Anastasio Jaguar

Anastasio Jaguar

Breve Biografía de ANASTASIO MÁRTIR AQUINO (1792-1833):

Único Prócer salvadoreño verdadero en siglo XIX. Nativo de Santiago Nonualco, La Paz. De raza nonualca pura. Se levantó en armas contra Estado salvadoreño mal gobernado por criollos y algunos serviles ladinos, descendientes, éstos, de aquéllos con mujeres mestizas de criollo o chapetón y amerindia; pues esclavitud inclemente contra: indígenas, negros, zambos y mulatos, era insoportable para el Prócer Aquino. Fue asesinado por el Estado salvadoreño en julio de 1833, —después calumniado hasta lo indecible, tratando de minusvalorar sus hazañas; así como hoy calumnian a Don Hugo Rafael Chávez Frías y, ayer, al aún vivo: Doctor Don Fidel Castro Ruz.

En honor a tan egregio ANASTASIO AQUINO, este blog se llama:

“A N A S T A S I O A Q U Í S Í”

sábado, 11 de agosto de 2012

EL VIEJO VIUDO Y LA QUINCEAÑERA


          EL VIEJO VIUDO  Y LA QUINCEAÑERA
                   Por Ramón F Chávez Cañas     . 

          Este viejo viudo era hombre casi sesentón llamado don René Martínez, originario-vecino del pueblito San Matías en  departamento salvadoreño la Libertad. Durante tres o cuatro períodos había sido alcalde municipal arenero (extrema derecha) de su querida comunidad, sin ser arenero. Al final se aburrió de tal pantomima política derechista, dejándo el poder municipal a un su pariente cercano perteneciente al “pcn” o partido de las “manitas mañosas”: ─anciano partido derechista, fascista y militarista descartado por oligarcas areneros cuando desapareció  URSS─. El “casi sesentón viudo” volvió a tomar antiguas actividades agrícolas ganaderas, conservando su popularidad social municipal. Había enviudado pocos años antes, al parecer sin haber tenido descendencia con la difunta esposa; pero obtuvo de ella herencia agro-ganadera apreciable la cual, junto a bienes familiares heredados, más aquellos adquiridos por  propios esfuerzos laborales, le hacían viudo apetecible. En  época de sucesos a relatar (¿2002?) era, o debe ser, elegante hombre blanco ladino de constitución algo maciza para estatura mediana de 1.75mts; cabellera castaña oscura; barba azul al rasurarla, patillas largas a lo charro mexicano. Sus finos sombreros de vestir eran de caras marcas extranjeras. Al caballo o mula de sus antepasados los había sustituido por 02 ó 03 vehículos todo-terreno de modelos muy recientes. Tenía, o tiene, la facultad natural de expresarse con gran calidad conceptual, más potente voz metálica a lo Pavarotti, sin ser cantante; además, cualidades con mímicas de sus expresiones dejaban clarísimos todo concepto salidos de sus labios.
        Era, o es, uno de tantos principales clientes del agro-servicio “la Milpa” de ciudad Quezaltepeque, en  mismo departamento la Libertad. San Matías, pueblo menor, es vecino inmediato de ciudad Quezaltepeque (08kms). Por su agradable locuacidad bonachona, el personal de “la Milpa” se enteró del siguiente relato narrado acá en primera persona. Al inicio de aquella temporada agrícola invernal (mayo en 2002), después de 04 ó 06 meses de ausencia, este magnífico cliente llegó por primera vez para comprar grandes volúmenes de pesados insumos agrícolas. Durante veranos tropicales o estaciones secas, nunca llegaba a “la Milpa”; pues mandaba o manda a sus mayordomos para comprar materiales agropecuarios de poca monta. Doña Ángela Rivas Merlos, propietaria-administradora del mencionado negocio, con  característico júbilo de buena comerciante salió al encuentro del embotado, ensombrerado, patilludo, locuaz e inteligente señor cliente. Antes de preguntarle por sus significativos requerimientos agrícolas, esta astuta, pero honesta doña Ángela, lo abordó así:
        — ¡Bienvenido, don René! Lo estamos esperando como agua de mayo. ¡Caramba, Usted cada día más elegante! ¡Más bien parece principal artista de películas vaqueras!
        — ¡Cállese, doña Angelita! ¡Si Usted supiese las alas de cucaracha en las cuáles me he visto, no tiraría esos piropos!
¡No me diga, don René! ¿Se puede saber cuáles son esas alas de cucaracha?
 Aquel agro ganadero, ex funcionario político pueblerino, ya esperaba esa repregunta. Mientras, uno de tantos subalternos de doña Ángela Rivas Merlos servía, al embotado cliente, blanco tazón con café “gourmet” de exportación, más una semita mieluda “tacón alto”, tal cual le habían servido en visitas de temporadas agrícolas anteriores. Esta escena estaba ocurriendo al interior de la oficina privada de la dueña; pues, a todo cliente especial, no se le atendía en público (a nivel de mostrador o sala de ventas). Tan agradable hombre patilludo depositó su sombrero Jipijapa ecuatoriano sobre la silla adyacente; apoyó codos sobre cubierta del escritorio de doña Ángela. Con voz vehemente, casi lastimera, empezó su relato:
Imagínese, doña Angelita, el “cusuco yuca” en el cual me metí por ser, este su servidor, un gran bruto. Yo estaba feliz descansando sobre mi hamaca, y escuchando programa radial de música ranchera. Eran 05:00pm de ese 16 en diciembre del año recién pasado, cuando, el infeliz mayordomo o caporal de mi entera confianza, se acercó para decirme: “Patrón, ha llamado a la puerta una bella señorita. Dice llamarse Eugenia Paz. Viene del cantón Masajapa, en proximidades de hacienda ‘Estaquerías’, propiedad de Usted… (¿…?)... Sí. Le pregunté los motivos. Me dijo tener profunda admiración por su persona. No quiso darme más detalles. Le urge hablar a solas con el señor patrón. Yo creo: ella puede ser bocado de cardenal. Atiéndala, don René. Usted tiene más leche que un sapo o una vaca de raza holandesa… (¿…?)… Aparenta de 15 a 17años. Alta, blanca bronceada, cabellera rubia, quizá teñida; ojos vivaces verde-gris, tal vez por lentes de contacto al estilo Ciguanaba moderna. Vale la pena hacerla pasar”. Mi curiosidad venció a mi prudencia, continuó narrando el inefable ex alcalde, a tan siempre atenta señora dueña-administradora de “la Milpa”. Los segundos avanzaban raudos. Expresiones faciales, voz, más ademanes del caballero agro-ganadero, ascendían en franca locuacidad dramática—, fui a mi dormitorio para ponerme algo presentable; mientras, el imbécil mayordomo la hizo pasar a sala de espera. Aquella señorita, vistiendo  decente traje rojo carmesí con mangas tres cuartas; más zapatillas negras tacón alto haciendo juego con la cartera colgante de uno de sus hombros, parecía más encantadora de lo narrado por mi empleado. Además, un collar de perlas rodeando su delgado esbelto cuello, con  argollas haciendo juego con blancas perlas, me hicieron babear. Se puso en pie cuando yo llegué a sala de espera. Entonces, me deslumbraron sus uñas largas pintadas en carmesí para darle más resplandor a su vestimenta. Nos saludamos dándonos manos derechas, pues ella me ofrecía la izquierda. ¿Sería comunista? Siéntese, por favor, le dije. Tomamos asiento. Inquieto le pregunté motivos de su visita. Ella, con palabras bajadas en tono, pero claras, me habló así: “Óigame bien don René: desde cuando yo era chiquilla, y Usted estaba recién viudo, lo he admirado. ¡Lástima nuestra disparidad en edades; asimismo, en condiciones socio-económicas! Vengo, con todo respeto, a solicitarle sea Usted mi padrino; pues el próximo 28 de diciembre celebraré mis primeros 15 años de existencia. Mis padres harán pequeña cena en nuestra humilde casa del cantón Masajapa, después de la santa misa celebrada en iglesia parroquial de este pueblo San Matías. Su presencia, en ambos actos, llenará de felicidad a mis campesinos padres... (¿…?)... No. No. Mis padres no saben nada al respecto de mi pedimento actual. Quiero darles agradable sorpresa... (¿…?)… No sé. Será de su entera voluntad contribuir para resaltar mi humilde fiesta rosa. Dejo a su capacidad, más buen corazón, la cantidad monetaria a erogar por Usted”. Aquella muchacha, con cinturita de avispa “chilizate”, más bien conformadas chiches, cuyos pezones traslucían por el carmesí del vestido, calló. Yo, embelesado, prometí hacerme cargo de costos económicos del evento religioso y social. Al día siguiente, a la misma hora, esa Venus cantonal se hizo presente con primeras cifras del presupuesto. Le entregué ¢5,000ºº, pues yo no acepto hacer cuentas en dólares norteamericanos, porque es una falacia. Me quedé pensativo. No reaccioné. 02 días después marché hasta San Salvador para adquirir, en  almacén de caballeros “Montecarlo”, mi traje de gala para tal evento: zapatos Royal Church de ¢400ºº; calcetines, corbata, camisa, todas Giorgio Armani por valor de ¢600ºº; traje entero Perry Ellis de ¢3,000ºº; más perfumes cuyo precio no recuerdo. La chica volvió seis días más tarde por otro complemento de los gastos. Esa vez le entregué ¢8,000ºº adicionales. No se fue conforme. Dijo: “Hace falta el pago de orquesta viva, más coste de gaseosas o sodas, y bebidas espirituosas”. ¿Cuánto es?, dije siempre entusiasmado. “¢10,000ºº: ¢6,000ºº para la orquesta, y ¢4,000ºº para bebidas. Mis padres cargarán con gastos de la comida-cena”. Dos días más tarde, desembolsé