Anastasio Jaguar

Anastasio Jaguar

Breve Biografía de ANASTASIO MÁRTIR AQUINO (1792-1833):

Único Prócer salvadoreño verdadero en siglo XIX. Nativo de Santiago Nonualco, La Paz. De raza nonualca pura. Se levantó en armas contra Estado salvadoreño mal gobernado por criollos y algunos serviles ladinos, descendientes, éstos, de aquéllos con mujeres mestizas de criollo o chapetón y amerindia; pues esclavitud inclemente contra: indígenas, negros, zambos y mulatos, era insoportable para el Prócer Aquino. Fue asesinado por el Estado salvadoreño en julio de 1833, —después calumniado hasta lo indecible, tratando de minusvalorar sus hazañas; así como hoy calumnian a Don Hugo Rafael Chávez Frías y, ayer, al aún vivo: Doctor Don Fidel Castro Ruz.

En honor a tan egregio ANASTASIO AQUINO, este blog se llama:

“A N A S T A S I O A Q U Í S Í”

jueves, 22 de noviembre de 2012

GUERRILLERA JAGUAR, penúltima entrega



                  NOVELA
LA GUERRILLERA JAGUAR
          Por Ramón F Chávez Cañas

Fin del Capítulo VIII


Don Próspero regresó a El Salvador. Era 20 de febrero en 1995. Se dirigió de inmediato al cantón Santa Rosa quezalteca, en busca de su hija Esperancita. La encontró amamantando a su enésimo hijo; la encontró: escuálida, pálida, mal peinada, vistiendo ropas usadas de las importadas desde USA2  por países del 4to mundo; y con calzado informal de materiales plásticos, más bien conocidas con genérico nombre de “yinas”. La habitación: techos rústicos de madera rolliza y tejas de barro cocido, sin ningún cielo falso; paredes: de bahareque también rustico (sin repellos, pudiéndose ver la argamasa de lodo con diminutos fragmentos de tejos incrustados en burda red de varas de castilla); pisos: ladrillos rústicos de barro mal cocido; muebles: primitivos taburetes y banquetas elaborados con maderas de pino del más barato; asimismo puertas; camas: tijeras de lona y pitas de henequén o correas de cuero crudo con petates de tulle cuales colchones, más hamaca manufacturadas con pitas de yute al centro de única sala-dormitorio-comedor y cocina. Acre olor o tufo a orines fermentados infantiles reinaba en pequeña habitación-hogar. El padre de familia al traspasar umbral sin articular media palabra, se abalanzó para abrazar a su querida hija. Por poco estrangula al recién nacido niño o niña lactante. Esperancita, por esa inesperada o súbita aparición se desmayó; habiendo sido menester acudir de inmediato al vecindario y al curandero cantonal para frotarla con hojas de ruda y de siete  espíritus, tratando de sacarla del fulminante marasmo. Pasaron 10mins. Recobrada la conciencia, ella prorrumpió en llanto destemplado hereditario.  Con voz entrecortada dijo:
        — ¡Padre mío! ¿Estaré soñando?—Volviendo a desmayarse.
        
 Prosiguió frotación con ruda, hierba buena, albahaca y otros menjunjes innecesarios de mencionar. Con presencia del brujo más tres secuaces, iniciaron rezo del “padrenuestro al revés”, oración del “ánima sola”, la “magnífica”, más otros exorcismos propios del ignorante en historia de las religiones. Esperancita revivió por segunda vez, habló así:
— ¡Padre mío!... ¡Abráceme! ¡Quiero salir de este maravilloso sueño! ¿Es Usted, verdad? ¡Pellízqueme, pellízqueme, pellízqueme! Usted no está muerto, ¿verdad? ¡Respóndame, respóndame!—, destapándose en llanto, pero ya no hubo más desmayos.

