Anastasio Jaguar

Anastasio Jaguar

Breve Biografía de ANASTASIO MÁRTIR AQUINO (1792-1833):

Único Prócer salvadoreño verdadero en siglo XIX. Nativo de Santiago Nonualco, La Paz. De raza nonualca pura. Se levantó en armas contra Estado salvadoreño mal gobernado por criollos y algunos serviles ladinos, descendientes, éstos, de aquéllos con mujeres mestizas de criollo o chapetón y amerindia; pues esclavitud inclemente contra: indígenas, negros, zambos y mulatos, era insoportable para el Prócer Aquino. Fue asesinado por el Estado salvadoreño en julio de 1833, —después calumniado hasta lo indecible, tratando de minusvalorar sus hazañas; así como hoy calumnian a Don Hugo Rafael Chávez Frías y, ayer, al aún vivo: Doctor Don Fidel Castro Ruz.

En honor a tan egregio ANASTASIO AQUINO, este blog se llama:

“A N A S T A S I O A Q U Í S Í”

viernes, 30 de septiembre de 2011

RÉQUIEM POR TAUROMAQUIA

        RÉQUIEM  POR  TAUROMAQUIA
       Por Ramón F Chávez Cañas

Cuánta pena causan/ todos los toreros
quienes ser queridos/ siempre se creyeron
por asesinar/ al toro indefenso
e irracional/ cuadrúpedo astado.
 Ufano torero,/ sicópata, pienso,
es más animal/ que el buey no castrado;

pues recio rumiante/ antes de ir al ruedo
sufre crueles tratos. / Describir no puedo
tan ruda barbarie/ de hombres contra bestia.
Bestia rebajada/ a lo más abyecto
por la súper bestia/ bipedestre, erecta,
en traje ridículo/ de payaso tuerto.

Tan noble animal/ de doce quintales
o rey de rumiantes/ dentro de corrales,
durante la víspera/ de torvo espectáculo
lo topan al cepo/ con cien kilogramos1
—Como al cepo topan/ en el tabernáculo
pérfidos pastores/ a débiles gamos.

¡Cuatrocientas libras2/ durante dos días
el torete carga/ en nuca y rodillas!
Por cien vejaciones/ en nuca cornuda
grosera tortícolis/ le roba reflejos;
pero su conciencia/ con garganta muda
no son escuchadas/ por tantos pendejos;

porque el alma es propia/ de imbécil humano.
Viviente sin alma/ no será su hermano:
Ser invertebrado/ o árbol frondoso,
mucho menos este/ torete de lidia;
porque con la espada/ que clava, él, airoso,
piensa que pöetas/ le tienen envidia.

Al día siguiente/ de víspera amarga
ya sin el suplicio/ de extenuante carga,
es llevado al ruedo/ o arena cadalso,
donde otro verdugo/ montado a caballo
portando cruel lanza, / con orgullo falso
la emprende a lanzazos/ cual furioso gallo.

Torete cansado/ casi no protesta.
Aquel picador/ suspende vil fiesta
y con su alazán/ bien acorazado
busca la salida/ de criminal plaza.
Público nerónico, / por sangre dopado,
gritando su olé/ pide siga farsa.

De inmediato actúan/ dos banderilleros
usando saetas/ con puntas de aceros
y en la nuca del/ animal ya herido
clavan tales hierros/ con furia salvaje.
El animalito, / muy adolorido,
está preparado/ y con equipaje

para darle falsa/ gloria al tauricida,
quien no se acobarda/ por  segar la vida
sólo para ver/ su bolsillo lleno
con dineros sucios/ ganado matando
al casi cadáver/ novillo sereno
que dos días antes/ ya estaba boqueando.

De ese dinerillo/ ganado en el circo
romano en Madrid, / Bogotá o en Quito,
         mal hembra se prenda. / No del embustero;
pues ese payaso, /con su cuerpo enclenque,
no tiene ni estampa/ de ser un guerrero.
¡Es buitre chinguero/ en rudo palenque!

