Anastasio Jaguar

Anastasio Jaguar

Breve Biografía de ANASTASIO MÁRTIR AQUINO (1792-1833):

Único Prócer salvadoreño verdadero en siglo XIX. Nativo de Santiago Nonualco, La Paz. De raza nonualca pura. Se levantó en armas contra Estado salvadoreño mal gobernado por criollos y algunos serviles ladinos, descendientes, éstos, de aquéllos con mujeres mestizas de criollo o chapetón y amerindia; pues esclavitud inclemente contra: indígenas, negros, zambos y mulatos, era insoportable para el Prócer Aquino. Fue asesinado por el Estado salvadoreño en julio de 1833, —después calumniado hasta lo indecible, tratando de minusvalorar sus hazañas; así como hoy calumnian a Don Hugo Rafael Chávez Frías y, ayer, al aún vivo: Doctor Don Fidel Castro Ruz.

En honor a tan egregio ANASTASIO AQUINO, este blog se llama:

“A N A S T A S I O A Q U Í S Í”

sábado, 25 de febrero de 2012

HEREJÍAS, 33ª ENTREGA


H   E   R   E   J   Í   A   S
    Trigésima tercera entrega
    Por Ramón F Chávez Cañas

CCXX
Ahora, politicastros, /de mi patria: El Salvador,
junto a extremas derechas/ y tanto credo cristero
gritan por los cuatro vientos/ asustando al mundo entero
vomitando odio salvaje/ y no palabras de amor.

Tales hipócritas gritan/ queriendo sembrar terror
al disfrazar sus tendencias/ feminoides en trasero
con un fingido machismo,/ machismo de bandolero,
y así seguir asaltando/ nuestras Arcas, sin pudor,

o esquilmando a nuestras masas/ desde Medievo esquilmado
con el sambenito bíblico/ inventado por sionistas
judíos y musulmanes,/ más esa quinta columna

que penetró en Europa/ con Cristo crucificado
e injertado en nuestra América/ con cruces imperialistas.
¡Nuestra América hasta ayer/ fue excelentísima alumna!

CCXXI
Dejemos que homosexuales/ y lesbianas en común
vivan sus vidas privadas/ con paces de sus conciencias.
Tal vez en próximos años/ a nuestros seres de ciencias
las diosas les iluminen/ y encuentren, por fin, algún

tratamiento efectivísimo,/ no paliativo, ni un
medicamento fantasma/ que atropelle mil crëencias
hasta abusar sin decoro/ de tan sagradas paciencias
del diez por ciento de humanos/ atrapados en Verdún1

A tanto politicastro/ viviendo extremas derechas,
lo mismo a grupos cristeros/ nacionales y extranjeros
les sugerimos, conscientes,/ pongan su barba en remojo;

porque a nietos o bisnietos,/ sin albergar, yo, sospechas,
pudiese profetizarles/ muchos “gay” mariguaneros;
y a curas fornicadores,/ de lesbianas, un manojo.

CCXXII
Imbéciles derechistas, —religiosos y seglares—,
procurarán defenderse/ insultando a este pöeta,
llamándole homosexual/ desde juanetes a jeta.
Esos son sus argumentos/ aquí/ y en otros lugares.

Quien carece de argumentos/ sencillos y singulares
recurre a dar bajos golpes/ o a ser vulgar marioneta
de crípticos varonzuelos/ u homosexuales sin meta
usando sólo el insulto,/ cuales machistas vulgares.

Dejemos que ellos descarguen/ sus verborreas idiotas.
Evitemos, eso sí,/ sus hogueras medievales:
pues son re-encarnación/ de asesino Torquemada.

Desde/ año dos mil cien,/ homosexuales ilotas
de El Salvador gozarán/ sus derechos tan vitales
porque cristeros hipócritas/ se habrán convertido en Nada.-

CCXXIII
Ortodoxos de la biblia/ se han quedado en oscuranas
por aquella terquedad/ monoteísta de Abrahán
cuando éste con tozudez/ desde/ Ur hasta el Jordán2
llevó su monoteísmo/ a varias razas humanas.