El compañero de vida de Esperancita no se dio cuenta de este episodio porque estaba trabajando en turno diurno de CORINCA, donde su empleo era de peón metalúrgico; tampoco los hijitos mayores de esa unión informal, pues se encontraban en escuela primaria pública. Calmados los ánimos de Esperancita por medio del té de hojas cítricas, manzanilla con otros vegetales, escuchó a su padre quien se expresó de esta manera:

—Hija mía: he resucitado casi de la nada. He venido para rescatarte de la extrema pobreza en la cual vives por culpa de mi extrema torpeza. Tu hermana Lupita está muy bien allá en ciudad de México y Prosperito no puede estar mejor allá en ciudad La Habana; sólo tú, aquí en El Salvador estás en vil desgracia. Tu madre en Calcuta vive existencia seráfica.

El reformado antiguo mujeriego, corregido desde domingo de ramos en 1982, suplicó a vecinos y curiosos, después de agradecerles al alma, se alejaran de la vivienda pues quería platicar a solas con su hija. Así se hizo. Ya a solas, controversial padre explicó a también controversial hija, pormenores de sus vicisitudes, más el objetivo primordial de su visita. A este punto fueron llegando los pequeños nietos. Varias horas más tarde llegó el ex marero y ex drogadicto compañero de vida de tan desmejorada Esperancita. Al estar reunidos ambos cónyuges alrededor del magnánimo padre, éste les habló:
—Hijos queridos: les agradezco tantas misas, más rezos de cabo de año que Ustedes, otros familiares y amigos, como mi compadre Baltasar Calero, han estado haciendo todos estos años recién pasados por el descanso de mi pequeña alma; agradezco el buen recuerdo guardado por Ustedes hacia mi humilde persona dada por muerta; también el que hayan infundido en sus mayorcitos hijos un recuerdo venerante para con este su abuelo. Por fortuna, prosiguió Próspero con palabras atragantadas a nivel de cuerdas bucales y con lágrimas que él trataba dominar—, Divina Providencia siempre ha estado conmigo, también con Ustedes, por eso ahora estamos frente a frente para encontrar paz eterna aquí en la Tierra y no en el más allá por nadie conocido.

Aquel ex esclavo de porquerizas vietnamitas continuó narrándoles todas las peripecias vividas por él desde aquel lejano domingo de ramos en 1982: fecha cuando misma Divina Providencia lo confrontó contra Señorita María de las Mercedes Serrano Delgado o Comandante Úrsula o Guerrillera Jaguar; de sus ocho días de cautiverio en Campamento El Roblar allá en Volcán Guazapa; de su estadía durante ocho semanas en hospital psiquiátrico Santa Sofía del Doctor Mario Rauda en San Salvador; de su viaje y permanencia durante varios años en EUA y de calamidades pasadas como peón de amarillos vietnamitas exiliados, dedicados a crianza de marranos de raza para destace; de su encuentro con el tecoluquense don Julián Urquilla y con otro centenar de exiliados salvadoreños huyendo de fatídicos escuadrones de muerte al servicio de oligarquía terrateniente y ladrona; de su regreso en 1987 e incorporación a lucha armada guerrillera: primero en volcán de San Salvador y, al final, en volcán Guazapa bajo órdenes de señorita Comandante ya mencionada. Les habló, además, de sus heridas en combate; de su evacuación por el CICR hasta ciudad San Salvador y después hasta La Habana; les narró maravillas hechas en su humanidad por eminentes y humanizados médicos cubanos, más otras linduras vistas, vividas, con esa humilde pero diligente gente; les relató la enfermedad y muerte del tío Agapito; de sus viajes a México y a Calcuta en búsqueda de su esposa.  En fin, se retrató de cuerpo entero, al final les dijo:
—Prepárense muchachos, porque ahora mismo partiremos en busca del doctor Álvaro Marinero, pues vuestra hermana, odontóloga Lupita, desea que él sea el notario contratado para poner en orden legal las pertenencias dejadas por mí cuando partí de aquel infierno. Casas en: San Salvador, Santa Tecla y Quezaltepeque; también mínimas 2 finquitas de esta última jurisdicción, valen en conjunto algunos millones de colones; pero la preocupación más grande que me agobia es el futuro inmediato, a mediano y largo plazo de ustedes y de su numerosa prole, porque no es dejándoles miles o millones en dinero como ustedes podrían superar esta crisis galopante y creciente vivida por nuestro país. Dinero mal manejado o mal invertido, muy pronto colapsa. Eso es lo no querido por su padre para ustedes. He pensado, —continuó diciéndoles don “Fosforón II” con emoción desbordando su cavidad torácica—, vender todas esas propiedades. Con el producto de tales ventas constituir fideicomiso o sucesión manejada por algún banco. De intereses devengados, comprarles residencia de clase media en barrio o colonia menos peligrosa de San Salvador o de Santa Tecla; además, establecerles pequeño negocio montado en una de esas 2 ciudades mencionadas; también sufragarles educación de los niños para mientras ustedes puedan desarrollar regular clientela. Por vuestros hermanitos Lupita y Prosperito poco o casi nada me preocupo. En cuanto a Esperanza, tu madre, Esperancita: ya estoy resignado por haberla perdido, pues ese camino seguiré yo después de dejar arreglada a satisfacción vuestra precaria situación socioeconómica. Parte de intereses de capital se irán acumulando para aumentar fondos; otra cantidad, para poder yo sobrevivir en caso de imprevisto obstáculo en mis futuros planes de bien. En fin, —terminó diciendo el ex comerciante de relojes “chacaleles” y joyas de oropel— el Doctor Álvaro Marinero nos sabrá orientar en cuanto a negocios de bienes raíces míos y en cuanto a constitución de la sociedad mencionada.

