LOS SEÑORITOS BACHILLERES
Por Ramón F Chávez Cañas
Del libro: “Historias Escondidas de Tecoluca”
Esta nuca peche del continente americano —Centroamérica—, fue conquistada por soldadesca española integrada por rústicos e iletrados pobres campesinos; también por innumerables presidiarios de misma nacionalidad, a quienes fueron conmutadas largas condenas o penas carcelarias, hasta muerte por horca o garrote a cambio de incorporación a ejércitos ibéricos conquistadores. Cien años después de iniciada tal conquista, vinieron o empezaron a venir colonizadores, constituidos por familias campesinas siempre pobres; quienes creían mejorar miserables vidas ibéricas aquí en nuestra América, cambiándolas en 180º. En efecto, así fue; sin embargo, cambio positivo sólo se dio en lo económico, pues continuaron siendo rústicos campesinos o malandrines adinerados por explotación de tierra virgen con mano de obra indígena esclavizada. Después, con manos africanas, ambas regaladas por corona española rapiñera.
Clase noble e intelectual conquistadora o colonizadora, estaba asentada en ricas regiones principales del Nuevo Continente, donde habían fundado aquellas ahora grandes ciudades de América Latina (Mesoamérica): La Habana, Ciudad de México y Ciudad de Guatemala (Antigua), por mencionar sólo tres de esta área central y caribeña. Resto del territorio mesoamericano, en especial el habitado después y en actualidad por llamada República del Salvador (siglo XIX) o de El Salvador (siglo XX), estuvo colonizada por iletrada o criminal clase social mencionada al principio.
Aspiración o ambición humana por halagos y lisonjas, es tan antigua como la humanidad misma, —nacieron juntas—; no obstante, hay halagos y lisonjas nunca alcanzables por inmensas mayorías, siendo una de ellas el título o títulos nobiliarios. Frente a imposibilidad de poderse llamar: barón, conde, marqués, duque, príncipe o rey, aquellas clases desposeídas venidas a bien en América, optaron por grados falsos religiosos católicos. Así se enorgullecían al tener entre sus soberbios descendientes a: seminaristas, sacerdotes, vicarios, canónigos, frailes, abades, monjas, arzobispos, cardenales, etc. —Al parecer, cardenales nunca hubo acá, en toda América, pues ese puesto o dignidad era tan encumbrado, reservado sólo para europeos; no criollos ni chapetones; mucho menos para ladinos o indígenas. No obstante, nunca faltó alguien dislocado aspirando a “santo padre”—. Además de carrera religiosa, aquellos criollos iletrados optaban, aún optan, por carrera militar. De ese modo tuvimos y tenemos: cabos, sargentos, tenientes, capitanes, mayores, coroneles, generales y más etcéteras, aunque nuestros paupérrimos países no los necesitan, viéndose en grandes apuros presupuestarios para cancelar o pagar esos mal llamados salarios; restándole a presupuestos en Salud, Educación y Bienestar Social. Además del mal llamado salario mensual, mayoría goza de otras ilegales prebendas: contrabando, narcotráfico, secuestros, robo de lujosos automóviles con impunidad para operar así.
Pero, carreras religiosas y militares, tenían y tienen límite en cuanto a cupo se refiere. Entonces, resto de criollos y peninsulares o chapetones, se veían a “palitos” para obtener cierta categoría vanidosa. Fue por ello que idearon abrir colegios, después universidades, para obtener títulos de: bachiller, licenciado o doctor. Alto porcentaje de aquéllos, y mucho más alto de presentes estudiantes, accedían y acceden a esos grados sólo para satisfacer egoísmos propios de incapaces, pues no sabían ni saben nada de nada.
******
Nuestro analfabeto Pueblito no podía ser excepción. Entre siglos XVIII y XIX, máximo representante de esa comarca (Tecoluca) fue el presbítero José Simeón Cañas Villacorta, doctor en teosofía (teología es invento humano basada en mitología moderna. NADIE puede estudiar Verdadera Esencia Divina), dudoso prócer libertador de esclavos centroamericanos. En 1901, se gradúa, como señorito bachiller, el joven Juan Crisóstomo Segovia quien, en 1908, recibe investidura académica otorgada por nuestra Universidad de El Salvador, acreditándolo como doctor en Medicina y Cirugía; quien, en ¿1925?, descubre aquí, en nuestro El Salvador, una variante del microbio causante de la llamada “Enfermedad de Chagas” o “Tripanosomiasis”. Este parásito es similar al Tripanosoma cruzi recién descubierta (1910), allá, en Brasil, por doctor Oswaldo Cruz. A variante encontrada por salvadoreño tecoluquense Juan Segovia, Academia de Ciencias Médicas de París, Francia, le dio el nombre de “Tripanosoma segoviensis” en honor a su descubridor, e incluyendo, en “Índex Médico Mundial”, el nombre del Doctor JUAN CRISÓSTOMO SEGOVIA.
