NOVELA
LA
GUERRILLERA JAGUAR
Por Ramón F Chávez Cañas
CAPÍTULO IV
Doña
Esperanza de la Paz Guerrero
de Galán nació a finales de 1942.
Hija legítima de don José María Guerrero padre y de doña Filomena Flores de
Guerrero. Fue 4to y postrer parto de doña Filomena. Controles de embarazo con asistencia
casera del parto, fueron hechos en visitas domiciliares por un doctor de
apellido Fishnaler, —único anciano médico-cirujano residente en Quezaltepeque
de entonces—. Fue parto sin complicaciones. A seis meses, en iglesia parroquial
católica de misma ciudad natal, nena Esperancita Guerrero Flores fue llevada a pila
bautismal por 2 parejas de magníficos padrinos: Don Napoleón Quezada padre y
Doña Ernestina Coto de Quezada; Don Rosendo Menéndez y Doña Victoria Bolaños de
Menéndez. La primera pareja pertenecía y pertenece a una de las familias con
mayor abolengo en toda esa comarca, con residencia fabulosa en afueras
inmediatas de la ciudad. “Santa Cruz” es nombre de esa quinta o villa
residencial, donde había preciosos jardines con todas las flores inimaginables,
incluyendo exóticas orquídeas difíciles de cultivar; además, zoológico privado
donde se podía admirar casi toda la fauna montaraz existente entonces en campiña salvadoreña. No faltaban venados cola
blanca de diversas ramazones y tamaños; tigrillos, jaguares, pumas, coyotes,
ocelotes y tepezcuintes; boas, tamagases, víboras, chinchintoras, mecasalas y
tepelcúas; chachalacas, tucanes, guaras, loras y pajuiles; lagartos, garrobos,
iguanas doradas, tapires y mucho más. —Estos señores Quezada-Coto son descritos
con maestría por doctor José Rutilio Quezada, biólogo y escritor quezalteco, con
su formidable novela: “DOLOR DE PATRIA”, donde
narra problemáticas del campesino enpobrecido,
deforestación y contaminación del Medio Ambiente en nuestro suelo chico—. Ese
matrimonio Quezada-Coto, junto con sus varios hermanos: varones y hembras, eran
terratenientes más fuertes de quienes habitaban en forma permanente tan tranquila
ciudad quezalteca; pues eran propietarios de casi todos los terrenos que antes
de 1879 constituían tierras ejidales o comunales de cada municipio; tierras ubérrimas
adjudicadas en forma no legal, después de 1879-82 a grandes o medianos
terratenientes afines a gobernantes de turno para ser cultivadas con cafetos. Principales
repartidores y usurpadores de estos bienes públicos fueron unos presidentes de
apellidos Zaldívar, uno; Ezeta, el otro. Cultivo de cafetales estaba tomando
impulsos, pues añil o jiquilete venía en decadencia porque químicos alemanes
habían descubierto colorantes sintéticos o anilinas. Estos viejos hermanos
Quezada descendían de don Máximo Quezada, un viroleño quien, emigrando de áreas
costeras en su municipio (Zacatecoluca) a finales del siglo XIX, poco a poco
fue comprando parcelas abandonadas por quienes no tuvieron vocación agrícola-cafetalera.
Don Máximo las compró para convertirlas en vergeles del grano semi droga. Incluso
compró partes de Realengos en virginales faldas del volcán Quezaltepec o Volcán de San
Salvador y en Suchitoto. Tantos descendientes de don Máximo, en especial don
José y don Napoleón, aumentaron herencias trabajando sin descanso, ahorrando al
máximo e invirtiendo con seso honrado sus honestos capitales. Por ello son
apreciados en todas las capas sociales locales y foráneas.
La otra pareja de padrinos: Menéndez-Bolaños, eran
grandes terratenientes propietarios, entre otras, de hacienda “Rancho Quemado”,
localizada en riberas ponientes del mal llamado Río Sucio, pues entonces era
limpio, jurisdicción municipal del pueblito San Matías, siempre en departamento
La Libertad; pero residencia oficial de ellos estaba en ciudad Quezaltepeque y
en ciudad Santa Ana. Este matrimonio Menéndez-Bolaños era padre de familia de numerosa
prole: 8 ó 10 muchachos y muchachas altos, blancos ladinos, elegantes,
laboriosos y muy bien educados en el amor a Dios y respeto a prójimos. Don Juan Miguel Menéndez Bolaños es prototipo
de ellos, quien está casado con dama del más alto abolengo quezalteco: Doña María Teresa Avelar Guevara de
Menéndez Bolaños.
