H E R E J Í A S
Por Ramón F Chávez Cañas
Sexta entrega
XXXI
Toda creencia absurda/, más las monoteístas
tienen por malquerientes/ a las filosofías.
Esto viene de siglos/ y no de ciertos días.
Filósofos han sido/ cerrados panteístas29.
Sus doctrinas aún/ rectas por idealistas.
Por lo mismo rechazan/ tan ingenuas porfías
llenas de fanatismos,/ también de hipocresías
porque en el fondo son/ necias tëoesclavistas.
Mientras en este mundo/ imperen ambiciones
de ciertas minorías/ por dinero y placeres;
por indebido honor/ y bajas tentaciones,
seguiremos remando/ en contra de corrientes;
seguiremos cumpliendo/ afanosos deberes
para hacer despertar/ a miles de indolentes.
XXXII
A nuestras juventudes, / estos simples sonetos
deberían servirles/ para ver al mañana;
para enfrentarse a vida/ con valor y con gana
y no ser engañados/ con burdos amuletos.
Generaciones puras/ y semilleros netos
para esta humanidad,/ serán clara campana.
Y en décadas futuras,/ cierta estrella galana
les dará Ciencias Limpias,/ Paz y Arte, completos.
Cuando mil juventudes/ de hombres y mujeres
sean ancianos débiles/ al final del veintiuno,
gozarán Vida Eterna,/ por cumplir sus deberes.
Platón ensalzó al alma/ cuando escribió sus Diálogos,
con palabras de Sócrates/ y en momento oportuno,
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cinco centurias antes/ de cristianos decálogos30
XXXIII
Del Dios Omnipotente, / todas las religiones
fabrican sus diositos/ según su conveniencia.
Dioses de injustas guerras/ jamás tendrán clemencia
de pueblos subyugados/ en todas las regiones.
Dioses del vil metal, / padrinos de ladrones,
seguirán su reinado/ con más impertinencia
mientras tímidos seres,/ de pobre inteligencia,
sean adormecidos/ con drogas e ilusiones.
Ricos estafadores/ hoy estarán pasando
por el ojo de aguja31/ descrito en escrituras.
Y con pesas al cuello, / buenos agonizando.
Por compra de indulgencias/ codicias van al cielo.
Infierno terrenal/ a tímidas criaturas.
Malsanas religiones/ nos dan vulgar consuelo.
XXXIV
El reino celestial, / sin duda imaginario,
se afirma en dogmatismos/ a gente interesada
en salvar su alma impura,/ torpe y desenfrenada.
Ellos piensan salvarse/ rezando buen Rosario,
o yendo a tabernáculos/ donde está un cavernario
mostrándoles infiernos/ con voz desaforada.
Y en nombre de su dios/ terminará jornada
pidiendo más dinero/ pues ello es necesario
para que tabernáculo/ mantenga a su pastor
—con seis todo-terreno, / más motos de elefante—
farseando por micrófono/ de ser adorador.
Mas, en intimidad, / con hijos más esposa,
se orina a carcajadas/ de este pueblo ignorante
a quien él intimida/ con labia tan rabiosa.
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XXXV
— ¿Cuándo, entonces, nacieron/ multitud de crëencias?
—Cuando nació un bribón/ y miles de tarados.
— ¿Cuándo se acabarán/ pastores tan dopados?
—Cuando rufianes últimos/ rindan sus prepotencias.
Ciencias, Artes y Amor, / para nobles conciencias,
son Palabras Divinas,/ Infinitos Legados
por Dios Omnipresente,/ a Homo sapiens, dados
para hacer de esta Tierra/ gran Reina de Sapiencias.
Desaparecerán/ cristeros codiciosos
del estado seglar/ y de múltiples cleros
cuando acepten a Dios/ como el Ser más Científico.
Para entonces vendrán/ milenios deliciosos
con Paz, Sabiduría/ para Humanos Sinceros
inspirados en DIOS/ y no en dios terrorífico.
XXXVI
Ni un pedazo de pan/ nos regala el mal rico.
En lo internacional, / tal ladrón contribuye
con sumas fabulosas/ y también distribuye
el panfleto Atalaya/ para aquel seso chico.
Desde norte de México, / llegando a postrer pico
en la punta de Chile,/ tímido nunca huye
del sagaz cavernícola;/ más bien él se construye
esa trampa infernal/ para cazar al mico.
¿Por qué esa devoción/ de salvar tantas almas?
¿Cuál es el interés/ en darles falsas calmas
ofreciendo un edén/ por nadie conocido?
Otras mitologías, / antes de las hebraicas,
ofrecieron lo mismo/ con doctrinas arcaicas
para así mantener/ al humano oprimido.
C o n t i n u a r á…