Después de “verónicas”/ e insignificante
paso fantasioso,/ toro agonizante
se posa cansado/ y ofrece el cogote
al falso campeón/ de aquella corrida.
Este ¿”torerazo”?/ no es ningún Quijote
al matar a res/ ya casi destruida.   

Tal héroe de barro/ con capa y espada
se pasea orondo/  frente de la Nada
de aquel animal/ cual Cristo azotado
durante dos días/ junto con sus noches;
sin embargo aquel/ pueblo idiotizado
pide dos orejas. / ¡Yo pido reproches!

Al presumir ellos/ ser “profesionales”
graduados de escuelas/ jamás especiales
para enseñar “ciencia”/ de la tauromaquia,
quieren superar/ a cien mil doctores
en Ciencias Humanas, / no en burda magia.
¡Tal complejo pagan/ con sus sinsabores!

cuando  pitón del toro/ descerebrado
por salvajismo rudo/ recién pasado
se introduce en el recto/ de aquel farsante
y juega capirucho/ con el bestial,
quien en pocos segundos/ agonizante
llega a sala quirúrgica/ de un hospital.

Mil años no duran/ lacras humanoides.
Sí, los volatines/ sobre trapezoides.
Payasos sin gracia/ como los toreros
están liquidándose/ allá en Barcelona.
En México Lindo,/ estos pordioseros,
caerán temprano/ en la pura lona.

En resto de España/ el tiempo se acorta
y en Latinoamérica/ gruesa arteria aorta
de esa aberración/ llamada toreo
será cercenada/ a muy corto plazo.
Este Réquiem va/ con un jubileo
por el desaforo/ de aquel “torerazo”.
       ********

En la iglesia están/ los gallos y perros
pidiendo a su virgen/ combata los yerros
de otros humanoides/ armando combates
entre los maridos/ de gordas gallinas,
sólo para ver, / estos aguacates,
brotar sangre fresca/ de aves tan finas.

Los canes cruzados/ para sacar raza
 de pelea son/ caos de la crasa
humanidad  lela/  siempre guerrerista.
Esta afición burda/ está ya en ocaso;
pues el perro fiel/  no pierde de vista
que el amo del mal/ lo lleva al fracaso.

Pronto cantaremos/ “Te Deum Laudamos”
por liberación/ de todos los damos
de nuestras gallinas/ ponedoras, indias.
También de los cánidos, / fieles compañeros
de perritas grandes, /o chicas y lindas.
¡Frente al can y al gallo/ bajemos sombreros!

      Ni españoles Vates3 / ni americanos
      nunca han reprochado/ a estos bausanos;
      ni los novelistas/ tampoco cineastas.
      Estos son negocios/ redondos de mafia:
ver al animal/ doblegar sus astas;
mientras el mafioso/ bebe sangre y rabias;

las rabias de Aedos4 / quienes protestamos
por asesinato/ de humildes hermanos:
gallos, perros, toros, / en cuyas hormonas
la Madre Natura/ señaló otros fines:
salvar de  agresores/ a propias madonas
y esparcir genética/ por ocho confines.

 Debe ya acabarse/ esa tauromaquia;
debe fenecer/ la otra “perromaquia”.
Y asesinatos/ de gallos tan finos.
Es mejor pensar/ en El Coliseo.
Berlusconi y Sarkozy, / ambos cochinos,
Cameron y Obama, / dueto re feo,

enfrentarse debieran/ par contra par
en foso milenario, / y Muammar
Gadafi debe darles/ tiro de gracia;
Rodríguez Zapatero/ debe ser árbitro
—por ser dueño de toros/ para desgracia—.
¡¡Aedos gozaremos/ todo ese ámbito!!

1-- 100kgrs a cada lado de la nuca = 200kgrs = 440 libras.
2-- 200kgrs = 440 libras. Respetando ritmo y puntuación versal, sólo se escribió cuatrocientas. 
3-- Vates = Poetas.         4-- Aedos = Poetas.