Don Napoleón Quezada fue diputado, casi vitalicio, por
parte del único partido gobernante: “Pro Patria”, luego transformado en PRUD.
Don Rosendo Menéndez: en alcalde municipal, también casi vitalicio, pues era
nombrado en forma directa por el presidente de la nación: general Maximiliano
Hernández Martínez.
Tenencia de la tierra en Quezaltepeque y
demás municipios circunvecinos, en esa época estaba bien definida: oligarcas
genuinos, latifundistas o los “catorce” a secas, quienes gobernaban todo el
país en lo económico, político, social y religioso. En esa comarca eran dueños
de todas las planicies desde Valle Zapotitán hasta primeras estribaciones del
cerro Guazapa; desde más alta cima del Volcán de San Salvador, con sima de su
Boquerón, hasta fértiles riberas sureñas del Río Lempa, donde sirve de límites
al departamento de Chalatenango con otros departamentos: La Libertad, San Salvador,
Cuscatlán y más. Estas ubérrimas tierras cañeras, cerealinas, ganaderas,
cafetaleras y turísticas, eran explotadas por 8 ó 10 familias, sobresaliendo:
Vilanova, Deininger, Bustamante, Quiñones, Álvarez, Orellana-Valdez, y Meléndez.
Los oligarquitas regionales, medianos o provincianos, sin llegar a categoría de
latifundistas, ni tener gran peso en grandes decisiones político-económicas de
El Salvador; pero sí para vida económica de sus regiones, departamentos o
comunidades. Estos medianos terratenientes, —entre quienes se ubicaría a Quezada-Coto,
Menéndez-Bolaños y Guerrero-Flores—, poseerían cada uno, entre 800 y 1000hts,
equivalentes a 1500mzs en promedio. Latifundistas mayores o “Catorce”
poseían varios miles de hectáreas diseminadas en todo el territorio nacional.
En tercer lugar estaban y están aún todos los pequeños terratenientes, o
aparceros: dueños de hasta 30mzs de cafetal, 60mzs de cañaveral, 90mzs de
maizal y 120mzs de potreros con respectivo ganado mayor y menor. En 4to y 5to
lugar estaban arrendatarios y jornaleros, en orden respectivo. Concluyendo:
esas tres honorables familias quezaltecas por “pistudas”, junto con anciana
señorita “beata” Merceditas López y hermanas, —Honorables tías del también Honorable Don José Antonio Quesada López—,
eran flor y nata económica,
social e intelectual quezalteca. Se relacionaban muy bien con sus homólogos de municipios
aledaños: don Yaco Cornejo del pueblo San Pablo Tacachico; don Felipito Choto de
Nejapa; doña Estercita Valver de San Juan Opico; señores Martínez de San
Matías; señores Gomero de Apopa y Guazapa; señores Cañas Prieto de Aguilares y
con etcéteras similares de esa amplia región agro-ganadera.
*****
Para celebrar tan magno y postrer acontecimiento
maternal de doña Filomena Flores de Guerrero, —pues doctor Fishnaler en
hospital capitalino: Clínica Máter, había ligado trompas de Falopio de la madre tres días después del parto en casa—; el tío materno de recién nacida Esperancita,
honorable Don Leonardo Flores, hermano de doña Filomena, terrateniente de
Suchitoto y dueño de la farmacia mejor surtida y con mejor clientela quezalteca, organizó con doña
Lala, su esposa e hijos, —siendo la más conspicua hija: Señorita Josefina Flores, quien a la sazón era novia formal del
inteligente y honorable caballerito José
Antonio Quesada López —, organizó fiesta en su céntrica residencia privada:
enorme caserón colonial de esquina construido alrededor del año 1773, en más de
½ manzana (media hectárea); con interminables corredores interiores, olorosos
mirtos, rosales siempre floridos, araucarias en sus patios; casa de adobes
alta, amplia, fresca; con patio, traspatio y caballeriza (garaje antiguo);
también con fuentes coloniales de aguas
cristalinas permanentes movidas por gravedad, pues el agua era potable y
abundante. Para amenizar más tan magno acontecimiento bautismal, se contrató a marimba
de don Moisés Chávez, —emparentado por afinidad con hogar Quezada-Coto—, siendo
cantante estrella el joven Pedro Alonso Argueta, recién regresado de Panamá (El
Canal), donde en horas libres había tomado lecciones de canto. Este joven
Argueta fue muy popular en esa su ciudad natal, pues era astro para: bailar,
boxear, jugar fútbol, billar, trompo, capirucho, canicas, yo-yo, pepas y mucho
más. En tal fiesta cantó sin aparatos eléctricos amplificadores de voz, sólo
con tosco amplificador acústico que vio fabricar con madera allá en El Canal, y
que al estar en su lar patrio, Pedro Alonso imitó. Fue felicitado y exigido por
toda la concurrencia hasta dejarlo afónico. Sería imperdonable no dejar
constancia de joven señorita Josefina (Finita) Flores y del apuesto caballerito
José Antonio (Toñito) Quesada López, quienes pocos años después, 1945, unieron destinos
por todas las leyes para formar el ahora sólido clan Quesada-Flores, residentes
en ciudades: Santa Ana, San Salvador, Los Ángeles, San Francisco California,
etcétera.