En 1910, otro joven, cuyo primer apellido era Martínez ¿José?, obtiene codiciado galardón de señorito bachiller; luego, —1917—, magnífica Universidad de El Salvador, lo doctora en Jurisprudencia y Ciencias Sociales (Derecho). Contaban contemporáneos coterráneos de él, así: “Éste, cuando en sagrado Paraninfo universitario se efectuaba solemne ceremonia de graduación de aquel lejano privilegiado grupo, negó, frente a compañeros, amigos y conocidos, ser hijo de un humilde señor campesino “encaitado”, quien había ingresado al augusto recinto para presenciar graduación de su hijo”. Actual familia Parras-Martínez podría dar más detalles al respecto; sin embargo, este historiador local no acepta cual verdadera esa historieta calumniosa; pues, envidias y hasta perfidias son panes nuestros cotidianos en ambientes paupérrimos salvadoreños, incluso entre hermanos genéticos de padre y madre, cuando alguien, con esfuerzos corporales e intelectuales logra escalar, hasta llegar a cimas, aquellos farallones al parece inexpugnables para 99.50% de guanacos.
Pronto, en década 1930-40, hubo dos señoritos bachilleres: don Jesús Méndez Barahona y don José Gilberto Parras Martínez, —éste, sobrino del calumniado abogado doctor José Martínez—. El primero, Méndez Barahona, doctorado en Leyes 15 años después de haberse bachillerado; sirviente, como juez y diputado oficialista, a tiranía oligárquico-castrense todavía viva, aunque en aparente agonía por aquellos Acuerdos de Paz firmados en Castillo Chapultepec (México). Doctor Méndez Barahona vive anciana jubilación en ciudad Santa Tecla. Señorito bachiller Parras Martínez, miembro de una de cuatro o cinco familias más importantes del opulento Pueblito, estudió toda su educación, hasta bachillerato, en colegio Santa Cecilia de ciudad Santa Tecla (interno). Este colegio salesiano era, y es, uno de tres mejores colegios católicos en todo El Salvador. Parras Martínez tuvo fama por ser excelente estudiante, magnífico deportista destacándose en: ajedrez, baloncesto, boxeo y pelota chica. Pronto ingresó a Facultad de Medicina en Universidad de El Salvador; pero, (siempre hay un pero) tiranía martinista, a la cual combatía con todas las fuerzas de su juventud, inteligencia y liderazgo estudiantil, lo exilió. Fuese a ciudad de Guatemala; mas, en esa gran ciudad centroamericana, cuando estudiaba cuarto año de misma carrera, compadró con dios Baco abandonando, por supuesto, la carrera de Galeno. En 1948 retorna al Pueblito. Venía casado con doña Rosa Rabanales, chapincita. Señora Rabanales era, y es, guapísima y bellísima mujer: alta, blanca, rosada, ojos azules, cara de gata angora, y con excelentes modales. Señorito bachiller Parras Martínez o, don Gilberto, a secas, continuó perpetuo compadrazgo con dios ya mencionado. Hará 10 años aproximados, falleció casi en indigencia etílica. Su extraordinaria inteligencia, atlética corpulencia de casi 02mtrs de envergadura, más don de gentes para tratar hasta al más humilde de los pobres, lo mantuvieron, siempre, en primerísimo lugar, tanto en el Pueblito como en dos ciudades capitales mencionadas. ¡¡Lástima su triste final!!
