Anastasio Jaguar

Anastasio Jaguar

Breve Biografía de ANASTASIO MÁRTIR AQUINO (1792-1833):

Único Prócer salvadoreño verdadero en siglo XIX. Nativo de Santiago Nonualco, La Paz. De raza nonualca pura. Se levantó en armas contra Estado salvadoreño mal gobernado por criollos y algunos serviles ladinos, descendientes, éstos, de aquéllos con mujeres mestizas de criollo o chapetón y amerindia; pues esclavitud inclemente contra: indígenas, negros, zambos y mulatos, era insoportable para el Prócer Aquino. Fue asesinado por el Estado salvadoreño en julio de 1833, —después calumniado hasta lo indecible, tratando de minusvalorar sus hazañas; así como hoy calumnian a Don Hugo Rafael Chávez Frías y, ayer, al aún vivo: Doctor Don Fidel Castro Ruz.

En honor a tan egregio ANASTASIO AQUINO, este blog se llama:

“A N A S T A S I O A Q U Í S Í”

jueves, 14 de febrero de 2013

VERSOS DIVERSOS, 9` entrega



V E R S O S   D I V E R S O S
                   DE
RAMÓN F CHÁVEZ CAÑAS





ELEGÍA POR TERE CHÁVEZ v. de ORELLANA

Has bajado a la tumba,/ querida hermana nuestra.
─De entre dieciocho hermanos/ tú eras la “Terelén”
del Viejo  Ramón Chávez/ Henríquez†, impoluto─.
La gloria del cristiano/ desde antes era vuestra
porque al necesitado/ de comida, también,
tú siempre le ayudaste/ con fervor absoluto.

El calvario causado/ por esa nëoplasia
en ovario derecho/ durante treinta meses
puso a prueba tu temple/ de mujer sacrosanta
en el valle de lágrimas/ y caminando hacia
la gloria del católico/ después de los reveces.
Por esos sacros dones/ mi corazón te canta.

Junto con José Ovidio/, Julio Asisclo y Alfredo
todos Chávez Muñoz, ─los tres, hermanos nuestros─;
más Doña Merceditas/ Muñoz, tu insigne madre,
estás ya descansando/ en el Cielo. Muy quedo,
rogando por nosotros,/ buscándonos los diestros
lugares donde está/ nuestro bendito padre.

Con Don José Orellana/ Portillo, digno esposo,
quien ha muy pocos años/ se adelantó a la fosa,
estás hoy reunida./ Fue tu esposo del alma.
Hugo Ernesto, tu hijo,/ de su eterno reposo,
ha despertado alegre/ en tan celestial choza
al saber que su madre/ llega a darle más calma.

Doña Arcadia Adolfina/, ─tía mamá Cayita─,
con matriarcal Segunda/, nuestra paterna abuela
y el abuelo paterno:/ Francisco Chávez Rivas,
estarán festejando/ tu bien ganada cita
con la gloria inmortal;/ aunque a nosotros duela
prematura partida/ de diva entre las divas.

Tu inmenso catafalco,/ concurridas exequias,
los oficios católicos,/ más testimonios dados
por miles que obtuvieron/ auxilios oportunos,
en mi filosofía/ son magnas entelequias,
tal vez no superables/ por tus Chávez amados,
como este Chávez Cañas,/ salvaje cuales hunos.

Fui tu hermano menor./ Cuando yo fui niñito
me sentía orgulloso/ de tus años en rosa
y después, de tus hijos:/ Hugo Ernesto, José
Amílcar, Ana Miriam,/ Merceditas, Paquito
más docena de nietos./ ¡Raza maravillosa
concebida en tu vientre/ con un claro porqué!

El clan Chávez Henríquez/ de Tecoluca bella
y toda Tecoluca/ y toda La Herradura,
saben cuánto han perdido/ por tu pronta partida;
al mismo tiempo saben/ que han ganado una estrella
en firmamento inmenso,/ pues fuiste hembrita pura
de conducta intachable/ a través de la vida.
                                      15de noviembre de 2007.-


PARA UNA INFALIBLE AMIGA

Escribiré tu nombre/ con las mayúsculas
porque eres la amiga/ siempre imprescindible
de todos los seres/ con frágil creación;
de toda partícula,/ hasta las minúsculas
subatómicas partes/ no conocibles
en el mundo infinito/ del  electrón.