El tiempo inexorable siguió su enrielado rumbo desconocido:
Nena Esperanza de la Paz Guerrero
Flores crecía, crecía; mientras, también crecían arcas económicas de sus padres
quienes, de comerciantes en ganado mayor para destace, habían llegado a comprar
casi todas las propiedades agro-ganaderas a señoritas López, allá en márgenes del mal llamado Río Sucio; más otras
propiedades rústicas y urbanas en
diversos municipios de esa región, incluyendo casas en numerosas
colonias de San Salvador y ciudad de Guatemala; pues eran parientes cercanos de
un coronel salvadoreño: don Rogelio Palacios, contemporáneo del general
Maximiliano Hernández Martínez. Don Rogelio Palacios estaba al servicio de
Jorge Ubico, dictadorzuelo guatemalteco pro yanqui, —derrocado en 1944 por Revolución
de Octubre encabezada por el Doctor Don Juan José Arévalo Bermejo y por el
pulcro Coronel Don Jacobo Árbenz Guzmán (éste, casado con una Vilanova de oligarquía
salvadoreña), más otro militar de apellido Arana.
Al
estar nena Guerrero Flores en edad de educación parvulario (1945), la
matricularon en escuelita privada local, adonde sólo iban hijitos de familias
solventes; pues no querían, todavía, desprenderse de sus tiernos retoños
enviándolos a internados capitalinos o tecleños. Esa escuelita privada era
manejada por dos admirables hermanas francesas, cuya cabeza era la señorita
Emilia Mércher. Párvula Guerrero Flores cursó ahí hasta sus cinco abrilitos; mas, por exigencias
sociales debido al raudo crecimiento económico y social de sus progenitores, éstos
se vieron obligados a matricularla
interna en cierto colegio tecleño, en esos tiempos exclusivo de clases sociales
privilegiadas en lo económico, no en lo intelectual ni moral; pues se
exigía pago previo anual completo de
escolaridad; solvencia adelantada del Casino Tecleño, Club Salvadoreño, Círculo
Deportivo Internacional, Club de Equitación y Polo; Casinos: Vicentino,
Santaneco, Migueleño, etcétera; además, presentar “la Magnífica” escrita en
letras de oro sobre pergamino piel de cordero, con “nihil obstat” firmado de
puño y letra por reverendo monseñor Luis Chávez y González, arzobispo metropolitano
de San Salvador (1939-1958) .
Este colegio tecleño había sido proyectado, a
principios de este agonizante siglo XX, para educar a seudo princesas de seudo
sociedad pudiente de El Salvador y Centroamérica. Así se asignaron, valiéndose
de “tinterillos leguleyos” que siempre han existido y existirán, 4mzs urbanas
donadas por doctor Manuel Gallardo, — suchitotense del siglo XIX, quien vivió
en casa capitalina y conoció a la madre, más hermanos del verdadero Prócer:
Pedro Pablo Castillo (1833), cuando doctor Manuel Gallardo tenía 9 abrilitos,
llevado por la vida impredecible desde Suchitoto hasta San Salvador. Tal
filántropo doctor Manuel Gallardo, a puro “golpe de caite”, fue educado hasta
doctorarse (médico) en Francia. Se radicó, dentro de 10 primeros años de su
fundación (1864), en la entonces bebé ciudad Santa Tecla. Doctor Manuel
Gallardo progresó en lo intelectual, moral y económico: donó terrenos donde hoy
se asienta el colegio salesiano Santa Cecilia, más terreno urbano donde debería
estar asentada incierta institución
dedicada a velar por educación o ilustración de los más pobres de entre los
pobres; pero, fue prostituido al entregárselo a monjitas del colegio
“menagere”, donde doña Esperanza de la Paz
Guerrero de Galán se graduó en artes culinarias, manuales y
de “bar-tender”—. Tal colegio medieval fue fundado por ciertas religiosas
católicas guatemaltecas al servicio de politicastros más impunes, allá por 2da
década del presente pero agonizante siglo XX, cuando también se le arrebató
(robó) al pueblo tecleño, lindas llanuras: “El Cafetalón”, dejadas por don
¿Ángel? Guirola, otro filántropo, para solaz de toda la población tecleña.