El ex aventurero fornicador había llegado en automóvil de modelo reciente pero no lujoso. Dicho automotor lo había tomado en arrendamiento en una de tantas agencias al respecto; en ese mismo automóvil, a 03:00pm, partieron hasta ciudad capital en búsqueda del notario. Antes de hacerse presentes al bufete del profesional, en algunas tiendas del complejo comercial Metro-centro, el padre les compró ropa y calzados adecuados para mejor presentación frente al notario. De inmediato, secretaria recepcionista del letrado, en nombre de señorita doctora Lupita Galán Guerrero, les anunció con el togado. Al instante el doctor Álvaro Marinero suspendió audiencia con un tercero, haciéndoles pasar a sala interior más privada. Ofreció a recién llegados algo fuerte de beber: whisky, vodka, coñac, ron o tequila; pero, ellos sólo aceptaron un vaso de agua fresca para cada uno. Luego, el anfitrión se excusó para terminar consulta del tercero. Al cabo de 10mins estaba de nuevo con ellos.
        ─¿Para qué puedo ser bueno?─. Fueron primeras palabras del notario.
        —Para muchas cosas buenas—, replicó don Próspero con leve arrogancia residual de tiempos materialistas de su anterior licenciosa vida. Continuó—: en primer lugar venimos, aunque después de mucho tiempo, a agradecerle a Usted, a su esposa y a su hijita Isabelita, las inimitables muestras de solidaridad humana dadas por ustedes a mi pequeña Lupita y, por recomendaciones expresas de ella, también venimos para poner en sus profesionales y honradas manos, el destino de los pocos bienes salvados de la catástrofe provocada por quien habla, la cual Usted conoce casi a perfección.

