NOVELA
LA
GUERRILLERA JAGUAR
Por
Ramón F Chávez Cañas
Fin del
Capítulo VIII
Don Próspero regresó a El Salvador. Era 20 de febrero en 1995. Se dirigió de
inmediato al cantón Santa Rosa quezalteca, en busca de su hija Esperancita.
La encontró amamantando a su enésimo hijo; la encontró: escuálida, pálida, mal
peinada, vistiendo ropas usadas de las importadas desde USA2 por países del 4to
mundo; y con calzado informal de materiales plásticos, más bien conocidas con genérico
nombre de “yinas”. La habitación: techos rústicos de madera rolliza y tejas de
barro cocido, sin ningún cielo falso; paredes: de bahareque también rustico
(sin repellos, pudiéndose ver la argamasa de lodo con diminutos fragmentos de
tejos incrustados en burda red de varas de castilla); pisos: ladrillos rústicos
de barro mal cocido; muebles: primitivos taburetes y banquetas elaborados con
maderas de pino del más barato; asimismo puertas; camas: tijeras de lona y pitas
de henequén o correas de cuero crudo con petates de tulle cuales colchones, más
hamaca manufacturadas con pitas de yute al centro de única sala-dormitorio-comedor
y cocina. Acre olor o tufo a orines fermentados infantiles reinaba en pequeña
habitación-hogar. El padre de familia al traspasar umbral sin articular media
palabra, se abalanzó para abrazar a su querida hija. Por poco estrangula al
recién nacido niño o niña lactante. Esperancita, por esa inesperada o
súbita aparición se desmayó; habiendo sido menester acudir de inmediato al
vecindario y al curandero cantonal para frotarla con hojas de ruda y de siete espíritus, tratando de sacarla del fulminante
marasmo. Pasaron 10mins. Recobrada la conciencia, ella prorrumpió en llanto
destemplado hereditario. Con voz
entrecortada dijo:
— ¡Padre
mío! ¿Estaré soñando?—Volviendo a desmayarse.
Prosiguió
frotación con ruda, hierba buena, albahaca y otros menjunjes innecesarios de
mencionar. Con presencia del brujo más tres secuaces, iniciaron rezo del “padrenuestro
al revés”, oración del “ánima sola”, la “magnífica”, más otros exorcismos
propios del ignorante en historia de las religiones. Esperancita revivió por
segunda vez, habló así:
— ¡Padre mío!... ¡Abráceme! ¡Quiero salir de este
maravilloso sueño! ¿Es Usted, verdad? ¡Pellízqueme, pellízqueme, pellízqueme!
Usted no está muerto, ¿verdad? ¡Respóndame, respóndame!—, destapándose en llanto, pero ya no hubo más desmayos.
El compañero de vida de Esperancita no se dio
cuenta de este episodio porque estaba trabajando en turno diurno de CORINCA,
donde su empleo era de peón metalúrgico; tampoco los hijitos mayores de esa
unión informal, pues se encontraban en escuela primaria pública. Calmados los ánimos
de Esperancita por medio del té de hojas cítricas, manzanilla con otros vegetales,
escuchó a su padre quien se expresó de esta manera:
—Hija mía: he resucitado casi de la nada. He venido
para rescatarte de la extrema pobreza en la cual vives por culpa de mi extrema
torpeza. Tu hermana Lupita está muy bien allá en ciudad de México y Prosperito
no puede estar mejor allá en ciudad La Habana; sólo tú, aquí en El Salvador
estás en vil desgracia. Tu madre en Calcuta vive existencia seráfica.
