Anastasio Jaguar

Anastasio Jaguar

Breve Biografía de ANASTASIO MÁRTIR AQUINO (1792-1833):

Único Prócer salvadoreño verdadero en siglo XIX. Nativo de Santiago Nonualco, La Paz. De raza nonualca pura. Se levantó en armas contra Estado salvadoreño mal gobernado por criollos y algunos serviles ladinos, descendientes, éstos, de aquéllos con mujeres mestizas de criollo o chapetón y amerindia; pues esclavitud inclemente contra: indígenas, negros, zambos y mulatos, era insoportable para el Prócer Aquino. Fue asesinado por el Estado salvadoreño en julio de 1833, —después calumniado hasta lo indecible, tratando de minusvalorar sus hazañas; así como hoy calumnian a Don Hugo Rafael Chávez Frías y, ayer, al aún vivo: Doctor Don Fidel Castro Ruz.

En honor a tan egregio ANASTASIO AQUINO, este blog se llama:

“A N A S T A S I O A Q U Í S Í”

lunes, 15 de abril de 2013

ESQUIRLAS DE BOMBA ATÓMICA EN TECOLUCA

ESQUIRLAS DE BOMBA ATÓMICA EN TECOLUCA Por Ramón F Chávez Cañas ANTECEDENTES: Entre 1940-45, este parvulario tecoluquense escuchaba pero no comprendía a cabalidad aquellas casi cotidianas y largas discusiones vespertinas y/o nocturnas tempraneras sostenidas por su aún joven progenitor: Don Moncho Chávez Henríquez ─40 abriles─ con su mucho mayor hermano paterno: Don Juan de la Cruz Chávez Rodríguez ─60 otoños─, sobre tópicos bélicos europeos que después degeneraron en tan estúpida segunda guerra mundial. Éstas, también estúpidas tertulias familiares, tenían sede en casa-hogar Chávez-Cañas, donde aquella joven belleza: Carmela Cañas Merino de Chávez Henríquez ─26 primaverita─, con tres partos a término más un óbito fetal, se complacía en servir café con pan dulce y/o cena formal a tan selecta concurrencia familiar; pues, ambos equipos, durante muchas tardes hasta 10:00 u 11:00pm, permanecían discutiendo en pro o en contra de tan lejanos acontecimientos europeos macabros; para luego, tales espeluznantes acontecimientos prolongarse alrededor del inmenso Océano Pacífico Noroccidental y Sudoriental hasta Islas Filipinas, Indonesia, Australia, Nueva Zelanda; de manera especial alrededor del archipiélago japonés. Aquellos estrategas guerreros tecoluquenses del primer lustro en cuarta década del XX, ─sin entender casi nada sobre: nazismo, capitalismo, fascismo, comunismo, nazi-fascismo, mucho menos sobre cristianismo católico sectario y/o dogmático, conducido desde el Vaticano por Eugenio Pacelli o papa Pío XII, quien aún es acusado por sionistas de haber guardado silencio absoluto frente al hipotético o exagerado “Holocausto” nazi contra sionistas o israelitas─. Estaban divididos así: Presidente de facto pro aliados era Don Juan de la Cruz Chávez Rodríguez (*1870-1957†); éste, hermano paterno mayor del contrincante a mencionar en inmediatos futuros párrafos: ─casi anciano hijo del primer matrimonio de Don Ramón Francisco Chávez Rivas (*1842-1917†)─. Don Juan, a capa y espada defendía a países o reinos aliados lejanos, secundado, Don Juan de la Cruz, por: Don Jesús Orantes Vela padre (ex telegrafista*1905-55†); Don Carlos Federico Molina II (*1904-75†): quien aspiraba y suspiraba por glorias marchitas de su bisabuelo de mismo nombre y apellido, derrotado-humillado éste por un tal Rafael Carrera, Presidente guatemalteco, en batalla Las Aradas, de Chalchuapa allá por 1851; Don Carlos Antonio Chávez Henríquez (*1904-80†):hermano menor de Don Moncho pero adversarios ideológicos. Don Juan de la Cruz se caracterizó por ser media lengua, pues al querer pronunciar letra R sencilla o combinada como en ferrocarril, decía: “felocalil”; además, dos enormes hernias inguino-escrotales o potras, tal vez inoperables entonces, a sus piernas y muslos les daban la impresión de ser horqueta sosteniendo antiguas piedras