VERSOS
DIVERSOS
DE
Ramón F Chávez Cañas
IDIOMA NATURAL
Yo
prefiero se/r ente analfabeta
de
mil jeroglíficos,/ y del castellano.
Vil
idioma inglés/ me importa un comino
y
el portugués/ de aquel lisböeta
con
lengua francesa/ más el italiano
jamás
estarán/ en mi gran destino.
Lengua
extravagante/ de sapos y ranas,
de
humildes cigarras/ más cantos de grillos;
el
quiquiriquí/ del gallo doméstico
rompiendo
silencio/ de frescas mañanas
en
mi Tecoluca/ de eneros con fríos,
es
mi idioma real/ aunque un tanto ecléctico.
Cantar
de las flores/ pidiendo caricias
en
noches de estíos/ o de temporales;
en
días ardientes/ o en vientos de octubre;
en
guerra civil/ o tiempos de albricias;
en
lapsus de loco/ o sesos cabales
yo
pretendo hablar/ idiomas de cumbre.
Torres
de Babel/ nunca me importaron.
Jamás
pretendí/ hablar con gitanos
ni
con saltimbanquis/ venidos de Hungría.
Idiomas
extraños/ por siempre pasaron
lejos
de mi mente,/ ¡son crueles gusanos!,
pues
toscos idiomas/ me dan alegría.
El
lenguaje torpe/ de/ olas marinas,
el
indescriptible/ de pinos al viento
más
el alfabeto/ de propia conciencia
me
hacen comprender/ inmensas, divinas
instancias
del Cosmos/en cualquier momento
y
sentir lo máximo/ de la humana ciencia.
¿Para
qué pretendo/ hablar con enredo
del
idioma chino/ y del japonés;
de
dialectos mayas, aztecas/y aimaras?
Con
gran devoción/ yo digo: me quedo
charlando
quedito/ con bello ciempiés
y
con policromas/ tropicales guaras.
Gritos
del maíz/ niñitos escuchan
cuando
sacro grano/ revienta en los surcos.
Ese
mismo grito/ escuchan pöetas;
asimismo
orates/ cuando todos luchan
contra
grandes locos/ de sesos absurdos
que
hacen el ridículo/ batiendo sus jetas.
Gallos
y gallinas/ de imponente China,
galgos
y lebreles de tan justa Rusia,
delfines
y orcas/ de profundos mares,
venados
de Alaska/ y de Argentina
platicarían
ellos/ con noble astucia
sin
torres de Babel/ ni otros lunares:
ni
más absurdidades/ de teogonías
pretendiendo
explicar/ lo inexplicable
con
mil cuentos risibles/ de “santa” biblia:
el
arca de Noé/ y teosofías
obligando
a aquel Ser/ no mensurable
a
servir de payaso/ en la familia.
Marzo29 en 2008.-
¡SALUD AL NUEVO CIUDADANO!
Cual
ilusión de hadas/ han pasado dieciocho
largos
o cortos años, ─de acuerdo a quien los vea─.
Son
cortos para quienes/ deseamos infinitos
cumpleaños a TRES MIL,/ suplemento sin ocio
de nuestro Co-Latino,
/ prensa que nos recrea.
Los lectores asiduos/ confesamos a
gritos:
¡Suplemento TRES MIL:/ desde cuando naciste
en aquel veinticuatro/ caluroso de marzo
de cruel mil novecientos/ noventa, en
plena guerra!
Desde entonces el sábado/ dejó de ser
muy triste.
Sábados por la tarde/ con mi reloj de
cuarzo
esperamos ansiosos/ momento de la
entrega
de nuestro semanario:/ SEMANARIO TRES
MIL.
A honesto Co-Latino/
lo leemos después.
Las tardes sabatinas/ y siguiente
domingo
más noches de los lunes,/ con bello
frenesí
rumeamos las poesías,/ pues es un
entremés
para hambrientos de letras/ sin de
clases, distingo.
Durante siete etapas/ hasta Era presente
poeta Gabriel Otero/ junto con Caralvá;
luego llegó Raudales/ cuyo nombre es don
Walter
y, Otoniel Guevara,/ dos veces presidente
del diamante
TRES MIL, hasta esta
actualidad
editando los sábados/ esta joya del
arte.
¡Que cumpla ciento ochenta/ o dos mil
ochocientos,
o dieciocho milenios,/ o hasta final del
mundo;
pero más importante/ en este veintinueve
es darle tres mil gracias/ por poemas y
cuentos
que nos hacen gozar/ y estar meditabundo
desglosando pensares/ de letrados sin
nieve.