El reformado antiguo mujeriego, corregido desde domingo
de ramos en 1982, suplicó a vecinos y curiosos, después de agradecerles al
alma, se alejaran de la vivienda pues quería platicar a solas con su hija. Así
se hizo. Ya a solas, controversial padre explicó a también controversial hija, pormenores
de sus vicisitudes, más el objetivo primordial de su visita. A este punto
fueron llegando los pequeños nietos. Varias horas más tarde llegó el ex marero
y ex drogadicto compañero de vida de tan desmejorada Esperancita. Al estar
reunidos ambos cónyuges alrededor del magnánimo padre, éste les habló:
—Hijos queridos: les agradezco tantas misas, más rezos
de cabo de año que Ustedes, otros familiares y amigos, como mi compadre
Baltasar Calero, han estado haciendo todos estos años recién pasados por el
descanso de mi pequeña alma; agradezco el buen recuerdo guardado por Ustedes
hacia mi humilde persona dada por muerta; también el que hayan infundido en sus
mayorcitos hijos un recuerdo venerante para con este su abuelo. Por fortuna, — prosiguió Próspero con palabras atragantadas a nivel
de cuerdas bucales y con lágrimas que él trataba dominar—, Divina Providencia siempre ha
estado conmigo, también con Ustedes, por eso ahora estamos frente a frente para
encontrar paz eterna aquí en la Tierra y no en el más allá por nadie conocido.
Aquel ex esclavo de porquerizas vietnamitas continuó narrándoles
todas las peripecias vividas por él desde aquel lejano domingo de ramos en 1982:
fecha cuando misma Divina Providencia lo confrontó contra Señorita María de las Mercedes
Serrano Delgado o Comandante Úrsula o Guerrillera Jaguar; de sus ocho días
de cautiverio en Campamento El Roblar
allá en Volcán Guazapa; de su
estadía durante ocho semanas en hospital psiquiátrico Santa Sofía del Doctor
Mario Rauda en San Salvador; de su viaje y permanencia durante varios años en
EUA y de calamidades pasadas como peón de amarillos vietnamitas exiliados,
dedicados a crianza de marranos de raza para destace; de su encuentro con el tecoluquense
don Julián Urquilla y con otro centenar de exiliados salvadoreños
huyendo de fatídicos escuadrones de muerte al servicio de oligarquía
terrateniente y ladrona; de su regreso en 1987 e incorporación a lucha armada guerrillera:
primero en volcán de San Salvador y, al final, en volcán Guazapa bajo órdenes
de señorita Comandante ya mencionada. Les habló, además, de sus heridas en
combate; de su evacuación por el CICR hasta ciudad San Salvador y después hasta
La Habana; les
narró maravillas hechas en su humanidad por eminentes y humanizados médicos
cubanos, más otras linduras vistas, vividas, con esa humilde pero diligente gente;
les relató la enfermedad y muerte del tío Agapito; de sus viajes a México y a
Calcuta en búsqueda de su esposa. En
fin, se retrató de cuerpo entero, al final les dijo:
—Prepárense muchachos, porque ahora mismo partiremos
en busca del doctor Álvaro Marinero, pues vuestra hermana, odontóloga Lupita,
desea que él sea el notario contratado para poner en orden legal las
pertenencias dejadas por mí cuando partí de aquel infierno. Casas en: San
Salvador, Santa Tecla y Quezaltepeque; también mínimas 2 finquitas de esta última
jurisdicción, valen en conjunto algunos millones de colones; pero la
preocupación más grande que me agobia es el futuro inmediato, a mediano y largo
plazo de ustedes y de su numerosa prole, porque no es dejándoles miles o millones
en dinero como ustedes podrían superar esta crisis galopante y creciente vivida
por nuestro país. Dinero mal manejado o mal invertido, muy pronto colapsa. Eso
es lo no querido por su padre para ustedes. He pensado, —continuó diciéndoles don “Fosforón II” con emoción
desbordando su cavidad torácica—, vender todas esas propiedades. Con el
producto de tales ventas constituir fideicomiso o sucesión manejada por algún
banco. De intereses devengados, comprarles residencia de clase media en barrio
o colonia menos peligrosa de San Salvador o de Santa Tecla; además, establecerles
pequeño negocio montado en una de esas 2 ciudades mencionadas; también
sufragarles educación de los niños para mientras ustedes puedan desarrollar regular
clientela. Por vuestros hermanitos Lupita y Prosperito poco o casi nada me
preocupo. En cuanto a Esperanza, tu madre, Esperancita: ya estoy resignado por
haberla perdido, pues ese camino seguiré yo después de dejar arreglada a
satisfacción vuestra precaria situación socioeconómica. Parte de intereses de
capital se irán acumulando para aumentar fondos; otra cantidad, para poder yo
sobrevivir en caso de imprevisto obstáculo en mis futuros planes de bien. En
fin, —terminó diciendo el ex comerciante de relojes “chacaleles” y
joyas de oropel— el Doctor Álvaro Marinero nos sabrá orientar en cuanto a negocios de bienes
raíces míos y en cuanto a constitución de la sociedad mencionada.