para moler nixtamal usadas en caseríos y haciendas ganaderas o agrícolas. El otro bando, comandado por Don Moncho Chávez Henríquez (*1900-89†), lo constituían: Don José María Amaya Chávez (*1901-79†) otro hermano sólo paternal de Don Moncho; el poeta Don Juan Pablo Espinosa Aguilar (*1860-1947†); Don Francisco Ayala Gámez (*1909-95†), vecino inmediato, al sur, pared de por medio; Don José Montes Argueta (*1880- 1990†); jovencito o señorito bachiller Don José Gilberto Parras Martínez (*1918- ¿†?). ─Éste, joven estudiante del 4to año de Medicina en Universidad San Carlos Borromeo de Guatemala, expulsado hasta allá por satrapía de un tal Maximiliano Hernández Martínez ─1932-44─. Parras Martínez, llegado hasta Tecoluca por varias semanas con frecuencia de dos a tres veces cada año, servía cual “moderador” con franca parcialidad ideológica pro argumentos de Don Moncho Chávez Henríquez; pues, mentado bachiller Parras era padrino bautismal de la nena América Haydee Chávez Cañas, nacida en septiembre 18 de 1935 como primera hija del hogar Chávez-Cañas─. Último secuaz principal de Don Moncho fue Don Rodolfo Cañas Salinas (*1916-95†), quien siempre estaba atento a que pH conductual o “solución tampón” espiritual (no religiosa) de los más viejos líderes no sobre pasara ni bajara más allá de siete, pues pH7 es lo ideal para medio vivir bien en lo infernal de este mundo bestial. En una de tantas sólidas tertulias nocturnas, sólo comprendidas a mediana cabalidad por aquellos adultos mayores y adláteres participantes, más tan bella esposa de Don Moncho Chávez Henríquez; con Don Juan de la Cruz, sin mediar media gota de licor en sangre, se liaron a puñetazos; luego, a acialazos con lazos rejeros usados para inmovilizar terneros a brazuelos de vacas al momento del ordeño; sin embargo, ninguno osó tocar ni cachas de su respectivo nuevo revólver inoxidable de seis pulgadas marca Smith & Wesson. Personal moderador con resto de concurrencia, en un dos por tres hicieron volver al orden a tan “pacíficos” hermanitos; quienes sólo gotearon moderada fresa carmesí de ambas fosas nasales. Doña Carmela Cañas de Chávez los mandó al carajo; sin embargo, a 06:00pm del día siguiente, aquella tribuna ideológica algo dogmática, ya sin cuadrilátero boxístico, se estaba congregando alrededor del radio receptor a pilas en casa-hogar de Doña Juana Francisca del Carmen Chávez Henríquez de Orantes Vela, hermana menor de aquellos cuatro beligerantes, quienes sudaban calenturas ajenas europeas, japonesas y gringas. @@@@@ TECOLUCA, para este actual evocador de reminiscencias, entonces era (1940-45) el Reino sin fronteras del Pájaro y la Nube… Única frontera visible en lontananza estaba constituida por ambos chinchones, tetas, chiches o chindondos del Volcán Chinchontepec, situado al Norponiente inmediato de aquellas dimensiones geográficas, a mediana altura entre el mar Pacífico y el coloso de dos cabezas. Al Sur, al Oriente y al Sudoeste, frescas brumas provenientes del Pacífico jugueteaban o retozaban en asensos-descensos por infinitas copas de bosques primarios desde Río Bajo Lempa hasta litoral del Río Jiboa. Eran micro fronteras tecoluquenses invisibles desde tierra firme. Toda esa fábula paradisíaca tropical fue destruida por: Primero: ferrocarril IRCA, que la descuajó para exportar millones y millones de toneladas métricas en maderas preciosas para finas construcciones de pisos, techos, paredes y más, en casas europeas y norteamericanas; exóticas e incontables maderas fueron usadas como durmientes en rieles del ferrocarril, más leñas atizadoras de calderas cuando aún no había petróleo disponible como combustible fósil en IRCA. Esta compañía explotó, durante aproximados 100 años, nuestro casi no renovable recurso natural