Anastasio Jaguar

Anastasio Jaguar

Breve Biografía de ANASTASIO MÁRTIR AQUINO (1792-1833):

Único Prócer salvadoreño verdadero en siglo XIX. Nativo de Santiago Nonualco, La Paz. De raza nonualca pura. Se levantó en armas contra Estado salvadoreño mal gobernado por criollos y algunos serviles ladinos, descendientes, éstos, de aquéllos con mujeres mestizas de criollo o chapetón y amerindia; pues esclavitud inclemente contra: indígenas, negros, zambos y mulatos, era insoportable para el Prócer Aquino. Fue asesinado por el Estado salvadoreño en julio de 1833, —después calumniado hasta lo indecible, tratando de minusvalorar sus hazañas; así como hoy calumnian a Don Hugo Rafael Chávez Frías y, ayer, al aún vivo: Doctor Don Fidel Castro Ruz.

En honor a tan egregio ANASTASIO AQUINO, este blog se llama:

“A N A S T A S I O A Q U Í S Í”

jueves, 23 de agosto de 2012

LA GUERRILLERA JAGUAR, introducción


Ramón Francisco Chávez Cañas

LA GUERRILLERA JAGUAR
         NOVELA 
        BASADA EN HISTORIAS VERDADERAS


I N T R O D U C C I Ó N

         Lectores salvadoreños no necesitarán explicaciones sobre título de esta novelita; sin embargo, muchos extranjeros, ocasionales lectores de la misma, sí, pudiesen necesitarla; pues, Guanaco o Guanaca, desde tiempos inmemoriales es despectivo apodo o patronímico aplicado a salvadoreñidad sin encontrarse explicaciones históricas o lógicas creíbles, porque guanaco es camélido habitante en Altiplano Andino, muy pero muy lejos de esta parcela centroamericana llamada El Salvador. En cambio, JAGUAR, es calificativo de valentía y honradez simultaneas, aplicado a nuestras varonas y varones luchadores con denuedo en cualesquiera campos  de quehaceres humanos engrandecedores de nuestro terruño o raza. Guerrillera no Guanaca fue el primer título pensado en poner a esta novelita histórica; pero no resultaba tan sonoro ni elegante, aunque equivale a ser Guerrillera Heroica, lo cual se podrá deducir en transcurso de esta lectura. Entonces, optamos por el presente título: LA GUERRILLERA JAGUAR.  
 
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Al publicar sus obras es común, para todo autor literario incluir, al inicio de ellas, escueto resumen de su ser o currículo vital. El autor de esta novela corta ha publicado resúmenes similares en primeras ediciones de sus dos obras anteriores "HEREJÍAS" conteniendo 186sonetos, la mayoría escritos en versos alejandrinos, e “HISTORIAS ESCONDIDAS DE TECOLUCA” escritas en prosa. —Sólo el nombre de ciudad Tecoluca, departamento San Vicente, El Salvador, Centroamérica, hace adivinar el lugar de origen del mismo—. Sonetos Filosóficos “Herejías” dan pie para imaginar sus posiciones teosóficas al respecto.

Estudios académicos universitarios básicos en Universidad de El Salvador, le facultan para ejercer doctorado en Medicina General humana. Tal vez convenga agregar: además de tales libros publicados, mencionados al principio, tiene aún no editadas sus “Memorias” llamadas “Jirones con Giros del Recuerdo” en 1ero, 2do y 3er tomos; “Poesías Cronológicas”,  “Otros Poemas”, “Poesía Nueva” y “Reflexiones”, todos listos para ser publicados.
       
Varios amables lectores de “Historias Escondidas de Tecoluca”, en forma verbal o electrónica han señalado aparente incongruencia al escribir el autor: ciudad Tecoluca, ciudad San Vicente, ciudad Santa Ana, etcétera. Excepto ciudad de Guatemala, ciudad de Panamá y ciudad de México, porque ellas sí son ciudades pertenecientes a tan bellos países y no a santos, mayoría desfasados. Este escritor  responde: “En tiempos medievales europeos y coloniales americanos, ciudades u otros lugares tenían dueño, en especial por tímidas razones religiosas católicas terroristas. Ahora las ciudades, pueblos, villas, aldeas, cantones, caseríos y más, son independientes de esos amos imaginarios, siendo correcta la escritura usada por el autor al referirse a todas las ciudades suprimiendo el arcaico ‘de’. Nuestras modernas mujeres: madres, hermanas, esposas, hijas, primas con tías y más, aun estando bien casadas en aspectos morales y materiales, están firmando ya sin ese esclavizador ‘de’. Hace 65 años, desde 1936 hasta 1961, ciudad capital de República Dominicana fue bautizada con ominoso nombre: ‘Ciudad Trujillo’ y no ‘de’ Trujillo; hará 25 ó 30 años en municipio Santa Tecla, o en Antiguo Cuscatlán, se fundó otra ciudad: Ciudad Merliot y no ‘de’ Merliot; Vietnam Heroico sustituyó el nombre de su capital: Saigón, por sonoro nombre de su magno Prócer. Hoy se llama Ciudad Ho Chi Minh y no ciudad ‘de’; sólo para mostrar tres ejemplos más claros”. Ese razonamiento por lógico, permite al escritor-historiador anular prepotente “de”.