El ex aventurero fornicador había llegado en automóvil
de modelo reciente pero no lujoso. Dicho automotor lo había tomado en
arrendamiento en una de tantas agencias al respecto; en ese mismo automóvil, a
03:00pm, partieron hasta ciudad capital en búsqueda del notario. Antes de
hacerse presentes al bufete del profesional, en algunas tiendas del complejo
comercial Metro-centro, el padre les compró ropa y calzados adecuados para mejor
presentación frente al notario. De inmediato, secretaria recepcionista del letrado,
en nombre de señorita doctora Lupita Galán Guerrero, les anunció con el
togado. Al instante el doctor Álvaro Marinero suspendió audiencia
con un tercero, haciéndoles pasar a sala interior más privada. Ofreció a recién
llegados algo fuerte de beber: whisky, vodka, coñac, ron o tequila; pero, ellos
sólo aceptaron un vaso de agua fresca para cada uno. Luego, el anfitrión se
excusó para terminar consulta del tercero. Al cabo de 10mins estaba de nuevo
con ellos.
─¿Para qué
puedo ser bueno?─. Fueron primeras
palabras del notario.
—Para
muchas cosas buenas—, replicó don
Próspero con leve arrogancia residual de tiempos materialistas de su anterior licenciosa vida. Continuó—:
en
primer lugar venimos, aunque después de mucho tiempo, a agradecerle a Usted, a
su esposa y a su hijita Isabelita, las inimitables muestras de solidaridad
humana dadas por ustedes a mi pequeña Lupita y, por recomendaciones expresas de
ella, también venimos para poner en sus profesionales y honradas manos, el
destino de los pocos bienes salvados de la catástrofe provocada por quien
habla, la cual Usted conoce casi a perfección.
Hablaron en serio. Al término de tres días estaban firmando escritura notarial para
crear el fideicomiso Galán-Guerrero;
nombrando como fiduciario a prestigioso banco nacional del cual tal notario Álvaro Marinero hijo, era uno de principales
asesores-accionistas y apoderado. Pusieron en venta varios inmuebles urbanos y
rústicos ya descritos, logrando reunir moderada suma de ¢19,580.625.003 (más o
menos U$S 8,000.000ºº); mas, letrado notario tantas veces citado, hizo
contactos con 4 ó 6 colegas salvadoreños y guatemaltecos, quienes habían dado fe
notarial de todos los bienes raíces dejados por don José María Guerrero Martínez o
don Chema padre, logrando descubrir existencia de algunos bienes
inmuebles que el difunto Guerrero Martínez había dejado en herencia a favor de doña
Esperanza, su postrer hija, los cuales no habían sido reclamados,
siendo usufructuados en forma ilegal, allá en Guatemala, por hijos de don
Manuel de Jesús Guerrero Flores, —militar salvadoreño asesinado simulando
fatal accidente de tránsito en acantilados del municipio La Palma, Chalatenango,
de cuya autoría intelectual siempre se ha señalado al famoso criminal “Chele Medardo”, (perdonen lo
repetitivo)—. Con pruebas en mano, Galán Burgos y Álvaro Marinero hijo
marcharon al vecino país a fin de entrevistarse con sobrinos de doña
Esperanza, quienes no negaron posesión ilegal de bienes inmuebles
guatemaltecos, urbanos y rústicos, de su “querida” tía; pero, como la ley
obligaba presencia personal de la interesada o, en su defecto, presentación de Poder
Notarial autenticado por consulado
guatemalteco en aquella lejanísima nación. Con pólvora mojada volvieron a El
Salvador; no obstante, traían enorme alegría de no haberse confrontado con parientes
usurpadores.
