Anastasio Jaguar

Anastasio Jaguar

Breve Biografía de ANASTASIO MÁRTIR AQUINO (1792-1833):

Único Prócer salvadoreño verdadero en siglo XIX. Nativo de Santiago Nonualco, La Paz. De raza nonualca pura. Se levantó en armas contra Estado salvadoreño mal gobernado por criollos y algunos serviles ladinos, descendientes, éstos, de aquéllos con mujeres mestizas de criollo o chapetón y amerindia; pues esclavitud inclemente contra: indígenas, negros, zambos y mulatos, era insoportable para el Prócer Aquino. Fue asesinado por el Estado salvadoreño en julio de 1833, —después calumniado hasta lo indecible, tratando de minusvalorar sus hazañas; así como hoy calumnian a Don Hugo Rafael Chávez Frías y, ayer, al aún vivo: Doctor Don Fidel Castro Ruz.

En honor a tan egregio ANASTASIO AQUINO, este blog se llama:

“A N A S T A S I O A Q U Í S Í”

viernes, 16 de marzo de 2012

MONÓLOGO CONSAN ROMERO




          MONÓLOGO CON
SAN ROMERO DE AMÉRICA
               Por Anastasio Aquisí
    Gemelo de ANASTASIO AQUINO

 El próximo veinticuatro/ de este marzo en dos mil doce
se va/ a conmemorar/ cuanto el mundo ya conoce:
el trigésimo segundo/ año de la martirial
muerte de epónimo* obispo: Óscar Arnulfo Romero,
quien fuera martirizado/ por el “mayor arenero”
de apellido “Dabuisón”:/ ¡lombrosiano criminal!

No pudiendo yo entablar/ diálogo con ese Santo
por tantas razones obvias/ que llevan al desencanto,
preferí versificar/ monólogo sobre Historia
de tan falsa democracia/ en Pulgarcito de América
quien por injusta desgracia/ vive en etapa quimérica
iniciada ha cinco siglos/ por aquella hispana escoria.
                     @  @  @  @  @  

En verdad, tú, Monseñor,/ fuiste Prócer principal
de mi patria, El Salvador,/ en siglo veinte anormal;
pues tu sufrida nación ─vista con lupa en el mapa─
necesitaba de ti/ con urgencia en agonía,
 y tú, con tan regio porte,/ condenabas la sangría
que aquel infernal sujeto,/ lombrosiano1 de vil capa,

sabueso de tal jauría/ y al mismo tiempo mayor
guanacoide2 criminal,/ causante de gran terror
en toda esta patria mía/ agotada por cruel chusma
remanente de  los criollos/ de aquel siglo diecinueve,
te insultaba sin cesar./ Da dolor y nos conmueve,
pues esos viejos escollos/ se esconden aún en bruma.

Te admiramos, Arzobispo/ y también te agradecemos
no porque fuiste un obispo/ católico; pues no vemos
en tus colegas presentes/ ni tampoco en los pasados,
a hombres que a Jesucristo/ imiten en dos por ciento;
porque ellos están ausentes/ de aquel espiritual viento;
pues desde el papa, hombre bizco,/ sólo interesan mercados.

Mercados espirituales/ impuestos con terrorismos
o miedos a fatuo infierno;/ así como oportunismos
a sillas del paraíso/ sin haber hecho los méritos
ni en verano ni en invierno/ para merecer tal gracia
mitológica  a la vez./ Católicos en desgracia
pretenden que ignoto juez/ les nombren seres eméritos.

Lo mismo está sucediendo/ con cristianos protestantes,
quienes vienen ascendiendo/ desde Juan Huss3 mucho/ antes
de Lutero, el alemán,/ de Enrique octavo, el inglés,
hasta llegar a vil Era/ del pastorzuelo  Beltrán4
quien pretende retornar/ con verborrea de imán
a la tabernaculera/ biblia de texto al revés.