Dicho arrebato, con la complicidad de todas las “actoridades” (no autoridades)
“guanacas” (ladronas y cobardes), fue en beneficio de reducida minoría
constituyente de un mal llamado “club de equitación y polo”. Tan mal habido
privilegio de oligarquía tecleña y capitalina, terminó a mediados de últimos
años 50’s (¿1955?); mas, aún continúa abuso del desfasado “menagere”.
Tal colegio del “menagere” no tuvo impacto socioeconómico
pronosticado por patrocinadores. ¿Por qué?... Porque genuinos oligarcas
capitalinos, tecleños, santanecos, sanmigueleños, ahuachapanecos y más, preferían
enviar a sus hijos, —niñas y señoritas, sobre todo—, al país originario de sus
neocolonialistas abuelos o bisabuelos, venidos acá para emparentar con malinchistas
criollos, quienes eran 100% de origen español con bajas etnias. Esos
extranjeros caza fortunas llegaron acá a mediados de centuria decimonónica
para, mezclándose con señoritas criollas, constituir clase dominante actual: (Baldocchi-Dueñas;
Mathies-Regalado; Canessa-Gutiérrez; Barton-Hernández; Moore-Alfaro;
Wriath-Alcaine; Poma-Delgado y muchos, muchos más). Agréguese: después, a
principios de este cadavérico siglo XX, aparecieron los “ turcos” o árabes palestinos, para acabar de hundir a pobre e
indefinida sociedad, en mercado del consumismo, sin dejar producir nada a etnias
puras o mezcladas, para no competirles. ¡Hasta humildes popusas tienen competencia
con mal fabricadas hamburguesas y “pizzas
turcas”!, aunque procedencia de origen sean alemana e italiana. Entonces,
el tal colegio sirvió para instruir en “menagere”
a hijas de potentados provincianos y de principales servidores de oligarquía:
abogados, contadores, sicarios, coroneles y generales, en arte de agradar a
invitados y pretendientes; en arte de buenas maneras, buena cocina, buena costura y buena
hipocresía, para conseguir buenos partidos en el fácil arte de explotar sutil o
con descaro, a nuestros pobres riquitos provincianos. Por fin, este proceder,
hace 25 años aproximados, desapareció cuando Iglesia Católica promulgó nuevas
leyes nacidas del Concilio Vaticano II, seguidas de humanizadas doctrinas de
Medellín, Colombia. Ahora, señoritas, todas, son orientadas al respeto indiscriminado para personas
humanas y al arduo estudio de ciencias. Ya no hay más clases de costura ni de
cocina ni de cócteles ni de cortesía cursi. En su lugar se enseña manejo de computadoras en ciencias y
matemáticas puras; respeto, se repite, a sagrados Derechos Humanos. Tampoco se
exige por anticipado pago anual completo del año escolar; cuotas, altas todavía,
están más al alcance de seudo oligarcas y de testaferros modernos; tampoco
exigen la “magnifica”, ni solvencias
de casinos o clubes sociales ya mencionados. Así las cosas: doña Esperanza fue
de las últimas alumnas educadas con esa disciplina medieval traumática. Quizás
por eso tuvo grandes problemas con la conducta machista o antifeminista de su legítimo
esposo y de su patán amante.