En 1949-50, hubo fantástica promoción de señoritos bachilleres. Se bachilleraron: don Alfredito Alvarenga Hernández, don Manuelito Villalta Villegas, don Chusito Orantes Chávez y, algún otro no venido a la mente, por ahora. Don Alfredito habíase educado en mismo colegio donde se educó don Gilberto; tomó carrera universitaria de leyes; pero, por estar en boga vuelos aéreos agrícolas, abandonó la universidad, marchándose hasta México para aprendizaje; al mismo tiempo, obtener licencia oficial de piloto-aviador, venenero-algodonero. Ganó bastante dinero, dicen; sin embargo, cuando mercado mundial de dicha fibra decayera, perdiendo rentabilidad tal cultivo, agregando a eso creciente peligro por ataques guerrilleros o del ejército derechista en sembradíos citados, señorito piloto se marchó hasta EUA, donde radica. Don Manuelito Villalta Villegas, señorito bachiller egresado del segundo Instituto Santo Tomás en ciudad San Vicente, colegio propiedad del obispo apodado Tamagás, también optó por Jurisprudencia y CCSS. A éste, contemporáneos suyos le apodaban “Gallo Giro”, por notable parecido con cierto artista del cine ranchero mexicano de aquellos irrepetibles tiempos. Este muchacho, pronto matrimonió con jovencita perteneciente a una de principales cultas familias en ciudad Ilobasco del departamento Cabañas (muñequera). Ignórase su estado actual. Don Chusito, otro de mimados hijos del eterno Pueblito, bachillerado en Instituto Nacional General Francisco Menéndez de San Salvador; cuya educación primaria la efectuara, en parte, en escuela Nicolás Aguilar vicentina y resto, en tantas veces mencionado colegio Santa Cecilia, también optó por Jurisprudencia y Ciencias Sociales; empero, además de ser aventajado estudiante, era peor que “don Juan Tenorio”. De esas aventurillas amorosas, le nació preciosa niña: Melanie, cuya madre es cierta chinita con nombre hispanizado: Bety Díaz Layton. Don Chusito, en 1955, al morir don Chus, progenitor, —a causa de accidente ecuestre—, se vio obligado a suspender el cuarto año universitario, para hacerle frente a vicisitudes de la vida agrícola pueblerina, pues bienes de fortuna heredados del difunto, así lo requerían. Don Chusito mochó y desmochó virginidades; era disputado por casi toda hembra soltera, viejas y jóvenes del encantador Pueblito. Él se daba lujos en despreciar a cualquier joven mujer de su no agrado. Doña Petrona Alemán, doña Amparito Guillén Flores; Juanita, hermana de “Divertido”; miss Amalia, Conchita Cativo y cierta señora de apellido Murcia, con tres docenas más de jóvenes y sazonas féminas, en público se lo disputaban. Por fin, este niño bonito enrolló la cola y se sentó en ella. Ahora, (enero de 1996), es moderno patriarca familiar local, dedicado a labores agrícolas y ganaderas de pos guerra, y a crianza “orejona” de numerosos nietos.
Dos años después (1952), del mismo Instituto Santo Tomás del “Tamagás” vicentino, ubicado en mismo lugar donde al presente está edificio del Banco Hipotecario, frente al lado sur del parque Antonio José Cañas (Prócer), egresó el niño bachiller Rafaelito Ayala. Éste era jovencito morenito adolescente de entre 15 y 17 años vitales; muchacho menudito, pero muy bien educado. Al efectuar trámites para ingresar a Universidad de El Salvador, en trayecto entre fantástico Pueblito y San Salvador, se “lo tragó la tierra”. Nunca se ha sabido, hasta esta hora, cuál ha sido su destino, pues este casi niño era o es, dechado de decencia y religiosidad. En esos tiempos, ser desaparecido era escándalo a nivel nacional. Doña Julita, su llorosa madre, lo ha buscado durante muchos años por toda Centroamérica, México, Colombia y EUA, sin algún buen resultado.
Única señorita bachiller salida, hasta ese entonces del maravilloso Pueblito, (¿1954?), fue señorita Merceditas Villalta Villegas, hermana menor del “Gallo Giro”. Se bachilleró en Instituto Nacional Central de Señoritas o, Francisco Morazán. Estudió Leyes. No sabemos más… ¡¡Ah, guerrita puñetera!!