Santa Tecla, 29 de marzo en 2008.-
PRIMAVERA DE MIS SESENTA
AÑOS
Fueron los veinte abriles/ de aquellas
juventudes
quienes marcaban ritmos/ en las vidas
sociales
cuando cuarenta inviernos/ era la edad
promedio
para bajar a tumbas/ en estas latitudes,
pues las enfermedades/ o torvos
criminales
segaban tantas vidas;/ pues no había
remedio.
Fueron aciagos días/ antes de años
cincuenta
cuando la medicina/ era aún balbuceante
y mil mal encarados/ abundaban entonces
en alto porcentaje/ no llegando hasta treinta
de aquel millón y medio/ del humano
habitante.
Ese treinta por ciento/ empleaba mal sus
gonces
empuñando las armas /u ocupando el
cerebro
para destruir a otros:/ honrados y
rufianes.
Las edades edénicas/ hoy se están
alcanzando
por gente comedida./ Entonces hoy
celebro
haber sobrepasado/ los sesenta galanes
años primaverales/ a setenta llegando.
Pero no estoy alegre./ Quizás estoy muy
triste.
Me entristece recuerdos/ de infinitos amigos
que en su primera infancia/ bajaron al
sepulcro
por carecer sus madres/ hasta de humilde
tiste.
¡Ellos jamás probaron/ mermelada de
higos!
¡Primera comunión/ no tuvo traje pulcro!
Cuando cumplí dieciocho/ le dije al dios
en turno:
“Llévame con prudencia/ hasta sesenta
abriles.
Si quieres darme más/ yo tampoco me
opongo;
mas, déjame morir/ tranquilo y taciturno
con siete o nueve décadas,/ pero nunca
con miles.
Inmortal sólo es dios/ desde africano
Congo
pasando por la India,/ Gran China y el
Japón
continuando en Arabia/ y lugares
prehistóricos
hasta llegar al pueblo:/ Tecoluca del alma
─sede precolombina/ del Jaguar, otro
dios─.
Ahí, en mi Tecoluca,
con ideas retóricas,
está mi Juventud/ con cierta eterna
calma.
Abril
08 en 2008.-
LAS
CUATRO ESTACIONES
Pöetas y cancioneros/ cantan a la
primavera
describiéndola en sus/ versos como
regalo divino.
Las flores y los perfumes/ de mil
ambientes silvestres
más trinar de pajarillos/ en bosques o
en pradera
con chiquirínes de grillos/ del ambiente
campesino
hacen que hasta los pintores/ pinten más
cuadros celestes.
Los músicos, ensayistas,/ noveleros de
gran casta
exprimiendo sus neuronas/ ensalzan tal
estación,
pues representa en la vida/ fugaz de
seres humanos
gran vigor de juventud./ Ahora les digo
¡basta!
de hipócritas alabanzas,/ alabanzas sin
razón
porque primavera es/ espejismo de
bausanos.
El verano es adultez:/ de los treinta a
los sesenta
años de trabajos arduos/ en una labor
cualquiera
de magnates u orfebres;/ de obreros o
labradores.
Es estación de guardar/ mil provisiones
sin cuenta
sin llegar a mezquindad/ y ni a vivir de
vil quimera.
Trabajar y ahorrar/ evitando sinsabores.
Con un ahorro constante/ al menos del
diez por ciento
en mundo capitalista/ vejez no será
otoñal.
Y en sistema socialista/ el Estado nos
protege
con pasivo laboral./ No habrá quien
diga: lo siento
si se porta cual hormiga/ en nuestra
comunidad
o como arañita noble/ que a su red
siempre la teje.
El otoño, nuestro otoño,/ ora comienza
en abril.
Inicia desde sesenta/ hasta años ochenta
y más,
tal cual dijera Isadora/ Duncan,
estadounidense
─esa genial bailarina/ danzando con
frenesí─,
evitando a femeninas/ que empeñan su
libertad
temiéndole a cruel otoño,/ por su mente
de amanuense.
Tal otoño es privilegio/ de varones, de
mujeres
que han vivido primaveras/ seguidas de
los veranos
en sociedad como abejas,/ no solitarias
cigarras,
con cien goces moderados/ sin enajenar
deberes.
Hoy gozan de sus pensiones,/ hoy son
felices humanos,
hoy bailan con su pareja/ y hasta rasgan
las guitarras.
Nuestra nieve, nuestra nieve./ ¿Quién se
ha creído el eterno?