Agosto, 1960: señorita Esperanza había o estaba por cumplir
tiernas 18 primaveras. Entonces, comisión encabezada por señora alcaldesa: doña
Gilma Munguía de Saballos, se apersonó a residencia-hogar Guerrero-Flores
pidiendo a padres de familia consentimiento para que encantadora hija del
matrimonio fuese reina absoluta de todas aquellas fiestas patronales a
celebrarse desde 10 al 19 de diciembre de ése y de cada año, en honor a San
José esposo de Virgen María. Orgullosos padres consintieron gustosos; pero, al
llegar de inmediato tal noticia a oídos de religiosas del colegio tecleño donde
ella estudiaba, éstas, al instante llamaron a vanidosos padres para discutir sobre
tan espinoso tema. Padres de Esperanza Guerrero Flores presurosos se
presentaron al colegio. Sor superiora, echando más chispas que mil buscaniguas,
les dijo:
— ¡Señores
Guerrero!: nosotras dábamos por
descontado el conocimiento, por parte de vosotros, de todo nuestro reglamento;
pero nos hemos llevado tan desagradable sorpresa de nuestro error, —con
temblor en quijadas más miradas de saeta, prepotente religiosa continuó—: ninguna de nuestras alumnas en casi medio
siglo de nuestro noble funcionamiento, ha desairado de ninguna forma a nuestra
institución; ¡Esperanza de la Paz Guerrero
Flores no será excepción! Si ustedes han aceptado ese “honor” o como quiérasele
llamar, retiren ahora mismo a la mencionada alumna.
Don José María padre, hombre calmado y prudente, escuchó
cabizbajo semejante diatriba; mientras esposa cambiaba de colores tal cual lo
hacían en aquellos tiempos tantas sinfonolas públicas pueblerinas también
llamadas “cinqueras”. Después de breves segundos para una pausa, señora
Filomena Flores de Guerreo dijo:
— ¡Dispénseme
reverenda Madre!; pero coronación de mi hija se llevará a cabo la noche del 18 de
diciembre próximo. Para entonces ella estará gozando de vacaciones anuales finales; mes y medio
después, en primera semana de febrero, ella volverá a este colegio para iniciar
nuevo curso estudiantil. Por tanto, no veo ningún inconveniente. Por otra parte,
debería Usted saber: fiestas patronales de nuestro pueblo son muy solemnes y
bastante parecidas a las organizadas en ciudad Suchitoto por el señor don Alejandro
Coto. Usted debe comprender: nuestras fiestas patronales, además de ser
turísticas por su estilo medieval, son muy decentes.
Sor superiora, al oír estos argumentos se volvió más
furiosa que culebra zumbadora a quien se le hubiese destapado su cueva después
de 3 ó 4 días de estar tapada. Con quijadita más batiente tal cual sucede con fríos palúdicos, dijo:
— ¡Aunque se
esté de vacaciones finales por 3 meses, alumna es siempre alumna y está siempre obligada a guardar correcta
compostura!
Ahí terminó todo el proyecto concebido en mente de alcaldesa
y de todos aquellos honorables miembros del comité de festejos.
*****
Agosto de 1962, —2 años después de tan
penosa discusión con Sor Superiora engreída—, codiciada candidata había
cumplido o estaba por cumplir preciosas
20 primaveras y era bachiller en extrañas por sofisticadas artes ya descritas; por
tanto, sin ningún nexo con susodicho colegio. Entonces se presentó a misma
residencia la misma alcaldesa con misma comitiva para hacer misma petición
frustrada 2 años atrás. Esta vez el éxito fue total. Señorita Esperanza de la
Paz Guerrero Flores se convertiría al fin,
en reina de Fiestas Patronales quezaltecas de 1962. Conviene hacer notar: no había
elección, sólo nombramiento unánime del comité permanente de festejos, que cada
año escogía a la soberana. Entre principales personalidades integrantes del
comité en ese año estaban los señores: don Ernesto Granados, diputado por partido
oficial PCN; don Simón Vidal Varela Quezada, bisoño político quien llegaría muy
lejos; don Pedro Alonso Argueta, secretario de los juzgados locales y cantante
inamovible en marimba-orquesta de don Moisés Chávez, y don Leonardo Flores,
suchitotense residente quezalteco, tío de agraciada futura reina. Además de señores
adultos principales, había varios jóvenes y adolescentes entusiastas, magníficos
colaboradores con el comité. Entre ellos se destacaron: jovencito Ovidio
Gallardo Rubalcaba, hacendado quezalteco con extensas propiedades en municipio
El Paisnal y, a posteriori, padre del larguirucho Denis Gallardo, —quien no
falló ningún misil de 12 encomendados a él—. También estaba el joven Próspero Galán Burgos quien, en lo económico
todavía no figuraba; pero le distinguía su cordialidad, jovialidad y buen
vestir; porque, aun de origen humilde, descollaba en negocios personales. Para
entonces manejaba camionetilla Fiat 1100 modelo del año 62, comprada al
estricto contado a turcos Batarse de Risek Motors en San Salvador. Este
automotor le servía para trabajar y pasear. ¡Esto, en aquellos tiempos, era
mucho! Se pidió, tal cual en años anteriores, colaboración y asesoramiento del
comité suchitotense homólogo, para que coronación revistiese solemnidad de época
medieval europea con pajes, princesas, heraldos, chambelanes y más. Señor Don
Leonardo Flores ofreció, para efectuar fiesta danzante alusiva a coronación de querida
sobrina, su elegante, céntrica, amplia y colonial residencia, descrita en
párrafos anteriores. (Todas las fiestas similares antes y después de ésta, se
llevaban a cabo en casino “Vicente Alejandro López”, llamado así en honor a ese
hombre quien dejara gratos recuerdos en generaciones quezaltecas de su dorada época,
mereciendo ser descrito en novela biográfica).