Es cierto, Profeta Insigne,/ que al final de años setenta
del siglo veinte aberrante/ ─vísperas de guerra cruenta5 ──
tus colegas, nunca insignes,/ se portaron cuales pérfidos;
asimismo “san” Juan Pablo/ segundo del Vaticano
fue mucho más repugnante/ cuando te negó la mano,
dejándote en un establo/ a merced de los ejércitos

de cristianos aullantes/ contrarios a tu doctrina,
quienes con furia salvaje/ creían que una letrina
de la historia era tu fin;/ porque franco fusilero
traído de otro confín/ te daría “Chicharrón”6
con un certero balazo/ en tu propio corazón.
La prensa de los canallas/ mancillaría tu fuero.

Después de Anastasio Aquino7/en el año treinta y tres
del siglo décimo nono8   /y primer Prócer, también,
en El Salvador mezquino,/ ─botín de criollada insana─,
nacieron otros valientes/ luchando contra ladrones
de Realengos9 y de Ejidos/ robados por los cabrones
bisnietos de aquella gente/ firmante de la malsana

acta/ independentista/ en Ciudad de Guatemala.
Nombres de aquellos Pretéritos/ sería lista de gala
en tan cívicos altares/ y en Historia no oficial.
Con nuestra altiva insistencia/ buscaremos tales nombres
de tantos ignotos Próceres:/ hembras y valientes hombres.
En cualesquiera lugares/ buscar es nuestro ideal.

En primer tercio del veinte/ ─un siglo después de Aquino─
nuevo oleaje de Patriotas/ de repente se nos vino:
fue cuando miles de ilotas10 / ex propietarios de Ejidos
quisieron recuperar/ sus tierras muy ancestrales,
con rudimentarias armas;/ y con razones cabales.
Metralletas de Martínez11 / acalló aquellos quejidos.

Fueron más de treinta mil/ cadáveres sepultados:
pocos en fosas comunes/ el resto, por todos lados:
barrigas de zopilotes/ y de perros callejeros.
Tales criollos canallescos/ con nuevo dios: Tío Sam,
lanzó petardos alados,/ brindó con rubio champán.
Celebró tantas masacres/ como perfectos cristeros.

Este/ otro viacrucis/ del pueblo salvadoreño
arrojó nueva camada/ de Próceres con ensueño
quienes dando nuevas luces/ vertieron sus sangres puras.
Las mayorías están/ aún en anonimato.
La tiranía de moda/ o llamada “martinato”12,
ignoró en forma legal/ tantas fosas-sepulturas.

Sólo nos quedan recuerdos/ de Don Feliciano/ Ama:
aquel cacique izalqueño/ quien colgado en una rama
con sus piecitos descalzos/ y vestimenta de manta
colgaba ya/ ahorcado/ desde árbol de ceiba indígena
para escarmentar al Pueblo/ con macabra y alienígena
figura de aquel cacique:/ otro Prócer que aún espanta

a criollitos puñeteros/ que ahora están más mezclados
con idiotas extranjeros/ venidos de todos lados.
También Don Francisco Sánchez,/ Alfonso Luna, y Zapata,
son trío de Paladines/ ignorados por historias
que tantos “canarios tísicos”13 / no incluyeron en memorias
para hartarse con maicillo/ o mendigar sucia plata.            
 
Tan falsos historiadores/ escribían y/ escriben
párrafos llenos de horrores/ que aquellos ases del crimen
ordenaban escribir/ para ocultar mil desmanes
que castas militarzuelas,/ drogadas con regalías
eran prestas a matar/ por bastardas  canonjías,
al masón, y al comunista:/ detractores de rufianes.

Otro excelso Paladín/ ─después de nuestro Anastasio─
fue el Señor Don Agustín/ Farabundo Martí, reacio
a continuar enyugado/ a tan criolla esclavitud.
Su padre, hombre adinerado,/ pagaba colegios caros;
dándole lujos y fiestas/ le encendía falsos faros,
que ayer, ahora y mañana/ deslumbran a juventud.