aquellos ¢10,000ºº requeridos por último. Todo me estaba saliendo a pedir de boca. Yo pensaba: “A media fiesta, encaramo a esta bicha en mi 4x4 Land Cruiser, llevándomela hasta moteles camino al puerto la Libertad. Al fin y al cabo, tal cual dice mi pasmado mayordomo, es ¡bocado de cardenal!” Llegó el día 28. Bien trajeado, bien oloroso, tomé el flamante automotor todo-terreno de fabricación japonesa, mantenido a lo óptimo en casa matriz de la capital. Me dirigí a Masajapa. Volvimos hasta la iglesia. Aquella quinceañera a mi lado, sobre asiento del acompañante; padres, y seis hermanos, hacinados en asientos posteriores. Tal ceremonia religiosa fue breve. Habría sido brevísima si tan adorable quinceañera no hubiese dado substancial ofrenda de ¢300ºº. Mandé a dos mayordomos motoristas para traer dos “pick-up” de mis labores agropecuarias, con el propósito de transportar, hasta Masajapa, a mayor parte de la concurrencia. Llegamos. De 15 ó 20 jovenzuelos invitados, estaban posesionados de principales mesas. Charlaban a grandes voces. Exigían a la orquesta viva omitir la Marcha triunfal, para sustituirla por un vulgar son popular llamado: “Me gusta tu cu-cu”. Intervine. Logré convencerlos. La tal Marcha triunfal fue tocada. Nos paseamos orondos por área del baile, localizado en el mediano patio de aquella rústica vivienda, donde estaban repartidas, alrededor, todas las mesas; pues en salita-dormitorio-cocina-etcétera, no era posible. Terminada  mencionada marcha de rigor, la orquesta, por órdenes mías, continuó tocando música para enamorados; música del último medio siglo XX. La quinceañera y yo, bailamos pegaditos 04 ó 06 canciones románticas. Serían las 09:00 ó 10:00pm. De súbito, nos vimos rodeados por  decena de quienes estaban pidiendo repetir la degenerada melodía: “Me gusta tu cu-cu”.  Al instante protesté airado. No había terminado de alzar mi voz, cuando sentí el frío mortal de la trompetilla de un arma de fuego colocada en parte posterior-central de mi pobre barbilla,  poco arriba de la llamada manzana de Adán. Además de 04 armas corto-punzantes sobre mis costillas y espaldas. El cabecilla, al parecer desarmado, a distancia de 03 metros me habló así: “¡Mirá men!: ya bailaste lo suficiente. Hasta mucho te lo hemos permitido. Los turnos bailables, de aquí en adelante, serán nuestros. Debes retirarte antes de que otra cosa grave suceda. Vete a pie. Déjanos las llaves de tu automotor. No lo usaremos. Llévate la tarjeta de circulación. Ven o manda mañana por él. No camines a pie por callejón real, pues resto de nosotros te estaremos vigilando. Dame tu celular. Si das parte a la mal llamada autoridad, tendrás tus días contados. Bolséate para dejarnos algunos dolarucos, pues tú estás podrido en pisto. Nos quedaremos con tu arma de fuego, porque tenerla contigo te compromete más. Vete a pie por esos cañaverales. ¡Cuidado con tu lengua!”. Me quitaron, continuó narrando el frustrado, embotado, ensombrerado y viudo; mientras, doña Ángela, con cara compungida, continuaba paralizada escuchándole—, mi preciosa arma automática “Pietro Beretta” de ¢10,000ºº, junto con  dos chifles accesorios; también el efectivo de ¢5,000ºº para el viaje en luna de miel, sin contar el precio del teléfono móvil. Gracias a Dios no me robaron el traje ni los zapatos. Con mi decepción acuestas, como pude, me introduje a mis propios cañaverales. Caminé par de kilómetros rogando a santísima virgen no permitiera pisar a ponzoñosa y brava cascabel. Ascendí hasta cúspide de una lomita en mis propiedades; ahí, casi llorando, esperé el tardado amanecer. No he puesto demanda alguna por temor a graves represalias. Por eso, doña Angelita, he decidido no andar más en parrandas... (¿…?)... No. Ni a mi hermano mayor le he contado esta desgracia. Usted lo conoce bastante bien. Es muy devoto del santísimo sacramento. Él es capaz de darme fuerte paliza; pues, cual profeta, mi hermanito mayor siempre me advirtió de tantos peligros inherentes a mis desenfrenados impulsos hormonales. Yo necesitaba descargar, en alguien de mi confianza, esta desgracia sufrida... (¿…?)... No. No puedo despedirlo. El pobre mayordomo no es culpable. Sólo cumplió con un deber impredecible. Ahora, hágame el favor de elaborarme el presupuesto de estas mercaderías a llevar en este día.
La señora Rivas Merlos facturó lo pedido. Cargaron aquellos 02 camiones con 200 sacos de abono granulado de 100kgrs cada uno; más herbicidas, semillas, fungicidas e insecticida.              
              16 de enero en 2007