Abrahán, Moisés y Josué:/ tres patriarcas sin mañanas
seguidos de algunos otros,/ empezando por Adán,
Eva, serpiente y manzanas,/ más desnudez colosal.
Las nuevas generaciones/ de tierras americanas,

del África, de Europa,/ del Asia/ y de Oceanía
más islas, cayos e islotes/ de diversos archipiélagos
ya no aceptan tanto cuento/ de hebrea mitología;

de ángeles puros alados/ esclavos del tal Iahvé
y ángeles negros malvados/ parecidos a murciélagos
reinando en oscuridades/ de este planeta al revés.

CCXXIV
Basándose en creacionismo/ de aquella biblia sionista
inmensos seres vivientes/ junto con inanimados
son estáticos eternos,/ quienes niegan ser tarados.
Esta es muy clara evidencia/ de soberbio teosofista.

Todo cambia, todo cambia:/ hechos están a la vista.
Vegetales, animales/ y minerales taimados
han cambiado, están cambiando,/ aunque pocos son notados;
pero la Ciencia moderna/ está dando clara pista.

Los átomos minerales/ como del radio y cobalto
en Madre Naturaleza/ sufren su metamorfosis
acelerada por mano/ del simio sabio e imbécil.

Si esto leyese un fanático/ le causará sobresalto
lanzando sus anatemas/ multiplicando la dosis
y moriría de infarto/ por su corazón tan sésil.

CCXXV
A gatos, perros, caballos,/ pollos, gallos y gallinas
—por nombrar sólo a comunes/ o conocidos del mundo—
desde hace doscientos años,/ humanoide nauseabundo
los está modificando,/ usando técnicas finas,

sus genéticos sistemas/ sin importar mil inquinas.
Con tan claro proceder,/ otro proceder inmundo,
Génesis se queda atrás,/ sólo aceptado por dundo
quien se ha quedado silbando/ y contando las esquinas.

Si Cromañón manipula/ tantos sistemas genéticos
en cortos doscientos años/ para aumentar bienestar
de toda esta especie humana/ creando verdades heréticas

ignoradas en Medievo/ mucho antes de los tratados:
“Origen de las Especies”/ y el otro más singular:
“La Descendencia del Hombre”,/ ambos muy bien ilustrados.


CCXXVI
Eso mismo está ocurriendo/ en el Reino Vegetal:
maíz, arroz y frijoles;/ trigo, tomates, patatas
hasta llegar al abuso/ que cometen papanatas
inyectándoles transgénicos/ de un origen animal.

Tanto adelanto científico/ nadie lo puede ignorar,
contradice a Escrituras/ quizás escritas con patas
y defendida a ultranza/ con de rifles, las culatas
para ser fiel a su dios:/ el guerrerista Jehová.

El hombre, en otros sonetos,/ fue citado en sus variantes:
negro, blanco y amarillo,/ más su gama de matices
no imaginado por génesis/ de los judeocristianos;

mas, animal de dos patas/ existía mucho antes
del génesis religioso./ Con un palmo de narices
se han quedado para siempre/ tan ortodoxos hermanos.

CCXXVII
Católicos y judíos/ tienen enorme ventaja:
ellos pueden ofender/ a quien se les venga en gana
y nunca verse obligados,/ aun llegando a mortaja
a solicitar perdón,/ porque él es persona vana;

pues el ofensor católico/ puede hasta usar vil navaja
contra el infiel o pagano/ y persona sin mañana.
Pecador empedernido/ quien el cielo nunca gana,
pero ese bicho cristero/ su dignidad no rebaja.

Además, él tiene al cura/ a quien pecados confiesa
y el cura cual alcahuete/ le dice, mi hijo querido:
 reza cuatro “padrenuestro”/ y comulgarás contento.

