LOS MILAGROS

Por Anastasio Aquí Sí

— ¿Existen Milagros religiosos y, si existiesen, cómo debemos explicárnoslos?

—Hay 02 clases de milagros: uno Real y miles virtuales. Estos últimos existen de acuerdo a mentalidades propias de quien o quienes anhelan y exigen un fenómeno sobrenatural satisfactorio para sus egolatrías. En futuro inmediato volveremos al respecto. Sólo existe un “Milagro Real”: Creación del Universo microscópico y macroscópico. ¿Por qué Milagro Real?... Porque ha existido, existe y continuará existiendo por millones y millones de siglos más. Es Milagro Real, pues todo viviente, desde unicelulares cuales amibas y medusas marinas, hasta mal llamado Homo sapiens (Homo destructor, diríamos nosotros), lo percibimos en toda su excelsitud; pero no queremos concebirlo desde puntos de vista científicos exactos, no obstante arduos trabajos investigativos al respecto hechos antes y en presente por biólogos, arqueólogos, antropólogos, filósofos, genetistas, etcétera. Sin embargo, sí, —repetimos—, “Milagro Real” está a vista clara o miope de tirios y troyanos; de hombres y mujeres; de ateos, paganos y creyentes religiosos en cualquier dios; de astros, planetas, cometas, etcétera. Entonces, al observar este “Único Milagro Real” por palpable, audible, respirable, visible, degustable, y sinfín de laudables calificativos; nadie, ni extremistas materialistas recalcitrantes pueden negarlo. Es Milagro Real porque no nos podemos explicar a cabalidad, hasta ahora, pormenores de semejante concepción perceptible. Diversas teosofías, desde antiquísimas hasta contemporáneas, han pretendido explicarlo de maneras más diversas (Biblia, Popol-vuh, Corán, Ramayana, Mahabarata y más), sin apoyarse en principios lógicos o científicos; mas, ahí está: desafiando a perseverantes investigadores honestos no fanáticos o dogmáticos del presente y de futuros cercanos o lejanos.

Todas las disciplinas universales tienen un jefe, director, coordinador, presidente o como quiera llamárseles, así: un conjunto de balompié tiene, en la cancha, a un capitán; fuera de cancha, a directores técnicos y administrativos; un lanzador o “pitcher” existe en pelota chica (pitcher ganador, pitcher perdedor es frecuente oír en tales narraciones); un presidente, primer ministro, emperador, rey, zar, sultán o aga kan, en conducción progresista de un determinado conglomerado “civilizado”; un cacique tribal, patriarca, anciano, o como quiera llamárseles, está presente en sociedades primitivas o “incivilizadas”, de acuerdo a concepciones del mundo occidental; de papas, gurúes, chamanes, imanes y otros, según conceptos religiosos o teosóficos divergentes; rectores y decanos en universidades. Entonces, en Universo creado por “Milagro Real”, debió existir, existe y seguirá existiendo un director de orquesta universal sin importar nombres o nombre con el cual sea llamado por diversas culturas religiosas pasadas o presentes, —Yavé, Alá, Ra, Odín, Zeus, Marduk, Quetzalcóatl, Mitra, Shiva, etcétera.

Milagros “virtuales” son eso: milagros aparentes privados, sólo para uno o varios integrantes de un pequeño o mediano conglomerado humano fanatizado por uno o más dirigentes teosóficos quienes, por lo general, son advenedizos (pasajeros, recién llegados) a esos conglomerados primitivos en cuanto a materia religiosa. Tales milagros virtuales privados y egoístas, son pedidos a deidades locales o regionales a fin de satisfacer lujosos caprichos o necesidades baladíes; v.gr: premios gordos acumulados de lotería, automóviles lujosos de modelos recientes o del año; supervivencia de humanos centenarios; buenas calificaciones estudiantiles sin haber hecho méritos estudiando a conciencia, y otros casos cursis no merecedores de seguir enumerándoles… (¿…?)… No. Milagros virtuales no son privativos de teosofía cristiana ni judía. Toda teosofía, desde tiempos inmemoriales hasta hoy, ha producido enorme gama de estos fenómenos parasicológicos. Es más: personas no catalogadas cuales teósofos cimeros, han hecho y continúan haciendo sinfines de milagros virtuales, ejemplo: el médico Ernesto Guevara de la Serna (Che Guevara), en poblado boliviano Las Higueras, continúa haciendo milagros virtuales a esos campesinos creyentes en él cual un santo; Pablo Escobar Gaviria, capo mayor del narcotráfico en Medellín, Colombia, continúa, después de asesinado, haciéndoles milagros virtuales a quienes creen con firmeza en su santidad; Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, arzobispo católico salvadoreño, —repudiado por extremistas derecheros explotadores y oligarcas ladrones de su país, por considerarlo defensor de humildes explotados y, no reconocido por el Vaticano ni con categoría de Beato—, continúa derrochando milagros virtuales a quienes le invocan sobre su tumba; un fulano apellidado Monterrosa Barrios, militar sabueso al servicio de salvadoreños guanacos (cobardes) derechistas explotadores; director-ejecutor de múltiples masacres, de las cuales la del cantón “El Mozote”, Morazán, El Salvador, C. A., es masacre insignia, donde fueron asesinados a sangre fría, por batallón “atlacatl”, —nombre de jefe indígena salvadoreño prehispánico inexistente—, centenares de niños, mujeres y ancianos indefensos so pretexto de “tierra arrasada” o “sacar al pez del agua”, ha hecho y está haciendo milagros virtuales a ultraderechistas creyentes en él como arcángel guerrero enviado por su dios o dioses para liberarles del comunismo (ahora terrorismo). Otra persona milagrera en derecha ladrona, es el fundador de los célebres por fatídicos y guanacos (cobardes) escuadrones de la muerte; y asesino intelectual de Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, Mega Arzobispo centroamericano. Cuando mueran: Doctor Fidel Castro Ruz, Señor Nelson Mandela, Señor Don Hugo Rafael Chávez Frías, Don Jesse Jackson, Doña Rigoberto Menchú Tum, Don Evo Morales Aima y más milagreros, continuarán tales milagritos para seguir pidiéndoles subsanar necesidades básicas o bagatelas.

Milagros virtuales o ligeros (light, para cursis idiomáticos), existen sólo en sesos de perturbados mentales por fanatismo egoísta y religioso, aunque tales milagritos sean pasajeros o nunca se den. Entonces, teósofos respectivos argumentan: “No se te dio dicho milagro porque tú nunca pediste con fe ciega”. Entre nosotros, de manera especial la iglesia católica vaticana se vanagloria por rápidos milagros de difuntos personajes cuestionables por sus dispares políticas terrenales (Escribá de Balaguer, Carlos Wojtyla (papa), el cura Clarete y más) quienes, por presiones de “fieles” ladrones capitalistas o capitalistoides, han certificado milagros virtuales de tales personajillos; mas, nunca ponen a disposición científica mundial tales ficticios fenómenos, porque no resistirán ni un mediano análisis lógico o razonable. Por tanto: milagrillos de esos personajillos cacareadores cuales grillos, se vuelven dogmas: ¡Cree y punto!