TRAJES FEMENINOS TÍPICOS DE EL SALVADOR
Por Ramón F Chávez Cañas
En nuestras escuelitas primarias pueblerinas y quizás hasta en capitalinas, se describía a inditas de variadas etnias pobladoras del territorio salvadoreño, como: chapudas, morenas, camananzudas, con bustos y pezones más erectos que volcán Izalco o teta oriental del Chinchontepec; asimismo, de cabeza a pies vistiendo multicolores trajes a cuales más lujosos: tapado o mantilla no cristera, sino de múltiples tonos encendidos e irisados, desde cuero cabelludo frontal hasta debajo de cinturas; argollas áureas u oropélicas; cabellera occipital cubierta por mantilla ya citada; collares o soguillas bastante bien elaborados con diferentes semillas o nácar de pequeños moluscos; blusas o camisas escandalosas por colores brillantes en diversas escalas coloreadas desde azul índigo hasta rojo carmesí dado por cochinillas, pasando por variados amarillos sacados de árboles llamados de Mora o Chichipate; largas faldas hasta tobillos de mismos materiales y colores ya descritos. Todas adornadas con europeos encajes bordados en tela “holán” o popelina, algunos tejidos de América no Central; calzado: alpargatas, chancletas o pantuflas sin ni siquiera tacón mediano.
Similar traje vestían nuestros varones indígenas sin parecer gallos prepotentes ni pavos reales afeminados, pues tales vestidos masculinos eran de blanca manta dril, mangas largas en camisas y, en pantalones, ruedos amplios hasta cerca de tobillos u ojos de pies; con sombreros de palma costeña blanco-crema, más escapulario católico en café oscuro, sin faltar filosos machetes al practicar danzas folclóricas con su pareja femenina; más caites cuero crudo de venado a manera de calzado, dando a nuestros auténticos varones imágenes estereotipadas de salvajismo; imagen difundida por esclavizadores criollos y chapetones posteriores a caricatura de quimérica independencia del yugo ibérico.
Tal idea fantasiosa de nuestras hembritas nonualcas, en Tecoluca, permaneció para este relator reflexivo hasta sus 15 años de edad; sin embargo, aún continúa en cerebros patrioteros e ignorantes fanáticos del Pulgarcito o “Vulgarcito” americano.
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En 1953, —plena pre-adolescencia del autor de esta Reflexión—, por gran deseo de comprobar tantos relatos oficiales de maestros en primaria y secundaria, más presentaciones en veladas estudiantiles nocturnas y hasta diurnas al respecto sobre trajes cotidianos de nuestras niñas, señoritas y señoras indígenas nonualcas cortando café en fincas del Chinchontepec, aceptó cordial invitación de propietarios y administradores de finca Dolores, finca ubicada en 3eras estribaciones del volcán recién mencionado, perteneciente al municipio Virola o Zacatecoluca, departamento la Paz; pues este relator medio incrédulo, debería comprobar cuánto había visto y oído en escuelita de Tecoluca e instituto nacional vicentino, con sus respectivas veladas.