Tal cura jamás ha dicho:/ tú eres hombre mala pieza.
Vamos juntos a buscar/ a tu prójimo ofendido.
Pídele perdón por Dios/ y nunca tendrás tormento.

1—VERDÚN, batalla de = La más larga y cruel batalla librada durante la primera guerra mundial; 2—JORDÁN = Río de Palestina.

C O N T I N U A R Á

lunes, 20 de febrero de 2012

EL BAILE DE GALA


E   L        B   A   I   L   E        D   E         G   A   L   A
      Del libro “Historias Escondidas de Tecoluca”
           Escrito por Ramón F Chávez Cañas


       PERSONAJES PRINCIPALES
        ZURRÓN: éste era muchacho sanvicentino frisando en 30 años de edad; de estatura algo menor a la mediana; gordito sin ser obeso ni atlético. De tez blanca ladina; cabellera, barba y bigotes castaños; locuaz cuando estaba cerveteado o tragueado; dueño de cierta agencia Philips (venta de electro-domésticos) en ciudad San Vicente; un donjuán de ambiente pueblerino; desnalgado, usando pantalones tronconeros. El apodo de Zurrón puede también convertirse en Turrón.
        CARLITOS VILLALTA ORANTES: muchacho tecoluquense con similar edad a la del Zurrón; pero más alto, más delgado y más fornido. Callado mientras gozaba con Baco (dios romano del vino); no obstante, al ser provocado, se volvía peligrosa fiera empuñando su esmitingüeso especial de seis pulgadas, heredado de su recién difunto padre: arma nueva, pavón azul, calibre .38.
        GLADIS BARRERA LÓPEZ: exquisita muñequita diamantina tecoluquense de ojos verdes; cabellera larga, rubia natural y frondosa; blanca, delgada, esbelta, alta, sin envidiarle nada a las mises universo. A 18 años estaba en plenitud de su belleza; siendo codiciada por todos aquellos galanes en 30kms a la redonda. Mal envidiada por casi todas las féminas locales, al punto de apodarla: Chele ojos de gargajo, o Chele pelo de melcocha, o rubia oxigenada.
        MONCHITO CHÁVEZ: estudiante, también tecoluquense, del último año de bachillerato en Instituto Nacional Doctor Sarbelio Navarrete de ciudad San Vicente. Él y Gladis, nacieron en mismo mes y año. Monchito era alto (1.88mts.), delgado (60kgr. ó 130libras), blanco rosado y bien calificado en estudios; por cuyas cualidades había sido escogido como abanderado de su colegio en próximo desfile cívico-militar del quince de septiembre, fecha de falsa independencia centroamericana.