martes, 7 de agosto de 2012

HEREJÍAS, 42ª y ÚLTIMA ENTREGA


 H   E   R   E   J   Í   A   S
              Por Ramón F Chávez Cañas
Cuadragésima segunda y ÚLTIMA ENTREGA

CCXCIII
Joven adulto Jesús,/ muerto a treinta y tres abriles
después de haber predicado/ por mil cien días o más
tratando de convencer/ al pueblo de Caifás
con sermones y parábolas/ de contenidos sutiles

para dejar obsoletas,/ del Moisés, aquellas viles
leyes rígidas y absurdas/ inspiradas en el mal:
“El hombre/ es para el sábado”/ debería ser verdad
y otros códigos groseros/ para Jëhová, serviles.

Tal betlemita no pudo/ torcer tantas tercas leyes.
Judaísmo ha continuado/ cual lo escribiera Moisés
diciendo que don Iahvé/ es rey de todos los reyes.

Al clavado en el Calvario/ todo le salió al revés
porque no ha sido adorado./ Judíos son tercos bueyes
con su viejito Jehová./ Por ello Cristo no es.

CCXCIV
Similar ha sucedido/ con religión musulmana:
Cristo sólo es un profeta/ a niveles de Mahoma,
siendo Alá: único dios./ No hay don Jehová ni paloma.
Trinidad no es aceptada,/ ni ayer, ni hoy, ni mañana.

Gran religión de islamitas/ es menor que la cristiana.
Mil cuatrocientos abriles/ hará que subió a la loma
olímpica de los dioses/ para humanoides en coma
quienes esperan la gloria,/ una gloria más que enana.

Al señor don Jesucristo,/ la mayor y la menor
doctrinas monoteístas/ siempre lo ven de re-ojo
por ser engendro de un dios/ en entraña terrenal.

Al menos mahometanos/ algo le dan de valor
al nominarlo profeta./ Sionismo lo tiene en rojo
de milenario semáforo/ en el portón celestial,

CCXCV  
Tanto crimen del Josué,/ del Eleazar y el Moisés;
asesinato de Uría/ por “bendito” rey David
para fornicarle a esposa/ con maldito frenesí.
Asesino Salomón/ matando a su hermano rey.

Incestos, concubinatos,/ transgrediendo clara ley,
del “venerable” Jacobo,/ incestuoso, e infeliz
fornicando con hermanas/ como cualquier hombre ruin;
concubinato con criadas/ de tan asqueroso edén.

Más violación de Tamara/ por hombre llamado Amnón,
ambos hijos del David,/ el “vencedor” de Goliat.
Este gigante era enclenque/ por sus dos metros cuarenta.

Un gigante de esa talla/ es débil y sin razón.
 Mitologías sionistas/ ya no pueden engañar
a masas mal informadas/ por mitología cruenta.

CCXCVI
Incesto de hijas con Lot,/ padre de ellas, bien borracho.
Más cruel muerte de Absalón/ por vengar honor de hermana

violada por ruin Amnón,/ quien le destrozó el mañana.
Amnón-Absalón: hermanos,/ pero éste muy buen muchacho.

No ajustaría papel/ para nombrar tanto macho
embustero y criminal/ con soberbia puritana.
Suficientes son ejemplos/ para discernir con gana
sin ser lumbrera teosófica/ ni tener el ojo gacho.