Tres semanas antes del magno acontecimiento comenzaron
ensayos. Niños: José Antonio Quesada Flores (Tony) y hermanita Lucy, eran pajes
principales; inteligentes jóvenes: Próspero Galán Burgos y Ovidio
Gallardo Rubalcaba, eran primer chambelán y primer heraldo de acuerdo al orden
respectivo; además, numerosas adolescentes señoritas sirviendo de medievales princesas.
Todos ellos, junto con señorita principal: Esperanza
de la Paz, se
reunían tarde a tarde durante 3 ó 4hrs bajo dirección del enviado por cineasta Alejandro Coto, para
perfeccionar hasta último detalle tan delicada y fantasiosa ceremonia. Joven Próspero Galán Burgos conocía sólo de
vista a señorita Esperanza de la
Paz Guerrero Flores. Ésta lo desconocía
en absoluto, pues mayor parte del tiempo
lo había pasado en internado colegial; sin embargo, dado el puesto de primer
chambelán asignado a él, le era permitido estar más tiempo en contacto verbal
directo con su majestad, la Reina Esperanza I. Esto permitió que conversaciones
entre ellos fuesen más frecuentes, prolongadas y privadas; llegándose a
comprender por miradas y a gozar de mutua
compañía.
Poema de salutación a Esperanza Primera fue
encomendado al distinguido periodista, escritor y poeta quezalteco: Don Joaquín
Castro Canizales, mejor conocido en El Salvador y Centroamérica por pseudónimo
“Quino Caso”. Este viejo poeta nacido junto con presente decrépito siglo XX
aceptó gustoso tal distinción. Preparó largo poema con versos alejandrinos, el
cual leyó esa noche de coronación. ¡Lástima grande no poder repetirlo aquí;
pues nadie de tantos consultados al respecto ha dado pistas para encontrarlo y
don Quino Caso ya es difunto! Es indescriptible magna solemnidad de tal
ceremonia, empezando por majestuosidad de carroza real y recorrido sobre finas
empedradas calles de la ciudad; por “Te Deum Laudamos” entonado por cura
párroco y vicario quezalteco, acompañado por jilgueros, senzontes y calandrias de Sociedad Coral Salvadoreña,
deleitando con tan angelicales cantos hasta llegar al cenit cuando fue coronada
por nativo doctor apellidado Avelar, alto funcionario gubernamental del
reciente pasado y, a salutación ya referida. En seguida se abrió gran fiesta
danzante amenizada por orquestas de: Paquito Palaviccini, Lito Barrientos;
también agregada Marimba-Orquesta Alma Vicentina; ésta, a pocos años se convertiría
en actual y famosa “Orquesta Internacional de los Hermanos Flores”.
C O N T I N U A R Á
Don Neto Granados, además de ser diputado PRUD, era administrador del cine nacional local; al mismo tiempo, poseía una bien surtida tienda de electrodomésticos. Su esposa se llamaba Doña Isabel López de Granados. Residencia y negocio estaban contiguos al céntrico cine local. Tenían dos encantadoras señoritas núbiles, ahora señoras, me imagino; pues yo sólo conocí a Netío, último y único hijo varón, porque yo, siendo originario y vecino del pueblo San Matías, viajaba a diario para estudiar en colegio del profesor Edmundo Villacorta, localizado frente a frente del cine nacional quezalteco.
