H E R E J Í A S
Por Ramón F Chávez Cañas
Décima cuarta entrega
LXXIX
Estos espurios líderes/ de teosofías falsas
tendrán días contados/ cuando reinen las Ciencias;
cuando hombres humillados/ sacudan sus conciencias
y manden al carajo/ las teosofías salsas.
Entonces los gorrones/ no encontraran ni balsas
para surcar los mares/ de nulas consistencias
y llegar a los puertos/ do reinan experiencias
del verdadero Dios, / no el de mentes descalzas
El Arte y la Razón; / el Amor y la Paz;
la Justicia y el Honor; /la Ciencia y la Verdad,
son las Niñas Bonitas/ del Supremo Creador.
Pasaron al recuerdo/ las piras medievales
basadas en escritos/ de instintos criminales,
pues el Hombre con Lógica, / siempre será mejor.
LXXX
Los ochenta sonetos/ con verso alejandrino
y algún endecasílabo/ que hoy se están terminando
son débiles luciérnagas; / pero están alumbrando
el difícil sendero/ del miope peregrino.
Mas, aquí señalamos/ verdadero camino
para todo aquel ser, / hoy por hoy mendigando
un poco del Saber/ y las puertas cerrando
a quien puede cambiarle/ su ominoso destino.
Un día los gobiernos/ de subdesarrollados
pueblos del cuarto mundo, / desde siempre arrastrados
a vida vegetal, / ni siquiera animal,
darán la férrea lucha, / ejemplo es Venezuela
donde Hugo Rafael54/ a su pueblo consuela
al vencer embestidas/ del matón cardenal.
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LXXXI
El Homo homini lupus55/ sigue con su vigencia.
Desde la prehistoria, / ¿cuántos años hará?
¿Diez mil o quince mil? / Quizá nadie sabrá;
mas, bípedo animal/ reina con prepotencia.
Es un lobo antropófago, / fiera con insistencia.
Para hartarse a su hermano/ rabia vomitará
y para enriquecerse/ la Tierra asolará
aunque así destruyese/ su maldita opulencia.
Y en quince mil abriles/ los dioses embusteros
de negros y de blancos; / de amarillos, cobrizos,
de gigantes y enanos; / de zombis pendencieros
e ignorantes matones/ con ideas violentas;
en fin, seis mil millones/ de creyentes postizos,
sólo están aumentando/ agresiones tan cruentas.
LXXXII
La fecha llegará/ cuando esos diosecillos
se apiaden de nosotros, ―predican ignorantes―.
Entonces se abrirá/ para aquellos orantes
brasero terrenal/ sin nada en sus bolsillos;
pero arcas de pastores, / curas y más judíos
en nombre de su dios/ estarán rebosantes.
Éstas son religiones/ de ahora y de más antes
sojuzgadoras de hombres/ por pavor a infiernillos,
a limbo y purgatorios; / mas, siempre ambicionando
llegar a gran altura/ sin haber hecho méritos
para estar, por supuesto, / lo inmenso contemplando.
Tales representantes/ de Odín, de Tor y Amón;
de Alá, de Tot y más, / le cobran altos réditos
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LXXXIII
El fin se acerca ya, / dice un fanatizado
con vozarrón tonante/ y henchidas yugulares,
con gestos primitivos/ propios de los juglares
frente a un humilde público/ sin duda hipnotizado.
Este decir ridículo/ siempre ha sido orquestado.
Desde edades de bronces/ y de tótem jaguares
fue simple sambenito/ para muchos lugares
de todo este planeta/ donde abunda el domado.
Todo lo terrenal/ será perecedero;
también lo universal/ terminará algún día.
Nadie sabe si ahora, / mañana o en día tercero.
La Substancia Primera56, —lo dijo el de Estagira57—,
es única Infinita. / Por tanto, la porfía
del gritón con micrófono/ será siempre mentira.
LXXXIV
Para la combustión, / oxígeno y carbono
son dos sustancias básicas, / lo sabe el parvulario;
sin embargo, en las Eras/ del hombre cavernario
esto no se sabía. / Por ello va en su abono.
Ciencias Física y Química, —después de su abandono
en tiempos más oscuros/ del santo escapulario—,
descubrieron fenómeno, / para bribones, agrio.
También se conoció / moléculas de ozono.
Calderas sin oxígeno, / las almas sin materia,
derrotan a hipótesis/ de payasos en feria.
Sería necesario/ reinventar este drama,
pues Aquél da en las Ciencias/ su Majestad Divina
y no en adivinanzas/ de figura porcina.
¡Inventen, oh, gritones, / otra creíble trama!
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CONTINUARÁ