A imagen y semejanza/ de don Jehová fueron creados.
Será fácil digerir/ este concepto del Génesis;
pues el creador de judíos/ era quien los ajotaba

volviéndolos asaltantes,/ violadores y malvados.
Si hubiesen nacido en Grecia,/ vengativa diosa Némesis,
con Zeus y otras deidades,/ sin duda les azotaba.

CCXCVII
Si la biblia fuese sabia/ e inspirada por un ser
de poderes especiales/ en nuestro finito entorno
de seiscientos mil millones/ de galaxias: hielo y horno,
este cerebro divino,/ con tan inmenso poder

debería interesarse,/ también darse a conocer
con otras etnias humanas/ quienes no sufren bochorno
desde hace diez mil abriles;/ tampoco admiten soborno
por sionistas y cristeros:/ alumnos de Lucifer.

Si tal padre “poderoso”/  sólo alumbra a clan hebreo
y niega sabiduría/ a negros del Senegal;
a sufriente de Amazonia/ y al ser del Sudeste Asiático,

a esquimales, patagónicos/ y más. Por eso no creo
que viejito tan barbón/ sea Dios Universal
desde pequeñita Tierra/ hasta fin de lo galáctico.

CCXVIII
Tal anciano barbuchín/ no es dios de todo el planeta.
Si eso, ojalá, fuese cierto,/ con poder tan infinito
¿por qué no engendra otra vez/ a su hijo Jesucristo
en tribus de mundo entero/ donde no hay cristiana meta?

¿Por qué ocultaba las Ciencias/ y volvía marioneta
de cristeros y sionistas/ al hombre de seso listo?
¿Por qué permite reinado/ del oro llamado pisto1?
Esta pregunta, no más,/ a nuestro cerebro inquieta.

Ciencias, músicas y artes,/ protegidas por los dioses,
ministros del dios Jehová/ todavía las desprecian
con soberbia manifiesta/ o con ridículas poses.

Sacerdotes más pastores/ a ignorantes siempre aprecian
porque ellos jamás discuten/ ni siquiera en bajas voces
incongruencias de Escrituras./ Por ello, males arrecian.

                              1—PISTO = Dinero en El Salvador

CCXCIX
Doscientos noventa y nueve/ sonetos son poca cosa
para expresar sentimientos/ religiosos razonables
tratando de ser luciérnagas/ en noches tan despreciables
que aturden al semejante/ hasta cuando baja a fosa.


Al semejante le han dicho:/ El edén, mansión hermosa,
está esperando por ti,/ siempre y cuando tú no hables
contra curas ni pastores;/ pues ellos son agradables
para ancianito Jehová,/ como agradable es la rosa.

Pero si tú despotricas/ hablando en mal de pastores
irás directo al infierno/ en cuerpo y alma quizás.
Mientras eso no suceda,/ en la Tierra, sinsabores,

incluyendo a tu familia,/ muy pronto paladearás.
¡Arrepiéntete hombre ateo!/ ¡Despierta a claros albores
con sionistas y cristeros,/ cual David de don Jehová.

CCC
Para fanático sapiens,/ quien no acepte sus patrañas
es enemigo mortal/ por ser ateo indecente.
Con mil pitos, cien tambores,/ él se comunica urgente
denunciando al nuevo ateo/ de apellidos Chávez Cañas:

¡Ha negado a Jesucristo!/ ¡No le reconoce hazañas!
¡Niega al padre celestial!/ Chávez Cañas ¿es demente?
¡No cree en paloma blanca!/ ¡Ese cabrón no es creyente!
¡Él se ha ganado el infierno/ por conciencia en telarañas!


No, señores, no, no, no:/ dioses de Ramón Francisco
Chávez Cañas, poeta claro,/ no tienen fuerzas del mal.
Chávez Cañas, pensativo,/ prefiere ser poeta arisco

empleando puras razones/ terrenales, no de allá.
Ramón Chávez no prefiere/ escalar tan vano risco;
pues su Dios sólo es Amor/ con Ciencias y Libertad.

   Santa Tecla, 06 de noviembre en 2009.-


AQUÍ FINALIZARON 300 SONETOS: POCOS, DE ONCE SÍLABAS O ENDECASÍLABOS; MAYORÍAS DE ELLOS SON SONETOS ALEJANDRINOS O DE CATROCE SÍLABAS; Y, LOS SONETOS FINALES, SON HEXADECASÍLABOS O DE 16 SÍLABAS.-