ResponderEliminarJosé Tomás Bonilla Martínez
El suchitotense señor don Alejandro Cotto, mencionado en esta novela, es ya venerable nonagenario o centenario varón; quien dedicó gran parte de su larguísima vida a mejor bienestar cultural de Suchitoto. Aún vive en su amplia casa de aquella ciudad salvadoreña, la cual sirve también de museo histórico suchitoteca.
ResponderEliminarAún no conociendo yo en persona al señor Alejandro Cotto, ni su invaluable residencia, lo admiro y quiero por ser un valor nuestro que suena mucho más allá de Centro América; pues es un personaje suigéneris en casi toda actividad emprendida por él.
Desde inicios en años 50's, cuando quien esto escribe era un "escuelero" en educación primaria pública y él, Don Alejandro, un elegante cuarentón recién regresado de México DF donde había aprendido el oficio del séptimo arte bajo la maestría del Indio Fernández y de Juan Orol, desde entonces sigo sus pasos triunfales.
Durante aquellos 30 ó más años de guerra civil, este mecenas salvadoreño permaneció impertérrito allá en su Suchitoto. Él fue quien organizó y mantuvo por largos años aquel baile de gala medieval europeo durante las fiestas patronales de su lar natal. Por eso no me extraña que Don Alejandro Cotto haya colaborado con Quezaltepeque para montar un evento colonial similar al descrito acá por el Poeta y Prosista Doctor Ramón F Chávez Cañas.
Desde EEUU firma Rolando Herrera Rodríguez
En ese año de 1962 el payaso enano (1,95mts)Julio Adalberto Rivera o "Piporro" viroleño, quiso ser verdadero Señor Presidente de El Salvador; pero se hizo así, ¡ve!; pues la oligarquía ladrona o agro-expostadora de café y algodón en principal, agrupada en FARO (¿ ?) lo obligaron a quebrantar su palabra de "¡NI UN PASO ATRÁS!" cuando quiso implementar LA REFORMA AGRARIA ordenada por Kennedy. Entonces, aquel gigante descerebrado nativo de Zacatecoluca, continuó siendo otro pelele más en casa presidencia de los: Dueñas, Regalado, Whraht, Palomo, Borja Nathan, Barton Hernández, Bustamante y más; o sea: la flor y nata bisnieta de aquellos criollos que en 1879 se robaron Realengos y Ejidos de todo El Salvador.
ResponderEliminarHASTA DONDE YO SÉ LA FAMILIA "BARTON-HERNÁNDEZ" DE TAMANIQUE-SANTA TECLA, NO HA SIDO OLIGÁRCA, MUCHO MENOS LADRONA DE TERRENOS. ES VERDAD, DON TOÑO BARTON ERA HIJO DE UN BARTON INGLÉS QUIEN HABÍA VENIDO, ALLÁ POR 1889, COMO INGENIERO CONSTRUCTOR DEL FERROCARRIL INGLÉS ENTRE PUERTO ACAJUTLA Y CIUDADES SANTA ANA Y SAN SALVADOR... EN CAMBIO, APELLIDO HERNÁNDEZ EN ESTE CASO, TIENE ORIGEN EN SENSUNTEPEQUE; PUES, A PRINCIPIO DEL xx O FINALES DEL XIX, PARA EDUCAR O INSTRUIR MEJOR A SUS CHIQUILLOS, AQUELLOS HERNÁNDEZ SE RADICARON EN SANTA TECLA QUE RECIÉN HABÍA SIDO FUNDADA EN 1864. LOS PADRES DE FAMILIA DE SEÑORITA MARTINA HERNÁNDEZ ---POCO DESPUÉS ESPOSA DE DON ANTONIO BARTÓN CUYO PADRE FERROCARRILERO FUE IRLANDÉS---, COMPRARON EJIDOS EN TAMANIQUE DEDICÁNDOLOS A LA SIEMBRA DE CAFETALES.
ResponderEliminarFulvio Aldana.-
El lagarto más lagarto de tantos lagartos criollos, fue el llamado Francisco Dueñas quien, habiendo abandonado sotanas de seminarista católico, pronto despuntó en la política partidarista de años 60's y 70's del XIX; fue cuando se "robiscompró" las siguientes haciendas o latifundios: "Nancuchiname" y "La Carrera" en Usulután: "Astoria" en Zacatecoluca; "Los Pericos" en San Salvador, y "Santa Elena" en Antiguo Cuscatlán; además, decenas o centenas de predios urbanizados robados, estafados o omprados a precios de me lo llevo.
