L A V I D A
Por Ramón F Chávez Cañas
Teorías dogmáticas sobre Biología, hasta hace 4 ó 5 décadas, por obsoletas desapareciendo, afirmaban: Sólo animales y tal vez vegetales gozan de vida, según parámetros admitidos por teorías científicas y hebreo-católicas entonces en boga; siendo personas naturales o humanas únicos seres con vida consciente. Animales, no vegetales, —pues vegetales son inconscientes—, carecen de este Don divino. Piedras, minerales, gases, aguas, más otros elementos universales no venidos al caso por ahora mencionar, junto con vegetales carecen por completo de conciencia; desarrollando, resto de animales, a lo sumo, sencillos mecanismos instintivos de conservación. También la Tierra, en su conjunto, carecía de vitalidad.
*****OoO*****
Todo, todo, en nuestro Universo, posee vida consciente. ¿Cómo se explica que cucarachas, tortugas, tiburones y otros, muchos millones de años más antiguos que la especie humana desde Cromañón, sobrevivan a perfección hasta el presente?;… ¿cómo poder comprender que vegetales próximos a círculos polares, en invierno boten hojas y vivos soporten tan crudas y largas heladas hasta de 50ºC bajo cero, y en primavera presenten celestiales floraciones?; ¿de qué manera entender a golondrinas Capistrano, exactas desde el Sur a su regreso al Norte alrededor del equinoccio primaveral nórdico?; ¿cómo entender por qué vidas unicelulares como son amibas o bacilos tuberculosos puedan sobrevivir hasta por largos años en condiciones extremas de sequías calurosas o fríos congelantes, insoportables para humanos?; ¿cómo explicarnos que aires, aguas, cereales, verduras, aceites comestibles, tubérculos, carnes y otros alimentos considerados inertes por mayorías “sabelotodo” den vida energética a quienes los respiran o ingieren?;… ¿qué explicación dar a tres exactos movimientos terráqueos (rotación, oscilación, translación) desde hace millones y millones de años solares? Con sólo este fenómeno planetario nuestro con respecto al Sol y a nuestra galaxia Vía Láctea, cumpliéndose el maravilloso misterio no religioso llamado Gravitación Universal, es suficiente para comprobar existencia de vida anímica en todo el Universo. Vida dada por imperceptibles movimientos o funciones atómicas.
Instinto animal, ¿vegetal y mineral?, tomado en cualquier sentido, significa existencia de inteligencia superior, en especial cuando vulgar cucaracha ha sobrevivido 8 ó 10 veces más que humanos; suponiéndose, por cálculos científicos, que sobrevivirá a cualquier hecatombe nuclear. Vegetales existentes vivos en casi todos los paralelos y husos horarios planetarios, son tan exactos en floración, unos más otros menos, dependiendo de latitudes, cuales son golondrinas Capistrano. Azúcar y otros carbohidratos, sal de mesa, hierro, potasio, calcio, magnesio, más numerosos minerales considerados inertes, con moléculas o átomos son indispensables para vidas animales. Metales, minerales, líquidos, gases, vegetales y animales, incluyendo a humanos, poseen equilibrios moleculares o PH, dirigidos por íntimas energías atómicas silenciosas para dar vida imperceptible al hombre quien, sobre todo en oscuro Medioevo judío-católico alegaba, basándose en: biblia, Aristóteles y “padres” ¿? de iglesia medieval como Agustín de Hipona, afirmando: alma infinita o inmortal sólo es para seres humanos (¡¡siete mil millones actuales de nuevos dioses!! ¡¡Qué carajos!!). El alma, incluyendo la de amiba, y la de 3 reinos terrenales conocidos, será inmortal con relatividad, o sea: cuando todas las galaxias, hasta las ignotas ahora, lleguen más allá de agujeros negros hoy desconocidos. Sólo Dios Verdadero por Universal, —no el explotado por risibles religiones sectarias—, será Inmortal sin importar finales de finales en toda infinitud de Creación terrenal y extra terrenal.
Dios, según nuestra particular concepción, es el exactísimo conjunto de todas las ciencias naturales dando vida a galaxias y a virus ultra microscópicos. Dios es: Matemáticas con Geometría, más Química y Física con Filosofía; conformando la unidad de estas Ciencias a la llamada Biología; para dar, con la Filosofía, conciencias racionales al humano en general. Por tanto: Dios no tiene género, ni figura animal, incluyendo la humana; tampoco es mineral ni vegetal, mucho menos sideral como el Sol, Luna, planetas, ni estrellas.
Muerte de todo ser viviente ocurre cuando se pierden armonías bioquímicas y/o fisiológicas moleculares de todo el conjunto anatómico, incluyendo a árboles; sin embargo, elementos constituyentes de aquel cadáver, continúan latentes en el microcosmos atómico y subatómico, dispuestos a combinarse otra vez, con los mismos o con otros, para dar nueva vida similar o diferente en tan infinito campo biológico terrenal. Así se está cumpliendo aquella máxima científica enunciada por Antonio Lavoisier en último tercio del del siglo XVIII: “La Materia no se crea ni se destruye: sólo se transforma”.
27 de febrero de 2009.-