H E R E J Í A S
Por Ramón F Chávez Cañas
Undécima entrega
LXI
Judíos con cristianos, / y también musulmanes,
adoran sólo a un dios, / pues son monoteístas.
Este dios es varón, / patrono de machistas
y mujercitas son/ Evitas alacranes.
Millardos o más veces/ nuestra Tierra en imanes
ha circundado al Sol/ sobre amplísimas pistas
y en cincuenta centurias/ estos materialistas
desfiguran a Dios/ para lograr sus planes.
Ni Sara, ni María, / ni Judit y ni Ester
tienen algún valor/ para imbécil Moisés
ni para estafador, / mal llamado Jacobo.
Moisés las repartía /cual garduña sexual;
—en el libro de Números/ lo podrán encontrar—.
Moisés no fue patriarca/ fue sanguinario lobo.
LXII
En cambio, pueblos griegos, / con su Peloponeso;
con su monte el Olimpo, / más bello Partenón;
pueblos contemporáneos/ con las tribus de Sión,
están eternizados/ por cultura y progreso.
Desde sabio Pitágoras, / con su brillante seso,
pasando por Demócrito, / Sócrates y Platón;
por inmenso Aristóteles/ y estoico Zenón,
legaron al planeta/ Verdad sin retroceso.
En sus serios tratados/ sobre la Cosa Pública
ellos contribuyeron/ a escribir la República
y a defender su honor:/ Maratón es testigo.
También en las Termópilas/ del valiente Leonidas
y en las obras de Homero, / profundas y sentidas,
se encuentra gran Verdad, /por eso aquí lo digo.
LXIII
Mujercitas helénicas /y de Roma Imperial
tuvieron su valor, / observemos altares;
estudiemos historia/ de esos magnos lugares
y veremos a diosas/ en cumbre colosal.
Atenea o Minerva, / Venus, diosa Vestal;
Diana, Pomona y Ceres, / más cien diosas de Lares;
Bacante, Flora, Parca/ e Hygia, sin pesares,
eran diosas magníficas/ del reino celestial.
Si agregamos a Musas, /al mismo tiempo a Ninfas:
diosas de los pöetas, / y de los mares, linfas,
veremos a machismos/ haberse eliminado.
Diosas y dioses cultos/ vivían en palacios
sin discriminación/ de los judíos reacios,
pues a mujer hebrea/ llueve sobre mojado.
LXIV
No debe ser escándalo/ que tu Virgen María,
María Magdalena, / Sara, Ester y Judit
ocupen divos tronos/ en celeste cenit
en contra de la biblia, / texto de picardía.
Entonces, con orgullo, / el cristiano tendría
una gama de diosas/ ayudando al Rabí;
diosas especialistas/ en edenes y aquí,
donde impera la fe, / tal fe en la tontería.
Dioses reyes de aguas, / de fuegos y tormenta;
diosas reinas de flores/ y belleza sin cuenta
eran especialistas, / cada cual en su rama;
auxiliares de Zeus/ o Júpiter Romano;
mas, no de aquel Iahvé, / soberbio y soberano.
Nuestra cultura actual, / ¡por Dios!, así reclama.
LXV
¡Ni en universidades, / donde impera otro clima,
ni en alguna academia/ de Ciencias o del Arte,
se miraban mujeres/ portando el estandarte
de la Sabiduría, / portado por Diotima48!
—Cuando se versifica/ sobre esto se lastima
la musa de este poeta, / de este planeta, parte—.
Ingenio femenino/ desde ahora comparte
ese Don del Saber, /y así se legitima.
Doctoras, ingenieras, / arquitectas y juezas,
ejercen sus carreras/ con nítidas destrezas
dándole gran mentís/ al bíblico machismo.
Cuando hombres y mujeres/ de este planeta Tierra
con sus sabidurías/ acaben con la guerra,
entonces se hundirá/ hebraico fanatismo.
LXVI
En los cuatro Evangelios/ Jehová es un canalla,
porque escoge a María, /novia de un carpintero:
del humilde José, / joven y pobre obrero.
Y es más grande el abuso, /pues dios lo hace pantalla.
El Aedo* aunque hiera, /Aedo jamás calla:
infamia es imposible/ para el Dios Verdadero.
Dios respeta a sus hijos/ del último al primero;
le respeta el color, / su impotencia y su talla.
El Amo Universal/ no abusa de ventajas;
ÉL, en su Inmensidad, / no reparte migajas.
Por eso escrito hebreo/ mienten con picardía.
— ¿Cuál fue tal picardía/ de esos hijos de Sión?
—Mentirle al mundo nuestro/ con la falsa razón:
48DIOTIMA: al parecer, única filósofa griega, citada por Platón en sus Diálogos sobre el amor. |
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los premios o castigos/ nos llegarán un día. *Poeta
CONTINUA
*C O N T I N U A R Á