Entre 1955-57, hubo otras promociones (dos) de señoritos bachilleres; no obstante, ya para ese entonces, titulillo de “señorito” estaba cayendo en desuso. Simple palabra “bachiller” era pronunciada, sin admiración, por todos los habitantes del arrinconado Pueblito. Don Germita (1955), fue primer diplomado de ese período; don Monchito, el segundo (1957). Don Germita era hijo de don Buenaventura Alférez y de doña Celsita Ayala de Alférez, ¡¡ah, gente tan magnánima!! Don Monchito: hijo de don Moncho Chávez y de doña Carmela Cañas de Chávez. Don Germita era originario y vecino del cantón El Carao, colindante jurisdicción del soñador Pueblito; en cambio, don Monchito: del mero barrio El Centro de misma ciudad y mismo municipio. Ambos optaron por doctorado en Medicina Humana; ambos graduáronse en misma Universidad de El Salvador. Don Germita es excelente pediatra del hospital Benjamín Bloom, catedrático de materias pediátricas en su Alma máter, con selecta y numerosa clientela privada en ciudad Santa Tecla. Don Monchito, ejerce medicina general, estatal y privada, en Quezaltepeque, segunda ciudad más importante del departamento La Libertad.
******
1960-80. En esta 5ta parte del siglo, preludio de puñetera Guerra Civil recién pasada, don de “señorito” rodó por empedrados. Jóvenes graduados en San Vicente, Zacatecoluca, San Salvador, u otros lugares, recibían tal diploma en ceremonias sencillas, celebrándolo con humildes fiestas hogareñas. ¿Cuántos bachilleres hubo en transcurso de esos 20 años?... Sólo Dios lo sabe;… pero, fueron tanatadas o carretadas de ex señoritos bachilleres. Hasta: lavanderas de ropa ajena; carretoneros vendedores de minutas; nietos del alcahuete apodado “primo-hermano”; nietos del enano Pío Mejicanos; bisnietos de Jesús Cunda; hijos de cualquier pareja campesina, volcaneña o costeña, alcanzaron ese, ya para entonces, “titulillo”.
Desde años 80’s hasta el presente (enero de l996), no sabemos, por causa del conflicto civil nuestro desatado o recrudecido desde el 10 de enero en 1981 hasta febrero en 1992, cuál ha sido destino de esa miríada bachillerada; pero, suponemos: gran mayoría ostenta, orgullosa, sus “flamantes titulillos” de licenciados “pellejos” obtenidos en cuatro docenas de universidades, también pellejas, existente en escasos veinte mil kilómetros cuadrados ocupados por estos casi seis millones de humanos deshumanizados.
Juventudes no son culpables de estos descalabros sufridos por mala y hasta pésima educación a todo nivel. Culpable es el Estado Salvadoreño mal administrado, por no aportar recursos económicos suficientes para instrucción pública; y por permitir funcionamiento de entidades privadas mal llamadas universidades, pues no cuentan con profesorado idóneo, ni con edificios y bibliotecas adecuados. Nuestra muchachada es inteligente y dedicada; por tanto: subsanando esos y otros graves errores estatales, nuestro país podríase abastecer de suficientes talentos en diferentes ramas del saber y quehacer humanos, llegándose hasta exportación de cerebros como primer rubro de nuestra economía; y, nunca nos sorprenderíamos al tener diez o más Premios Nobel en cada futura década.
F I N
21 de enero en 1996.-
Es muy cierto Don Anastasio, aquí tenemos bastante pero bastante potencial!; pasa que ese potencial esta oculto en la enajenación ¿impuesta?, o quizá ¿inducida?, con premeditación y alevosía, todo para que la criollada económicamente poderosa (el único poder que tienen) mantenga viva su apetito y adicción al dinero mal ganado y todos los malditos placeres inmundos que éste le proporciona, eso en detrimento del trabajo, esfuerzo y sacrificio de los verdaderos habitantes de esta tierra.
ResponderEliminarHasta en noticieros televisivos se ve y oye cómo tantos presentadores/as ponen énfasis continuo durante hasta media hora continua en cada programa para resaltar más asesinatos, extorciones, violaciones, etc., todo para desprestigiar al actual también mal gobernante funes; pero diez veces menos malo que: gato felix cristales burdos, calduerrón sol, mula-to florez pérez y toño kkck; pues todos los turcos dueños de esos aparatos tv, también son ladrones narcoarenazis.
ResponderEliminarDesde 1980, hasta la fecha, ---exceptuando a Universidad Centro Americana de Jesuitas,UCA; y, por supuesto, a UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR, UES, fundada ésta en 1842---, resto de universidades (así, con inicial minúscula), no reunen ni 15% de personal docente calificado; tampoco en logística ni en estructura física, para poderles llamar con orgullo: "alma máter"; pues, último presidente PCN y único PDC, por miedo insuperable a UES y a UCA por ser éstas indoctrinadoras comunistas, ---decían los miedosos insuperbles de extremas derechas---, era necesario ponerles contrapesos ecadémicos.