actual. Hará dos décadas IRCA, ya FENADESAL1 entonces, se declaró en quiebra; pero estando en manos de ladrones guanacos u oligarcas criollos. Segundo: Entre 1940-80, esa misma guanaca oligarquía, siempre ladrona desvergonzada, aún no agonizante, por ahora, terminó desertificando aquellas escasas bolas de monte costeñas dejadas por ferrocarrileros; pues ellos, guanacos con hambre y sed de volverse capitalistoides2 en lapsos más breves y a como diera lugar, durante esos cortos 40 años se dedicaron al cultivo intenso del algodón en todo terreno costeño y plano, envenenando fértiles terrenos con mantos acuíferos potables de nuestros microscópicos o escasos 20,000Kms2, más consecuente deforestación-erosión residuales. Estos asesinos actuales también del Medio Ambiente, son descendientes directos de aquellos apátridas quienes, en septiembre de 1821, firmaron, en Ciudad de Guatemala, aquella fraudulenta acta de independencia centroamericana. 60 años más tarde, ─1881─, saquean y asesinan al por mayor a ladinos e indígenas rurales; estas mismas pirañas seudo salvadoreñas se robaron tan grandes haciendas nacionales o latifundios o Realengos; asimismo, a guanacos más pusilánimes y serviles u “Homo, homini lupus” les ¿vendieron?, a precio de “me lo llevo”, micro terrenos labrantíos municipales o Ejidos de todo El Salvador, no sólo de Tecoluca, más pantanales y barrillares despreciados por aquella canallesca sociedad seudo católica. Por razones similares ocurrió otro genocidio ordenado por “general” Hernández Martínez en 1932 y por Roberto Dabuisón Arriata durante nuestra última guerra civil (1972-92). @@@@@ En ese tal lapso tantas veces mencionado, mientras paupérrimas minorías no alcanzaban a descifrar apellidos extranjeros: Churchill, Roosevelt, De Gaulle, Hitler, Mussolini, Rommel, Hirohito, Mao, Stalin; tampoco aquellos lugares donde estaban sucediendo famosos pero fugaces batallas: terrestres, aéreas, submarinas con acorazadas naves o buques transatlánticos, todas a base del mortal TNT3 como batallas en: Dardanelos, Sahara Nororiental, Mar Báltico, Río de La Plata en Montevideo, Uruguay: tales terrorismos bélicos después publicitados por radiodifusión, cinematografía móvil sobre carros parlantes en funciones nocturnas llevadas a mi Pueblito; más pinta-pega sobre paredes de adobe o bahareque pueblerinos; y, hasta sobre cortezas de gruesos árboles a veras de polvorientos caminos reales diversos. Soldaditos rasos regimentales sanvicentinos pero guanacos, ─dirigidos con escaso entusiasmo por aquel Comandante Local tecoluquense: sargento Rodolfo Cañas Salinas (primo hermano de joven doña Carmela Cañas de Chávez)─ recorrían nuestro municipio pegando papeles o pintando rótulos con elefantiasis ortográficas. A diario pasaban por nuestro municipio (ciudad, aldeas, cantones, caseríos) pegando-despegando carteles con libelos o panfletos a cuales más denigrantes contra cabecillas del “EJE”: Roma-Berlín-Tokio, con epítetos y caricaturas más obscenas de cuanto el gringo pudiese imaginar. En una de esas fechas macabras falleció un tal apellidado Roosevelt (12-IV-45†) quien, a pura propaganda mentirosa anglosajona durante nueve años, casi lo nombran único prócer latinoamericano, ejemplo: Avenida Roosevelt en: San Salvador, Managua, Tegucigalpa, Ciudad de Guatemala, Ciudad de México, Ciudad de Panamá, etcétera, etcétera. ¡No en Tecoluca! De inmediato llegó al poder imperial otro energúmeno: Harry S Truman, quien más adelante será citado por haber inaugurado tantos terrorismos nucleares que por desgracia nos ha tocado y sigue tocándonos vivirlos como desgraciados seres del tercer mundo o humanoides. ─Esta Era cristiana debiera ser ya archivada e iniciar a contar de acuerdo a la Era Atómica iniciada el