Anastasio Jaguar
Breve Biografía de ANASTASIO MÁRTIR AQUINO (1792-1833):
Único Prócer salvadoreño verdadero en siglo XIX. Nativo de Santiago Nonualco, La Paz. De raza nonualca pura. Se levantó en armas contra Estado salvadoreño mal gobernado por criollos y algunos serviles ladinos, descendientes, éstos, de aquéllos con mujeres mestizas de criollo o chapetón y amerindia; pues esclavitud inclemente contra: indígenas, negros, zambos y mulatos, era insoportable para el Prócer Aquino. Fue asesinado por el Estado salvadoreño en julio de 1833, —después calumniado hasta lo indecible, tratando de minusvalorar sus hazañas; así como hoy calumnian a Don Hugo Rafael Chávez Frías y, ayer, al aún vivo: Doctor Don Fidel Castro Ruz.
En honor a tan egregio ANASTASIO AQUINO, este blog se llama:
“A N A S T A S I O A Q U Í S Í”
sábado, 31 de julio de 2010
Jesús, Bolívar, Hidalgo, Morazán y más
miércoles, 28 de julio de 2010
Continuación Hombres de Maíz
“Versión Misógina”
Continuación. Tomado de MD en español, septiembre de 1992
“Según dicen los lencas, de Honduras, en los primeros tiempos los árboles hablaban. Cuando el Señor estaba en la Tierra, el Manudo [el Diablo] estaba también y hacía lo contrario. El Señor hacía el perro, el Manudo hacía el coyote. El Señor hacía el ganado y lo bendecía diciendo: ‘La carnita se cocinará, el huesito se botará, el cuerito se salvará’; el Manudo hacía la mula y la maldecía: ‘Comida de negritos [zopilotes] serás. El Señor hacía el pollo, el Manudo el tecolote y el gavilán. El Señor hacía el chancho, el Manudo el marrano de monte. El Señor hacía el gato de casa y el Manudo el gato de monte. El Señor hizo al hombre… pero al fin San Miguel Arcángel triunfó sobre el Manudo”.
“Los Hombres de Madera”
“En un principio no había hombres, ni animales, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques. Sólo el Cielo existía.
“Sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo.
“Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la noche. Sólo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad.
“Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules.
“Llegó entonces la palabra, y hablaron Tepeu y Gucumatz. Se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento. Entonces se manifestó, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre.
“La primera vez lo hicieron de madera. Al instante fueron hechos los muñecos de madera.
“Se parecían al hombre, hablaban como el hombre y poblaron la Tierra. Existieron y se multiplicaron; Tuvieron hijas, tuvieron hijos; pero no tenían alma, ni entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su Formador; caminaban sin rumbo, a gatas. Ya no se acordaban del Corazón del Cielo y por eso cayeron en desgracia. Fue solamente un ensayo, un intento de hacer hombres.
“En seguida fueron aniquilados, destruidos y deshechos los muñecos de palo. Una inundación fue producida por el Corazón del Cielo; un gran diluvio que cayó en seguida sobre las cabezas de los muñecos de palo.
“Y esto fue para castigarlos porque no habían pensado en su madre, ni en su padre, el Corazón del Cielo llamado Huracán. Por este motivo se oscureció la faz de la Tierra y comenzó una lluvia negra, una lluvia de día, de noche.
“Llegaron entonces los animales pequeños, los animales grandes, y los palos y las piedras les golpearon las caras. Y se pusieron todos a hablar; sus tinajas, sus comales, sus platos, sus ollas, sus perros, sus piedras de moler, todos se levantaron y les golpearon las caras.
“Y dicen que la descendencia de aquéllos son los monos que existen ahora en los bosques; éstos son la muestra de aquéllos, porque sólo de palo fue hecha su carne por el Creador y el Formador.
“Y por esa razón el mono se parece al hombre, es la muestra de una generación de hombres creados, de hombres formados que eran solamente muñecos y hechos solamente de madera”.
“Despreocupado”
Los macheyengas, en las márgenes del río Urumbamba, en Colombia, creen que todo fue creado por un hombre gordo llamado Indioci. Pero que luego se olvidó del mundo y se marchó por allí, sin preocuparse. Por eso no lo adoran ni buscan su protección; no tienen fiestas religiosas, fetiches ni supersticiones”.