AMBIENTACIÓN
        LUGAR: casa del “Club Social de Tecoluca”, departamento de San Vicente, El Salvador, Centroamérica, ubicada en una esquina frente al primer local ocupado por antigua ANTEL (hoy privatizada) u oficina de teléfonos y telégrafos nacionales; frente al hogar de señorita Gladis, en barrio San José Pasaquina (salida hacia el Rión y al cantón El Palomar). Casa con amplios salones y servicios para múltiples menesteres del club.
        FECHA: sucedió la noche del nueve de agosto en 1957, víspera del Santo Patrono del Pueblito: San Lorenzo Abad y Mártir. Tal Baile de Gala estaba siendo amenizado por marimba-orquesta “Alma Vicentina” la cual, pocos años más tarde, se convirtió en la ahora famosa “Orquesta Internacional de los Hermanos Flores”.
                                                 *****
        Por supuesto: aquella Reina de Fiestas Patronales era la encantadora señorita Gladis Barrera; por tanto: el Baile de Gala estaba dedicado a ella. A 00:00hrs sería coronada por señor alcalde municipal, don Andrés Roque Portillo, y salutada por magnífico poeta, de madre tecoluquense y padre sanvicentino.
         Mentada fiesta danzante comenzó a 09:00pm, cuando Santo Patrono había regresado a su templo y colocado en cúspide del altar mayor, su sitio habitual, después de haber sido paseado por todos los barrios y contornos del Pueblito. Soberbia alborada con pólvora de colores y estrépito de morteros, habíase iniciado. Asimismo, sillas voladoras, caballitos, chicaguas (corrupción idiomática de Chicago), chicagüitas, carros locos, el gusano, loterías de cartón y más, inundaban el ambiente con cacofónicos sonidos. Ponches, panes con pavo, pasteles y otras golosinas, hacían su agosto. Periquitos de la suerte, desvelados, continuaban sacando papelitos; en tanto: fotógrafos callejeros con sus telones negros doblados; con trajes y sombreros de charro al servicio de quien los pidiera en fotografías; con caballitos de palo a la orden de  niños a fotografiar; con baldes de hojalata llenos de agua en donde revelaban negativos, y con enormes cámaras de trípodes toscos guardadas, descansaban bajo portales exteriores, esperando el ansiado día siguiente, para, también ellos, continuar haciendo su agosto.
         A 23:00hrs, salones del centro social estaban al tope de su capacidad; corredores interiores y área de cantina al fondo de aquella construcción, repletos de consumidores quienes, entre chascarrillos, libaciones y risas, daban más esplendor al momento. En esa alegre muchachada estaba, entre otros, Carlitos Villalta Orantes, ya descrito. La reina electa, vistiendo traje blanco largo acampanado, guantes de seda de similar color y hasta los codos, disfrutaba su trono constituido por varias redes grandes de maíz en elote. Sobre de ellos, el sillón real: butaca en forma de abanico, muy bien engalanada con papeles de estaño dorado. Reina, ansiosa, esperaba doce campanadas para ser coronada, recibir el cetro y salutación hecha por el laureado poeta. Toda la selecta concurrencia masculina vestía sus mejores galas (saco y corbata).
        