seis de agosto en 1945; pues, de cada siete habitantes actuales sobre este maldito planeta, sólo UNO es cristiano a medias o del diente al labio. Ejemplo claro: Monseñor Romero fue asesinado el 24 de marzo en 1980, de acuerdo a Era cristiana: Era cristiana nunca universal para seis mil millones de restantes sujetos humanos vivos ahora. De acuerdo a Era Atómica universal, Monseñor Romero murió en marzo 24 del año 35DEA; en cambio, Jesucristo, nació en año 2013AEA. DEA = Después de Era Atómica; AEA = Antes de Era Atómica… ¿Se entiende? @@@@@ Durante siguientes tres consecutivos meses, aquellos labrieguitos, hortelanitos, ganaderitos, más uno que otro intelectualoide con poses de politicastro auténtico o sabelotodo patriotero, se dedicaron a sus respectivas faenas agro-ganaderas en pequeñas y medianas escala; pues, para ellos, noticias cotidianas radiales e impresas habían perdido todo interés; porque Japón en Lejano Oriente, estaba más distante que planetoides Neptuno o Plutón. Aparente calma terráquea, vista desde una, también aparente caquita de mosca doméstica sobre algún mapamundi escolar, carecía de importancia social y geográfica; pues, aquellos adoradores reales del Hirohito, ─dios japonés viviente en carne y hueso─, tenía más de cuatro años de estar siendo destruido a puras propagandas sucias; tal como se ha querido hacer despotricando contra nuestros modernos Próceres y Súper Hombres actuales: Fidel Castro Ruz con Raúl, su hermano; Salvador Allende, Schafik Jorge Hándal, Óscar Arnulfo Romero y Galdámez; Augusto César Sandino, José Manuel Zelaya Rosales; Muhammad El Gadafi, Osama Bin Laden; Hugo Rafael Chávez Frías… Casi al mismo tiempo otro tal por cual apellidado Mussolini (28-IV-45†), a quien apodaban “El Duce” o Duche en español, fue capturado-ejecutado por guerrilleros partisanos italianos cuando tal Duce buscaba albergue bélico camino de Alemania. Dos días después de ajusticiar al Duce, en el búnker alemán de Berlín, aún parece haberse suicidado Adolfo Hitler (¿30-IV-45?). Plaga infernal, o segunda guerra mundial europea pareció haber finalizado al rendirse aquellos aguerridos ejércitos germanos en 09-V-45; no obstante, sionistas norteamericanos más deshonestos, todavía niegan haber sido fuerzas armadas soviéticas quienes, en 90%, derrotaron al nazi-fascismo europeo. @@@@@ Analistas tecoluquenses frustrados por tremendo aniquilamiento del EJE; pero más por tan descomunal festejo burlesca en pleno día de la Madre (Mayo 10 en 1945) hasta con cohetes de vara pero sordos o soplados con intenciones despectivas, lanzados al aire desde traspatio privado frente a puertas exteriores del lar Chávez-Cañas; calle de por medio ─traspatio entonces propiedad de Juana Francisca del Carmen Chávez Henríquez de Orantes Vela (*1909-2000†) o doña Carmen de Orantes Vela, a secas─, encandilaron más a Don Moncho Chávez Henríquez quien, con su Smith & Wesson en mano, obligó a su hermana menor parar tantos cohetes sordos a ser reventados por “Julumbo” y por Eduardo Villegas: dos peones permanentes en mansión primitiva de aquella vieja ricachona pueblerina, partidaria hasta su muerte de tantas extremas derechas, sin ser ella ni micro millonaria: propiedades heredadas de su padre quien, en 1879 se estableció en Tecoluca por haber ¿comprado? 