Tu nombre venero/ porque eres máximo
común de comunes/ denominador;
pero no preocupas/ a los vegetales
ni a microorganismos./ Solamente al ánimo
de quien se auto llama/ rey o emperador
de todas las cosas:/ ¡seres despreciables!

Eres siempre eterna:/ similar a dioses.
Mil generaciones/ de todo lo creado
incluyendo al átomo/ con cien sub partículas
al fin de finales/ de otras dimensiones
cuando hasta lo eterno/ esté ya parado
poniéndole término/ a oscuras películas.

Entonces tu reino/ estará radiante,
¡oh, vil MUERTE nuestra,/ nuestra gran señora!,
la MUERTE de todo/ del alfa al omega;
gran MUERTE que aflige/ incluso al pensante
y al rastrero vil,/ el que siempre añora
vivir para siempre/ cual burro o borrega.
                                               22 de diciembre de 2007.-


ELEGÍA POR CARLITOS HENRÍQUEZ CHÁVEZ

Mi primo-hermano efectivo: Carlitos Henríquez Chávez
hijo de padrino Carlos/ Antonio Chávez Henríquez†,
─dispensen el trabalenguas/ de tan bellos apellidos─.
Carlitos Henríquez Chávez,/ antes de las navidades
de este /año dos mil siete/ de pronto se vino a pique
cuando su vejez hermosa/ evocaba tiempos idos.

Carlitos Henríquez Chávez,/ primer varón de unión libre
de Carlos Antonio Chávez/ con Merceditas Henríquez†:
sólido hogar natural/ con cinco vástagos fuertes:
dos varones, tres hembritas: niños de recio calibre
nacidos en Tecoluca,/ pueblito sin ningún dique
para apreciar a sus hijos/ y protegerles de muertes.

Por ello el primo Carlitos,/ hermano de Margarita,
de Carmencita† , Roberto† y también de prima Miriam.
Con Gloria, Deisy, Jesús/ y el primito Oscar Humberto,
─cuatro hermanitos postreros/ hijos de doña Elvirita─.
Sin contar con Adalberto† y su hermana, niña Vilma†,
─paridos por doña Sara/ Quintanilla†─. Clan ya muerto.

Carlitos Henríquez Chávez/ visitaba a una doctora
en la ciudad capital./ Tal doctora era su hija.
Después de una cena leve/ él empezó a vomitar,
luego tremenda diarrea/ que a su intestino devora.
Fue llevado a un hospital/ ya con la pupila fija,
pues en cuestión de minutos/se llegó a deshidratar.

Asistimos a su vela/ en Tecoluca, la nuestra.
Vimos su rostro en el féretro,/ sereno cual fue en la vida.
Similar al tío Carlos,/ gran padrino de nosotros.
Cruel muerte se lo llevó: cruel muerte, esa gran maestra.
Hoy te canto, primo-hermano,/ mientras llega mi partida.
Estás en el más all/á contemplando divos rostros.
                            24de diciembre de 2007.- 

EL GRITO DEL MAÍZ

El grano de maíz ha estallado.
El biólogo Rutilio con mil locos
y el pöeta Ramón más los infantes
escuchan el misterio asolapado.
Los granos de maíz aun siendo pocos
a biólogo y pöeta, semejantes

a locos y a niños, embelesa
al escuchar susurros de la vida
surgiendo de esa pulpa vegetal,
pues sólo nos, pöetas, con belleza
de vivir, o existencia adolorida,
a tal misterio le pueden cantar.
                    30 de enero de 2008.

¿CUÁNDO?

¿Cuándo te pararás, Sol hijueputa?
¿Cuándo te caerás, Luna maldita?
¿Cuándo se secarán, mares idiotas?
Cansado estoy de oír agria disputa
de científicos cursi e infinita
ignorancia supina más las notas

cruzadas entre tantos ignorantes
curas, imanes, pastores, rabinos;
santones de la India y más gurúes
discutiendo entre sí cuales pedantes
descocados conceptos y mezquinos
temores a los sidas y a las lúes.

Científicos con curas y rabinos;
imanes más cristianos disgregados
junto a los charlatanes de la India
pretenden mangonear nuestros destinos
con conceptos absurdos. Desfasados
están esos imbéciles hoy día.