28 de septiembre en 2011.-

martes, 27 de septiembre de 2011

SEÑORITOS BACHILLERES

LOS SEÑORITOS BACHILLERES
            Por Ramón F Chávez Cañas
       Del libro: “Historias Escondidas de Tecoluca”
     
         Esta nuca peche del continente americano Centroamérica, fue conquistada por soldadesca española integrada por rústicos e iletrados pobres campesinos; también por innumerables presidiarios de misma nacionalidad, a quienes fueron conmutadas largas condenas o penas carcelarias, hasta muerte por horca o garrote a cambio de  incorporación a ejércitos ibéricos conquistadores. Cien años después de iniciada tal conquista, vinieron o empezaron a venir colonizadores, constituidos por familias campesinas siempre pobres; quienes creían mejorar miserables vidas ibéricas aquí en nuestra América, cambiándolas en 180º. En efecto, así fue; sin embargo, cambio positivo sólo se dio en lo económico, pues continuaron siendo rústicos campesinos o malandrines adinerados por explotación de tierra virgen con mano de obra indígena esclavizada. Después, con manos africanas, ambas regaladas por corona española rapiñera.
         
         Clase noble e intelectual conquistadora o colonizadora, estaba asentada en ricas regiones principales del Nuevo Continente, donde habían fundado aquellas ahora grandes ciudades de América Latina (Mesoamérica): La Habana, Ciudad de México y Ciudad de Guatemala (Antigua), por mencionar sólo tres de esta área central y caribeña. Resto del territorio mesoamericano, en especial el habitado después y en  actualidad por llamada República del Salvador (siglo XIX) o de El Salvador (siglo XX), estuvo colonizada por iletrada o criminal clase social mencionada al principio.
         
        Aspiración o ambición humana por halagos y lisonjas, es tan antigua como la humanidad misma, nacieron juntas; no obstante, hay halagos y lisonjas nunca alcanzables por inmensas mayorías, siendo una de ellas el título o títulos nobiliarios. Frente a imposibilidad de poderse llamar: barón, conde, marqués, duque, príncipe o rey, aquellas clases desposeídas venidas a bien en América, optaron por grados falsos religiosos católicos. Así se enorgullecían al tener entre sus soberbios descendientes a: seminaristas, sacerdotes, vicarios, canónigos, frailes, abades, monjas, arzobispos, cardenales, etc. Al parecer, cardenales nunca hubo acá, en toda América, pues ese puesto o dignidad era tan encumbrado, reservado sólo para europeos; no criollos ni chapetones; mucho menos para ladinos o indígenas. No obstante, nunca faltó alguien dislocado aspirando a “santo padre”. Además de carrera religiosa, aquellos criollos iletrados optaban, aún optan, por carrera militar. De ese modo tuvimos y tenemos: cabos, sargentos, tenientes, capitanes, mayores, coroneles, generales y más etcéteras, aunque nuestros paupérrimos países no los necesitan, viéndose en grandes apuros presupuestarios para cancelar o pagar esos mal llamados salarios; restándole a presupuestos en Salud, Educación y Bienestar Social. Además del mal llamado salario mensual, mayoría goza de otras ilegales prebendas: contrabando, narcotráfico,  secuestros, robo de lujosos automóviles con impunidad para operar así.
        
           Pero, carreras religiosas y militares, tenían y tienen límite en cuanto a cupo se refiere. Entonces, resto de criollos y peninsulares o chapetones, se veían a “palitos” para obtener cierta categoría vanidosa. Fue por ello que idearon abrir colegios,  después universidades, para obtener títulos de: bachiller, licenciado o doctor. Alto porcentaje de aquéllos, y mucho más alto de presentes estudiantes, accedían y acceden a esos grados sólo para satisfacer egoísmos propios de incapaces, pues no sabían ni saben nada de nada.
                                                     ******
              Nuestro analfabeto Pueblito no podía ser excepción. Entre siglos XVIII y XIX, máximo representante de esa comarca (Tecoluca) fue el presbítero José Simeón Cañas Villacorta, doctor en teosofía (teología es invento humano basada en mitología moderna. NADIE puede estudiar Verdadera Esencia Divina), dudoso prócer libertador de esclavos centroamericanos. En 1901, se gradúa, como señorito bachiller, el joven Juan Crisóstomo Segovia quien, en 1908, recibe investidura académica otorgada por  nuestra Universidad de El Salvador, acreditándolo como doctor en Medicina y Cirugía; quien, en ¿1925?, descubre aquí, en nuestro El Salvador, una variante del microbio causante de la  llamada “Enfermedad de Chagas” o “Tripanosomiasis”. Este parásito es similar al Tripanosoma cruzi recién descubierta (1910), allá, en Brasil, por doctor Oswaldo Cruz. A variante encontrada por salvadoreño tecoluquense Juan Segovia, Academia de Ciencias Médicas de París, Francia, le dio el nombre de Tripanosoma segoviensis” en honor a su descubridor, e incluyendo, en “Índex Médico Mundial”, el nombre del Doctor JUAN CRISÓSTOMO SEGOVIA.
       