33% de tierras ejidales o municipales; más algunas tierrucas pantanosas o inaccesibles costeñas, sobrantes de Realengos despreciados por oligarquía sanvicentina. @@@@@ Durante ese siete de agosto en 1945, Tecoluca despertó ignorando aquella descomunal tragedia sucedida 24hrs antes al otro lado del mar Pacífico, contra seres humanos antípodas nuestros; pues media docena de radio-receptores, todos movidos por pilas automotrices, estaban al servicio de enriquecidos pueblerinos, a quienes sólo les importaba escuchar canciones rancheras que daban y siguen dando cólera, transmitidas por radio difusoras san-salvadoreñas; por eso Tecoluca debió esperar hasta día siguiente para enterar, a también escasos lectores de prensa escrita cotidiana y enterarse, sin comprender, ni en uno%, la verdadera amenaza creada por Lucifer mal llamado Ser Humano, ya degenerado en actual ser humanoide4. Nuestro campesinado periférico al también campesino Pueblito, bajaba del volcán inmediato a ofrecer en venta frescas verduras, frutas y olorosas flores diversas; lo mismo hacía similar cantidad de personas costeñas, quienes desde cantón Santa Cruz Porrillos, ascendiendo hasta periférico cantón El Carao, llegaban hasta el mercadito central-municipal pueblerino con centenares de huevos puestos por pechugonas gallinas indias; enormes guacales de tarro vegetal conteniendo caracoles o jutes de agua dulce con cangrejos de río; múltiples matates o cebaderas de mezcal con verduras silvestres llamadas “chufles”; carretas a semovientes cargando mancuernas de venados destazados en cacerías de esa misma madrugada, más infinitas misceláneas imposible de continuar detallando. Ese mismo siete de agosto, después de medianoche o en madrugada lluviosa sin ser catastrófica, aquella media manzana del parquecito central municipal (5000M2), amaneció con inmensa alegría manifestada por trinos de canoras más gorjeos destemplados de alados restantes: pericos de peña con catalnicas de talchinol eran amos absolutos sobre palmeras de altos y medianos cocoteros de susodicho parquecito; mientras, chiltotes, clarineros, cenzontles, guacalchías, tortolitas, trinaban sobre arboledas del convento parroquial o casa conventual que cinco años más tarde, ÷1950─, presbítero Abraham Rodríguez lo convirtiera en dos canchas para baloncesto: 3000M2. Resto de pájaros con diversas monótonas voces: chejes, sanates, urracas, torogoces, pijullos y tucanes o picos de navaja, eran abundantísimos en solares urbanos y suburbanos. Hasta escandalosas chachalacas despotricaban contra nosotros desde el ahora ex edén terrenal localizado en profundidades de tan inmediata Quebrada El Burro. Don Manuel Antonio Molina, vecino inmediato en portales externos casi bajo cocoteros, con riflito .22 marca Remington, acabó con aquella preciosidad verde esmeralda o aves trepadoras. Para entonces, guaras y loras tecoluquenses sólo eran vistas en libros de textos escolares. Tanta algarabía infantil: escolar, preescolar y juvenil en general, era excepcional a 08:00hrs de esa fecha agustina, porque vacaciones capitalinas y pueblerinas tecoluquenses se complementaban; pues, aquellas fiestas patronales del Pueblito mío (09 de agosto), mancomunadas con las del Patrono católico nacional, El Salvador del Mundo (06 de agosto), daban más alas a divina chiquillada de antaño. Además, en esa mañanita había amanecido sobre tierra, ya armándose, dos o tres ruedas de caballitos o carrusel, ─uno motorizado y resto movido por piernas y “gatos” o bíceps humanos; “paraguas japoneses” junto con medianas ruedas de Chicago o “chicagüitas”, estaban siendo bajadas de respectivos camiones; “carros locos” y la “ola” aún no asomaban. Todas estas ruedas formaban L ó U sobre tres cuadras centrales alrededor del parquecito con portales exteriores. Aquella pandillita escolar de este narrador, con siete años de edad promedio, sentados sobre arriates de la pila o “monda”, ─única fuente de agua potable municipal venida desde estación ferrocarrilera Tehuacán IRCA─, se había apoderado de muchos caballitos de palo, que empleados adultos rescataban de tantas manitas inocentes para colocarlos en sitios comerciales de tal feria. Entre esos treinta niños del primer grado primario, sólo