Autor de esta corta novela histórica también piensa: Si determinada persona no cumple con obligaciones legales juradas y, al contrario, degenera en negativo esos deberes tal cual lo hicieron: genocida chileno recién muerto; racista alemán diezmador de judíos; actual genocida de musulmanes de apellido Arbusto en español, y  estadounidense asolador de Hiroshima y Nagasaki, entre otros; sus nombres, al menos, no merecen llevar letra mayúscula inicial, aunque computadoras subrayen con rojito. Este principio debe aplicarse, además, a organismos colegiados e instituciones estadales. En conclusión práctica: ejércitos y cuerpos mal llamados de seguridad, con respectivos dirigentes, antes y durante guerra civil salvadoreña, degeneraron  funciones constitucionales. Por eso, al menos, merecen desprecio del idioma cervantino.   
       
Podría parecer error o abuso del autor contra inteligentes lectores, remarcar en dos o más capítulos, nombres de personalidades insignes de El Salvador quienes ya están registrados en Historia Mundial contemporánea (Monseñor Romero y Galdámez, Filósofo Ignacio Ellacuría con muchos, muchos más), y protagonistas ficticios con verdaderos de esta novela; o de hechos notables en Historia no oficial salvadoreña; porque historia oficial derechista conoce, pero no reconoce tales hechos. Con este proceder literario se pretende martillar en cerebros jóvenes, —nacidos durante o después de firmados Acuerdos de Chapultepec—, para que ellos, varones y hembras, mantengan fresca y difundan “Memoria Histórica” reciente y remota. También se pretende no entrar en confusiones de nombres, fechas y lugares comunes de esta novela corta, tal cual sucede con incontables Aureliano Buendía del pueblito Macondo en “Cien Años de Soledad” del Nobel Colombiano. Muy pocos, cree este autor, pueden identificar con claridad aceptable a hijos, nietos, bisnietos, entenados o hijastros y más del primer Aureliano.
       
Esta novelita histórica no había sido concebida como tal, pues el autor comenzó escribiendo sencillo y breve cuento sobre hecho verídico ocurrido a Don Próspero Galán Burgos†, (nombre ficticio). Tal cuento fue escrito en 1992, poco después de firmados en Nueva York y México DF los Acuerdos de Paz. De vistas y oídas este escritor escuchó tal relato al propio don Próspero, repreguntándole al respecto hasta haberle sacado del “guargüero” el último dato útil. En seguida supo sobre otros acontecimientos bélicos rayano en heroicidad, protagonizados por combatientes insurgentes, más algunos fantásticos episodios conocidos  antes de casi increíbles aventuras desventuradas y bienaventuradas del señor Galán Burgos, principal eje masculino de esta novela histórica; entonces, a ruegos de adolescente Estrella de Belén, tercera hija del escritor, se armó tal trama a manera de hacer coincidir amarguras, luego dulzuras del personaje mencionado en anteriores líneas.
       
Muchos sucesos están relacionados entre sí. Los menos: no. De ahí nació la novelita porque combina realidad con fantasía, aun siendo todos verídicos; pero con coordinación relacionada a tragedias: militar, social, económica, familiar, cultural y más, provocada por justa o injusta guerra civil salvadoreña, según cada apreciación particular. Con estos hechos reales concatenados, el autor da a conocer tristes y felices eventos ignorados o distorsionados adrede por grandes medios nacionales (privados) de comunicación masiva. Al mismo tiempo contribuir, aunque sea con esta miseria, a mantener “Memoria Histórica” de viejas generaciones; pero, quizá más importante será mostrar esta arista ignorada, por malicioso ocultamiento oficial, a nuevas almacigueras que ahora llenan escuelas primarias, secundarias y hasta universitarias.
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Durante 14 años esta novelita pasó abandonada en buhardillas del olvido; pues  disco duro de primera computadora “Apple Macintosh” se volvió obsoleto para aquellas de nueva generación o tecnología de punta. ¡Se perdió todo su contenido! Por fortuna, al revolver contenido de cofres buscando documentos antiguos, este escritor encontró única copia en papel. Con gran entusiasmo pasó 3 ó 4 semanas copiándola en  actual aparato electrónico de últimas generaciones; después, tratando de corregir errores mecanográficos cometidos por aquella bisoña secretaria: Indira Berlina, su primera hija (pues este autor creía no necesitar aprender a manejar sofisticados aparatos del demonio); además, corrigiendo al máximo, —según sus limitados conocimientos literarios académicos—, errores ortográficos, semánticos y sintácticos no advertidos en aquellos lejanos entonces. Conceptos originales han quedado intactos.
       