             En 1910, otro joven, cuyo primer apellido era Martínez ¿José?, obtiene codiciado galardón de señorito bachiller; luego, —1917—,   magnífica Universidad de El Salvador, lo doctora en Jurisprudencia y Ciencias Sociales (Derecho). Contaban contemporáneos coterráneos de él, así: “Éste, cuando en sagrado Paraninfo universitario se efectuaba solemne ceremonia de graduación de aquel lejano privilegiado grupo, negó, frente a compañeros, amigos y conocidos, ser hijo de un humilde señor campesino “encaitado”, quien había ingresado al augusto recinto para presenciar graduación de su hijo”. Actual familia Parras-Martínez podría dar más detalles al respecto; sin embargo, este historiador local no acepta cual verdadera esa historieta calumniosa; pues, envidias y hasta perfidias son panes nuestros cotidianos en ambientes paupérrimos salvadoreños, incluso entre hermanos genéticos de padre y madre, cuando alguien, con esfuerzos corporales e intelectuales logra escalar, hasta llegar a cimas, aquellos farallones al parece inexpugnables para 99.50%  de guanacos.
         
          Pronto, en década 1930-40, hubo dos señoritos bachilleres: don Jesús Méndez Barahona y don José Gilberto Parras Martínez, —éste, sobrino del calumniado abogado doctor José Martínez—. El primero, Méndez Barahona, doctorado en Leyes 15 años después de haberse bachillerado; sirviente, como juez y diputado oficialista, a tiranía oligárquico-castrense todavía viva, aunque en aparente agonía por aquellos Acuerdos de Paz firmados en Castillo Chapultepec (México). Doctor Méndez Barahona vive anciana jubilación en ciudad Santa Tecla. Señorito bachiller Parras Martínez, miembro de una de cuatro o cinco familias más importantes del opulento Pueblito, estudió toda su educación, hasta bachillerato, en colegio Santa Cecilia de ciudad Santa Tecla (interno). Este colegio salesiano era, y es, uno de tres mejores colegios católicos en todo El Salvador. Parras Martínez tuvo fama por ser excelente estudiante, magnífico deportista destacándose en:  ajedrez, baloncesto, boxeo y pelota chica. Pronto ingresó a Facultad de Medicina en Universidad de El Salvador; pero, (siempre hay un pero) tiranía martinista, a la cual combatía con todas las fuerzas de su juventud,  inteligencia y liderazgo estudiantil, lo exilió. Fuese a ciudad de Guatemala; mas, en esa gran ciudad centroamericana, cuando estudiaba cuarto año de misma carrera, compadró con dios Baco abandonando, por supuesto, la carrera de Galeno. En 1948 retorna al Pueblito. Venía casado con doña Rosa Rabanales, chapincita. Señora Rabanales era, y es,  guapísima y bellísima mujer: alta, blanca, rosada, ojos azules, cara de gata angora, y con excelentes modales. Señorito bachiller Parras Martínez o, don Gilberto, a secas, continuó perpetuo compadrazgo con dios ya mencionado. Hará 10 años aproximados, falleció casi en  indigencia etílica. Su extraordinaria inteligencia, atlética corpulencia de casi 02mtrs de envergadura, más don de gentes para tratar hasta al más humilde de los pobres, lo mantuvieron, siempre, en primerísimo lugar, tanto en el Pueblito como en dos ciudades capitales mencionadas. ¡¡Lástima su triste final!!
         