Don Agustín Farabundo/ fue pasado por las armas
cochinas de/ este mundo./ Murió cual mueren las almas
valientes y no mezquinas/ junto con Zapata y Luna.
Febrero del treinta y tres/ está marcado en su lápida.
Pero mentes adivinas/ no pronosticaron rápida
resurrección de Martí/ desde antier, en propia cuna.

Durante aquel martinato/ tan largo, ¡de trece/ años!
seguido de cuartelazos/ más lustros14 con desengaños
hasta llegar a octubre/ del año setenta y nueve,
hubo Próceres y Mártires/ tachados de malhechores:
Francisco Chávez Galeano/ entre tantos luchadores,
en historieta oficial/ era Doctor de la plebe.

Después de ti, Monseñor/ Óscar Arnulfo Romero,
emergieron otros Próceres/ que no puedo aunque yo quiero
mencionártelos a todos:/ Álvarez Córdova, Enrique
puede ser Digno Rector/ de esas pléyades inmensas
que Jesuitas de la UCA15 en aquellas horas tensas
rubricaron con su sangre/ y con su gallarda sique.

Me despido, San Romero/ de América. Tu valiente
odisea en esta Tierra/ nos da/ ejemplo creciente
de ser nos, primeros siempre/ en salir a la palestra
para evitar toda guerra;/ pues toda guerra es injusta.
Codicia de tanto pícaro/ sabemos que te disgusta;
pues cuando ésta se comienza/ el hombre se vuelve bestia.

Además, hoy te reitero:/ no te admiro por católico;
pues sionistas y cristeros/ miran en dios melancólico
a un sujeto, por entero,/ metido con mercaderes
quienes tributan el diezmo/ para aumentar sus codicias.
Éstas van aparejadas/ con canallas avaricias.
Te admiro como a Guevara:/ ¡nuevo dios de muchos seres!

Abraham Lincoln, Luther King/ no eran devotos romanos;
Mao, Ho Chi Ming, Mahatma,/ nunca fueron vaticanos,
ni de mil sectas cristeras./ Fidel Castro es fiel ateo,
según no “sagrada” biblia,/ por no doblar sus rodillas
para besar el anillo/ de prelados pesadillas,
quienes en forma abusiva/ pretenden hacer cateo

de intimidades anímicas/ en nombre de un Jesucristo.
Joven éste ilusionado/ cuando pensaba que el “pisto”16
podría ser derrotado/ al ofrecer vida eterna
a etnias aún no hermanas/ vecinas de los sionistas
y llegar a redimir/ a herejes y a comunistas;
pero esa filosofía/ aún ronca en la caverna.

*EPÓNIMO = Quien da renombre  a un país, como Darío a Nicaragua, Fidel Castro a Cuba y Mahatma Gandhi a la India; 1—LOMBROSIANO = Trípode de Lombroso: atavismo, morbo, epilepsia; 2—GUANACOIDE = Despectivo de la ya despreciable palabra Guanaco, palabreja aplicada al salvadoreño estúpido; 3—JUAN HUSS = Teólogo católico de Praga, asesinado en la hoguera –1415--, 100 años antes de aparecer Martín Lutero en Alemania; 4—PASTORZUELO BELTRÁN = Impostor religioso salvadoreño quien, explotando ignorancias morbosas de carácter sexual en muchos salvadoreños guanacos pertenecientes a clases económicas medias, hace interpretaciones bíblicas soeces, hasta llegar a arrancar carcajadas libidinosas a su recua de asnos y asnas: 5—GUERRA CRUENTA = Guerra civil salvadoreña (1972-92);  6—CHICHIARRÓN = Dar muerte; 7—ANASTASIO AQUINO = Único o auténtico Prócer Salvadoreño  durante todo el siglo IX;  8—SIGLO DÉCIMO NONO = siglo XIX, 19 ó diecinueve;  9—REALENGOS Y EJIDOS = Extensas tierras nacionales y municipales robadas por los criollos a partir de 1879-82 hasta el presente; 10—ILOTAS = esclavos; 11—MARTÍNEZ = Maximiliano Hernández Martínez = la cabeza más visible --- 1932-44--- de la tiranía oligárquica-burguesa dominante todavía en El Salvador ; 12—MARTINATO = Período cuando desgobernó Maximiliano Hernández Martínez; 13—CANARIOS TÍSICOS = Leer poema “Patria Exacta” del poeta salvadoreño Oswaldo Escobar Velado; 14—LUSTRO = Cinco años; 15—UCA = Universidad Católica Centro América; 16—PISTO = Dinero en El Salvador.-
  