Para no llegar a viejos/ muéranse a los
treinta y cinco
y evitarán los veranos/ calurosos de la
vida
porque cien males seniles/ llegarán en
el invierno
como un preludio a la tumba./ Nadie
pegaría un brinco.
Hasta al rey de los planetas/ le llegará
su partida.
El italiano Vivaldi/ con sus “Cuatro/ Estaciones”
tocada por mil violines/ de marcas
Stradivarius
ha sido único músico/ quien toca con
alegría
a maratones del Sol/ fecundando los
rincones
desde seca hasta la meca/ en los
hemisferios varios
por milenios de milenios/ para darnos
energía.
15
de abril en 2008.-
PAPAS
Y OGROS
Papa de años cuarenta/ en siglo veinte
frente a las armas nazi/ se doblegaba,
pues en cuarenta y uno/ Hitler estaba
saboreando la gloria/ de aquella entente
del Japón más Italia/ y el inclemente
poderío alemán/ que se paseaba
desde Unión Soviética/ a Pirineos,
desde ocaso francés/ hasta El Levante
─Península Balcánica─; pero mucho antes
estos hombres con mente/ ya de pigmeos
quemaban a los pobres/. Hombre elefante
compra las indulgencias con los saqueos.
Matutino programa/ de la tv
en este mes de abril/ de dos mil ocho
nos da a dos personajes/ cuales Pinocho
en esta mañanita/ de hoy dieciséis
cuando desayunaba/ con un sancocho.
Sentí una nausea grave./ Me levanté.
Apagué el aparato./ Eran las ocho.
Hitler y Jorge Arbusto/ son crueles ratas
del piñal nauseabundo/ creador de guerra
por ambición absurda/ propia de perra
de robarle a vecinos/ algunas latas
de sustancia inflamable/ o inmensa
tierra,
tal cual sucedió a México./ ¡Lean las
actas!
El poder religioso/ con vil dinero
robado por canallas/ más los fusiles
de estos nuevos ladrones/ brotando a
miles
dan a los papanatas/ divino fuero
en el nombre de un dios/ o de sutiles
diosecillos menores;/ mas, todos fieros.
Alemán Benedicto/ juntando manos
quería parecerse/ al Infinito,
quería simular/ ser un diosito
junto a un genocida/ de otros humanos.
Este retrato solo,/ por inaudito
exacerba el dolor/ de mis hermanos.
Abril
16 en 2008.-
¡POBRE SUIZA!
Pobre Suiza, pobre Suiza
engullida por la Francia
en la parte occidental.
Austria no tiene ojeriza
y aspira mala fragancia
husmeando parte oriental
La Italia de Garibaldi
las tetas suizas ordeña.
Y la mentada Alemania
golpéale el lomo en balde
mientras pobre Suiza sueña.
Abril
29 en 2008
CUANDO LOS
HIJOS SE VAN
Cuando los hijos se van/ después de 20 ó
más años
de estar bajo mismo techo/ físico y del
corazón.
Cuando los hijos se van, ─parodiando a
aquel pöeta
o cantautor argentino/ quien sufriera
desengaños
al ver marcharse un amigo/ a la cuarta
dimensión─.
Partida de nuestros hijos/ es peor que
aguda saeta
hiriendo a profundidad/ el alma y el
sentimiento.
Tal herida es incurable/ en padre y
madre egoístas
quienes piensan que sus hijos/ son
propiedades eternas
y no pueden sofrenar/ su soberbio
pensamiento.
Uno, cuatro, seis o más,/ nunca estarán
en las listas
de propiedades privadas,/ ni mucho menos
en ternas
de las primogenituras,/ ni de aquel
Benjamín bíblico.
Nuestros hijos cuando adultos/ son
dueños de su destino
si ellos fueron preparados/ con luces de
la Verdad;
si no piensan sólo en triunfo/
monetario, siempre pírrico;
si aún en cruel lejanía/ no actúan con
desatino,
entonces podrán vivir/ en completa
Libertad.
Padres deben educar/ a sus hijos con
ahínco.
Nunca debe comparárseles/ con cochinitos
de ahorro.
Padres deben trabajar/ para un incierto
mañana.
Nunca se debe esperar,/ de retoños, ni
un cinco.
Quien por interés educa/ pareciendo ser
vil zorro
sólo es perfecto mezquino./ No es dios
Jaguar de sabana.
Cuando los hijos se van/ mil estrellas
se han perdido
aunque esos padres estén/ rebosantes de
dinero.
Dicho dinero no es vida,/ dice un cantar
mexicano.