          De repente, a esa hora, hace su intempestivo ingreso el sanvicentino Zurrón o Turrón, quien llegó en pechos de camisa manga larga color caqui; con pantalón de mezclilla (vaquero); mas, en desnalgada cintura se apreciaba ancho cinturón repleto de balas; a la derecha del cinturón colgaba, envainado, un pistolón color plata Colt .45. Al momento de ingresar, se le observó algo embriagado con alcohol etílico; sin embargo, la gente continuó bailando. Zurrón se paseó solo por el salón y sus interiores, pues nadie, al parecer, lo conocía. Pasado breves minutos, éste encontró a Monchito Chávez Cañas, su único conocido, pues Monchito estudiaba en ciudad San Vicente; pero no eran amigos. Con desaforado grito de alegría, Zurrón se abalanzó sobre el estudiante para darle efusivo abrazo en señal de saludo amistoso. Luego le dijo:
          Mira Monchito: yo ando con varios amigos sanvicentinos. Venimos de vacunar algunas reses allá en cantón San Carlos Lempa, por eso traigo esta vestimenta informal. Mis amigos prefirieron quedarse en el burdel de Simona Gálvez. El jeep lo hemos dejado frente a ese burdel. Yo preferí venir hasta acá porque quiero ser primero en bailar con la Reina... ¡Esa mamacita está de chupete!
         El estudiante replicó:
Dices bien, Zurrón; pero, debemos esperar una hora más, o sea, hasta después de la coronación y la salutación poética. En seguida de la primera pieza, la cual por protocolo corresponde al señor alcalde; la segunda, siempre por protocolo, le pertenece al poeta Manuel Amancio Cornejo Garay. Las demás, parecen estar comprometidas con Mundito Najarro, muchacho sanvicentino conocido tuyo y condiscípulo mío.
Con tono subido e inesperado, Zurrón despotricó:
¡A mí me valen verga el señor alcalde, el mentado poeta y Mundito Najarro; también me paso por los “güevos” (huevos, testículos) la tal coronación! ¡Venite, vamos a bajar de los matates a la chulada esa; pues ando muy preciso! ¡No puedo esperar por babosadas!
Monchito, sobrio, trató de hacer entrar en buena razón al impertinente recién llegado. Esto les consumió otro par de minutos. A esas alturas, Carlitos Villalta Orantes, quien libaba con sus amigos en la barra, fue avisado. Se acercó a una de tantas puertas interiores del salón principal. Desde ahí, con señas y gestos, llamó al futuro bachiller para ser enterado por éste de las necedades del desnalgado soez. Preguntó:
Primito: ¿quién es ese carajo, vos? ¿Por qué te habla golpeado? ¿Le debes algo?
No,  Carlitos, ―contestó  el calmado estudiante y prosiguió—: él es conocido mío. Pretende bailar de inmediato con nuestra Reina...
Carlitos Villalta Orantes, de tajo interrumpió al primito para, con tono indignado, decirle:
― ¡Andá a sugerirle a ese caballero cómo debe comportarse, o se las verá conmigo!
El estudiante regresó al desnalgado. No dio el recado para no alborotar más al ya alborotado bailarín, quien, más porfiado, hacía ademanes bélicos y continuaba despotricando contra la concurrida fiesta y de la Reina. Sonidos agradables de la marimba-orquesta disimulaba el mal palabrerío del Zurrón; pero, Carlitos Villalta Orantes, desde el patio inmediato, no despegaba el ojo hacia el escandaloso; mientras tanto, el casi bachiller seguía cundundeando (tratándolo con educación) al imprudente forastero. Valiente larguirucho Villalta Orantes perdió la paciencia. Dando cuatro o seis largos  veloces pasos, se hizo presente al lugar central de la necedad. Cual relámpago, sacó de su pretina cubierta por el saco, un revólver  “Spetial Smith & Wesson”, el mismo descrito antes; se dirigió al intruso, después de haberle colocado la trompetilla del arma en axila derecha (sobaco), le dijo:
— ¡Óigame caballero: ¿por qué usted quiere tener a mi primo como su guachimán?! ¡Arriba las manos o lo cocino a balazos!
Dirigiendo fugaz mirada y firmes palabras al primo, Villalta ordenó:
Monchito: ¡Quitasle el arma!... Sacasle el cargador... Pajeá esa babosada... Recogé la bala. Vaciá el cargador... Quitasle el cinturón. Registrasle hasta las botas... Mirá si no anda cuchillos, ni más municiones.
El futuro estudiante universitario cumplió a cabalidad, dando palabras de consuelo al Juan tenorio humillado.