Hablaron en serio. Al término de  tres días estaban firmando escritura notarial para crear el fideicomiso Galán-Guerrero; nombrando como fiduciario a prestigioso banco nacional del cual tal notario Álvaro Marinero hijo, era uno de principales asesores-accionistas y apoderado. Pusieron en venta varios inmuebles urbanos y rústicos ya descritos, logrando reunir moderada suma de ¢19,580.625.003 (más o menos U$S 8,000.000ºº); mas, letrado notario tantas veces citado, hizo contactos con 4 ó 6 colegas salvadoreños y guatemaltecos, quienes habían dado fe notarial de todos los bienes raíces dejados por don José María Guerrero Martínez o don Chema padre, logrando descubrir existencia de algunos bienes inmuebles que el difunto Guerrero Martínez  había dejado en herencia a favor de doña Esperanza, su postrer hija, los cuales no habían sido reclamados, siendo usufructuados en forma ilegal, allá en Guatemala, por hijos de don Manuel de Jesús Guerrero Flores, —militar salvadoreño asesinado simulando fatal accidente de tránsito en acantilados del municipio La Palma, Chalatenango, de cuya autoría intelectual siempre se ha señalado al famoso criminal “Chele Medardo”, (perdonen lo repetitivo)—. Con pruebas en mano, Galán Burgos y Álvaro Marinero hijo marcharon al vecino país a fin de entrevistarse con sobrinos de doña Esperanza, quienes no negaron posesión ilegal de bienes inmuebles guatemaltecos, urbanos y rústicos, de su “querida” tía; pero, como la ley obligaba presencia personal de la interesada o, en su defecto, presentación de Poder Notarial autenticado por  consulado guatemalteco en aquella lejanísima nación. Con pólvora mojada volvieron a El Salvador; no obstante, traían enorme alegría de no haberse confrontado con parientes usurpadores.
       
El hijo del “busero” patán y de “chilatera”, acompañado del notario Marinero hijo volvió a recorrer misma travesía aérea recorrida en el pasado inmediato con su hija mayor: doctora en endodoncia; volvió a abordar mismo vuelo interno desde Nueva Delhi hasta Calcuta; volvió a hospedarse, con notario, en casa del mismo cónsul cubano. Esta vez, el diplomático cubano con su esposa, Marinero hijo y Galán Burgos, se presentaron al mismo monasterio católico de vez pasada. Fueron recibidos por  mismas personalidades femeninas religiosas anteriores; sin embargo, enfrentaron la misma dificultad al no encontrar a legítima señora de Galán Burgos. En seguida dispusieron partir hasta el suburbio suburbano paupérrimo donde ella estaba destacada. Así lo hicieron. 02hrs más tarde estaban activando aldabón-timbre similar al del monasterio rector. Singular morena religiosa salvadoreña se presentó después de  prudencial espera. Saludó con abrazos y besos parcos a su legítimo terrenal esposo. Con reverencia de testa, más áreas palmares abiertas, saludó al resto. Le explicaron al detalle todos los pasos dados por esposo, tanto en medios como en fines; lo mismo futuros procedimientos programados al respecto. En este punto, notario Álvaro Marinero hijo le habló de esta manera:
        —Reverenda Sor Esperanza: estoy enterado de todo el mal lejano pasado y de todo el prometedor presente con el consecuente buen futuro de vuestra familia; no obstante: como vuestra decisión de continuar en vida religiosa de esta congregación parece inflexible, nosotros venimos a suplicaros un gran favor en pro de vuestros hijos. Suplicamos nos deis Poder General Notarial a nombre de vuestro esposo, a fin de recuperar cuantiosa herencia terrenal dejada a vos por vuestro nunca bien llorado padre. Propiedades ubicadas en república de Guatemala. Lo mejor, legal y moral, sería vuestra presencia personal en tribunales civiles guatemaltecos; mas, como eso parece algo imposible, nos conformaremos regresar sólo con el Poder firmado.
       
Guapa sor Esperanza accedió sin alguna objeción. Comitiva del viudo virtual partió de inmediato en procura de firma y sello del cónsul chapín en Nueva Delhi. Llegaron en tres ocasiones durante cuatro días, encontrando el consulado siempre cerrado. Indagaron al respecto con vecindario inmediato. Recibieron esperada decepcionante respuesta:
        —Esa casa de ladrones y asesinos cristianos centroamericanos, todo el tiempo está cerrada. Una o dos veces al mes, por lo general en las noches, se miran luces encendidas escuchándose voces ebrias y bohemias escandalosas; mas, cuando nosotros llamamos a la policía, todo el tiempo obtenemos la misma respuesta: “Esa residencia es inviolable por gozar de extraterritorialidad. Nosotros no podemos hacer nada al respecto”. Hemos acudido al Ministerio de Relaciones Exteriores Hindú sin haber sido escuchados.
       