recordamos a: Santos Mejicanos Rochac, Efraín Estrada Molina, Chepito Rodríguez Molina, Rolando Herrera Rodríguez, Juan René Ortiz Molina, Rafaelito Marenco Portillo, Mauricio Martínez Roque, José Sánchez Méndez, Humberto Romero, Miguelito Reyes, Juan Miguel Parras, Marcial Aguilar, Carlos Roque, Víctor Manuel Orellana con su hermano apodado Sansón; Sergio Amaya Hernández, Ricardo Roque, Jesús Elías, Adalberto Quintanilla Chávez, Emilio Fuentes, Tomás Contreras Urrutia, Francisco Campos Martínez, Juan Corvera y uno mayorcito apodado Luis “Pico de Cera” con otro apodado Atilio “Burro”. En dicha década de años 40’s, sólo había “Escuela de Niñas” y “Escuela de Varones”, ambas funcionando hasta segundo grado de educación primaria. @@@@@ A 09:30hrs de aquella bullanguera mañana pueblerina, incierto muchacho canillita vendedor de uno o más periódicos matutinos impresos llevados a diario desde San Salvador en tren IRCA que pasaba por estación ferrocarrilera Tehuacán a 09:00hrs, con grandes voces repetitivas gritaba a todo pulmón: ¡¡Bomba atómica estalla sobre Japón!! Aquellos niños o rapazuelos “escueleros” embelesados contemplando a periquitos australianos sacando papelitos de la suerte y/o pagando ¢0,05 para poder asombrarse mirando a: Roma, o a Londres, o a Nueva York, o a ¡qué sé yo! en unas camaritas contra Sol brillante, camaritas modernísimas entonces, llamadas “Panorámicas”; locatarias de golosinerías estaban más atentas a tan escasos Mts2 que el único policía municipal sin uniforme: ancianito septuagenario: Don César Hernández, o “Maishtro” César, a secas, les estaba designando en resto de tal placita-mercadito central municipal, consistente en ¼ de manzana plana frente a portales exteriores del Cabildo Municipal y a portales de Guardia Nacional local que, dicho sea al paso: parasitaba nuestro predio comunal, reduciendo el salón principal u oficina del señor alcalde, a simple salita de 4x4mts; mientras, el sargento GN en su sala-dormitorio de 6x6mts, contigua a oficina del jefe edilicio, pasaba largas veladas escuchando sordo tictac del granero cuadrado con única carátula llamado reloj municipal, inexistente desde hace 40 ó más años; pues, en tales épocas, un botudo sargento, analfabeto, era más respetado por oligarcas, también analfabetos, que cualesquiera autoridades civiles pueblerinas y hasta capitalinas.. Bachiller Don José Gilberto Parras Martínez, desde portal exterior de su residencia, ─esquina opuesta al edificio parasitado por GN─, salió para comprar un ejemplar anunciado por aquel canillita o voceador de nombre-apellido ya olvidado por este ahora viejo cerebro; mientras, 10mins más tarde, Parras Martínez, a toda prisa dirigió sus calcetines hacia cabildo municipal inmediato buscando a Don Raymundo Nicolás Cañas Merino, ─señor alcalde interino, nombrado a “dedo” dos años antes por aquel ominoso dictadorzuelo en turno: Maximiliano H Martínez, y no sustituido aún por orangután sustituto del genocida Hernández M, quien había sido derrocado por huelga de brazos caídos en 09 de mayo del año anterior (1944)─. Al cabo de otros breves minutos, ambos señorones locales estaban ingresando en casa-hogar de Don Moncho Chávez Henríquez, líder regional indiscutible del EJE Roma-Berlín-Tokio, quien en ese mismo instante se informaba, leyendo mismo periódico ya mencionado, sobre tan cobarde ataque nuclear gringo ordenado por inhumano Harry S Truman contra indefensa ciudad Hiroshima (agosto 06 en 1945), ciudad inmortalizada desde entonces; en tanto, Don Miguel Tomás López Bonilla, secretario, se quedó redactando el Bando Municipal correspondiente para así enfatizar sobre el contenido de la inimaginable terrorífica noticia. Don Moncho Chávez, DonNicolás Cañas Merino y bachiller Parras