En este punto, desparpajo de bailadores y de músicos fue inenarrable. Don Paquito Cornejo, saxofonista estrella del conjunto, salió disparado cargando sobre hombros el finísimo instrumento. Reina de tacones altos, casi queda enredada en cordeles de matates, habiendo dejado, sobre elotes del trono, el carísimo par de zapatillas elaboradas a mano por obreros especializados de don Paquito Cornejo quien, ─además de excelente filarmónico─, era magnífico empresario zapatero. Doña Eva Angelina, madre de aquella Reina, por salir en estampida se olvidó de la hija. El salón quedó vacío de mujeres; sólo unos pocos hombres se quedaron de expectantes.
         Carlitos, con admirable serenidad, tenía siempre “camán” (manos arriba) a Zurrón... Éste estaba mudo y pálido, quizá porque Villalta Orantes le restregaba trompetilla de la mitingüeso en costillas y sobaco, además de tenerlo sujetado por parte posterior de la pretina, haciendo, donjuantenorio, forzada pinganilla de balletista consagrado. El bachiller in fieri terminó de registrar al imprudente. Luego se le devolvió el esqueleto del arma; también ¼ L de aguardiente marca “La Vicentina” encontrado en sus botas. Fue despedido con la advertencia siguiente hecha por Carlitos:
― Usted ha venido para arruinarnos la fiesta; mas, por eso no merece morir todavía... Tome su libra de moho (el arma) y márchese ya del Pueblito... La fiesta continuará... A 03:00am, cuando el baile haya terminado, lo iremos a buscar... Si lo encontrásemos, sin misericordia  le daremos mecha (matar).
Zurrón salió cabizbajo quizá rumbo al burdel de Simona Gálvez. Músicos y escasa gente junto con la Reina, reingresaron al salón. El señor alcalde no regresó. Madre de aquella Reina quiso coronarla; mas, corona y cetro no aparecieron. Mundito Najarro, novio oficial de la Reina, fue notable por su ausencia. Al poeta Cornejo Garay no le importó extravío de joyas reales; él, algo tembloroso por recién pasado susto, extrajo de bolsas interiores de su saco un largo pliego de papel bond escrito a máquina con versos endecasílabos, cuya primera estrofa decía más o menos así: “¡Salud, insigne reina de este hermoso/ edén de hombres valientes y de rosas!/. Eres tú,  entre todas las preciosas/ quien inspira hoy mi canto fabuloso”//. Temblorosos filarmónicos, desafinados por nerviosismo, tocaron Marcha de Coronación sin corona. Esta pieza musical y dos más, fueron ofrecidas al poeta Cornejo Garay en ausencia del alcalde y de Mundito. Cornejo Garay era un chuchacuta (persona ágil) bailando “Adiós Muchachos” y “Tango uno”. En seguida, aquel laureado poeta tomó el timón de su flamante automóvil, en cuyas puertas se leía el logotipo: “Café Pilón”. Hizo andar el motor y se retiró del Pueblito con rumbo a San Salvador. Tan timorata ausencia de Najarro fue sustituida por presencia del gallardo Monchito, quien se deleitó bailando y conversando con aquella preciosura salida de Las mil y una noches. Villalta & friends (amigos), volvieron a sus puestos en la cantina hasta cuando el cantante, Francisco Flores (Chicón), daba  gracias a selecta concurrencia por atención prestada. Escasa flor y nata residual, bajo leve llovizna atemporalada, presurosa buscó refugio del hogar. Carlitos, Monchito & Co., salieron en compacto grupo. Al llegar al ya desolado campo de las ruedas, en esquina opuesta a desaparecida comandancia de Guardia Nacional local, (mal llamada la benemérita), ahora ocupada por Alcaldía Municipal; sobre gradas iniciales del portal perteneciente entonces al siempre bien recordado bachiller don José Gilberto Parras, estaba el sentenciado sentado con codos sobre muslos y cara sostenida entre ambas palmas, simulando, aunque en otra posición, al Pensador de Rodin. Indignado Villalta Orantes, con su lámpara de cinco pilas nuevas, alumbró al solitario bulto. Al instante reconoció al ex altanero. Dirigiéndose a él, le dijo:
― ¡¿No te has ido gran jueputa!?
Ex bellaco, con cara desconsolada e indescriptible, contestó así:
Por favor, don Carlitos, no me vaya a matar... Mis amigos me dejaron...A pie no puedo irme... Usted sabe los peligros de estos 12kms hasta ciudad San Vicente... Aquí en Tecoluca no tengo a nadie, tampoco hay hospedajes decentes.
Intervino el ahora Doctor en Medicina y apaciguó al obligado pistolero. Entre todos acompañaron a Zurrón hasta burdel-pensión del Primohermano (apodo), donde el sanvicentino frustrado pernoctó el resto de la madrugada, tal vez acariciado por alguna de tantas famélicas prostitutas.

Y, calabaza, calabaza, cada quien para su casa.
FIN
                                                   16 en septiembre del 2004.-