Después de larga semana de infructuosa espera por firma y sello del cónsul chapín, regresaron hasta Calcuta de doña Esperanza para narrarle lo acontecido. Ésta, con semblante cambiado hacia nueva alegría, les dijo:
        —Se ve bien claro. Nuestro Señor ordena mi regreso definitivo a El Salvador para reconstruir nuestro sagrado hogar. Se ve más claras las palabras de nuestro Señor puestas en garganta de Madre Teresa de Calcuta. Nuestra superiora dijo: “Si la hermana Esperanza de la Paz Guerrero Flores de Galán Burgos desea regresar a sus sagradas obligaciones hogareñas impuestas por el matrimonio católico, apostólico y romano, allá en tierras de mayas-pipiles, esta congregación no tiene alguna objeción; pues santo sacramento de unión sexual no desaparece cuando ambos cónyuges están vivos".
       
Algarabía fanfarrona de inmediato invadió a todos los circunstantes. Aplausos y gritos jubilosos formaron pequeño escándalo en aquella pequeña sala de recepción, acudiendo sexteto de otras religiosas mandadas a investigar al respecto. Éstas, al enterarse de lo ocurrido, batiendo palmas se unieron a inesperada gritería. La por segunda vez nueva señora, más radiante de felicidad pidió permiso para retirarse por unos cuantos minutos. Aquellos concurrentes accedieron. Abrió puerta interior comunicante con espaciosos patios y bien cuidados jardines; atravesó patios y jardines para acceder a profundo traspatio donde estaba claustro de la comunidad religiosa femenina; con su llave personal abrió y cerró la puerta de su celda; 45mins más tarde salió de la celda, salió vistiendo ropa seglar indescriptible, portando en sus manos sendas valijas de fibras sintéticas. ¡Era beldad muy similar a la observada en aquel parque Morán quezalteco y empatando con la cubana joven Señora Doña Haydee Santamaría de Hart! Hábito o vestido religioso aún debe estar triste añorando a Venus no guanaca; —pues guanacos son personas tímidas y esclavizadas por ignorancia en temas teosóficos e históricos milenarios—. Con pasos seguros, más caderas columpiándose similares a “Flor de la Canela” de peruana Chabuca Granda, o a la actriz Julia Andrew en “Novicia Rebelde”, —al salir Julia del convento para servir de tutora a menores hijos de un militar austriaco—,  esbelta morenaza retornó a sala de recepción. Espera estaba desesperando al feliz esposo y compañía. Todos, al tenerla presente transformada en totalidad, antes de volver a aplaudir frenéticos, suspiraron boquiabiertos y babeantes con pensamientos hasta ahora inimaginables.
       
Dichosa pareja abordó vuelo más inmediato sólo acompañada por el notario Marinero hijo. Éste, en aeropuerto Honolulu se despidió y tomo otro avión, permitiendo al par de tórtolos iniciar segunda luna de miel. Así fue hecho. En isla Tahití se terminó ese otro inenarrable viaje. Una semana más tarde llegaron a ciudad de Guatemala para hacer  transferencias legales pertinentes. Hechas tales diligencias, de inmediato pusieron en venta esos bienes raíces guatemaltecos. Con ahorros bancarios retirados en agencia guatemalteca del banco gringo (EUA), fondos del fideicomiso se cuadruplicaron para volverse multimillonarios. Compraron para Esperancita y prole, residencia no lujosa, pero amplia de seis dormitorios con baños completos cada uno, dos inmensas salas sociales principales, dos salitas de estar, cuarto biblioteca de tamaño adecuado para estudio, garaje techado para tres automóviles, más jardines en patio y traspatio. Todo construido sobre 1500V2 en área casi exclusiva de Ciudad Merliot, jurisdicción municipal de Santa Tecla o de Antiguo Cuscatlán. Entregaron, además, sustancial prima o enganche para  adquisición a plazos de amplio local comercial situado sobre una de pocas anchas calles de esa nueva colonia-ciudad. Padres de familia Galán-Guerrero, ya convertidos en jóvenes abuelos, instruyeron a su hija y al ya legal esposo de ella, en arte de negociar: joyería fina, oropel de calidad, relojes suizos y japoneses; telas, perfumería, juguetes, etcétera. Con estos negocios bien administrados, —repetían aquellos Galán-Guerrero—, ganarán lo suficiente y sobrará sin tener necesidad de subvenciones paternales. Dicho negocio todavía es reciente, pero parece floreciente.
       