ResponderEliminarDON JOSÉ ANTONIO QUESADA LÓPEZ, recién fallecido (hará 18 meses) a edad de 95 años y sepultado en Cementerio Municipal de Quezaltepeque, fue un caballero a carta cabal: Contador Público Certificado; en su juventud fue alto ejecutivo gubernamental en Corte de Cuentas; Gerente General en la desaparecida Area De Demostración Sanitaria Latinoamericana con sede en Quezaltepeque; Gerente General en CORINCA o Corporación Industrial Centroaméricana (fábrica de hierros y aceros); Gerente General de Almacenes Vidrí, SA de CV en ciudad Santa Ana; además, propietario del montepío más fuerte en Quezaltepeque. Amigo entrañable, quien será recordado por todos nosotros hasta más allá de la vida terrenal.
ResponderEliminarRAMÓN F CHÁVEZ CAÑAS.-
DEBIDO AL RECRUDECIMIENTO EN 1981-82 DE ÚLTIMA GUERRA CIVIL SALVADOREÑA (1972-92), AQUEL VERGEL QUEZALTECO EN DEPARTAMENTO LA LIBERTAD DE EL SALVADOR, DE SÚBITO FUE DESPOBLÁNDOSE EN LA CIUDAD Y EN LA CAMPIÑA, HASTA QUEDAR DIEZMADAS AMBAS COMUNIDADES; EN ESPECIAL DE AGRICULTORES MEDIANOS EN CANTONES UBÉRRIMOS CULTIVADOS CON GRANOS BÁSICOS, CAÑA AZUCARERA, GANADO MAYOR Y MÁS; ASIMISMO, DE COMERCIANTES E INDUSTRIALES CITADINOS DE SOLVENCIA MORAL Y ECONÓMICA SIGNOFICATIVAS.
ResponderEliminarCASI TODOS LOS PERSONAJES MENCIONADOS EN LAS FIESTAS PATRONALES QUEZALTECAS Y BODA DE SEÑORITA ESPERANZA DE LA PAZ GUERRERO FLORES, DEBIERON EMIGRAR HACIA OTRAS CIUDADES AL INTERIOR DE NUESTRO PAÍS Y HASTA EL EXTRANJERO, QUEDANDO AQUEL PARADISÍACO MUNICIPIO COMO VELACIÓN DE MUERTO POBRE A CUATRO DE LA MADRUGADA.
HACIA SANTA ANA MIGRÓ DON JOSÉ ANTONIO QUEZADA LÓPEZ Y SEÑORA FINITA DE QUESADA, MIENTRAS, SUS ADULTOS HIJOS LO HICIERON HACIA EEUU; DON JUAN MIGUEL MENÉNDEZ BOLAÑOS CON DOÑA TERESITA AVELAR DE MENÉNDEZ Y CUATRO ADOLESCENTES HIJOS, LO HICIERON PARA SAN SALVADOR; DON SIMÓN VIDAL VARELA QUESADA, SEÑORA E HIJITOS, VOLARON HACIA EEUU; DON NAPOLEÓN QUESADA Y DOÑA ERNESTINA COTO DE QUESADA E HIJOS, A SAN SALVADOR Y COSTA RICA; EL DOCTOR RAMÓN FRANCISCO CHÁVEZ CAÑAS CON DOÑA MARÍA ELSA CORNEJO DE CHÁVEZ, JUNTO CON SU CAMADITA DE CUATRO NENAS, SE DESPLAZARON HASTA CIUDAD SANTA TECLA, ETCÉTERA.
Esta novelilla cursi hasta ahora, ---capítulo III---, no satisface espectativas literarias para llamarle N O V E L A digerible; pues la encuentro bastante sosa y algunos párrafos muy confusos. Amén de no poder criticarla en cuanto a verdad histórica; porque mi futura especialidad serán las letras castellana; pues soy alumno en Letras, 2do año, en UES.
ResponderEliminarP O R A L U D I D O
ResponderEliminarApreciamos la sincera crítica que nos hace este anónimo de 05:10am, estudiante de Letras en UES, y lo felicitamos por estar estudiando tan bella rama de saberes humanos. Cuando yo fui uiversitario en UES, no existía Facultad de Letras Castellanas; por eso debí estudiar, a mucha honra, el Doctorado en Medicina y Cirugía General.
DOCTOR RAMÓN F CHÁVEZ CAÑAS.-