Martínez, a toda prisa llegaron a viviendas o lugares laborales de todos aquellos ciudadanos beligerantes ya mencionados en primeros párrafos de esta histórica crónica. A 11.30hrs, Maishtro César, empuñando oxidados platillos musicales heredados de alguna banda regimental décimonona, contemporánea del filibustero William Walker con Gerardo Barrios, empezó a convocar, en primera de cuatro principales esquinas del Pueblito, a todo vecino para enterarlo de tan súbita desgracia ocurrida en aquella lejana comarca asiática o antípoda nuestra. Ejemplar ciudadano tecoluquense, Contador General en Dirección General de Salud con sede en San Salvador: Don Nicolasito Arévalo Aguilar, de cuerpo diminuto sin ser enano, de escasas o flacas carnes sin estar mal nutrido por Doña Leonor Reyes, esposa; de voz leve, casi inaudible a 10mts en redonda, con tricófero de Barry en cabellera aún no cana; lavanda inglesa marca Yardley en rostro a perfección afeitado, por expresa voluntad ofreció leer tal manifiesto llamado Bando. Don Miguel Tomás López Bonilla complacido entregó dicho documento. Luego de charranganear durante tres minutos el par de platillos oxidados, y de haber ordenado a GN local silenciar aparatos parlantes del feriado, o sólo suspenderlos por minutos prudenciales, Don Nicolasito Arévalo inició aquella penosa por casi inadecuada lectura bajo portal externo o esquina techada de GN; portal exterior empezado a calentar por Sol tropical llegando al cenit del municipio y a crujir por distención de láminas de hierro galvanizado en techumbres. Al llegar a segunda esquina, ─portales con esquinas opuestas: propiedad uno del Poeta Don Juan Pablo Espinoza, al Sur Oeste; y, el otro, al Noroeste, propiedad de Doña María Josefa Chávez Henríquez, recién heredada de su madre: Doña Segunda Henríquez Angelino viuda de Chávez Rivas, quien había entregado los fierros terrenales el 31 de diciembre en 1944. En esta segunda esquina o de Chávez Henríquez, Nicolasito Arévalo Aguilar de súbito empezó a temblar de ambos pulsos, con canillera en tabas o rodillas; quijaditas tastaseábanle sin poder disimularlo, pareciendo estar en agudo estado poscrapular o goma cruda sin ser él devoto báquico. Fue cuando bachiller Parras Martínez, quien iba en retaguardia inmediata del contador tembloroso sin estar palúdico, con voluminosa morena estampa mulata, envergadura de 1,99mts sin calzado, rompedor de básculas al pesar 110kgrs chulones y chuña; y, fuerte voz de barítono o tenor, quien entonces hubiese apabullado al formidable Luciano Pavarotti; además, con aún juveniles 28 abriles atléticos, aquel contadorcito general en Salud Pública, destacado y avecindado en San Salvador; pero vacacionando en tan maravilloso Pueblito de origen nonualco-tehuacano, sin esperar pedimento de Parras Martínez, entregó a éste el documento de marras, yendo a sentarse sobre bancas fresqueras de Doña Rosita Morales Quintanilla en portal propiedad del poeta Espinoza donde, de un solo sorbo deglutió el agua de tres cocos cholotones, uno tras otro sin resollar, sólo mirando subir y bajar aquella mediana manzana de Adán de quien seis años más tarde fuese Contador Público Certificado. Ser bachiller graduado del colegio salesiano Santa Cecilia tecleño de El Salvador, era galardón inaccesible para sinnúmero de varones tecoluquenses en década del 40 hacia atrás; y ser avanzado estudiante de Medicina Humana en U San Carlos Borromeo guatemalteca, en Tecoluca de entonces, era como querer acariciar escrotos del tigre real de Bengala. Por tanto: aquel joven Parras Martínez era el “Súper-hombre” que Zaratustra todavía busca en “Así Habló Zaratustra”, del Filósofo alemán Friedrich Nietzsche; pues nuestro Parras Martínez, 999 de entre un mil positivas virtudes