                                          16 de marzo en 2012.-


lunes, 12 de marzo de 2012

H E R E J Í A S, 34ª ENTREGA


H  E  R  E  R  E  J  Í  A  S
  Por Ramón F Chávez Cañas
   Trigésima cuarta entrega


CCXXVIII
Un tal don José María/ Escrivá de Balaguer
allá por año veintiocho/ del difunto siglo veinte
funda una congregación/ para cristero demente,
cuyo nombre es “Opus Dei”/ con ideas de ofender

al Inmenso Universal,/ Omnipotente por ser
Dios o dios de Matemáticas,/ de lo frío y lo caliente;
Dios o dios sin una imagen/ ni de animal ni de gente.
Dios o dios siempre sentido/ por su incalculable Ser.

Fue en tiempos de Pío XI, quien firmara aquel tratado
con gobernante italiano,/ o Tratado de Letrán—;
y de Primo de Rivera,/ otro español desalmado,

pues el tal José María/ era español medieval
enamorado hasta orgasmos/ del Franco, mal endiosado,
de Mussolini y de Hitler,/ ambos, Atila del mal.

CCXXIX
Opus Dei de Balaguer/ fue creado por decadencia
del Ignacio de Loyola,/ aquel sujeto creador
de una cierta compañía/ muy buena en El Salvador:
Compañía de Jesús/ o Jesuitas con decencia

desde Vaticano Dos/ de aquel Papa con clemencia
o Papa Juan Veintitrés,/ quien quiso ser salvador
de la debacle inminente/ de aquel católico dios.
Desde entonces los Jesuitas/ son filósofos de Ciencia.

Pero Chema Balaguer/ con cacareado Opus Dei
continuó sobre caminos/ de oscurantismo cristiano,
volviendo a especular/ cuando Franco destrozó

resistencia tan tenaz/ de la España del ayer
o del pueblo intelectual,/ pueblo muy republicano
quien salió hacia el extranjero/ donde su Saber donó.

CCXXX
Opus Dei está inmiscuido/ en escándalo bancario
de aquel banco vaticano/ mal llamado el Ambrosiano.
Por esa misma razón/ último papa italiano
llamado Albino Luciani/ fue llevado hasta calvario

 al ser éste envenenado/ con un digital falsario;
—medicamento precioso/ en manos del cirujano
o del médico cardiólogo/ cuando lo emplea con sano
criterio de compensar/ a un corazón estepario.

En el “Código da Vinci”,/ un libro jamás histórico,
se denigra al Opus Dei/ con razón exagerada
rayana en aquel lenguaje,/ aquel lenguaje retórico.

Debemos ser respetuosos/ de la Historia equilibrada.
No nos dejemos llevar/ por ningún escrito teórico.
Deberemos manejar/ nuestra idea despejada.

CCXXXI
Todos los santos y santas/ de la iglesia vaticana
aguardan hasta seiscientos/ años de paciente espera
hasta alcanzar los portones/ de aquella gloria en 
                                                                          quimera
y muchos santos no llegan/ ni siquiera a la ventana.