Después de 22 días o más de estar observando cuadrillas y cuadrillas en tropeles humanos llegados a finca Dolores desde departamentos: Chalatenango, Cabañas, Morazán y los tres inmediatos a tal finca (la Paz, San Vicente, Cuscatlán), llegó a dolorosa y vergonzante conclusión: ¡¡Mentiras!! ¡Mentiras de patrioteros descendientes de reverendos narizones independentistas en 1821! Actuales narizoncitos o Pinochitos querían vender estampas estereotipadas de países independizados siguiendo parámetros establecidos por Ilustración Europea, Revolución Francesa en siglo XVIII o liberación italiana del imperialismo austríaco y del papado a mediados del siglo XIX de esta maldita o bendita Era cristiana. ¿Cuál fue, entonces, la realidad? Niñas, señoritas, señoras, —viejas y jóvenes éstas—, lucían de cabeza a pies: melenas sueltas cenicientas debido a polvaredas levantadas por fuertes vientos de octubre azotando en noviembre y diciembre sobre cafetos cargados de rubíes; algunas cabelleras estaban medio brillosas al ser lubricadas con manteca de cuche, poco o nada peinadas, si acaso sostenidas en moños con pitas finas de henequén, tiritas usadas de algodón o peinetas de carey; orejas: sólo con agujeros en cada lóbulo, ni oropeles o fantasías colgantes se miraban; caras: bellas por naturaleza y juventud de mayorías, sin asomo de mínimos cosméticos; cuellos: adornados hasta con cuatro collares negros de puro lodo sudoroso; pies y tobillos: medias o calcetas del mismo lodo, sirviendo al mismo tiempo para evitar inminentes picadas de mosquitos hematófagos propulsores de malaria, dengue y fiebre amarilla; ropas: nagüillas o sarazas de bajo precio, desteñidas y bastante gastadas por excesivo uso; calzado: ausente en 80%. Resto de féminas calzaban destaconadas charrascas plásticas de dos delgadas correas laterales hasta fundirse en una a nivel de entronque del gordo con el siguiente dedo; tales charrascas eran conocidas con genérico de “yinas”.
Además, salones-dormitorios comunes con pisos de tabloncillos vegetales aserrados, sirviendo cuales camastrones universales de un solo nivel; dormitorios rústicos sin paredes exteriores ni división interior alguna, sólo techo de tejas con horcones hamaqueros varios; sin retretes o escusados de fosa, mucho menos aguas claras para baño personal, ni potables: éstas indispensables en consumo humano. Dicha carencia obligaba a bajar y subir larga cuesta hasta cierto manantial de roca localizado a 2kms en 2ndas estribaciones sureñas del chinchudo coloso.
En cuanto al bastimento o alimentación, en desayuno, almuerzo y cena: monótono frijol negro parado con par de chengas charas en cada uno de tres tiempos, más puñado de sal común marina o de cocina. Muchas veces tales frijoles en peroles presentaban cucarachas y hasta ratoncitos muertos mezclados con caldo del cereal. A 05:00am, todos los cortadores formaban largas filas en espera de sus chengas charas con frijoles en bala; el almuerzo les era llevado en carretas de semovientes hasta diversos tablones o hectáreas del cafetal; la cena, de 05:00pm en adelante, era servida en forma similar al desayuno. Los esclavos pesadores arreglaban las básculas a manera de robar más de 5-lbs de cada cien cortadas. A 09:00pm, imperaba silencio nocturnal sólo interrumpido por ronquidos guturales y rectales, con fétidos aromas consiguientes por estos últimos ronquidos mencionados.
Cantos de: “Ya coloradió, ya se maduró todo el cafetal… o, Jayaque me gusta a mí por sus montes encumbrados… o, Chalatenango tierra bendecida, nidito tibio del jardín de Cuscatlán… o, Soy carbonero que vengo de las cumbres del volcán”, etcétera, estaban ausentes de laringes, porque tales notas nunca habían golpeado aquellos tímpanos debido al alto porcentaje de analfabetismo real por ausencia de escolaridad adulta e infantil. Por mismas razones Alfredo Espino, poeta oficial, con su “Nido”, “Los ojos de los bueyes”, “Los pericos pasan”, “Las manos de mi madre”, “Cañal en flor” y más, no habían anidado en cortezas cerebrales de tantas niñas, mozuelas y adultas pipiles salvadoreñas. Inocentes miradas de tantas generaciones pasadas y presentes de hombres y mujeres, con inenarrable nudo en garganta le hacen recordar a este narrador, versos de Espino en “Los Ojos de los Bueyes”, los cuales rezan así: “Les he visto tan tristes que me cuesta pensar/ cómo siendo tan tristes nunca pueden llorar.// Y siempre son así: ya sea que la tarde/ les bese con sus besos de suaves arreboles/ o que la noche clara les mire con sus soles/ o que la fronda negra con su sombra les guarde.// Una vez, en la senda de una gruta florida/ yo vi a un buey solitario que miraba los suelos/ con insistencia larga como si en sus anhelos/ fuera buscando, ansioso, la libertad perdida”///.