desconocidas por mil dioses y diosas mayores o menores, nacionales o extranjeros, de uno y otro sexo con tres o cuatro variantes obscenas, cuyas especializaciones pedófilas o pederastas sólo las imparten aquellos graduados como presbíteros católicos en El Vaticano, o en sucursal mexicana del cura Marcial Maciel Degollado; pero con perfidia arreligiosa negados por El Vaticano actual y recién pasado. Parras Martínez nunca fue ateo, pues era sumo sacerdote tecoluquense del Dios Romano llamado Baco5; pero hacía fuertes objeciones a 04 divinidades seudo monoteístas actuales: Jehová, Jesús, María y Alá, por eso Iñigo Antonio Martínez Pescador, falangista español o cura párroco del Pueblito mío, lo había anatemizado cuando este irreverente bachiller tomo el Bando municipal empezando a leerlo sin necesidad de bocinas sencillas ni de megáfonos a baterías por nunca haber existido tales artefactos en Tecoluca. Vozarrón del mulato Parras Martínez con claridad estereofónica natural se escuchaba a perfección desde el cementerio municipal a 500mts distantes; porque, familiares maternos del indígena Vitelio Roque, ─fusilado tres años atrás por dudoso asesinato sin ser comunista (08-ago-1940) andaban enflorándole su tumba─; también era audible al lado opuesto en urbanización “La Esperanza”: ─nueva colonia suburbana fundada por Instituto de Colonización Rural (ICR) en tiempos del sátrapa general Martínez, aún poblándose entonces y localizada al nororiente del Realengo, inmenso todavía, no robado por hambrientas oligarquías: capitalinas, sanvicentinas ni viroleñas; mucho menos usulutecas, donde Juan Wright Alcaine y un Regalado Dueñas, se apropiaron, desde 1880, de ubérrimos paraísos terrenales llamados, uno: Hacienda La Carrera y, otro: Hacienda Nancuchiname. Parras Martínez rompió rutinas en lecturas de Bandos municipales: de tres esquinas faltantes, él incluyó 14 más durante cuatro consecutivas jornadas cotidianas leyendo, incluyendo “La Esperanza” con otros viejos cantones aledaños al precolombino Pueblito nonualco-tehuacano. Además de simples lecturas esquineras y cantonales, él, el bachiller Parras, como Súper-hombre nietzschano, explicaba a mayorías de analfabetas reales y virtuales, qué demonios era esa mentada energía atómica con destrozos materiales inimaginables por aquellos católicos, apostólicos y romanos narcotizados con opios y cocaínas todavía refugiados en páginas bíblicas… Durante misas cotidianas matinales, de manera especial en dominicales y en rezo nocturno del santo rosario, Martínez Pescador tildaba de loco al ateo universitario en medicina; no obstante, después de misa dominical, cura de Opus Dei y bachiller, frente a público comprador, tras vitrinas farmacéuticas, se liaban en prolongadas partidas de ajedrez con sendas e interminables copas de vino de consagrar o de jerez, después de haber dicho tal cura falangista, en misa dominical de 09:00hrs:”Es más fácil el paso de un camello por el ojo de una aguja…” 1—FENADESAL = Ferrocarriles Internacionales de Centroamérica. 2—CAPITALISTOIDE = Se dice del individuo quien desea con vehemencia, sin lograrlo, ser millonario sin lograrlo, llegando hasta lo ridículo o hazmerreír para fingir serlo. 3—TNT = Dinamita. 4—HUMANOIDE = Individuo con cuerpo humano, pero con cerebro bestial. 5—BACO = Patrono de todo alcoholista: rico o pobre; hombre o mujer; cura o pastor; cardenal o papa 09 en abril de 2013.-

1 comentario:

  1. Muy interesante escrito, describe atinadamente , las vivencias de los habitantes de un pequeño pueblo, en ese momento histórico y tambien hace referencia a datos importantes que todo salvadoreño interesado en sus raíces debería conocer. Muchas gracias por este escrito.

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