Esta novelita ha sido espulgada con microscopios de buena voluntad; sin embargo, sospecha el autor: habrá decenas o centenas de sutiles yerros, tal vez sólo detectables por acuciosos lectores o literatos profesionales. Él no es profesional en Letras. Este escritor se auto-compara con músicos empíricos, quienes a puro oído ejecutan instrumentos musicales, porque no tuvieron oportunidad de estudiar solfa; pero, melómanos compadecidos escuchan con paciencia y hasta aplauden esos no científicos sones. Escribe por placer inmenso de escribir prosa y poesía; pero más por honda necesidad de comunicar a otros, de manera especial a salvadoreños no guanacos sino Jaguares, vivencias oculares y auditivas acumuladas en su viejo cerebro de 70 años actuales. Él se llama Ramón Francisco Chávez Cañas, nacido en ciudad Tecoluca, departamento San Vicente, El Salvador, Centroamérica, el 03 de diciembre en 1937. Médico general jubilado.
       
En probable 2da edición pudiese ampliarse este relato, o escribirse nuevos libros abordando temas históricos importantes de El Salvador en lejano y reciente pasado. Para ello sería menester que algunos o muchos potenciales lectores aporten datos específicos. Correo electrónico al respecto, también para recibir críticas mordaces históricas y literarias bien intencionadas es: rafrachaca@yahoo.com.mx
       
Si par de lectores o más queda bien informado por medio de esta novelita histórica, el autor podría, en cualquier día, bajar a fosa o entrar a pira funeraria, con  sonrisa de satisfacción, —de oreja a oreja—, pues se iría con profunda e íntima convicción de haber aportado una teja más para ayudar a cubrir tan infinito techo cultural e histórico de nuestra patria, El Salvador.-   

El Autor
              Santa Tecla, 30 de enero en 2007.-



PRÓLOGO
UN PRÓLOGO PARA LA “GUERRILLERA JAGUAR”

El Doctor Ramón Francisco Chávez Cañas, nos da el honor y privilegio de hacer la presentación de su último trabajo literario: LA
GUERRILLERA JAGUAR, un episodio verdadero, y que según nos pudimos enterar, las notas originales de él, se mantuvieron extraviadas o guardadas en un buen período de tiempo, afortunadamente se pudieron recuperar y aquí estamos con ellas.
        
        Comienza narrando las peculiaridades de un jefe de familia, quizá como hay muchos, quienes creyeron que gracias a su dinero  podían o pueden hacer cuanto quieran comenzando por la falta de respeto a sus seres queridos y a los demás con sus consecuencias, pero aquí vemos como alguien así puede hacer un cambio de ciento ochenta grados, por varios motivos, que lo llevan a ello, y así obtener la parte limpia de nuestros verdaderos sentimientos.
        
         Luego nos va adentrando, a hechos que conmovieron a El Salvador, situaciones donde se puso a prueba la valentía, astucia y real amor a nuestra querida patria.
          
     Jóvenes que muchas veces utilizando armamento de construcción artesanal, lograron humillar y derrotar fuerzas armadas modernamente equipadas, muchas veces mejor alimentadas, y contando con los medios posibles para una fácil victoria, pero no contaban con lo principal: la moral combativa de nuestros jóvenes revolucionarios.
         
        Nos hace rememorar tristemente hechos y crímenes terribles que diariamente pudimos atestiguar.
        
      Muchos de estos asesinatos quedaron impunes, otros, no, gracias a la justicia popular.
        
    Nos narra con palabras muy propias de nuestro pueblo, accesibles, creemos, a todos los que tengan la oportunidad de leerlo.
        Entreteje la parte histórica de nuestra Guerra Civil, con anécdotas simpáticas de familias y apellidos muy conocidos de nuestro país, personas que fueron parte de los verdugos sin conciencia ni moral que hicieron mucho mal y al escoger maldades y abusos contra nuestros humildes campesinos, así como otros que de alguna forma ayudaron o colaboraron a la lucha del pueblo, todos ellos tienen presencia en esta lucha que nos tocó vivir.
         
          Creemos que esto va en beneficio de nuestros jóvenes que tienen en esta obra la oportunidad de conocer en forma bastante cronológica hechos heroicos y otros terribles que obligaron a nuestro pueblo  a organizarse y tomar las armas y lanzarse a la lucha, para de esta forma, obtener o implantar la Justicia Social en El Salvador, lo que de alguna forma u otra se lograron plenamente.
        
           Quienes conocemos la obra o parte de ella de nuestro amigo Doctor Ramón F Chávez Cañas, tales como: “Historias Escondidas de Tecoluca”, “Herejías” y sus Bellos Poemas, sentimos ya la falta de algo nuevo de él, y es así como de una forma sencilla y clara, nos hace revivir hechos dolorosos y conductas preciosas, que como salvadoreños bien nacidos, no podemos darnos el lujo de olvidar, recordemos que Pueblo que olvida su historia negra y la ejemplar, está condenado a repetir los mismos errores y toca a las nuevas generaciones no repetirlo.
         
      Así que, lectores, sepamos aprovechar, gocémoslo y obtengamos lo mejor de él.

                        Profesor Fulvio Manuel Aldana Guerra  

C O N T I N U A R Á