Congoja aún le da a este relator haber comparado y todavía comparar ojos de rumiantes castrados con negros ojos de nuestros jóvenes, adultos y viejos bueyes humanos nonualcos.
02 de noviembre de 2009.-
Sí, es verdad: criollos ladrones desde la falsa independencia centroamericana en 1821, más advenedizos trotamundos del restante siglo XIX y todo el XX, han querido mostrar caras honestas hacia el exterior para vender imágenes irreales como las vedidas por los 4 jinetes apocalípticos de arena al afirmar, desvergonzados, que El Salvador era país de "renta media", sin necesitar serle condonada la impagable deuda externa.
ResponderEliminarAsimismo, aquel josé simeón cañas villacorta, quiso sorprender al mundo de entonces, 1823-24, de que El Salvador era el primer país latinoamericano y hasta norteamericano, en dar plena libertar a esclavos indígenas y africanos; pero, 10 años más tarde, 1833, el mismo cañas villacorta, allá en su latifundio de Santiago Nonualco llamado "jalponguita", castigaba a sus esclavos aplicándoles el "CEPO" como cruel medida disciplinaria.
Fue entonces cuando el PRÓCER ANASTASIO MÁRTIR AQUINO se levantó en armas contra aquella criollada esclavizadora y embustera.
Asimismo han querido vender la figura desfigurada de nuestros hermanos indígenas, hombres, mujeres y niños, prsentándolos con vestimentas típicas irreales, tal cual relata esta crónica del investigador Ramón F Chávez Cañas.
Cómo es posible que en esta fecha 8 de Marzo, Anastasio no se haya pronunciado con algun escrito sobre el valor que tiene este día?
ResponderEliminarhonestamente dan ganas de soltar lágrimas al intentar imaginar y sentir lo que ha vivido la verdadera gente de esta tierra por muchos años!!!
ResponderEliminarpero lo que más entristece es que no puedo intentar cambiar ese rumbo con mi miserable energía y fuerza, hay que unirnos TODOS los que pensamos que hay que corregir estas barbaridades que han sido aceptadas social-mente por quien sabe cuanto tiempo; es más, hasta lo aceptan como cosa normal, incluso los mismos afectados directamente.
Saludos cordiales!
Al breve anónimo en este 09 de marzo a 06:28hrs, desde La Habana, Cuba, le respondo: mañana 10, o pasadomañana 11, cuando ya esté en nuestro querido El Salvador, trataré de pergeñar algunos renglones referentes a la MUJER UNIVERSAL, sufrida madre, esposa e hija en esta sociedad ultra machista por culpa principal de libros religiosos en todas las creencias.
ResponderEliminarA don MRAL: si debemos unirnos todos para dar a conocer iniciativas como esta, para despertar la conciencia dormida de la gente. nadie puede decirle a otro: Esta es la verdad o esta es mentira, porque cada persona debe analizar y sacar sus conclusiones, para no dejarse engañar por nadie. Blogs como este ayudan a pensar, y dan otras ideas, que le ayudan a los salvadoreños a discernir. pareceria que es algo insignificante pero solo cambiando las ideas y pensamientos se CAMBIA LA REALIDAD
ResponderEliminarmuchas gracias por sus palabras SALVADOREÑA LIBRE!, déjeme decirle que se siente bien cuando se recibe apoyo como el suyo. A veces pienso que me he convertido en un leproso social por andar divulgando a la gente lo que pienso, solo basta hablar un poquito sobre temas como este para que me vean como un energúmeno lleno de rabia y resentimiento, cuando en realidad solo hablo la verdad; bien dicen que la verdad "duele"; la población esta bien "domesticada" para opinar de una u otra forma, pero nunca de una forma "fuera de la mentira cerebral" que unos pocos le han sembrado a muchos como yo. Es mejor pensar de forma auténtica y defender ese pensamiento.
ResponderEliminarPor eso me gusta este blog, porque se habla de temas con fundamento y sin afán de "dormir" a nadie, solo con el afán de compartir y enriquecer a todos.
gracias de nuevo y salud!