EUNA =
Estados Unidos de Norte América. 2Salvador = El Salvador en siglo
XIX.
Santa Tecla, 11 de agosto en 2009.-