Rehabilitado matrimonio decidió repartir utilidades del fideicomiso de la manera siguiente: 25% para acrecentar cada mes patrimonio fiduciario; 25% para  manutención de la pareja reconciliada y de dos hijos solteros; 25% como donativo mensual al Hospital Ortopédico de La Habana y a Facultad de Medicina de Universidad de La Habana donde el joven Prosperito cursaba aún la carrera buscando doctorado, haciendo uso de  beca otorgada por Doctor Fidel Castro Ruz, máximo dirigente de Gloriosa Revolución Cubana. Fidel otorgó tal beca completa en premio al expediente guerrillero y académico del singular y heroico muchacho; último 25% decidieron asignarlo a obras salesianas a las cuales ellos fueran destinados por congregación del italiano sacerdote Manzana.
       
De aproximados ¢80,000.000ºº iniciales (U$S 16,000.000ºº al cambio de ¢5ºº x $1ºº, cambio oficial de entonces). Devengando 1% mensual, ganaban ¢800.000ºº cada mes. ¢200.000ºº eran destinados a cada rubro. Llegaron a ciudad de Guatemala. Venerable Manzana no pudo aceptar como aspirante a coadjutor al multimillonario filántropo, por obvia razón del matrimonio; no obstante, fueron aceptados e instruidos, en lapso de tres meses, cuales colaboradores seglares en Oratorios Festivos consagrados al adolescente santo Domingo Savio, y en Comedores de mamá Margarita (madre de San Juan Bosco). La primera institución velaba y vela por niñez descarriada y por juventud proletaria en grandes ciudades del mundo cristiano; la segunda procura mínima alimentación cotidiana de grandes masas seniles desposeídas en mismas urbes. Recibieron entrenamiento intensivo correspondiente. Tres meses después estaban aptos para asumir con responsabilidad tan delicadas tareas; pero, (¡siempre hay un pero!) Mangana les aconsejó no ejercer su ministerio en El Salvador ni en Guatemala; pues precarias condiciones socio-políticas y económicas de ambos países eran similares y, con  antecedentes guerrillero del esposo; más historiales forzados y desagradables de la doña, —no creíbles por inmensa mayoría (99%) de personajillos con mala voluntad—, no sería nada extraño, tampoco remoto, que escuadrones de muerte de extrema derecha ladrona en esas dos repúblicas gobernadas por mafiosos interconectados, pudiesen atentar, mucho más temprano de lo esperado, contra de integridad física de la pareja filántropa.
       
Bondadoso matrimonio meditó a profundidad sobre tan sabias reflexiones proféticas. “El infinito es poco para agradecer a Usted, padre Manzana”, se expresó cabizbajo, rubicundo y tartamudo, el pequeño magnate en dinero y gran filántropo en amor. Decidieron marcharse hasta República de Cuba. Ahí, junto a su varón retoño, al presente se encuentran cultivando rico granito de mostaza socialista, el cual florecerá y fructificará mucho antes de ser levantado tan vergonzoso y criminal embargo impuesto contra “Perla de las Antillas” por ogro anglosajón injertado en nuestra América. Ahora, más del 50% de utilidades del fideicomiso están destinadas a aliviar, aunque sea en media micra, negativos efectos del prepotente embargo.
                                       F I N
        Santa Tecla, 03 de diciembre en 1995.-