El hijo del
“busero” patán y de “chilatera”,
acompañado del notario Marinero hijo
volvió a recorrer misma travesía aérea recorrida en el pasado inmediato con su
hija mayor: doctora en endodoncia; volvió a abordar mismo vuelo interno desde
Nueva Delhi hasta Calcuta; volvió a hospedarse, con notario, en casa del mismo
cónsul cubano. Esta vez, el diplomático cubano con su esposa, Marinero hijo y
Galán Burgos, se presentaron al mismo monasterio católico de vez pasada. Fueron
recibidos por mismas personalidades
femeninas religiosas anteriores; sin embargo, enfrentaron la misma dificultad
al no encontrar a legítima señora de Galán Burgos. En seguida dispusieron partir
hasta el suburbio suburbano paupérrimo donde ella estaba destacada. Así lo
hicieron. 02hrs más tarde estaban activando aldabón-timbre similar al del
monasterio rector. Singular morena religiosa salvadoreña se presentó después de
prudencial espera. Saludó con abrazos y
besos parcos a su legítimo terrenal esposo. Con reverencia de testa, más áreas
palmares abiertas, saludó al resto. Le explicaron al detalle todos los pasos
dados por esposo, tanto en medios como en fines; lo mismo futuros
procedimientos programados al respecto. En este punto, notario Álvaro
Marinero hijo le habló de esta manera:
—Reverenda Sor Esperanza: estoy enterado de
todo el mal lejano pasado y de todo el prometedor presente con el consecuente
buen futuro de vuestra familia; no obstante: como vuestra decisión de continuar
en vida religiosa de esta congregación parece inflexible, nosotros venimos a
suplicaros un gran favor en pro de vuestros hijos. Suplicamos nos deis Poder
General Notarial a nombre de vuestro esposo, a fin de recuperar cuantiosa
herencia terrenal dejada a vos por vuestro nunca bien llorado padre.
Propiedades ubicadas en república de Guatemala. Lo mejor, legal y moral, sería
vuestra presencia personal en tribunales civiles guatemaltecos; mas, como eso
parece algo imposible, nos conformaremos regresar sólo con el Poder firmado.
Guapa sor Esperanza accedió sin alguna objeción. Comitiva
del viudo virtual partió de inmediato en procura de firma y sello del cónsul
chapín en Nueva Delhi. Llegaron en tres ocasiones durante cuatro días,
encontrando el consulado siempre cerrado. Indagaron al respecto con vecindario
inmediato. Recibieron esperada decepcionante respuesta:
—Esa casa de ladrones y asesinos cristianos
centroamericanos, todo el tiempo está cerrada.
Una o dos veces al mes, por lo general en las noches, se miran luces encendidas
escuchándose voces ebrias y bohemias escandalosas; mas, cuando nosotros
llamamos a la policía, todo el tiempo obtenemos la misma respuesta: “Esa
residencia es inviolable por gozar de extraterritorialidad. Nosotros no podemos
hacer nada al respecto”. Hemos acudido al Ministerio de Relaciones Exteriores
Hindú sin haber sido escuchados.
