AL DON QUIJOTE CUBANO

Por Chichipate Cañaverales

Don Quijote de la Mancha Fidel Castro llegó a ser

después de sesenta abriles de entregar todo su Ser.

Inició el cuarenta y ocho en los lares de Gaitán

cuando siendo aún jovenzuelo presenció vil Bogotazo

que iniciaría en Colombia cruel guerra civil actual,

pero el Quijote Cubano ya tenía liderazgo;

liderazgo estudiantil en magna Universidad

de La Habana, sí señor. De Don Eduardo Chibás,

—aquel claro dirigente quien llegaría al suicidio

a inicios de años cincuenta por culpa de un Socarrás—.

Chibás se creyó impotente frente a tanto latrocinio

y prefirió darse muerte y no enfrentar al rapaz.

El Don Quijote Cubano a sus veinticinco años

heredó de Don Eduardo tan tambaleantes peldaños

para luchar contra fiera, lacaya de imperialismo.

Nuestro Caballero Andante debió marchar hasta el Norte

huyendo de aquella mafia impregnada de egoísmo

e injertada en Alma Máter de aquel varón de gran porte.

En año cincuenta y tres, el de la Triste Figura,

fracasó contra el Moncada allá en Santiago de Cuba.

“La Historia me absolverá” son palabras inmortales

pronunciadas por aún imberbe Quijote nuestro.

Bella Isla de Pinos fue prisión para los rëales

Sanchos Panza con Quijote, aquel Caballero diestro.

Lograda la Libertad los Sanchos con el Quijote

volaron hacia el Nopal o Tierra del Guajolote.

En esa patria de Juárez lograron re-agruparse.

Un Sancho de la Argentina llamado Ernesto Guevara

se les unió en la odisea, pues nunca quiso quedarse

en México, hasta donde de Guatemala llegara.

En podrida embarcación cuyo nombre fuese Granma

llegaron hasta las ciénagas sólo con enorme alma.

La mayoría de Sanchos perecieron en camino.

Quijote con siete hombres y seis o siete fusiles

se enfrentaron con bravura sin importarles su sino.

Allá en la Sierra Maestra los Rebeldes fueron miles.

En aquel día primero del año cincuenta y nueve

las hordas de Don Quijote aplaudidas por la plebe

hacen su ingreso en La Habana; mas, ocho días después

el parto de Don Miguel de Cervantes y Saavedra

llegó a Capital Cubana. Gran júbilo no podré

describir en estos versos por mi cerebro de piedra.

En muchos juicios sumarios, los del pueblo, genocidas,

se enfrentaron con las leyes hasta perder las partidas;

mientras gusanos cobardes, a la cabeza “batista”,

en sus aviones robados volaron al extranjero;

pero la Revolución nunca ha perdido de vista

a gusanera de Miami, odiada por mundo entero.

Tal Quijote Castro Ruz jamás perdió la paciencia

al enfrentar sabotajes producto de la inconsciencia

del glotón ogro del Norte contra de cañaverales

ni cuando torpe invasión por Bahía de Cochinos.

Nuestro Valiente Quijote pudo vencer tantos males

cual venció con estoicismo a ingratos viejos molinos.

La crisis de los misiles, muy pocos meses después,

con un diabólico ahínco quiso poner al revés

a nuestra Cuba, la Perla, Joya de Latinoamérica;

pero se hicieron así: “kennedy” y la gusanera

porque el Quijote no vive ni un segundo en la quimérica

Jauja del capitalismo, de los ladrones, bandera.

Tres o más lustros después cayó el Muro de Berlín

y calló la Unión Soviética; y ésta cayó por fin.

La gusanera entusiasta quedó esperando caída

del sistema quijotesco sembrado por Fidel Castro.

Escuchando a José Verdi, sin entender a su Aída,

gusanera se quedó insultando a nuestro astro.

El “Período Especial” que duró par de quinquenios

Quijote lo superó con fantásticos ingenios.

Ese Caballero Andante seguido de once millones

de Sanchos Panza cubanos, a los neoliberales

ora les está mostrando su cerebro a borbollones

con neuronas específicas en pensamientos cabales.

La barba de este Filósofo poco a poco se ha tornado

en escarcha de los tiempos: ¡Un privilegio logrado!

Por razones de salud corporal y no mental

se decidió a renunciar y a bajar de su caballo.

Su potranca es la Cubita, la Rocinante Inmortal.

¡Tal Cubita es una yegua mucho más briosa que un rayo!

Don Quijote ya en su lecho ha vuelto a la realidad.

Hoy es Alonso Quijano, anciano con Dignidad,

escribiendo sus memorias filosóficas, también

para orientar a las nuevas generaciones del mundo

y así evitar el camino, tal camino nauseabundo

del neoliberalismo, cruel enemigo del Bien.

9 de Junio 2010