Bondades con nuestro entorno/ es tan
divina libido
para vecinos, parientes,/ cuando ellos
sean primero
sin absurdos egoísmos/ discriminando al
humano.
“Creced y multiplicaos”:/ en diversas
teosofías
es mandato universal/ no propio de los
hebreos.
Nuestros hijos ya formados/ deben
cumplir tal mandato.
Viejos padres consecuentes/ sienten
muchas alegrías
cuando estos hijos se van/ buscando
otros derroteros
no encontrados en su patria/ dominada
por un hato
de ladrones embusteros/ disfrazados de
partido
político derechero/ para esconder sus
botines
producto de contrabandos/ y también del
narcotráfico.
Ese hato de criminales/ a El Salvador ha
hundido
en la miseria más grave/ sin mirarse los
confines
de esas políticas sucias/ que nos tienen
en lo trágico.
Si nosotros aplicásemos/ aquel “Sentido
Común”
que el español Juan Luis Vives/ cual
filosofía creó.
Con el Sentido Común,/ desde seis
cumplidos lustros,
se llegaría a vejez/ sin estreses y
ningún
sentimiento de abandono/ cuando el hijo
se embarcó
y estaremos vacunados/ hasta para
crueles sustos.
02
de mayo en 2008.-
OCHO NUEVOS HERMANOS
José Orellana Portillo†/
de San Luis La/ Herradura,
Doña María Agapita/ Molina del
Llano Grande
viuda
de Jesús Alfredo/ Chávez Muñoz, hombre sano.
El
primero: mi cuñado,/ quien derrochaba dulzura
para
su esposa Teresa†, mi hermana inmensa cual
Andes.
José Orellana Portillo,
por muchos lustros fue un santo.
Doña María Agapita,/
o viuda de Alfredo Chávez,
soportó
cruel abandono/ desde hacía treinta/ años;
y
tan terrible viudez, / de un cuarto de siglo o más.
Una
viuda sin igual/ timoneando rudas naves
hasta
llevarlas a puerto/ subiendo duros peldaños.
Hoy
goza hasta de bisnietos/ iniciando cuarta edad.
Don Isabel de Jesús/ Salinas y Vasconcelos,
esposo
de Segundita/ Chávez Muñoz, gran hermana
del
alma cual Teresita, ─difunta ésta ha varios meses─.
Don Isabel, Gran Sultán,/
hombre de muchos anhelos,
mi
cuñado formidable/ con una conciencia llana
disfrutando
con el prójimo/ su alma nunca en reveses.
Don
Saúl Bárton Hernández, es esposo de Ana Vilma;
Florencia Dolores Sosa,
esposa de Héctor Orlando;
─Ana Vilma, Héctor Orlando de apellido Chávez Cañas─
son
cinco sabios cuñados/ de este pöeta que esquilma
hasta
última metáfora/ para seguir alabando
a
sus parientes políticos/ quienes no padecen sañas.
Don Manuel Humberto Díaz/Chanchanico, hombre de Bien,
esposo
de Blanca Luz/ es mi cuñado también:
padre
de cinco muchachos/entre ellos, Humbertío,
quien
partió hacia lo celeste/en su plena juventud
y
de nena Carmencita/quien cuida de su salud.
A
su madre, Blanca Luz/ siempre le ahuyenta el
hastío
Octavo
de mis hermanos/ quien dejó de ser cuñado:
Alfredo Humberto Cornejo,/
dentista de profesión.
Hermano
menor de Elsa,/ madre de mis cuatro nenas
Fue
mi cuñado especial/ antes de haber hermanado.
Alfredo es hermano
digno/ por su noble corazón;
pues
con solo su presencia/ disipa profundas penas
El
último es el primero/ de estos ocho personajes.
No
debo ser lisonjero;/ pero nube de celajes,
matutinos,
por supuesto/ forman grandiosa corona
o
halo sobre cabeza/ de/ Óscar Armando Cuéllar,
quien
ahora, en Canadá,/ forjan indeleble huella
con
Carmelina, otra hermana/ Chávez Cañas: Señorona.
Estos
ocho iluminados/ desde ha tiempos ya no fueron
cuñados
por el imperio/ de leyes tan obsoletas
civiles
y religiosas/ en este mundo de hipócritas.
Los
ocho son mis hermanos,/ pues ellos siempre tuvieron
y
tienen carácter noble/ sin conducta de veletas.
¡Sus
nombres debo escribirlos/ siempre con letritas góticas!
26de mayo en 2008.