Hablan del Sol, la Luna y las estrellas
cada uno llevando a su molino
la carga conveniente a intereses
de su comodidad; pero se estrellan
contra oscura barrera que el destino
jamás revelará, aunque les pese.

El religioso invoca incongruencias
calcadas por milenios de milenios
desde la prehistoria con los simios,
nuestros tatarabuelos según ciencias
que nosotros humanos somos genios
con cerebros enormes, nunca nimios.

¡Que se suicide el Sol, lunas y mares,
los dioses más visibles de los torpes
científicos de las pasadas Eras!
¡Que se den “matacán” todos los lares
con los ases y Odín, dios de los pobres
esclavizados por las verdaderas

mañas de los chamanes millonarios!
¡Al carajo científicos de marras!
¡A la mierda pastores y los curas!
Vivir cien años o ser milenarios
sería igual, pues nunca de las garras
nadie se librará, ni en sus locuras.

Ostias, vinos, patenas, se marcharon
a descansar en tumbas de obsoletos
conceptos irrisorios. Vida Bella
existirá por siempre en los arcanos
más allá de egoísmos y los retos
de ese Sol moribundo, hoy nuestra estrella.

Que el átomo es el rey de la creación,
que azúcares son hadas de la vida,
que aires y aguas son imprescindibles
en el planeta Tierra del bribón
hombre impotente que ni  al mismo sida
ha podido domar. ¡ Hombres risibles!

¡Que se mueran toditas las galaxias!
Ya murieron las diosas y los dioses
que reinaron en miles de años viejos.
Ocho o diez mil dirán esas arcaicas
leyendas inventadas por ociosas
mentes en cuerpos de seres pellejos.

¡Muérete, oh, Sol para acabar las penas
de nosotros, humanos puñeteros!
¡Muérete, oh, Luna diosa de quimeras
de pöetas, pintores y de quenas,
 —primitivo instrumento de primeros
hombres del Sur en estas nuestras Eras.
                    31 de enero de 2008.-



TESTIGO FIEL  DE VISTAS Y OÍDAS

A mis setenta años/ bien vividos
puedo dar fe de asuntos increíbles
sucedidos veloces en cien años
que raudos en el tiempo están ya idos
porque de un día a otro, indecibles
se vuelvan obsoletos en antaño.

Ni una generación en el pasado,
desde aquellos períodos prehistóricos
hasta llegar a década cuarenta,
ha contemplado cómo se ha llegado
al desarrollo de los alegóricos
espejismos veloces cual tormenta.

Fue el algodón que en esa cuarta década
se vendió con tambores y platillos
cual desarrollo de mis costas vírgenes
para salir de la infamante época
pos colonial robada por los pillos
herederos de asquerosos orígenes.

Algodón acabó con fauna-flora
contaminando aguas subterráneas,
mató cardúmenes de mis esteros.
Nuestra campiña todavía llora
después de medio siglo de esas bárbaras
prácticas anti-agrícolas, ¡groseros!

Algodón sí produjo nuevos ricos
o aumentó el capital de los catorce,
también enriqueció a sus adláteres
o burgueses pellejos con sus micos
para aumentarles sus falaces goces
y dar al resto imaginarios dátiles.

El café, el café, ¡ah, el café!
En los años cincuenta fue diamante
de catorce familias, ¡nada más!
Mientras mis campesinos ni “conqué”*
tenían en su mesa. ¡Repugnante
conducta de oligarca o Satán!

El café superaba a mil colones
el quintal exportado al primer mundo;
pero al bracero un colón pagaban
por el quintal en uva, ¡qué bribones!
Evadían impuestos con rotundo
descaro legalista… así se hartaban

con la sangre de adultos y de niños.
Ellos en Europa o en La Florida
depositando dólares cochinos,
paseando en Costa Azul con sus corpiños
ignorando a propósito la herida
infligida a pëones campesinos.

Calles y carreteras de la patria
surcadas por lujosos automóviles;
veredas y caminos de la misma
pisadas por el caite o planta agria
de los desheredados, los inmóviles
a quienes el sistema roba chispa

al no querer gastar en la salud
de mentes y de cuerpos aborígenes;
al reprimir los gritos de los héroes
defendiendo a ignorante multitud
subyugada desde aquellos orígenes
de la colonia vil con sus perrones.
                    @@@@@

Energía escondida/ de nuestro padre el Átomo
en el cuarenta y cinco/ quedó bien retratada
cuando el salvaje Truman/ cometió genocidio
al destruir dos ciudades/ y convertir en páramo
a ciudad Hiroshima,/ reducida a la nada
y a ciudad Nagasaki/ a escombros y a ripio.