Después de larga semana de infructuosa espera por firma
y sello del cónsul chapín, regresaron hasta Calcuta de doña Esperanza para narrarle
lo acontecido. Ésta, con semblante cambiado hacia nueva alegría, les dijo:
—Se ve bien claro. Nuestro Señor ordena mi
regreso definitivo a El Salvador para reconstruir nuestro sagrado hogar. Se ve
más claras las palabras de nuestro Señor puestas en garganta de Madre Teresa de
Calcuta. Nuestra superiora dijo: “Si la hermana Esperanza de la
Paz Guerrero Flores de Galán Burgos desea
regresar a sus sagradas obligaciones hogareñas impuestas por el matrimonio
católico, apostólico y romano, allá en tierras de mayas-pipiles, esta
congregación no tiene alguna objeción; pues santo sacramento de unión sexual no
desaparece cuando ambos cónyuges están vivos".
Algarabía fanfarrona de inmediato invadió a todos los
circunstantes. Aplausos y gritos jubilosos formaron pequeño escándalo en
aquella pequeña sala de recepción, acudiendo sexteto de otras religiosas
mandadas a investigar al respecto. Éstas, al enterarse de lo ocurrido, batiendo
palmas se unieron a inesperada gritería. La por segunda vez nueva señora, más
radiante de felicidad pidió permiso para retirarse por unos cuantos minutos. Aquellos
concurrentes accedieron. Abrió puerta interior comunicante con espaciosos
patios y bien cuidados jardines; atravesó patios y jardines para acceder a profundo
traspatio donde estaba claustro de la comunidad religiosa femenina; con su
llave personal abrió y cerró la puerta de su celda; 45mins más tarde salió de
la celda, salió vistiendo ropa seglar indescriptible, portando en sus manos
sendas valijas de fibras sintéticas. ¡Era beldad muy similar a la observada en
aquel parque Morán quezalteco y empatando con la cubana joven Señora Doña
Haydee Santamaría de Hart! Hábito o vestido religioso aún debe estar
triste añorando a Venus no guanaca; —pues guanacos son personas tímidas y
esclavizadas por ignorancia en temas teosóficos e históricos milenarios—. Con
pasos seguros, más caderas columpiándose similares a “Flor de la Canela” de
peruana Chabuca Granda, o a la actriz Julia Andrew en “Novicia Rebelde”, —al
salir Julia del convento para servir de tutora a menores hijos de un militar
austriaco—, esbelta morenaza retornó a sala
de recepción. Espera estaba desesperando al feliz esposo y compañía. Todos, al
tenerla presente transformada en totalidad, antes de volver a aplaudir frenéticos,
suspiraron boquiabiertos y babeantes con pensamientos hasta ahora
inimaginables.
Dichosa pareja abordó vuelo más inmediato sólo
acompañada por el notario Marinero hijo.
Éste, en aeropuerto Honolulu se despidió y tomo otro avión, permitiendo al par
de tórtolos iniciar segunda luna de miel. Así fue hecho. En isla Tahití se
terminó ese otro inenarrable viaje. Una semana más tarde llegaron a ciudad de
Guatemala para hacer transferencias
legales pertinentes. Hechas tales diligencias, de inmediato pusieron en venta
esos bienes raíces guatemaltecos. Con ahorros bancarios retirados en agencia
guatemalteca del banco gringo (EUA), fondos del fideicomiso se cuadruplicaron
para volverse multimillonarios. Compraron para Esperancita y prole, residencia
no lujosa, pero amplia de seis dormitorios con baños completos cada uno, dos inmensas
salas sociales principales, dos salitas de estar, cuarto biblioteca de tamaño
adecuado para estudio, garaje techado para tres automóviles, más jardines en patio
y traspatio. Todo construido sobre 1500V2 en área casi exclusiva de Ciudad Merliot,
jurisdicción municipal de Santa Tecla o de Antiguo Cuscatlán. Entregaron,
además, sustancial prima o enganche para
adquisición a plazos de amplio local comercial situado sobre una de pocas
anchas calles de esa nueva colonia-ciudad. Padres de familia Galán-Guerrero,
ya convertidos en jóvenes abuelos, instruyeron a su hija y al ya legal esposo
de ella, en arte de negociar: joyería fina, oropel de calidad, relojes suizos y
japoneses; telas, perfumería, juguetes, etcétera. Con estos negocios bien
administrados, —repetían aquellos Galán-Guerrero—, ganarán lo suficiente y sobrará sin
tener necesidad de subvenciones paternales. Dicho negocio todavía es reciente,
pero parece floreciente.