            En 1949-50, hubo fantástica promoción de señoritos bachilleres. Se bachilleraron: don Alfredito Alvarenga Hernández, don Manuelito Villalta Villegas, don Chusito Orantes Chávez y, algún otro no venido a la mente, por ahora. Don Alfredito habíase educado en mismo colegio donde se educó don Gilberto; tomó carrera universitaria de leyes; pero, por estar en boga vuelos aéreos agrícolas, abandonó la universidad, marchándose hasta México para aprendizaje; al mismo tiempo, obtener licencia oficial de piloto-aviador, venenero-algodonero. Ganó bastante dinero, dicen; sin embargo, cuando mercado mundial de dicha fibra decayera, perdiendo rentabilidad tal cultivo,  agregando a eso creciente peligro por ataques guerrilleros o del ejército derechista en  sembradíos citados, señorito piloto se marchó hasta EUA, donde radica. Don Manuelito Villalta Villegas, señorito bachiller egresado del segundo Instituto Santo Tomás en ciudad San Vicente, colegio propiedad del obispo apodado Tamagás, también optó por  Jurisprudencia y CCSS. A éste,  contemporáneos suyos le apodaban “Gallo Giro”, por notable parecido con cierto artista del cine ranchero mexicano de aquellos irrepetibles tiempos. Este muchacho, pronto matrimonió con jovencita perteneciente a una de principales cultas familias en ciudad Ilobasco del departamento Cabañas (muñequera). Ignórase su estado actual. Don Chusito, otro de mimados hijos del eterno Pueblito, bachillerado en  Instituto Nacional General Francisco Menéndez de San Salvador; cuya educación primaria la efectuara, en parte, en escuela Nicolás Aguilar vicentina y resto, en tantas veces mencionado colegio Santa Cecilia, también optó por  Jurisprudencia y Ciencias Sociales; empero, además de ser aventajado estudiante, era peor que “don Juan Tenorio”. De esas aventurillas amorosas, le nació preciosa niña: Melanie, cuya madre es cierta chinita con nombre hispanizado: Bety Díaz Layton. Don Chusito, en 1955, al morir don Chus, progenitor, a causa de accidente  ecuestre, se vio obligado a suspender el cuarto año universitario, para hacerle frente a vicisitudes de la vida agrícola pueblerina, pues bienes de fortuna heredados del difunto, así lo requerían. Don Chusito mochó y desmochó virginidades; era disputado por casi toda hembra soltera, viejas y jóvenes del encantador Pueblito. Él se daba lujos en despreciar a cualquier joven mujer de su no agrado. Doña Petrona Alemán, doña Amparito Guillén Flores; Juanita, hermana de “Divertido”; miss Amalia, Conchita Cativo y cierta señora de apellido Murcia, con tres docenas más de jóvenes y sazonas féminas, en público se lo disputaban. Por fin, este niño bonito enrolló la cola y se sentó en ella. Ahora, (enero de 1996), es moderno patriarca familiar local, dedicado a labores agrícolas y ganaderas de pos guerra, y a crianza “orejona” de numerosos nietos.
       
               Dos años después (1952), del mismo Instituto Santo Tomás  del “Tamagás” vicentino, ubicado en mismo lugar donde al presente está edificio del Banco Hipotecario, frente al lado sur del parque Antonio José Cañas (Prócer), egresó el niño bachiller Rafaelito Ayala. Éste era jovencito morenito adolescente de entre 15 y 17 años vitales; muchacho menudito, pero muy bien educado. Al efectuar trámites para ingresar a  Universidad de El Salvador, en trayecto entre fantástico Pueblito y San Salvador, se “lo tragó la tierra”. Nunca se ha sabido, hasta esta hora, cuál ha sido su destino, pues este casi niño era o es, dechado de decencia y religiosidad. En esos tiempos, ser desaparecido era escándalo a nivel nacional. Doña Julita, su llorosa madre, lo ha buscado durante muchos años por toda Centroamérica, México, Colombia y EUA, sin algún buen resultado.
         