Energía suprema/ dada por lo infinito
en equilibrio exacto/ desde la infinitud
fue a caer en las garras/ destructoras del hombre,
mal llamado “Homo sapiens”/ de cerebro finito,
o retrato del dios,/ del dios de ingratitud,
la bestia que debiera/ tal vez ni tener nombre.

Plumilla-canutero/ en década cuarenta
fue lanza quijotesca/ en aula pueblerina
con un papel secante/ para absorber excesos
de tintas en cuadernos/ antes de año cincuenta.
En un bote de vidrio/ se llevaba anilina.
Cuaderno blanco a rayas/ recibía los besos.

Tinteros y plumillas/ fueron bien sustituidos
por cierta pluma fuente: mi preciosa Esterbrook.
—Para ricos había/ la de oro pluma Parker—.
Veloz llegó el bolígrafo/ en sesentas, sentidos
años del doctorado/ y matrimonio luz.
Bolígrafo no tiene/ rival en este instante.

Las cartas del correo,/ o correo tortuga
a destino llegaban/ después de quince días.
Teléfono en hogar/ sólo era mantenido
por gente de dinero/ o encumbrada pechuga.
Los pobres pueblerinos/ al llamado acudían
hasta las oficinas/ para escuchar sonido

de una punta a otra:/ puntas en  pita bruja.
Telegramas escuetos/ eran menos tardados
pues la clave de Morse/ fue tan veloz cual rayo.
Correos electrónicos/ desde ha quince años puja
en nuestro El Salvador,/ convirtiendo en tarados
a bolsón de carteros/ y a Morse: viejos ayos.

Antes de años cincuenta/ apareció tal máquina,
máquina de escribir/ movida a fluido eléctrico
y tan fiel maquinita del siglo diecinueve
fue a adornar los museos/ o se puso una jáquima
para quedar inerme/ en mundo de lo tétrico.
¡Verla momificada/ es algo que conmueve!

Máquinas de coser/ junto a bel las victrolas
movidas por pedales/ y metálicas cuerdas
junto a duras agujas de acero inoxidable
y discos de carbón,/ se quedaron a solas.
Hoy el ingrato humano/ ni siquiera recuerda,
mucho menos les canta/ con una estrofa amable.

La carreta de bueyes/ y el caballo trotón
desde el año cuarenta/ hasta el cincuenta y cinco
poco a poco cedió/ dominio de milenios.
Carretas y caballos,/ ¡pobrecitos los dos!,
pasaron a la historia/ sin siquiera un relincho,
pues los automotores/ fueron nuevitos genios.

A mitad del cincuenta/ aparece una caja
con muñecos adentro/ viendo a través de un vidrio,
hablando cuales locos/ y sordos a la vez.
La clientela de cines/ al final se desgaja
pues es esclavizada/ por aparato frío.
¡Nuevo rey del hogar! ¡Padre: se troca hez!

Finales del cincuenta:/ cierta tarjeta larga
con mil perforaciones/ aparece en mercado.
Máquinas electrónicas/ son únicas lectoras
de cartones puyados/ en esa Era amarga.
Fueron los balbuceos/ de lo después llamado
mundo de la informática/ o mundo de las loras.

Relojitos de cuerda/ tan lindos y sencillos;
relojitos pulsera/ fabricados en Suiza
con múltiples rubíes/ en su caja de acero
fueron desbarrancados/ por tan malditos pillos
relojes automáticos,/ dándoles gran paliza.
¡Relojito de cuerda:/ mil veces yo te quiero!

Tan malvado automático/ pronto encontró su horma.
No reinó ni veinte años/ cuando aparece un nuevo:
el ahora imponente/ reloj de cuarzo fino
con cierta exactitud/ sobrepasando norma.
Este reloj de cuarzo/ podría ser el cebo
para que en el futuro/ él sea peregrino.