A San Romero de América/ le aplican esa macana  
para evitarle acceder/ a tan codiciada Era
manejada hoy tras telones/ por Opus Dei, cruda fiera.
Óscar Arnulfo Romero:/ ¡con Opus Dei no hay mañana!;

Pero aquel nazi-fascista:/ el Balaguer, vil creativo,
en menos de dos decenios/ fue llevado a los altares
por primer papa polaco, —as por tan vil propaganda—.

Este Chema Balaguer,/ cura cobarde y altivo,
hoy es “san” José María/ clamado en muchos lugares
de tanta extrema derecha/ cristera con mente panda.

CCXXXII
Tal palabra del Jehová/ en antiguo testamento
se dice ser verbo eterno/ hasta final de finales;
se dice ser “non plus ultra”/ al menos en los panales
de los judeocristianos,/ de esta humanidad, tormento.

Y la gente occidental/ codiciando el firmamento
quiere ganar ese cielo/ sin renunciar a los males
que su codicia le ordena;/ presto sacando puñales
para defender lo hurtado/ cual un perfecto violento.

También por miedo al infierno/ tantos cristeros impíos
con dolor de su bolsillo/ dan limosna al pordiosero.
Y lo hacen con arrogancia/ o soberbia manifiesta.

Con tan viles mascaradas/ ellos se vuelven más pillos
al tratar de avergonzar/ al ilota limosnero
abundante a millonadas/ en nuestra pobre floresta.

CCXXXIII
Palabras de Jëhová/ quizá nunca han sido eternas,
pues mismos judeocristianos/ durante veinte centurias
alteran viejos papiros/ y justifican espurias
conductas contra Natura, nuestra Madre/ y de  
                                                                            tiernas

criaturas de otros planetas/ y galaxias sempiternas.
Ellos, neoliberales,/ dominados por lujurias
en el mundo occidental/ llegando hasta las injurias
morirán ambicionando,/ viviendo en negras cavernas.

Si tantos siervos del dios/ adorado en Sinaí
tuviesen mucha paciencia/ para escudriñar las biblias
que mil ochocientas sectas/ adulteran cada día

para seguir estafando/ desde Roma a Chiriquí
a tanto menso cristero,/ vergüenza de las familias
honestas de este planeta/ con existencia sombría.

CCXXXIV
Si alguna indeterminada/ secta cristera te invita
a escudriñar, para ellos,/ tan zánganas escrituras,
muy pronto comprobarás/ que en esas burdas lecturas
de tres mil sectas o más,/ tal lectura nunca imita

a escrito greco-romano/ original, según cita
la versión Reyna-Valera/ y otros doctos de amarguras
que aún pretenden en vano/ meter en tantas oscuras
catacumbas de temores/ a nuestra mente finita.

Al hojear tales mil biblias/ decoradas hasta en oro
—de acuerdo a capacidades/ de vaticanos y gringos—,
encontraremos mismísimas/ incongruencias y respingos

del monoteísta libro/ sanguinario, sin decoro
embaucador del avaro/ con mente de hablantín loro
y no de aquellos norteños/ hombres llamados vikingos.

CCXXXV
Tales mil o cuatro mil/ sectas cristeras o más
confundiéndose en sus libros/ se hacen torre de Babel:
uno cita cien versículos,/ otro no puede saber
de qué les hablan o habla,/ volviéndose contumaz

de tanta vil jerigonza/ que al cuerdo hace vomitar.
El cuerdo nunca ambiciona/ inmerecido poder
ni en la Tierra ni en el cielo,/ ¡cuerdo no puede joder!
a su prójimo de al frente,/ ni a quien está más allá.

Por ello las religiones,/ al menos en Occidente,
son una serie o ensartas/ para dominar a gente
pobre o rica, nada importa,/ pero siempre es dominada

 por el astuto pastor/ quien con sencilla jornada,
desde al más rudo ladrón/ hasta al pobre más demente,
 mete mano en los bolsillos/ de gran masa hipnotizada.
C O N T I N U  A R Á