Rehabilitado matrimonio decidió repartir utilidades
del fideicomiso de la manera siguiente: 25% para acrecentar cada mes patrimonio
fiduciario; 25% para manutención de la
pareja reconciliada y de dos hijos solteros; 25% como donativo mensual al
Hospital Ortopédico de La
Habana y a Facultad de Medicina de Universidad de La Habana donde el joven Prosperito
cursaba aún la carrera buscando doctorado, haciendo uso de beca otorgada por Doctor Fidel Castro Ruz, máximo
dirigente de Gloriosa Revolución Cubana. Fidel otorgó tal beca completa
en premio al expediente guerrillero y académico del singular y heroico
muchacho; último 25% decidieron asignarlo a obras salesianas a las cuales ellos
fueran destinados por congregación del italiano sacerdote Manzana.
De aproximados ¢80,000.000ºº iniciales (U$S 16,000.000ºº
al cambio de ¢5ºº x $1ºº, cambio oficial de entonces). Devengando 1% mensual,
ganaban ¢800.000ºº cada mes. ¢200.000ºº eran destinados a cada rubro. Llegaron
a ciudad de Guatemala. Venerable Manzana no pudo aceptar como aspirante a
coadjutor al multimillonario filántropo, por obvia razón del matrimonio; no
obstante, fueron aceptados e instruidos, en lapso de tres meses, cuales
colaboradores seglares en Oratorios Festivos consagrados al adolescente santo
Domingo Savio, y en Comedores de mamá Margarita (madre de San Juan Bosco). La
primera institución velaba y vela por niñez descarriada y por juventud
proletaria en grandes ciudades del mundo cristiano; la segunda procura mínima
alimentación cotidiana de grandes masas seniles desposeídas en mismas urbes. Recibieron
entrenamiento intensivo correspondiente. Tres meses después estaban aptos para
asumir con responsabilidad tan delicadas tareas; pero, (¡siempre hay un pero!)
Mangana les aconsejó no ejercer su ministerio en El Salvador ni en Guatemala;
pues precarias condiciones socio-políticas y económicas de ambos países eran
similares y, con antecedentes guerrillero
del esposo; más historiales forzados y desagradables de la doña, —no creíbles
por inmensa mayoría (99%) de personajillos con mala voluntad—, no sería nada
extraño, tampoco remoto, que escuadrones de muerte de extrema derecha ladrona
en esas dos repúblicas gobernadas por mafiosos interconectados, pudiesen
atentar, mucho más temprano de lo esperado, contra de integridad física de la
pareja filántropa.
Bondadoso matrimonio meditó a profundidad sobre tan sabias
reflexiones proféticas. “El infinito es
poco para agradecer a Usted, padre Manzana”, se expresó cabizbajo,
rubicundo y tartamudo, el pequeño magnate en dinero y gran filántropo en amor.
Decidieron marcharse hasta República de Cuba. Ahí, junto a su varón retoño, al
presente se encuentran cultivando rico granito de mostaza socialista, el cual
florecerá y fructificará mucho antes de ser levantado tan vergonzoso y criminal
embargo impuesto contra “Perla de las Antillas” por ogro anglosajón injertado
en nuestra América. Ahora, más del 50% de utilidades del fideicomiso están
destinadas a aliviar, aunque sea en media micra, negativos efectos del
prepotente embargo.
F I N
Santa Tecla, 03 de diciembre en 1995.-