Año cincuenta y siete:/ Sputnik de los rusos
surca tan virgos cielos/ de este planeta Tierra;
luego la perra Laika/ en el siguiente vuelo
cruza en un mismo día/ quince veces los husos
horarios del planeta,/ desatando cruel guerra
de ambiciones mal sanas/ por poseer el cielo.

Fueron tristes comienzos/ del mundo en Internet;
fueron tristes inicios/ de guerra en las galaxias;
fue cuando se acentuó/ maldita guerra fría;
fue cuando el hombre fue/ esclavo de un carné,
con huellas digitales/ y con frustradas ansias,
convirtiéndose en paria,/ para cruel ironía.

Aviones de veleta/ lentos cuales tortugas
se volvieron a chorro,/ veloces o saetas,
al final de los años/ cincuenta, ya citados.
Tales monstruos del aire/ con tan bofa pechuga
mandaron al olvido/ a marinas veletas:
lujosos transatlánticos,/ ¡ah, tiempos ya pasados!

Medicinas empíricas/ del treinta hasta el cuarenta
con el advenimiento/ de la Penicilina,
—magno descubrimiento/ del inglés doctor Fleming—,
y otros descubrimientos/ rayano en los sin cuenta
se convirtió en remedio/ de factura divina
permitiendo a esta Tierra/ llenarse más de semen.

A inicios de la década/ en los años cincuenta
se propagó el escándalo:/ La Revolución Verde.
Ganaron Premio Nobel/ no sé cuántos sujetos.
Pregonaban salvar/ de muerte no violenta
a media humanidad/ por el hambre que hiere
a miles de millones/ en naturales guetos.

Pero la proclamada/ guerra en contra del hambre
se convirtió en un fiasco/ debido a la ambición
de ganar porcentajes/ más altos que el normal
en la venta de insumos,/ volviéndose vil chambre.
Excesos en cosechas/ de una rica nación
paraban en carbones/ o, en  fondos del mar.

La tal revolución/ corrompió a nuestras tierras;
pues las contaminó/ con químicos perversos
que arruina hasta riñones/ de nuestros campesinos.
Esas sustancias químicas/ son tan rabiosas perras
que muerden al descalzo,/ lo afirmo en estos versos
con gran veracidad/ de los pöetas dignos.    

De aquel viejo sistema/ colonial ya decrépito
sostenido por armas,/ crucifijos, mentiras,
estafas, desalojos,/ aquí en El Salvador
cuando en otras naciones,/ sistemas, con estrépito,
 fuéronse a  buhardillas con destempladas liras;
mientras, en nuestra patria/ dormimos con sopor;

con sopor colonial/ aún sin despertarnos
a Libertad tan plena/ de Cuba y Venezuela;
de Ecuador, Costa Rica,/ Argentina y Brasil;
más otras cien naciones./ Vamos a encontrarnos
con otra esclavitud/ o yugo que consuela
al “guanaco” viviendo/ en ilusorio abril.

Tan Sacras Libertades,/ según Filosofía
de dos antiguos griegos: Sócrates y Platón,
neoliberalismo/ les ha lavado el coco
tal cual se lo lavaron/ españoles un día
con caballos, espejos,/ más tan cruel ilusión
del falso crucifijo/ del ibérico loco.

Los neoliberales/ no son salvadoreños;
los neoliberales:/ viles nuevos señores,
viven en Norteamérica/ de raza anglosajona
y en otras latitudes,/ consumiendo beleños,
opios, cocas, más fármacos, volviendo soñadores
a mundos del dinero/ y de vida glotona.

Nuestra quinta columna,/ mirando siempre al norte,
son residuos impuros/ de mezclas malinchistas;
carecen del alcance/ para ver al futuro.
Cuando les sea tarde/ no encontrarán soporte,
pues amistad no tienen/ gringos imperialistas.
Entonces, mis riquitos/ comerán el pan duro;

pues serán viles peones/ cuales fueron los incas,
los aztecas y mayas/ creyéndose mimados
por cruces y  espadas/ de escuálidos ibéricos.
Los globalizadores/ les expropiarán fincas
con esclavitos yanquis,/ ¡asquerosos soldados!
Mientras tanto: riquitos,/ se volverán quiméricos.
                           
  C O N T I N U A R Á     


ç *Conqué = arroz, frijoles, queso, etc.                     
                                           05de febrero en 2008.-