ResponderEliminarFue así cómo y cuándo empezaron a proliferar "sin" cuenta universidades llamadas pellejas o de garaje, para salvar del caos comunista, decían, a la muy noble juventud salvadoreña; pero, tales pellejas, ensurcadas en enseñanzas neoliberales, sólo están interesadas en cobrar altas cuotas necesarias para aprobar cursos hasta licenciarse sin haber absorbido ni el 15% de lo básico o normal.
Dos o tres universidades tienen tv públicas; pero, las operan sólo para auto propagandizarse con gigantescas mentiras sobre auto desarrollo científico que ni ellas mismas se lo creen. Después de auto propagandizarse, resto del lapso lo emplean para pasar enlatados chocarreros tipo porno baratísimo, etc.
Tecoluca sólo es el botón de muestra presentado por Ramón F Chávez Cañas, pues él es originario de tan analfabeto pueblito; sin embargo, analfabetismos reales y virtuales campean desde Punta Hatuey, La Unión, hasta El Trifinio en Metapán; desde Las Pilas, Chalatenango, hasta Bocana El Condorcillo, La Paz.
ResponderEliminarAnalfabetismos "virtuales" son abundantísimos, sobre todo en 90% de universidades pellejas y en la no tan honorable asamblea nacional salvadoreña, donde "vurro" se escribe con b de "baca" cornuda y, un dipudadorzuelo raso devenga la friolera mensual de "U$S6,000ºº" equivalente al salario -A-N-U-A-L- de un profesor real no virtual; pues el abnegado mentor apenas gana $500ºº cada mes. El maestro universitario oficial de UES devenga, cada 30 dias, hasta $2,000ºº NO MÁS; o sea el salario de 10 días del rata parker, del cirote cruzado cpdorrea y de la abuelita calduerrón del escalerón.
Con ese lúgubre y abyecto panorama salarial guanaco, ---NUNCA JAGUAR---, vamos de retroceso como el crustaceo... No sería nada extraño que mañana, o ahora mismo, el gentilicio despectivo de guanaco dado a cobardes y sinvergüenzas salvadoreños/as, de pronto se trasmute en C-A-N-G-R-E-J-O-.
Déjeme decirle Don Anastasio, con mucho respeto, que además de tener toditistiyita la razón con eso que dijo!!, también, seguramente, tiene los coyoles galvanizados!!!, porque este misero lector suyo no tendría ni el 25% de valor para ser tan claro y apegado a la realidad como usted lo ha hecho.
ResponderEliminarSu actitud fomenta valentía en los que algún día seremos JAGUARES como usted!!!
AL APRECIABLE OPINANTE, QUIEN DE VEZ EN CUANDO OPINA EN ESTE BLOG CON EL PSEUDÓNIMO DE "C-A-N-G-R-E-J-O A-N-D-A-N-T-E", LE RECOMENDAMOS CAMBIARLO DE INMEDIATO PARA NO CAER EN EL CALIFICATIVO DENIGRANTE DE "GUANACO"; PUES EL CANGRJO ANDANTE SÓLO PARA ATRÁS CAMINA... ¡VALE!
ResponderEliminarSimón Bolívar dijo: Salvajes conquistadores europeos no nos vencieron o conquistaron por sus armas ni caballos, tampoco por sus cruces, sotanas, eucaristías y más blablabla; nos doblegaron por nuestra milenaria ignorancia; ignorancia que a la vez engendra: terrorismo a lo desconocido entonces, supersticiones sobre lo misterioso sucedido en los cielos (eclipses, huracanes) y en la Tierra (terremotos, sequías, incendios), etc.
ResponderEliminarPor ello, al final de "LOS SEÑORITOS BACHILLERES", el autor se queja de falaces enseñanzas desde parvulario hasta posgrados universitarios; porque, ¿cómo es permitido que curas, monjas, pastores, y más clérigos cristeros pretendan enseñarnos: cosmografía, matemática, física, química y más, si ellos, jerarcas religiosos, todavía no han enmendado la biblia y siguen creyendo en planitud terraquea, centro terraqueo del Universo, y Sol satelital de la Tierra?