              Única señorita bachiller salida, hasta ese entonces del maravilloso Pueblito, (¿1954?), fue señorita Merceditas Villalta Villegas, hermana menor del “Gallo Giro”. Se bachilleró en Instituto Nacional Central de Señoritas o, Francisco Morazán. Estudió Leyes. No sabemos más… ¡¡Ah, guerrita puñetera!!
         
              Entre 1955-57, hubo otras promociones (dos) de señoritos bachilleres; no obstante, ya para ese entonces, titulillo de “señorito” estaba cayendo en desuso. Simple palabra “bachiller” era pronunciada, sin admiración, por todos los habitantes del arrinconado Pueblito. Don Germita (1955), fue primer diplomado de ese período; don Monchito, el segundo (1957). Don Germita era hijo de don Buenaventura Alférez y de doña Celsita Ayala de Alférez, ¡¡ah, gente tan magnánima!! Don Monchito: hijo de don Moncho Chávez y de doña Carmela Cañas de Chávez. Don Germita era originario y vecino del cantón El Carao, colindante jurisdicción del soñador Pueblito; en cambio, don Monchito: del mero barrio El Centro de misma ciudad y  mismo municipio. Ambos optaron por doctorado en Medicina Humana; ambos graduáronse en misma Universidad de El Salvador. Don Germita es excelente pediatra del hospital Benjamín Bloom, catedrático de materias pediátricas en  su Alma máter, con selecta y numerosa clientela privada en ciudad Santa Tecla. Don Monchito, ejerce medicina general, estatal y privada, en Quezaltepeque, segunda ciudad más importante del departamento La Libertad.
                                                   ******                  
             1960-80. En esta 5ta parte del siglo, preludio de puñetera Guerra Civil recién pasada, don de “señorito” rodó por empedrados. Jóvenes graduados en San Vicente, Zacatecoluca, San Salvador, u otros lugares, recibían tal diploma en ceremonias sencillas, celebrándolo con humildes fiestas hogareñas. ¿Cuántos bachilleres hubo en transcurso de esos 20 años?... Sólo Dios lo sabe;… pero, fueron tanatadas o carretadas de ex señoritos bachilleres. Hasta: lavanderas de ropa ajena; carretoneros vendedores de minutas; nietos del alcahuete apodado “primo-hermano”; nietos del enano Pío Mejicanos; bisnietos de  Jesús Cunda; hijos de cualquier pareja campesina, volcaneña o costeña, alcanzaron ese, ya para entonces, “titulillo”.
         
          Desde años 80’s hasta el presente (enero de l996), no sabemos, por causa del conflicto civil nuestro desatado o recrudecido desde el 10 de enero en 1981 hasta febrero en 1992, cuál ha sido destino de esa miríada bachillerada; pero, suponemos: gran mayoría ostenta, orgullosa, sus “flamantes titulillos” de licenciados “pellejos” obtenidos en cuatro docenas de universidades, también pellejas, existente en escasos veinte mil kilómetros cuadrados ocupados por estos casi seis millones de humanos deshumanizados.
         
           Juventudes no son culpables de estos descalabros sufridos por  mala y hasta pésima educación a todo nivel. Culpable es el Estado Salvadoreño mal administrado, por no aportar recursos económicos suficientes para  instrucción pública; y por permitir funcionamiento de entidades privadas mal llamadas universidades, pues no cuentan con  profesorado idóneo, ni con edificios y bibliotecas adecuados. Nuestra muchachada es inteligente y dedicada; por tanto: subsanando esos y otros graves errores estatales, nuestro país podríase abastecer de suficientes talentos en diferentes ramas del saber y quehacer humanos, llegándose hasta  exportación de cerebros como primer rubro de nuestra economía; y, nunca nos sorprenderíamos al tener diez o más Premios Nobel en cada futura década.
                                               F  I  N
                                       21 de enero en 1996.-